Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El problema contigo por Syarehn

[Reviews - 24]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Cuando vi la pelicula en el cine mi loca amiga dijo "hay demasiada tensión sexual entre esos dos" y voila, mi mente voló y escribí el fanfic. Aunque por falta de tiempo no lo había subido.

EL PROBLEMA CONTIGO

. »« .

.

 

.

Tony miraba la luna, tan brillante y gorda como cada mes, a través de la ventana. No pensaba en nada realmente, ni pasaba por algún momento de profunda reflexión o filantropía, simplemente contemplaba la luna. No más, no menos. No había nada que se lo impidiera, ¿o sí?

Y es que ese regordete satélite era relajante y hermoso…

Steve y Thor se hallaban en la misma habitación. Uno enseñándole a jugar póker al otro, aunque ambos eran un fracaso, seres negados para los juegos azar, por ello no perdía detalle de sus pésimas jugadas y constantes empates. Sin embargo, él no tenía idea de que la mala racha de Steve se debía a él. El rubio llevaba toda la tarde viendo a Stark divagar en sus pensamientos y aunque más de una vez quiso preguntar si algo le ocurría sencillamente no se atrevía a abrir la boca, en primera instancia porque muy probablemente el hombre de hierro lo mandara al diablo y eso provocaría que Thor se riera de él…, de nuevo.

—¡Ja, gané! —celebró el dios, arrojando la copa de whiskey al suelo en señal de triunfo—. No es tan difícil como parece.

—Es suerte de principiante —dijo  Steve con falsa molestia.

—No deberías menospreciar al fortachón ─habló Tony por primera vez en lo que iba de la tarde, aunque sin mirarlos—. Recuerda que puede romperte la cabeza de un martillazo si lo haces enojar —bromeó.

Thor rio divertido y aliviado, pues también le había preocupado un poco el silencio de su usualmente sarcástico compañero. Luego miró el enorme reloj de madera que pendía de la pared. Eran las ocho con cuarenta y cinco, y estaba a tan solo quince minutos de su cita con Jane. Una cita al otro lado del mar en un caro restaurante de Hampshire. 

Se levantó lentamente dirigiéndose  a la puerta.  

—¿Ya te vas? —inquirió Steve—. Aún me debes la revancha.

—Déjalo ya, anciano, va con su chica —se burló Tony. Thor sonrió condescendiente—. ¿Al menos regresarás a dormir?  Digo, para no esperarte a cenar —siguió molestando.

—Sigue así y serás tú a quien le rompa la cabeza de un martillazo —Steve le regresó la amenaza.

—Oh, no lo haría, me adora —dramatizó el castaño—. ¿Cierto, grandote?

—No tientes a tu suerte, Stark —dijo Thor intentando sonar serio, pero la sonrisa bailarina en sus labios delataba la broma.

—Como sea, será mejor que vueles muy alto o tendremos una gran cantidad de aviones caídos, quejas por todos lados y seguramente una cita frustrada. —Tony lo miró y le guiñó un ojo a Thor, quien asintió y se acercó al balcón  agitando su matillo.

Segundos después desaparecía en el cielo y el silencio comenzaba su reinado en la habitación. Las miradas de ambos vengadores se cruzaron.

—¿Tú no tienes planes?  —cuestionó Tony rompiendo el hielo.

—No.

—Vaya fraude. No puedo creer que todos se larguen a follar y yo me quede aquí, aburriéndome con el único ser con quien no puedo entretenerme —se quejó con ironía, sólo para picar el orgullo del Capitán, que pareció tomárselo en serio.

—Me sorprende que precisamente seas tú quien no salga a follar. ¿A caso el gran playboy ha perdido su encanto? —Tony enarcó una ceja.

