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El precio de un beso por gabinekochan

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Notas del capitulo:

Capitulo final, muchas gracias por sus reviews; espero que les guste.

 

Bye.

 

Draco Malfoy, el cabron mas sensual de Hogwarts, era un mujeriego, un especialista del coqueteo, un dios en la cama y un jodido desalmado que cambiaba de amante cada semana; al menos, eso era lo que decían los estudiantes que habían sentido el gran placer de haber estado bajo su cuerpo. Obviamente esa reputación de “gigoló hijo de puta” lo había perseguido desde hace varios años, prácticamente desde que entro a la pubertad; lo más curioso de todo (Al menos para cierto león) era que todos esos comentarios provenían de diversas chicas con una autoestima tan alta como la estatura del profesor Flitwick. Para Harry solo eran desesperadas, impotentes que necesitaban de una apariencia de prostituta para llamar la atención ¡Fulanas de mierda que nadie quería! y que por lo tanto usaban al “pobre” de Malfoy mediante chismes sin fundamentos ¿Pero eso porque habría de importarle al gran Harry Potter? Al gran machote de Potter no le interesaba, claro que no, para nada…solo le picaba la curiosidad, solo eso.


Pero por más que quisiera negarlo y evadir la realidad, nuestro amado cara rajada había admitido que el rubio le…


 - No, es imposible – comento Potter mientras caminaba en círculos  por su habitación con cierto aire de frustración.


Potter acepto sin duda alguna que el jodido Malfoy había conquistado su…


- Que no, no lo acepto – Potter adquiría poco a poco la actitud de un loco a punto de sufrir una crisis, aparentemente el obstinado minino aun no deseaba ver que el rubio le movía todo. Incluso cuando se hacia una paja imaginaba cierto cuerpo sobre el suyo, susurrando en su oído obscenidades que lo ponían más caliente, tomando su erección con sus finas manos para empezar a hacerlo sufrir lentamente mientras el placer se lo carcomía por dentro, se dejaba llevar por la sensualidad de la serpiente al punto que deseaba que ese rubio de mierda lo poseyera de una forma tan tosca y violenta que el sentarse fuera una proeza para el león, quería fervientemente besar esos labios que lo habían vuelto loco en la sala de menesteres y obviamente deseaba gemir su nombre incesantemente por horas y…


- ¡Y una mierda! – el grito que pego el moreno fue lo bastante estridente para lograr despertar a sus compañeros de cuarto, dando como resulto, varias almohadas e insultos hacia el salvador del mundo mágico; y es que, sufrir una crisis existencial a las tres de la mañana era un jodido suplicio para cualquiera. La última conversación que había tenido con el rubio había sido en el pasillo, donde además de romperle la cara, rompió con su poca confianza; y lo peor de todo, es que ese maravilloso encuentro, había sido hace un par de meses. Harry se juraba a si mismo que olvidaría todo lo sucedido en la sala, pero desafortunadamente no había podido por más que lo intentara; incluso llego a pensar en Voldemort en vez de Draco cuando recordaba tremendo beso, pero solo logro imaginar al sin nariz con cabellera rubia y evidentemente vomitar del asco era lo único que provocaba. ¡Todo era culpa del mismo Harry! Ni siquiera podía odiar al rubio por haberlo “enamorado” (*Imaginar a Potter con cara de repugnancia por la palabra anteriormente dicha*) ya que la apuesta había sido su idea, era un puto crio; que las hormonas volvían loco a cualquiera y experimentar no estaba prohibido.


Si, obviamente decidió  ir detrás de Ginny para olvidar todo el asunto y tener un futuro asegurado como sus padres; pero después de pensarlo un rato, eso sería demasiado bizarro. Claro que Harry deseaba una familia, pero no quería ser la jodida replica de sus progenitores; su madre era pelirroja, Ginny lo era igual, él se parecía a su padre y solo por ese simple hecho no quería representar una versión joven del matrimonio Potter. Y si que le había costado mucho el buscar una excusa tan válida para no salir con Ginny… perdón, le había costado darse cuenta de ello; era patético, Harry lo sabía, pero no quería herir a nadie ni mucho menos quería atarse a una persona que ni siquiera lo ponía a mil con solo mirarlo.


