Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dos palabras. por Arian_Sly

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes del fic no me pertenecen, todos pertenecen a Marvel. Yo no saco absolutamente nada con este fic, más que diversión y gratificación personal al leer sus review :D

Este fic está dedicado a Max Arbatov, así que ahora tendrá que obligarse a sí misma a leer esto :lol:

Notas del capitulo:

Estoy realmente sorprendida de mí misma al haber acabado esto. Con este fic se rompe mi racha de drabbles de menos de 700 palabras y eso me hace sentir terriblemente feliz.

La verdad es que me gustó mucho como quedó, creo que los personajes no salieron demasiado de su personalidad y espero que les guste :3

DX no sé porque salió mal, según yo ya corregí espero que ahora sí 

Dos palabras (two words)

Sientes toda tu ira recorrer tus venas luego de que ese monstro verde ignore el hecho de que tú eres el legitimo rey de Asgard y te dé la paliza de tu vida. Es humillante, mucho, demasiado a decir verdad.

—Ahora sí te acepto el trago. —dices a modo de broma al hombre de metal en un vago intento de ganar tiempo para poder recuperar tu arma y materializarte lejos de todos esos fenómenos.  Pero no pasa.

 Estás rodeado por todos esos inútiles humanos con poderes que se hacen llamar vengadores y antes de que puedas decirles cuanto los odias, en especial a tu maldito hermano mayor, un bozal es colocado en tu boca impidiéndote hablar.

Miras con todo el odio que tienes a Thor y ruegas a tu padre Odín que te quiten el bozal por tres segundos para poder decirle dos palabras. Dos palabras que tienes atoradas en la garganta desde hace mucho, dos palabras que desearías poder decirle a gritos al idiota rubio que se proclama tu hermano… sólo dos palabras: Te odio.

No pasará, lo sabes y eso te pugna hasta lo más profundo de tu ser.  Lo odias, lo has odiado siempre, porque él siempre tiene que ser la luz que te hace parecer no más que una simple y vana sombra. Lo aborreces porque siempre se preocupó por ti, siempre te ayudó, siempre te anuló y no puedes concebir el hecho de no haberte dado cuenta antes de ello para haberlo evitado.

Pero ¿a quién quieres engañar? No hubieras podido evitarlo. Era inevitable. Más aun porque tú ni siquiera eres el hijo legitimo de Odín.  Eres el niño perdido e indefenso que el padre de todos encontró tras una batalla y por el que sintió tanta pena y lastima que acogió como su vástago.

Sientes una arcada al recordarte a ti mismo que ese amor paternal que tanto buscaste por años no era más que lastima. La misma lastima que sientes cuando encuentras a un pequeño minino mojándose bajo la lluvia. La misma lastima que en ese momento siente Thor por ti, la cual lo ha obligado a tomarte en sus brazos con delicadeza antes de guiarte a tu nueva celda de seguridad.

Quieres gritarle que lo odias, que lo odias con todas tus fuerzas, que odias esa estúpida manera dulce en la cual te trata, que detestas que te tenga lastima. No puedes. Y dudas mucho que en caso de decírselo él entendiera ese sentir.

Te sientas en una de las esquinas de tu celda no dispuesto a dar demostraciones de debilidad o quejas acerca de las lesiones que esa bestia verde te ha hecho. Eso no es digno de un príncipe y mucho menos de ti.

Un medico se encamina hasta tu encuentro para curar las heridas que tienes y ves que a su lado está tu medio hermano. Cierras los ojos y te dejas hacer. No hay más. La humillación que ya sientes no crecerá por más personas que te vean en ese estado –ya te han visto en cadena nacional ¿Qué más te da? –; lo único que crece es ese sentimiento de odio que tienes por tu hermano. Pero eso también ya da igual. No es como si a él le importara lo que tú sientas por él. Lo único que le importa es lo que sienta es asquerosa mortal cuando él la besa.

A ella también la odias. La odias mucho. No es justo que reciba todo aquello que debió ser tuyo ¡Ese amor que debió ser tuyo!

Ríes mentalmente a causa de tu absurdo pensamiento. ¿El gran Loki está celoso de una simple científica humana? ¿En serio? La bestia verde te hizo más daño del que creías, no sólo te ha dejado unos cuantos moretones, también te ha matado un par de millones de neuronas, de lo contrario no estarías pensado semejantes sandeces.

Decides cerrar los ojos y olvidarte de ello. Intentas pensar en cualquier cosa y automáticamente viene a ti el recuerdo de cuando caíste al abismo. Te pateas mentalmente. Realmente que te gusta auto lacerarte. Es una manía bastante desagradable y lo sabes. 