—Qué inocente, Capitán —dijo Tony con desdén—. Es sólo que no estoy de humor para salir de caza de esta noche. Llamaría a Pepper pero justo ahora debe estar bronceándose en algún lugar. También podría tratar de flirtear con Natasha pero no quiero amanecer muerto… en el mejor de los casos. Clint, bueno él tiene una severa fijación con su arco de la que no quiero saber más y Banner es un poco inestable —dijo suavizando el término que tenía en mente—. La verdad no me gustaría terminar follando con una cosa gigante y verde que podría matarme de una estocada. Nuestro joven y fornido dios acaba de marcharse y eso te deja como mi única opción esta noche —murmuró coqueto, acercándose al rubio. Steve perdió la capacidad de hablar por unos segundos cuando el aliento ajeno le rozó los labios, pero lo disimuló bien y permaneció estoico—. Pero no me interesas, Cap —declaró alejándose—. Eres demasiado, ¿cómo decirlo?… Nena

Y sin más lo pasó de largo dirigiéndose a su habitación.

Steve se quedó ahí parado, indignado y molesto. Él, preocupándose por el inútil de hierro y éste le salía con un «eres una nena y por eso no eres mi tipo». Resopló incómodo, como si le importara seducir a un mujeriego, egocéntrico, cretino, altanero, irrespetuoso y condenadamente sensual tipo.

Tomó la botella de whisky de la mesa y se sirvió una copa. La bebió de un solo sorbo y se sirvió otra sabiendo que no se emborracharía aunque acabara con la basta cava de vinos de la torre, pero debía descargar su enojo de algún modo, porque ¿Qué se creía Stark? ¿Un ser irresistible? Vale, quizá un poco. Pero su estúpido ego lo arruinaba todo. Alguien debería enseñarle modales, que no era el rey del mundo ni podía y por ahí menospreciando a todos.

Bebió otra copa y se encaminó al laboratorio del hombre de hierro.

Tony jugaba solitario e iba ganando cuando la puerta se abrió y un furioso Steve Rogers se acercó a zancadas veloces a él.

—¿Qué en los 40’s no tocaban la puerta? —se quejó el castaño, altivo—. Este es un estudio privado y…

Steve lo tomó por la playera negra de AC/DC que llevaba y lo levantó sin esfuerzo de la silla giratoria donde se hallaba, acercándolo lo suficiente para callarlo con el simple roce de sus labios. Tony lo miró confuso pero justo cuando Steve notó sus intenciones por quejarse lo besó con fuerza, quizá un poco –muy– rudo para el gusto, pues jamás había besado a nadie y mucho menos de ésa manera.

Tony cerró los ojos abiertos por la sorpresa pero no se movió ni un ápice. La situación lo había tomado desprevenido pero tenía una genuina e insana curiosidad por saber cuál sería el siguiente paso del valiente y mojigato capitán. Éste lo estrechó aún más contra su cuerpo pero fue Tony quien delineó los labios ajenos para obtener acceso a su boca. Steve accedió y Tony tomó el control, satisfecho, pero el rubio aprendía rápido, muy rápido, y sin aviso previo fue él quien dejaba sin aliento a Stark.

Se separaron ligeramente y Tony soltó un jadeo que desató el deseo del capitán, quien, sin poder contenerse, lo lanzó contra el sillón de cuero negro ubicado frente al ventanal y se posó sobre Tony.

Las cosas se ponían interesantes.

—Vaya, la nena melodramática decidió tomar el control —ironizó Tony entre jadeos.

—Pues ésta “nena” te hará tragarte tus palabras —amenazó Steve, ansioso como nuca se había sentido. Su cuerpo ardía y el deseo comenzaba a consumirlo, no reconocía su voz ronca y anhelante ni la creciente necesidad de tener el bronceado cuerpo de Stark gimiendo bajo el suyo.

Así que de alguna manera que ninguno de los dos previó, la playera de AC/DC terminó sirviéndole a Tony como una especia de almohada y mordaza, a la que se aferraba y mordisqueaba para acallar su necesitada voz cuando los labios y las manos de Steve lo recorrían insinuantes, dejando marcas rojizas en él y haciéndolo desear más de aquel toque.

Tampoco supo en qué momento ambos habían terminado desnudos, pues al parecer el Capitán era más rápido que su sentido de la percepción. No obstante, lo que sí percibió y bastante bien, fue el bien dotado miembro de Steve entrando en él sin contemplaciones o preparación alguna, fue un movimiento fuerte y conciso. Sin romanticismos ni delicadezas. Tony gimió con fuerza por el dolor, pero la ruda actitud del soldado lo excitaba más de lo que había imaginado. Porque, ¡por los dioses!  Eso era justo lo que había deseado para esa noche.