- ¡Vete a dormir de una puñetera vez! – el grito proveniente de Ron hizo que volviera al mundo real con un ligero salto, quien iba a decir que su mejor amigo poseía una actitud tan decente en la madrugada;  ni modos, dormir era lo mejor que podía hacer en ese momento. Solo si podía pegar el ojo con lo que le quedaba de tiempo antes de levantarse para ir a clases.


***


Hogwarts era el lugar más pacífico de todo el mundo, la guerra había terminado y todos vivían amenamente; el pleito que duro muchos años, por fin, había acabado de un momento para otro. La noticia de que el gran Harry Potter y el niñato de Draco Malfoy habían finalizado sus momentos de insultos y golpes, había maravillado a todos; ni siquiera se miraban cuando se encontraban en algún pasillo o aula ¡¿Habían madurado finalmente?! No, uno estaba demasiado calenturiento como para sufrir una erección de campeonato en plena clase si se fijaba en cierto rubio; y el otro estaba tan peleado con su vida, que ni se daba cuenta que existía vida en este planeta además de la suya. Adolescentes a fin de cuentas, idiotas y pendejos como ellos solos; y tan orgullosos que no daban con una solución fructífera a sus minúsculos e insignificantes problemas, y pensar que habían participado en una verdadera guerra donde sus culos corrían el riesgo de ser pateados por el mismísimo Voldemort. Patéticos a decir verdad. Pero eso no le importaba al mundo mágico, solo les importaba seguir vivos con el pensamiento de que  todos eran perfectos heterosexuales que le traerían más prestigio a la grandiosa Inglaterra; no cabía ni la más remota ocurrencia de que el afamado salvador, era tan gay que hasta a él le sorprendía ese hecho.


Era una hermosa mañana en el gran comedor, cada estudiante se mantenía en su mesa sin provocar disturbio alguno con los demás; parecía un colegio religioso y eso era decir mucho. Los leones seguían con su aburrida rutina, y como era usual, el mugre de la pequeña Weasley no se despegaba de Harry Potter; todo en su ser daba a conocer que era una mimada necesitada de atención, un jodido fastidio el cual Harry debía soportar por educación y “cariño”.


- Vamos Harry – la voz de Ginny hastiaba de sobremanera a Harry ¿Cuántas veces se lo había pedido ya? ¿Siete? Tal vez nueve.


- No quiero – comento el león con una voz  de puro y real cansancio, que no quería hacerlo ir y punto; le estaba hartando, pronto llegaría a su límite y le valdría poco que la pelirroja diera otro espectáculo bochornoso de lagrimas y lloriqueos en pleno comedor. Y el que ella se pegara a su brazo como un salvavidas, no ayudaba en nada; si sabía que le gustaba, pero esto era pasarse de lo normal.


- Anda Harry, yo apoyo esa idea; los acompaño si quieren, pero solo hasta cierto punto. – su amigo Ron tampoco era de mucha ayuda, si tantas ganas tenía de hacerlo, bien podía ir con su hermana, complacerla y dejarle la tortuosa vida en paz, si es que eso era posible.  – Serias un estorbo Ron, quiero estar sola con Harry; lo que hare será para él, no para ti – genial, ahora ella decía eso con tal seguridad que aparentemente la idea de ir a medirse ropa barata era un acto… ¿Qué? ¿Sensual? ¿Atractivo? ¿Excitante? Ni mierda, más atrayente era un hombre lobo y seguramente le haría sentir más cosas que Ginny en toda una puñetera vida; genial, ahora ella le hacia esos ojos de animal muerto, que según ella, eran la clave para conseguir lo que deseaba.


