-De nuevo desapareces Sanji?
Solo sonreí mientras protegía con mis piernas la bandeja que llevaba de nuestro capitán.
-Dejalo que se marche de una vez, para una vez que liga ese estúpido....
Ni siquiera le conteste, me dí media vuelta dispuesto a bajar del barco.
-Espadachin-san no creo que se trate de un ligue, verdad?
El marimo se calló de inmediato, no fue capaz de responder... Que le sucedía? Era raro que no siguiera con sus burlas... “A que viene esa cara musgo?”
-Parece que es alguien muy especial... Me equivoco cocinero-san?
“Desde luego... él no es como los demás de eso estoy seguro...”
-Si... Noro-kun es muy especial...
Antes de darme cuenta se había escapado de mis labios... pero que mas daba? Como si fuera a importarme lo que pensaran de que...
-Entiendo.
Sin más Zoro dio media vuelta rumbo al interior del barco, apretando con fuerza sus puños... Que demonios había hecho ahora eh? Desde que llegamos a esta isla el comportamiento de ese estúpido había cambiado como de la noche al día...
-Me marcho mis damas!!!!
Olvidarlo, eso era lo mejor. Baje del barco y comencé a perderme por las calles de la ciudad. Conocía perfectamente el camino a su casa.
-La verdad no puedo negarlo... Hay algo que me hace volver cada día.
Recordaba claramente el día que llegamos a esta isla, el día que le conocí por pura casualidad... o más bien por mi amor a las damas...
-----------------------------------FLASHBACK--------------------------------------------------
Nuevo puerto, nueva ciudad... un nuevo lugar que explorar en busca de mis adoradas damiselas!! En cuanto todas las tareas estuvieron divididas salimos del barco, dejando al renito y a Ussop como encargados del barco. Si no recuerdo mal llevábamos casi dos semanas sin encontrar una isla habitada, por lo que primero tendría que surtirme bien en el mercado, aunque pensándolo bien podía encontrarme a mas de una damisela linda a la que admirar en el camino.
-Mellorines!!!!!!!!!!!
Dicho y hecho en aquel pequeño mercado un grupo de mis adorables damiselas conversaba tranquilamente, o eso creí hasta que me acerque lo suficiente.
-No quiero ir... por favor!!
-Solo tienes que entregarlo, si? Dejarlo en la puerta y marcharte!
-No!!
La chica salió huyendo chocando de frente conmigo. El pequeño paquete que llevaba estuvo a punto de caer al suelo como ella, pero los recogí a ambos antes de que pudieran dañarse.
-Se encuentra bien señorita?
-Eh? Esto... si.
Era una preciosa morena de pelo ondulado y ojos verdes... “Creo que me enamoreeeee!!!” Aun seguía divagando en mi mente sobre como seria cuidar a semejante damita cuando las demás se acercaron hasta nosotros.
-Dejate de tonterías y haz lo que debes Hariko.
-Ya os lo dije!! No voy a ir, ni muerta!!
-Hariko-chan?
Se volvió de inmediato hacia mi llamada, dedicándome una sonrisa de esas que me derretían.
-Un caballero como tu...
-Sanji, mi nombre es Sanji.
-Sanji-kun! Verdad que tu puedes ayudarme?
Ni siquiera lo pensé, menos cuando acaricio mi rostro con su delicada mano.
-Lo que sea y cuando sea!!! Su caballero de brillante armadura para servirle!!
-Gracias!!
Cuando quise darme cuenta caminaba por aquella larga calle en dirección a esa casa. El trabajo era tan sencillo que cualquiera podría hacerlo...
-Excepto el idiota del marimo que seguro se perdería... Jajajaja!
Apenas en diez minutos me encontraba a las puertas de aquella casa. La verdad si parecía siniestra, tan oscura... Seguro que esa era la razón de que mi bonita Hariko-chan no quisiera acercase.
-Hariko-chaaaaaaaaaaaan!!!!
Termine de andar el camino hasta la puerta, entretenido en mis bailoteos y fantasías de lo que ocurriría cuando volviera tras acabar mi tarea.
-Tan linda... mi bella Hari-chuan!!!!
Llamé a la puerta y espere a que alguien atendiera, pero los minutos pasaban sin ninguna respuesta.
-No hay nadie?