Jadeó de manera prolongada y casi agonizante ante la primera embestida, y gritó de dolor y placer en las subsecuentes, gruñendo el nombre de Steve. Al parecer el chico de la estrella podía sacar a pasear a su lado salvaje y olvidar por ahí al recto caballeroso si lo provocaba de la forma correcta. Debía decirle a JARVIS que anotara eso.

Steve lo besó de nuevo mientras Tony le arañaba el pecho inconscientemente, moviéndose al frenético compás que el soldado imponía. Era la primera vez que Rogers estaba con un hombre y estaba consciente de que no habría más hombres para él, no eran su tipo, sin embargo Tony Stark tenía algo que lo seducía, que lo incitaba y que desde hacía ya un tiempo le había estado gritando que tomara al héroe de hierro.

—Tony —lo llamó en un jadeó ansioso justo cuando llegó al orgasmo al sentí el cálido interior del moreno contrayéndose por la misma razón y esta vez fue Tony quien buscó sus labios, tomándolos con renovada pasión.

—De acuerdo —murmuró Tony con dificultad, pues todavía no regulaba su respiración—. Lo admito, no eres tan nena como pensé ─declaró. Steve lo miró serio.

—¿Sabes cuál es el problema contigo, Stark? —le preguntó el rubio al oído, sonriendo a causa del estremecimiento involuntario que provocó en el cuerpo del castaño.

—¿Que son irresistible? Lo sé, me lo dicen seguido —comentó tratado de ocultar el nerviosismo y la ansiedad que le provocaba tener el cuerpo de Steve todavía sobre el suyo y con su miembro dentro—.

—Que me subestimas en todo —aclaró Steve omitiendo el comentario de Tony, moviendo su cadera sutilmente y arrancándole a Stark algo similar a un ronroneo.

—¡Oh, vamos! Admite que te comportas como una princesa la mayoría del tiempo —se defendió Tony. Steve sonrió de lado y a esas alturas Tony no estaba seguro de lo que eso significaba—. Y nos remite que no soy el único con un problema aquí. —Steve enarcó una ceja, pero gruñó de placer cuando Tony abrió un poco más las piernas y empujó su pelvis, permitiendo que el pene de Steve llegara más dentro─. Pero no me refiero al hecho de que siempre caigas en mis provocaciones, Cap, sino a que  eso me encanta.

Steve tomó de nuevo los labios del castaño, acallando los gemidos que pugnaban por salir en el momento en que el soldado comenzó a embestirlo de nueva cuenta, está vez con un toque más lento e íntimo.

 

.

Después de su segundo orgasmo de la noche, Tony seguía mirando la regordeta Luna desde su sofá de cuero, bebiendo una copa de Brandy,  recostado en el pecho de Steve.

—Hay otro problema contigo, Capitán —dijo, ganándose la mirada curiosa del rubio—. Creo que te enamoraste de mí. —Steve abrió la boca para negarlo a morir pero Tony retomó la palabra—. Y de ser así, puede que tengamos el mismo problema.

—¿También te amas? —bromeó el rubio, sabiendo a lo que Iron Man se refería y sintiéndose estúpidamente feliz por ello.

—¡Por supuesto! —exclamó Tony—. Soy un ferviente narcisista y tendrás que vivir celándome del mundo y de mí mismo —le siguió el juego. Steve no pudo evitar reír con ganas antes de depositar un beso largo en la boca del millonario.

—¿Sabes? —murmuró Steve aún contra sus labios—. Acabo de descubrir que tendremos un nuevo problema, uno que quizá no te guste mucho —comentó bajando por su cuello. Tony lo miró atento—: a partir de hoy eres propiedad privada.

Y el laboratorio se llenó de gemidos nuevamente, reafirmando el inicio de una problemática relación.

.

Notas finales:

Espero que haya sido de su agrado. Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).