- Bien – exclamo con arrepentimiento Harry mientras cubría su rostro con las menos y dejaba escapar un extenuante suspiro ¿Acaso ella no lo notaba? ¿Acaso no veía que le gustaba otra persona y a ella ya la empezaba a detestar? ¿Acaso no veía? ¿Era ciega o era tan ignorante como para no verlo? Obviamente no se daría cuenta si él mismo no se lo decía – Oye Ginny…- la aludida giro su rostro con demasiada rapidez y se pego aun mas a él poniendo “inconscientemente” su pecho en el brazo, en su rostro los ojos brillaban, su sonrisa era idéntica al gato del país de las maravillas y sus esperanzas se veían a flote, lo cual daba lástima.


-Sí, dime… Harry - ¡Pero si era una niña! Ni que le fuera dar dulces ni a prometerle que la llevaría al parque para que jugara con otros críos ¿Cómo se lo diría? “Ginny, te detesto; por favor, búscate una vida y a otro estúpido para jodersela” “Yo sé que me deseas, pero eres tan desabrida y patética que lo único que me provocas es lanzarme de la torre de astronomía””Tu eres una Weasley pobretona, yo el gran Harry Potter ¿Ves lo que no cuadra aquí?””Tienes suerte de que conozca tu nombre, soy demasiado perfecto para un desdichado ser como tú”. No, eso sería lo que ÉL diría; y era muy cruel, no podía hacerle eso a Ginny. Harry ya sabía lo que era ser rechazado sin siquiera saber lo que sentía por la otra persona, y la cría aquí presente, llevaba años queriéndolo; de su forma garbosa, lo quería.


Harry estaba tan ensimismado en  sus pensamientos que no se fijo como la sanguijuela pelirroja se acercaba poco a poco a su rostro traviesamente, con el único propósito de besarlo y que todos vieran que el afamado Potter era suyo y de nadie más; para cuando Harry se fijo ya era demasiado tarde; la niña ya había juntado sus labios con los de él, y para Harry, era una experiencia horrorosa. Se notaba que Dean no le había enseñado nada cuando salían juntos, a lo mejor y se separaron por eso; era tan mala que el que supiera que los labios van juntos, era una gran hazaña para ella. ¿Se había bañado la boca? Merlín ¿Había comido cebolla? Su sabor era un asco, y lo peor es que… la cebolla sabia mejor que su boca ¡Así era su sabor natural! Joder, Harry deseaba que Voldemort le salvara de esa con un Avada. ¿Cómo no se había fijado antes de eso? Puede que el beso con Draco le haya enseño lo bueno de la vida, que hay cosas mejores y perfectas; que cosas tan malas como el beso de Ginny, eran superadas indiscutiblemente.


Bueno, ahora viene lo extraño; repentinamente el cuerpo de Ginny fue a parar al piso mientras que todos en el comedor exclamaban sorprendidos el hecho o simplemente mantenían sus bocas abiertas mientras miraban la mesa de los leones. Luego, Harry pudo sentir sin avistamiento alguno como su cuerpo era puesto con rudeza sobre la mesa, sobre toda la comida y demás cosas que ahí se encontraban; ahora, su boca era profanada por otra boca mas experimentada, una boca que sabía lo que hacía y lo invadía sin darle respiro alguno. Harry solo podía sentir, ya que mantenía sus ojos cerrados por la sorpresa; pero lo que los demás veían, era difícil de creer.