Abordas entonces otro recuerdo. El momento en el que te re-encontraste con tu querido hermano.

—¿Me lloraste? —le preguntaste cuando recién te encontró a Thor.

Claro que te llore. Y mi padre…

Lo callaste con un dedo antes de recordarle que Odín no era tu padre que nunca lo había sido y que por ende él no era tu hermano…

Aprietas un poco la mandíbula. No había atisbos de tristeza en su mirada, te dices a ti mismo, es casi imposible que te haya llorado.

Cuando estás emocionado de encontrar a alguien a quien pensabas muerto, lo más cuerdo es abrazarle y decirle lo mucho que le amas o lo mucho que le extrañaste. Por el contrario Thor puso su pesada mano alrededor de tu frágil garganta, como si tuviera intenciones de estrangularte.  Eso no es extrañar a alguien.

Quieres dejar de pensar, quieres dejar de sentir… sólo quieres poder dejar ir todos esos sentimientos que te oprimen el pecho. Es seguro que si pudieras decir esas dos palabras toda la pesadez que sientes en tu interior se iría. Pero no puedes. No puedes hablar por ese maldito bozal que hace sentir más miserable de lo que ya te sentías al recibir tremenda patiza propinada por los grandiosos vengadores. 

 

Abres los ojos desubicado al escuchar que la puerta de tu celda se abre y te impresionas al ver quien está delante de ti. Sonreirías pero es imposible con lo que tienes tapando tu boca, así que te limitas a levantar las cejas ante tu inesperada visita.

—¿Te desperté? —pregunta con lo que tú sientes como falsa dulzura el hombre al que más odias en el mundo. La puerta de la celda se cierra tras él y te das cuenta de que no hay nadie más en esa gran sala que tiene en medio tu hermoso palacio de cristal. —Quería aclarar las cosas entre nosotros. —Oyes murmurar al rubio y urges a tu mente regresar al sueño e ignorarlo —No tienes idea de cuanto te extrañe… cuanto te lloré, cuantas veces fui al abismo a esperar que regresaras.

Giras la cabeza no dispuesto a seguir viendo el semblante de tu más odiado enemigo. No es justo. No es justo que te diga todas esas cosas y tú no puedas decir nada, tú no puedas decirle cuanto te lastimo que te dejara caer, cuanto odiaste saber que se había enamorado de una humana… que no puedas decirle cuanto en realidad lo amas.

Zarandeas tu cabeza en busca de sacar ese pensamiento de ella. No puedes amarlo. Sería una tontería de tu parte, porque obviamente no serías correspondido. ¿Qué sentido tendría amar a alguien que te odia? No lo sabes y seguramente Thor tampoco por lo que te dice enseguida.

—Te amo —musita con la voz entrecortada y acercándose suavemente a ti —. Te amo, no sabes cuanto tiempo espere para decirte estas dos palabras: te amo.

Niegas vehemente con la cabeza. No lo puedes creer. No lo quieres creer, porque entonces toda la estúpida venganza que diseñaste no tendría ningún sentido. Necesitas que te odie. Necesitas ese porqué seguir peleando con él por el trono de Asgard, porque si te ama ya no tiene ningún sentido luchar.

—Cuando me di cuenta que estaba enamorado de ti… en ese momento —parlotea Thor sentándose a tu lado. Te levantas y le das la espalda, no soportas su cercanía. —En ese momento me dije: Thor, eres un iluso, él jamás sentiría algo así por ti. Pase horas deprimido pensando en eso y con la firme creencia de que con sólo recuperarte estaría bien. Pero estaba equivocado.

Golpeas tu cabeza contra el cristal fuertemente en un intento de que el golpe te aturda lo suficiente para que dejes de escuchar esas palabras. Ya no quieres seguir escuchando, porque si sigue hablando te romperá y eso es algo que simplemente no podrías soportar.

Se acerca a ti, te estrecha en sus brazos antes de darte la vuelta y plantarte un beso sobre el bozal que llevas puesto. Cierra los ojos y tú casi puedes sentir que sus bocas realmente están conectadas. Lleva sus manos a tu cintura y la acaricia gentilmente haciéndote temblar en el acto.

Tragas duro. Quieres que se aparte de inmediato pero al mismo tiempo quieres que no pare jamás, quieres que esta ahí, estrechándote entre sus brazos a ti y sólo a ti.

Las esposas no te dan gran capacidad de movimiento, pero puedes poner tus manos en sus hombros e intentar acercarlo más a ti. Es lo único que puedes hacer en ese momento para estar más cerca de él.