En ese segundo sentí como las cortinas de la ventana junto a la puerta se ondulaban, como si alguien acabara de tocarlas. “Me esta mirando y no sale? Por que?” No puedo negar que esto comenzaba a asustarme un poco... pero solo un poco si?
-Si no quieres salir dejare el paquete en la puerta y me marchare, de acuerdo?
Ya estaba dejándolo sobre el suelo cuando oí la puerta abrirse delante de mi. Lo primero que vi fueron sus pies, comenzando a subir hasta encontrarme con el que tanto miedo me daba hace unos segundos.
-Buenos días.
Solo era un chico, quizás de unos diecisiete o dieciocho, cabello castaño claro y ojos marrones. Ahora que lo miraba directamente parecía que era yo el monstruo que estaba asustándole y no al contrario.
-Bue.. buenos.. di...días...
No pude evitar reírme ante la timidez del chico, pero lo único que conseguí es que se escondiera dentro de la casa, cerrando la puerta tras de si. No puedo negar que sentí lastima por él, me despertaba simpatía después de todo. Lo más probable es que no valiera de nada pero aun así lo dije.
-Me llamo Sanji, encantado.
Otra vez las cortinas se movían, dejándome claro que seguía al otro lado de la puerta escuchando.
-Que tal si me invitas a tomar algo? La verdad es que tu casa esta bastante lejos del pueblo y uno ya esta viejo para estos trotes...
Mis palabras surtieron el efecto que esperaba, escuche una pequeña risita y como la manilla de la puerta parecía moverse lentamente.
-San... Sanji?
-BUUUU!!!!
El pobre chico salto del susto cuando aparecí de golpe ante sus narices, aunque enseguida su cara cambio a una sonrisa. La verdad es que parecía un buen chico, había tenido razón al intentar animarle.
-Entonces me dejaría pasar señor...
-Yo...
Parecía nervioso de nuevo, así que apoyé mi mano en su hombro tratando de tranquilizarle un poco. Conseguí que levantara de nuevo la vista, aunque sus ojos parecieran esquivarme aun.
-Dime tu nombre, si?
-No... Norou...
-Como?
-Mi madre... me lo puso...
-Entendido!! Entonces seras Noro-kun, ok?
La verdad no sabia si me estaba metiendo donde no debía, pero había algo que me hacia querer sacar a ese chico de esa miseria y soledad en la que vivía. No había mas que mirarle para saber que tenia miedo hasta de su sombra, y parecía que todo era culpa de su madre.... Quizás lo sobreprotegio? Desde luego ese nombre para un niño... “Quien llamaría maldición a su propio hijo?”
-Tienes cocina?
-Para que...
-Ah, cierto no te dije! Soy cocinero, lo menos que se espera de mi es que prepare unos aperitivos no?
Solo asintió guiándome en silencio hasta la cocina. En cuanto llegamos pude ver que apenas se usaba, aunque estaba en perfectas condiciones.
-Algo en especial?
-Eh?
-Dulce o salado?
-Mmmmm... Dulce.
-Eso esta echo! Veamos que puedo hacer con la compra que acabo de traerte si?
Comencé a cocinar en cuanto encontré los ingredientes que necesitaba, mientras notaba que se mantenía al margen, en el marco de la puerta observando todo lo que hacia con atención. “Dejemos que se acostumbre sino acabare por espantarle... Ademas con un dulce se conquista a cualquiera verdad?”
-Te equivocabas, encontré a mi ángel...
-Perdona? Es que cuando cocino no presto mucha atención, me concentro demasiado. Jajajaja!!
-No... nada... Solo recordaba algo... algo que me dijo mi madre....
--------------------------FIN DEL FLASHBACK----------------------------------------------
Estaba tan ensimismado que hacia un par de minutos que me encontraba frente a la puerta de la casa. Aunque ahora que miraba lo que tenía delante...
-Noro-Kun!
Raro no era la palabra... Desde cuando tardaba mas de un minuto en abrirme la puerta? “Nunca! Sabe a que hora vendré y me esta esperando... Siempre!” Entré tan rápido como pude, buscando con la mirada cualquier cosa que me diera una pista... Hasta que vi algo que me llamo la atención.
-Esa puerta... no la había visto jamas...
Una de las estanterías estaba fuera de su sitio, dejando a la vista una puerta. La abrí con cuidado, asomándome en su busca.
-Unas escaleras? Noro jamás me dijo que hubiera un sótano...