De los caballeros del zodiaco, Pegasus es la fuerza de los cielos, aquel que es un líder nato, lleno de bondad y nobleza, que guiara a sus compañeros a la batalla y les infundirá la voluntad para desafiar cualquier adversidad…
El dragón, aquel que con su sabiduría y paciencia, servirá de guía en los momentos mas desesperados…
El Fénix, aquel que se levante de entre las cenizas una y otra vez, el caballero que podría librar una batalla eterna, y que sin importar la fuerza de su adversario, lo derrotara, para luego regresar a la vida una vez mas, en el vuelo de sus alas de fuego. El protector de sus camaradas.
El cisne… el caballero de los hielos, aquel que es fortaleza y belleza, sus ataques… mortales. Un caballero tan frio como el hielo, de un corazón cálido y noble como los rayos del sol.
Y finalmente, pero no menos importante, Andrómeda, quien juega un papel crucial, el caballero Andrómeda no puede ser un alma violenta, debe ser noble y sacrificado, dispuesto a sacrificarse `por los demás, un ser de sentimientos y alma pura… tal como lo fue la reina Andrómeda, quien se sacrifico por su pueblo. Además de las características antes mencionadas, este caballero debe tener un gran cosmos. Solo de esa manera puede obtener el traje de Andrómeda. Hay ocasiones que hasta doscientos años pueden pasar, sin que alguien obtenga esta sagrada armadura, porque un ser destinado a ella aun no ha nacido. Se cuenta, que en todas sus encarnaciones, el caballero Andrómeda posee una belleza deslumbrante… que es capaz de atrapar a cualquier corazón… pero es mas efectiva en los hombres, estos sin importar su poder, si son caballeros o dioses, en algún momento caen rendidos a lo que es llamado “Magnetismo Andrómeda”.
Sin embargo… solo el caballero Andrómeda, escogerá a aquel que verdaderamente ame, este “magnetismo” se da de improvisto, sin que nadie pueda predecir en que momento aparecerá… o cuando se detendrá…
Es creencia general, que este magnetismo solo se detiene, cuando el caballero Andrómeda encuentra a su persona destinada… y estos se entregan en cuerpo y alma. Sea hombre o mujer… y si este es hombre, será, un caballero superior a los demás, en cosmos, en fuerza, en buenos sentimientos…
La paz había llegado para quedarse en el Santuario de Athena, después de enfrentar a los caballeros de oro de las doce casas… los caballeros de bronce habían quedado muy malheridos, sus armaduras, destruidas…
Saori aun tenía que acostumbrarse a todos los cambios que conllevaba su condición de Athena.
Todos los caballeros del Santuario le habían dado la bienvenida con regocijo, y a falta de un maestro que la asistiera, ella había tenido que llevar a cabo demasiadas funciones y se había visto rápidamente abrumada por todas ellas.
Y ahora… una preocupación más se sumaria a su lista…
Brillaba, como diamantes resplandecientes sobre el cielo, la constelación de Andrómeda brillaba… los pocos sobrevivientes de la isla Andrómeda, sabían que un momento importante había llegado.
Solo esperaban… que todo pudiera marchar tranquilamente…
Albiore, contemplaba a la constelación de Andrómeda, desde su nuevo hogar, una isla un poco mas al norte, la cual era la nueva isla Andrómeda.
“Shun, espero que puedas superar esto, y que no se convierta en motivo de sufrimiento para ti…
Los caballeros de bronce, descansaban en las instalaciones del Santuario, estaban cercanos a recuperarse de sus heridas… aunque el que la estaba llevando peor era Shun… la rosa blanca de Afrodita le había robado la sangre en su totalidad, y Athena las había tenido negras para regresarle a la vida, requirió la asistencia de Mu… además de las múltiples heridas en su cuerpo, y de que había hecho explotar su cosmos, para salvar la vida del caballero del cisne…
Cada caballero tenía una habitación para el solo. Quizá era una fortuna que fuera de esa manera, porque en esos momentos, el cosmos del caballero de Andrómeda, estaba respondiendo a un estimulo externo… se hacia mas cálido y suave… Shun siempre tenía un aire de inocencia en el rostro, pero ahora, esa inocencia se mezclaba con algo más… como si brillase…
Y en esos momentos… solo Afrodita podía competir con Shun en belleza… y aun así, Shun ganaba por un reducido margen.