Abre sus ojos y te ve con esos zafiros que tanto te gustan antes de regalarte una sonrisa. Lleva sus manos a tu bozal y lo desactiva ante desquitártelo y apresar tus labios con algo diferente y mucho más placentero.

Te das permiso de cerrar los ojos por un segundo y disfrutar el toque. Disfrutar de Thor tocando tu cabello y acercando tu cara más y más a la de él. Disfrutas como su lengua se cuela en tu boca y juguetea con la tuya antes de delinear tus caninos casi invitándote a que lo muerdas.

—Te necesito. —jadea en tus labios antes de que tú vuelvas a apresarlos. No quieres oírle y no quieres hablarle. No ahora. Arruinarías el momento, porque sabes que siempre lo haces con tus venenosas palabras, y es simplemente que no puedes evitar echarle en cara todo ese amor no correspondido que has tenido por él durante años y que ha terminado por convertirse en odio.

Con desesperación besas sus labios y acaricias su cabello salvajemente. Sientes su barba picarte ligeramente cuando lo besas con más fuerza y disfrutas esa sensación como ninguna otra en este mundo. Te hace sentir vivo.  

—Espera. —Te pide Thor tomándote de las muñecas y apartándote de él —Necesito saber si…

—¡Maldita sea! —gritas consternado. No quieres eso, no quieres dar explicaciones y mucho menos que te las pida. No quieres decirle que lo amas, ni que lo necesitas. No puedes rebajarte tanto, no quieres hacerlo… —Sólo tómame —ruegas apretando los puños mientras intentas acercar tu cara para besarlo —. Hazme sentir que por una maldita vez soy la persona más especial en tu vida y no necesitas nada más en el mundo. ¡Sólo una vez!

—Dime que me amas. —te pide y sientes que tus ojos se aguadan. Le ruegas mentalmente que no te haga eso, que no te humille así para que después tenga tiempo de contarte de su hermosa aventura con la científica. No quieres eso.

—Te odio —murmuras arrepentido de que todo eso haya pasado. Arrepentido de que te haya quitado el bozal, arrepentido de alguna vez haber sido rescatado por Odín. Simplemente arrepentido. —¡Te odio! —Gritas al borde del llanto —… Te odio.

Ves la consternación en la cara de Thor. No sabe que hacer. Él también desea seguir, pero lo has herido y cree que lo mejor es que estés solo… pero contra todo pronóstico no se va.

Una vez más te estrecha en sus brazos y te besa, pero a diferencia de los otros besos este es dulce y casto. —¿Si te pido que me digas que me odias, entonces me dirás que me amas? —pregunta antes de comenzar a deshacerse de tus ropas.

No tienes palabras. Su ligera sonrisa surca tu rostro antes de que comiences a lagrimear. Que patético eres, te dices a ti mismo, pero no importa. No importa porque ahora él está ahí, contigo, haciéndote sentir que eres lo único en su mundo.

Atraes su rostro a ti de nueva cuenta y los besas demandante. Quieres que sienta toda esa necesidad que tú también tienes por tenerlo cerca, por tenerlo a tu lado, por tenerlo dentro.

Entre besos y caricias no entiendes como terminaron desnudos. Pero está bien. De esa forma tan vulnerable uno frente al otro, sin armadura que los proteja de nada, puedes entregarte a él y esperas que él pueda hacer lo mismo contigo.

Besa tu cuello mientras te aprisiona contra su pecho y te hace sentir que está tan deseoso como tú de que esto vaya más lejos. Con la poca sutileza que tiene te tira sobre la litera que hay en la celda y se sube a horcajadas sobre ti para reanudar su sesión de besos que atraviesan todo tu cuerpo.

Comienza en la boca y lentamente como una caricia suave tanto de su boca como de su barba comienza a bajar por tu cuello haciéndote suspirar. Continúa su trayecto hasta que se topa con tu pezón izquierdo y lo lame gentilmente antes de torturarlo entre sus fuertes dientes. Después es turno del pezón derecho, con el cual repite el cruel acto que ha logrado quitarte la poca cordura que tienes.

Jadeas fuertemente y te fuerzas a ti mismo a no gemir por más. Pero te es imposible reprimir un gemido cuando Thor lleva sus fornidas manos a tu entrepierna y comienza a masajearla suavemente, sólo lo suficiente para tenerla bien despierta en una tortura que parece interminable.

Tus brazos, tus manos, tu abdomen, tus glúteos, tus piernas, tus pies… tu entrepierna, todo tú terminas lleno de esas suaves caricias.