Draco Malfoy, con una rabia inimaginable y ansias guardadas; había caminado hacia la mesa de su ex- enemigo, había agarrado a la Weasley menor por el cabello forzándola toscamente a apartarse de Potter y de paso la lanzo al suelo provocándole dolor, acto seguido agarro salvajemente a Potter por el cuello de la camisa obligándolo a posarse sobre la mesa para besarlo fervientemente ante la mirada de todos. Y no era lo único que hacía, el aristocrático Malfoy abrió las piernas de Potter y se posiciono entre estas, sus manos recorrían el cuerpo del moreno por encima de la ropa y por debajo de la camisa, incluso pasaba su mano indecorosamente por la entrepierna de Harry y obviamente los gemidos que surgían no eran de los más decorosos. Malfoy se separo después de un rato, nadie se había tomado la molestia de separarlos por ningún motivo; Potter abrió por fin lo ojos y en su rostro demostraba la estúpida inocencia que aun mantenía en él, pero rápidamente ese gesto de tonto cambio a uno de sorpresa al ver al personaje que lo había manoseado en público. Y en ese momento, mirada esmeralda y gris se vieron después de mucho tiempo, fue una sensación explosiva que solo traía mas dudas a los dos jóvenes que obviaban el hecho de que eran observados por estudiantes y profesores ¡Que mierda importaba eso! Malfoy no espero más y volvió a besar a Harry, ahora en besos que duraban menos pero que mantenían la misma brutalidad del primero; y claro, Harry ni corto ni perezoso, paso sus brazos por el cuello del rubio para atraerlo más hacia él… quería sentir su cuerpo y evidentemente Harry quería que Draco notara como su erección había incrementado con ese simple gesto de compartir saliva y calor.


Pero la dicha no les duro demasiado, abucheos empezaron a surgir por todas partes; nadie aceptaba tal acto indecoroso, estaba mal hacer eso y más si era entre hombres. A eso, un rubio hecho el diablo agarro a Potter por el brazo y lo jalo para que se pusiera de pie; no aceptaría que nadie más le dijera cómo comportarse, si quería clavársela a Potter era su puto problema, si se la chupaba no le tenía que importar a los demás y si se dejaba amarrar a la cama por Potter para tener una sesión masoquista ¡Bien haría todo eso sin pedirle permiso a nadie!


- Mi propiedad– las palabras del rubio, eran dirigidas a la ingenua niña pelirroja que se mantenía en el suelo con su maloliente boca aun abierta por la sorpresa; una mirada altiva hacia la chica, un gesto de repulsión hacia su ser y Draco Malfoy se fue del gran comedor haciendo un gesto maleducado con su dedo medio a todos en el gran comedor antes de salir de este. ¿Quién diría que un Malfoy pudiera hacer eso en público?


 


***


 


Malfoy y Potter iban por los pasillos del colegio, uno iracundo por lo que paso y otro caminando demasiado extraño por el despertar de su no tan pequeño amigo; no sabía a dónde iba, Harry solo se dejaba llevar por el rubio y honestamente poco le importaba lo que pasaría después con tal del que el rubio le diera una mano con su placentero problema, el mundo podía valer poco. Rápidamente llegaron a la sala de menesteres, cuando se abrió la puerta solo había una cama y una ligera luz que ayudaba a distinguir un poco lo que se encontraba ahí; sin movimientos suaves ni amoroso, Malfoy arrojo a Potter sobre la cama.


- Potter, me das asco – Draco exclamo tales palabras con real repulsión mientras se quitaba su corbata en un movimiento – Besar a una Weasley – se posiciono sobre Harry, quitándole esas horribles gafas y sosteniendo sus manos por sobre su cabeza mientras que con la otra mano arrancaba a tirones la ropa que el león llevaba consigo - ¿Qué no te da vergüenza? – arranco la camisa de Potter en un movimiento tan brusco que los botones salieron a volar, dejando ver el torso del minino – Y pensar… que ya… habías… probado la perfección conmigo – en cada espacio mientras hablaba, Draco mordía fuertemente el pecho y cuello de Harry, no podía pensar que la asquerosa Weasley lo había tocado y besado frente a sus ojos; tenía que marcarlo para que nadie más se atreviera a mirarlo, él era suyo. Harry solo se dedicaba a gemir estrepitosamente por el dolor y el placer que Draco le provocaba, pero aun así, se vio obligado a empujar al rubio de encima suyo y a sentarse con una cara indignada.