_ ¿Aun no despierta?- un Ikki malhumorado estaba en la casa de Aries, se había recuperado en su totalidad de sus heridas… era muy fuerte, ya ni siquiera tenia que llevar los vendajes.
_ Ten en cuenta que la condición de Shun es muy seria, no solo utilizo casi el total de su cosmo energía en la batalla, sino que también perdió toda la sangre a manos de la rosa blanca del caballero de Piscis, mi maestro y Athena hicieron todo lo que pudieron, solo nos queda esperar que despierte- Kiki miraba al malhumorado fénix caminar como si fuese león enjaulado.
_ ¡Pero Seiya, Shiryu y Hyoga han recuperado la consciencia al menos!- se empecino el fénix… y es que la preocupación lo estaba carcomiendo, si tan solo Shaka se hubiese apresurado mas en pedirle ayuda a Mu y hubiesen regresado antes… ¡tenia que haber estado allí para proteger a su hermano de todo peligro!
_ ¿No crees que estas exagerando? No vas a poder proteger a Shun de todo y de todos por el resto de su vida, ten en cuenta que Shun también es un caballero y tiene que librar sus batallas solo. ¿Qué pasaría si murieras? Le sirves mas a Shun estando vivo, que muerto por haberte exigido mas de lo que tienes- dijo Kiki, mientras observaba el cielo distraídamente…
La constelación de Andrómeda brillaba… le preguntaría a su maestro que era lo que estaba pasando…
_ La constelación de Andrómeda…- el fénix también se había dado cuenta de su brillo, y la opresión que sentía en el pecho pareció multiplicarse por 10.000-
_ ¡No te angusties! Seguramente es buena señal- dijo Kiki al ver como el fénix tenia toda la intención de subirse las 12 casas a la velocidad del rayo para regresar al Santuario junto a su hermano.
_ Igual, iré a ver como esta Shun- le pasó por el lado al aprendiz de Aries para emprender el largo ascenso…
Kiki suspiro mientras lo veía alejarse, solo rogaba porque Shun despertara pronto, ya estaba mas que cansado de tener que lidiar con un sobre exaltado fénix que venia cada 3 días a preguntar porque su hermano aun no despertaba.
Athena estaba mirando al cielo desde el balcón… sentada detrás de ella estaba Shiryu, tomando una tasa de te… había estado hablando al menos una media hora.
_ Partiré a buscar a mi maestro- aseguro el joven caballero.
_ Ruego porque acepte mi oferta, necesito de su ayuda porque ya no se que mas hacer- dijo ella- Siento que todo se me esta escapando de las manos, además Shun…
_ Estoy seguro de que Shun despertara, a pesar de todo, el es muy fuerte.
_ Si, ruego porque despierte y así pueda atenuarse un poco la preocupación de Ikki- dijo ella volteándose para ver al caballero del dragón.
El pelinegro no dijo nada, sabia que la preocupación estaba acabando con Ikki… y también rogaba para que Shun despertara… fue cuando tanto Athena como el, lo sintieron.
El cosmos de Shun estaba liberado.
Sin decir nada los dos corrieron hacia la habitación de chico… encontrándose por el camino a Seiya y a Hyoga.
_ ¿Qué sucede?- Hyoga es quien pregunta mirando a la puerta cerrada de la habitación de Shun, con la preocupación pintada en el rostro.
_ Creo que alguien debe estar atacando a Shun- dijo Seiya.
Intentaron abrir la puerta, pero esta no cedía…
_ No siento ningún cosmos en esa habitación además del de Shun, además no creo que Ikki deje a alguien acercarse, lo quemaría vivo- dice Shiryu mientras observa pensativo la puerta.
Seiya rio entre dientes imaginándose la escena, y es que los guardias del templo ya habían tenido sus encontronazos con Ikki, quien había asumido la guardia de la habitación de Shun, las 24 horas era mas que difícil hacerlo abandonar su puesto, salvo cuando iba a la casa de Aries a interrogar a Mu.
