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El precio de un beso por gabinekochan

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-¡Para de una puñetera vez Potter! – por alguna razón lejana a la cordura, Draco Malfoy y Harry Potter se encontraban en el suelo de Grimmauld Place, batallándose fieramente por medio de la fuerza bruta comportándose, claramente, como un par de críos inmaduros - ¡Que te quites!- la escena era demasiado hilarante, la verdad; Potter se encontraba tras Malfoy, abrazándolo para impedirle que se levantara mientras una sonrisa afloraba de sus labios cual chiquillo que disfrutase de una fechoría, mientras, Draco inútilmente se removía entre los brazos del moreno con la intención de zafarse y así huir hacia sus deberes matutinos. Que después de cinco años juntos, aun no lograban dejar las peleas y estupideces atrás.


- No – la voz del moreno sonó fuerte y confiada, Draco no sabía el porqué su pareja se comportaba de tal manera, simplemente se había levantado temprano esa mañana para salir a realizar sus deberes de enseñanza en la afamada universidad de Cambridge cuando de repente se vio inhabilitado entre los brazos del actual fotógrafo de muggles, Harry Potter – El gran Draco Malfoy no sabe que día es hoy ¿Verdad? –había un tono de furia en su voz, pero no del real, solo del mal actuado.


-No, no es el recordatorio del día en que nací y ciertamente tampoco el tuyo porque es ¡Marzo! Déjame en paz Potter-


-Es nuestro aniversario– Draco solo dejo escapar una blasfemia tras otra hacía el universo y el oji verde que aun lo tenía entre sus garras ¿Por qué diablos se empeñaba en seguir con ese juego?


-Joder, según recuerdo no hubo boda y ciertamente no esperamos tenerla para que te desvirgara – vale, la colleja que recibió puede que la tuviera merecida, pero no tanto; ese “fino” golpe fue suficiente para que el rubio lograra escapar de su raptor, y con el más elegante andar, se dirigió a la salida de la casa con el propósito de huir de allí sin pensar para nada en las palabras que había dado a conocer Potter. Le valía poco a decir verdad.


- Eres un cabron de mierda – el moreno estaba cruzado de brazos recostado sobre una pared mientras observaba a Draco aligerar el paso hacia la salida de la casa, en la mirada se podía notificar el resentimiento que sentía en esos momentos.


-Y un hijo de puta también, amado mío – le sonrió con autosuficiencia antes de salir de lo que ahora era su hogar, ese comentario solo aumento la ira de Harry. Lo hacía para joderle la existencia claramente; él no lo tomaba como un juego, como siempre lo hacía, sino como algo más personal ¿Cómo el rubio no se acordaba de ese día en especial? Era viernes, y para su pesar, tenia que ir a trabajar; para la pena de sus compañeros de trabajo, ese día Harry Potter era una bestia capaz de matar a cualquiera.


 


*** 


 


Tras haberse graduado de Hogwarts y ser repudiados por gran parte de los habitantes del mundo mágico, el ex Slytherin y ex Gryffindor decidieron mudarse a lo que anteriormente se consideraba el hogar de los Black, un gran paso que les dejo una soledad y vacio inminente en ellos, pero que con los años se verían aplacados gracias a la compañía mutua que se daban. Tras varios años, envueltos en peleas e infligiendo la culpa al otro, estas dos personas lograron encontrar que hacer con sus vidas con el claro propósito de pasar el resto de su existencia en un estado de mero éxtasis; Draco Malfoy se hizo con una leve parte de la fortuna de su familia, lo cual les permitía tener una vida digna y placentera, pero claro, este no se daría por pleno el vivir sin hacer nada. Así que, con uso de su educación Sangre Pura (Mas uno que otro hechizo para su conveniencia y de los cuales nunca menciono a Harry) el rubio logro obtener trabajo como profesor de Francés en la Universidad de Cambridge, era una labor digna y ciertamente no necesitaba hacer nada más. En cambio, Harry Potter, contra todo pronóstico decidió aventurarse en el camino de la fotografía; solo faltaba ver la foto de su madre y padre, en la cual se veía el verdadero afecto que se profesaban, para que el moreno intentara atrapar la felicidad y esencia de las personas en imágenes. Y claro, la fortuna Potter/Black era de gran ayuda también. Estaban hechos, a fin de cuentas. Ante lo susodicho, un matrimonio nunca se dio, a causa de que el amor no necesitaba ser etiquetado con una boda ya anillos para que fuera valido; tan solo se necesitaban y ya, no podían exigir más porque así era perfecto para ellos.