No quieres ser el único que goce del éxtasis, por lo cual en un ágil movimiento –que reciente tus recientes heridas de batalla –te colocas encima de tu hermano y atacas su entrepierna con tu boca, logrando arrancarle al gran Thor, príncipe heredero del trono de Asgard un ronco gemido que nunca antes habías escuchado salir de su garganta.

—Por Odín —gime Thor mientras tú sacas y metes su miembro en tu boca para darle el mismo placer que él te proporcionó a ti con tan gentiles caricias —Loki, sí, sigue…

Acatas su orden y no paras de complacerlo hasta que el mismo te detiene. Le miras con un signo de interrogación alojado entre las cejas y él te sonrié antes de darte un demandante beso en los labios y tú lo correspondes sintiendo que la sangre de tu cuerpo vuelve a bombear con intensidad esa zona en ti que disfrutó tanto de las caricias del rubio.

—Quiero terminar dentro de ti —te dice de manera insinuante Thor dejándote bajo él de nueva cuenta y guiando uno de sus dígitos hasta tu entrada cuando tú menos te lo esperabas. Saltas al sentir el invasor, pero él te tranquiliza con besos y caricias alrededor de tu cuello con los cuales sientes que te elevas a las nubes. Un segundo y un tercer digito hacen su aparición dentro de ti antes de ser remplazados por el miembro del dios del trueno. 

Gimes de dolor al sentir la intrusión llegar hasta lo más profundo de ti. Thor siempre logra llegar a lo más profundo de ti en todas las formas, te dices a ti mismo mientras jadeas violentamente y te muerde el labio inferior para no aullar de dolor.

—¿Te duele mucho? —te pregunta preocupado el rubio y tu niegas suavemente con la cabeza —¿Puedo continuar?

Asientes con la cabeza un par de veces y entonces Thor comienza a moverse. Rechinas los dientes y tratas de que esas traicioneras lágrimas no salgan de tus ojos. Thor sigue besándote y dando embestidas lo más suave que puede. Hasta que toca ese punto en tu interior que te obliga a decir su nombre.

Las estocadas siguen aumentando el ritmo paulatinamente haciendo que tus gemidos se hagan más y más fuertes mientras que tus manos se aferran a sus hombros.   De un momento a otro lleva su mano a tu miembro y comienza a bombearlo fuertemente. Jadeas su nombre un par de veces y entonces todo acaba.

Él grita tu nombre y tú el suyo. Sientes algo caliente invadirte por dentro al mismo tiempo que algo viscoso mancha tu abdomen y su mano.

Cierras los ojos y te acurrucas contra la dura e incomoda almohada que en ese momento se te antoja está hecha de plumas, mientras Thor acaricia tu cabello suavemente y  te susurra lo maravilloso que eres al oído.

No quieres quedarte dormido, porque sabes que cuando despiertes las cosas volverán a ser iguales. El mismo odio absurdo te invadirá nuevamente y sentirás celos hasta de que el aire toque a Thor.  Cuando despiertes él volverá a ser la luz y tú no más que una sombra.

—Quiero decirte dos palabras —dices ahogando un bostezo y acurrucándote en su brazo —, quiero que me escuches y que lo recuerdes.

—¿Dos palabras? —Te pregunta Thor con una sonrisa delineando tus labios con su pulgar —¿Serán: te amo?

—No —niegas con el entrecejo fruncido —. Te odio.

Un atisbo de tristeza se asoma en los ojos azules Thor y tú te acercas a darle un beso antes de susurrarle en los labios —Tengo otras dos palabras para ti. —Thor no contesta en espera de otras palabras hirientes. Sonríes  y entonces dices en voz alta aquello que no piensas repetir nunca más —Te amo.

Dos palabras que palpan todo lo que sientes por Thor. Dos palabras que te libran de toda opresión que sentías en tu pecho.  Dos palabras que te hacen sentir lleno, feliz y pleno. Sólo dos palabras: te amo.

Thor te besa tiernamente y te acaricia el cabello con renovada pasión, pero tu estas demasiado cansando como otra ronda. —Te amo —te susurra el también besándote y sientes que has llegado al éxtasis por segunda vez en la noche.   

Es increíble como dos simples palabras pueden hacer de ti, Loki, antiguo rey de Asgard, el hombre más dicho del universo. Sólo dos palabras dirigidas y provenientes del hombre perfecto. —Te amo.

Notas finales:

Este es el final. No, no creo que haya continuación porque francamente me partí el cerebro en pequeños y diminutos pedazos haciendo esto xD 

Espero de todo corazón que les haya gustado tanto como a mí.

Recuerda cada review que dejas equivale a un dólar de Tony Stark en pos de la capa de ozono. Piensa en tu futuro y ayúdanos a salvar el planeta.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).