- ¡¿De quién es la maldita culpa?! – Harry no podía pagar los platos rotos de lo que había pasado, no se dejaría ni seria el culpable por eso - ¡¿Quién dijo que me buscara a otro imbécil para hacerle la vida un asco?! – No podía parar de gritar, pero estaba en todo su derecho – No soy un maricon, no me miren… - Harry arremedaba como un niño de cinco años las palabras que Draco había dicho la última vez que se habían hablado, Merlín, Harry aun mantenía cierta inmadurez en su interior. - ¡Y una mierda! – Harry se paró de la cama y con un odio profundo se dirigió hacia la puerta a grandes zancadas, poco le interesaba el que estuviera medio desnudo y con marcas de mordidas en su cuerpo mucho menos que aun mantuviera a su amigo despierto.


- Potter si vamos a mantener esto no soportare tus actos de niño malcriado – el rubio estaba de lo más relajado sentado en la cama de una forma elegante y con un gesto de total paz, solo se dedicaba a mirar sus uñas como si fueran demasiado interesantes.


-¿Malcriado yo? – Harry giro todo su cuerpo ante tales palabras, había olvidado lo “divertido” que era pelear contra Malfoy – Yo no soportare tus tonterías de egocéntrico y sobrevalorado crio, si mantenemos esto, más vale  que cambies esa jodida actitud – había bajado el tono de su voz para que Malfoy lo tomara en formalidad “Mantener eso” era serio y no era incomodo de hablar, tampoco cursi; era mejor pelear sobre una relación que ser empalagosos y que uno de los dos se arrodillase y jurase felicidad eterna.


-¡No me jodas Potter! Ni hemos empezado y ya eres un fastidio – el rubio se paro con obvia rabia ¿Quién se creía que era para hablarle así? – Ni por mi madre cambio, o me quieres así o te largas – ni sus padres se atrevían a hablarle de tal manera, él era Draco Malfoy y punto. Gústele a quien le guste.


- Bien, si es así; al final de este curso, nos vamos a vivir al mundo muggle – genial, ahora pensaba a futuro y ni estaba seguro de si las cosas se mantendrían para que duraran hasta el final del año escolar… honestamente solo quedaban un par de semanas, pero con Malfoy, nunca se sabía.


- Fines de semana – se cruzo de brazos, por ningún motivo dejaría que Harry tomara las riendas.


- De lunes a viernes, fines de semana en el mundo mágico


- Me niego


- Vale, fines de semana en el mundo muggle y visitas semanales a los Weasley, Andromeda y Hermione –


- Potter, tientas a tu suerte; espero te agraden las visitas a Azcaban porque si vuelvo a ver a la comadreja menor juro que me vuelvo todo menos un simpático Malfoy –


- Elige, semanas enteras o visitas familiares –


- Potter, me estas jodiendo la vida de nuevo - ¿Desde cuándo había sido tan sencillo hablar del futuro? ¿SU FUTURO con cara rajada? -  Me niego rotundamente a ver a los Weasley y a la sangre sucia, de hecho,  me niego a volver a ver a cualquier mago o bruja de Inglaterra


- ¿Qué? – vale, eso no se lo esperaba.


- Si vamos al mundo muggle, no volveré a pisar suelo mágico en lo que me queda de vida; sería una vergüenza para mi imagen –


- Acabas de violarme en pleno gran comedor, a tu imagen ya no le queda nada- Harry dejo escapar una ligera risa, tierna pero que molesto a Draco.


- Es tu culpa por intercambiar saliva con esa – el ser celoso no era típico de Malfoy, no sabía cómo manejarlo y por eso había armado tremendo show. – Además, si lo piensas, no creo que una pareja de guapos, adinerados y famosos hombres sea bien visto por acá – así era la realidad del mundo mágico, o eras heterosexual o te ibas a la basura – De por sí ya me odian, no soportare que me hostiguen -  tenían que ser serios, lo que habían hecho en el gran comedor los había afectado para mal o para bien, mas para mal en la sociedad desafortunadamente. Y hasta ahora Draco se habia dado cuenta, su unica forma de vivir bien... era en el mundo muggle; ademas, le interesaba el bienestar del niño que vivio para ser mortificado.