_ No podemos simplemente marcharnos dando por sentado que todo este bien cuando ni siquiera hemos visto si es así- dijo Hyoga determinado a abrir la puerta…
Athena se aparto cuando vio las intenciones de Hyoga, iba a usar el polvo de diamantes…
Pero no fue necesario, a la puerta se abrió, y un tambaleante Shun se asomo por ella, con desconcierto.
_ Hola muchachos… yo… lamento haberlos preocupado- estaba pálido, lucia muy débil. Pero había algo en la expresión de su amigo…
Lo miraban anonadados, como si nunca lo hubiesen contemplado bien… y es que en esos momentos… era como si lo estuvieran viendo por primera vez.
El momento fue interrumpido por un Ikki que llegaba a toda velocidad, hasta que estuvo junto a Shun sirviéndole de apoyo, y es que lo había visto apoyado en el marco de la puerta, casi sin poder tenerse en pie…
_ ¡¿SE PUEDE SABER QUE CARAJO LES PASA QUE NI SON CAPACES DE AYUDARLO?! ¡¿QUE NO VEN QUE CASI NO PUEDE TENERSE DE PIE?!- prácticamente les rugió a los paralizados caballeros de bronce…
La suave mano de Shun se poso en su hombro.
_ Tranquilízate hermano, no te molestes con ellos por favor.- le pidió Shun, que como siempre odiaba la violencia…
_ ¿Qué haces levantado Shun? Aun estas muy débil para salir de la cama- le dijo en un tono represivo aunque bajo- Vamos, te llevo- y ante la mirada de sus compañeros, levanto a Shun del suelo. Este con un ligero sonrojo en sus mejillas…
¡¿Qué demonios es lo que me sucede?! ¡¿Por qué pienso en Shun de esta manera y tan de repente?!- Shiryu aparta la mirada de su amigo y la centra en cualquier otra cosa, buscando recuperarse… y es que solo cuando veía a Shunrei es que tenia esa clase de reacciones… y… ¡No podía ser que también le gustara Shun! Era como un hermano para el. Todo esto era demasiado repentino.
_ Bueno… yo iré a empacar mis cosas y partiré en busca de mi maestro a los cinco antiguos picos- pudo decir Shiryu cuando recupero la suficiente compostura, marchándose del lugar lo mas rápido que pudo sin que fuera a levantar sospechas.
Hyoga no sabia explicar que infiernos era lo que le estaba sucediendo… no podía apartar la mirada de los hermanos, en ese momento Shun estaba acomodado en la cama, con la espalda y la cabeza apoyadas en las almohadas que Ikki le había preparado, al parecer, el fénix estaba interrogando exhaustivamente a su hermano para saber como se encontraba… y Shun, con una sonrisa le aseguraba que se sentía lo suficientemente recuperado…
Athena había pasado a la habitación hacia un rato y estaba sentada frente a Ikki, al otro lado de la cama de Shun. Al parecer esperando que el caballero fénix terminara de hablar con su hermano…
Sacudiendo la cabeza y recriminándose cruelmente a si mismo para recuperar el control, Hyoga volteo a mirar a Seiya… quien seguía paralizado, poso la mano en su hombro…
_ ¿Te esta pasando lo mismo que a mi, amigo?- pregunto el cisne a su compañero de batalla, que pareció regresar bruscamente de sus elucubraciones ante sus palabras y su toque.
_ ¿Es mi imaginación o Shun…?- Seiya no termino la pregunta.
_ Creo que nos estamos volviendo todos locos…- dice Hyoga, sacudiendo la cabeza…
Lo que siento por Shun es agradecimiento, un profundo agradecimiento y respeto… por haberme salvado la vida, no tendré como pagarle semejante sacrificio, eso es todo… Shun es como mi hermano. ¡Mi hermano!
Ikki volteo hacia la puerta, allí seguían Hyoga y Seiya… algo en eso le molesto, no supo exactamente que…
_ ¿Se van a quedar allí toda la noche? No necesitamos guardia. YO puedo cuidar a MI hermano perfectamente.- dijo, cada silaba cargada de molestia…
_ Esto… lo lamento, yo ya me voy- Seiya salió de allí tan rápido como dices “Pegaso”.