- ¿Tus padres? – ambos estaban sentados en la cama, Draco con los brazos cruzados y Harry recostado sobre sus piernas


- Que se vayan al demonio, ya bastante me han hecho sufrir en la vida, a lo mejor me crucean incansablemente si saben que me acosté con un mestizo –


- Aun no nos acostamos –


-¿Qué creías? ¿Qué esto se mantendría con palabras dulces y besos castos? Me vale poco que seas virgen y un inexperto, pero yo vivo del sexo… buen sexo – que era el dios de la sexualidad, que nunca lo hubiera hecho con otro hombre no significaba que fuera un ignorante respecto al sexo entre hombres.- Yo solo estoy esperando a que ruegues, hará todo más divertido y aliviara ese ligero problema en tus pantalones – con una sardónica risa Malfoy se dedico mirar la entrepierna de Harry mientras que el aludido solo aparentaba ignorar sus palabras y miradas.


-  Entonces…-


- Potter párala de una buena vez – Malfoy se había cansado de tanto parloteo, si a lo que vino en primer lugar fue a follar y castigarlo no a hablar, agarro una vez más a Harry  y sin delicadeza lo tiro a la cama, esta vez, Harry quedo mirando el colchón mientras Draco se posicionaba de nuevo sobre él– Viviremos en el mundo muggle y me casare contigo si tanto te corroe la conciencia


- Yo no me quiero casar – dijo el moreno de medio lado.


- ¿Qué importa? Lo tomare como un seguro para que no salgas corriendo cuando todo empiece; además, para eso existe el divorcio – que todo tenia solución.


- ¡Novios! – exclamo Harry tan fuerte que dejo en desconcierto a Draco.


-¿Qué?


-Somos novios –


- Aja, luego, estaremos comprometidos y después seremos una pareja de casados… puede que dure hasta la vejez y llore tu muerte ¡Ahora déjame follarte de una buena vez! – nunca le había costado tanto el acostarse con alguien. Esto seria tortuoso de ahora en adelante.


- No quiero  - dijo el moreno mientras se giraba y encaraba aun acostado a Draco.


- ¡¿Qué no quieres?! – lo estaba enfureciendo.


- Tener sexo, esperare a la noche de bodas –


- No, no, no, no… Me debes esto ¿Vale? No me he acostado con nadie en meses por tu culpa, no me vengas con esa pendejada de la virginidad; juro que me vale poco eso, quiero hacerlo ahora ¿Entendido? - ¡Le seguía jodiendo la vida!


- Te aguantas porque no me dejare –


- Bien, violarte también es una opción en este caso – comento con una voz tan segura que a Harry solo le provoco diversión, la bromita de Potter no duro mucho.


Vamos, que el moreno estaba deseoso de por fin sentir el cuerpo desnudo del otro sobre el suyo, de sentir su lengua sobre la piel, de oler la esencia de Draco, de morder sus delicados labios, de lamer su cuerpo como si fuera un maldito dulce, de escuchar su voz susurrar y gritar su nombre con apetito, de admirar el esplendoroso pene que Draco se mandaba, de sentir como era invadido por sus finos dedos y de cómo finalmente su polla ingresaba en él incesantemente para darle placer y dolor. En fin, sexo del bueno a fin de cuentas; era una pareja demasiado extraña, pero que solo se podían entender entre ellos... sin nada de cursilerías, lagrimas, sonrojos ni mucho menos palabras afectuosas; lo de ellos iba en serio, a su manera pero en serio.


-Te amo -

Notas finales:

Puede que haya epilogo, puede que no... quien sabe. *Huye de  escena*

 


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