_ ¿Qué es lo que quieres, pato?- Ikki se cruzo de brazos. En la habitación, Shun seguía hablando con una atenta Athena. Quien se interesaba por su salud y le preguntaba si había algo que pudiera hacer por el, o si había algo que necesitara…
_ ¿Qué demonios es lo que te pasa?- espeto Hyoga, pasándole por el lado después de lanzarle una mirada asesina…
Shun se preguntaba porque Saori estaba tan atenta con el… aunque seguramente debía deberse a que los había preocupado demasiado a todos… se sintió culpable… pensó una vez mas en su hermano cuando había llegado a la habitación… se avergonzó un poco de que lo hubiera levantado en brazos ante la mirada de todos…
_ No te preocupes mas por mi Saori, estaré bien… creo que lo único que quiero saber es que pasara con la armadura de Andrómeda- dijo el peli verde, bastante consciente de que su amada armadura y la cadena de Andrómeda habían quedado inservibles, completamente destruidas luego de la batalla con el caballero dorado de Piscis.
_ No te preocupes Shun, Mu se esta haciendo cargo de las armaduras, creo que las dejara mucho mejor a como estaban… buenas noches, creo que necesitas descansar. Buenas noches, Hyoga- repuso cuando vio al caballero acercándose…- Buenas noches Ikki- dijo al caballero que estaba de pie en el marco de la puerta de la habitación, con los brazos cruzados y una mirada asesina que no le quitaba nadie.
Ella se marcho… algo perturbada por esa sensación que Shun le estaba provocando… sabia que era alguna especie de energía, pero era mas asfixiante cuando estaba en su cercanía… y también se había dado cuenta de la parálisis temporal de los caballeros al verle…
Suspiro… quizá cuando llegara el viejo maestro tendría alguna respuesta… aunque mañana le preguntaría a Mu, el era la segunda mejor opción… se dio cuenta de la mirada disgustada de Ikki y solo esperaba que no hubiera pleito para mas tarde… no necesitaba tener a sus caballeros peleándose entre ellos, los necesitaba unidos.
Y a pesar de que todo el Santuario ahora la reconocía como lo que era y estaban dispuestos a protegerla, ella seguía con sus reservas y solo confiaba ciegamente en sus caballeros de bronce.
Shun le sonrió amablemente a Hyoga, y el rubio tuvo la sensación paralizante… no podía creer haber estado tan ciego para no darse cuenta de que Shun tenia una sonrisa tan hermosa…
_ Me alegro que hayas despertado…- acierta a decir, para que no fuera evidente su desasosiego.
_ Yo lamento mucho haberlos preocupado a todos- dice Shun.
_ No te preocupes no es tu culpa- se apresura a decirle Hyoga, sabe la tendencia de Shun a culparse a veces por las coas, aunque fueran mínimas, y no le gustaba la idea de Shun sintiéndose culpable- Tu solo esfuérzate en recuperarte…
En ese momento a Shun se le escapa un bostezo que trata de disimular… pero eso no engaña a Ikki.
_ Es hora de que descanses Shun, vamos pato, déjalo dormir- dice el fénix.
Hyoga cierra los puños furioso… odia cuando ese… le dice “pato”. Pero se contiene para no comenzar a discutir delante de Shun, sabe que al chico no le gusta la violencia…
Y que adora a su hermano… aunque no puede concebir como es que siendo hermanos son tan diferentes… porque Shun era… único. Era dulce, noble, un gran amigo e Ikki era… un verdadero maldito bastardo cuando se lo proponía.
_ Vuelve a decirme “pato” y te congelare el culo, pajarraco- dijo entre dientes al pasar junto al fénix y salir de la habitación.
Ikki se rio entre dientes y se gano una mirada curiosa de parte de Shun.
_ ¿Qué es tan gracioso?- pregunta.
_ Nada, ahora quiero que descanses, vamos, necesito que te recuperes pronto. ¡Y no quiero que vuelvas a darme un susto así nunca mas!- añade.
Shun le sonríe… ¡Dios, podría jurar que su sonrisa es mas hermosa que antes!
_ No lo hare- le dice… para luego volver a bostezar…
_ Vamos, ya a dormir- le dice Ikki.
Shun se ríe un poco, mientras se acomoda en la cama dispuesto a dormir… pensando que su hermano… siempre tendría el roll de hermano mayor. No que se quejara. Quería mucho a su hermano.