No, las personas que llegaron a conocer en el mundo mágico ya no eran parte de sus vidas (Obviando a Teddy y Andromeda); y era lo mejor ciertamente. Aunque cabía destacar que la comprensiva Hermione Granger no permitió que la mistad con el león se terminara, así que el que se casara con Krum y mantuviese una vida muggle también dejo sorpresa tras de sí. Aparentemente aunque se les diera un mundo de ensueño con todas las facilidades en sus manos, no lo aceptarían porque no eran parte de este, porque sus vidas no podían verse en vueltas en existencias predeterminadas donde lo correcto era incorrecto para ellos; eran felices, y eso era lo único que importaba. Por lo que la presencia de, ahora la señora Krum, era usual en Grimmauld Place; por más que Draco no aceptara, se guardaba sus pensamientos para otro rato. Y esa era la historia de estas valerosas personas, nada fuera de lo común, solo una vida ordinaria que disfrutar hasta la muerte.


 Tras la pequeña pelea que se dio ese día, Harry Potter arribo a su casa a las siete de la noche con un humor lejos de ser deseable, al entrar no vio la vida humana que lo acompañaba ya hace años, necesitaba dormir y dejar el día atrás para así olvidar lo defraudado que se sentía gracias a su novio. Con paso cansino, subió las escaleras e ingreso a una amplia habitación que compartía con el rubio, solo que esta había cambiado drásticamente para su felicidad.


-No te pases de madre Malfoy – fue lo único que pudo articular el moreno ante el panorama. Todos los muebles habían sido cambiados, ante él se daba fielmente la sala de menesteres el día en que empezó todo el juego entre ellos, el día en que gracias a una apuesta pudieron aceptar que su destino podía ser cambiado. Estaba todo, desde el maldito sillón mas una chimenea que se colaba, en ese entonces se podía considerar un asco de cuarto pero era significativo para ellos dos.


Ante la respuesta del oji verde, el rubio solo pudo hacer un gesto de disgusto – Potter, todo este tiempo juntos y se te es difícil ser decente – negó levemente y siguió bebiendo de su copa llena de vino mientras se dejaba caer grácilmente sobre el sofá, cabía decir que la apariencia de Malfoy era tentadora, solo bastaba que se encontrara sin camisa como para encender al moreno. – Ya puedes dejar de ser un crio llorón y mejor ven a follar conmigo en este día tan estúpido – le miro con una sonrisa ladeada a lo cual el moreno solo se digno a ponerse… de mal humor.


-¡De verdad que eres un hijo de puta! – gritos y mas gritos empezaban a emerger.


-Eso quedo claro esta mañana


-¡Lo habías olvidado!


-Aparentemente no lo hice, Potter


- Jodete


- Solo no es divertido, es placentero y de buena calidad, pero no divertido


-Vete a la mierda


-Hum, Deja Vu -


Y entre más comentarios estúpidos, el rubio se canso, dejo la botella a medio acabar en el suelo y se dirigió al moreno con un gesto de fastidio; lo tomo del brazo y lo posiciono de mala gana en el sofá. No pensó que celebrar la primera vez que se besaron, llegara a ser tan agotador; ya debería estar acostumbrado, porque lo hacían todos los años. Draco lo olvidaba y Potter se lo recriminaba.


-Tu fetiche me hastía Potter–


-Vamos Huron, que discutir también te pone


-Claro que me pone Cara Rajada -


-¿En serio? Porque tienes problemas en la entrepierna entonces –


-Cúlpate, esa imagen de pordiosero baja las ganas de golpe


-Lo único que vale es el cuerpazo, no la ropa


-Ni eso tienes, una gran decepción-


-Tu deja de ser tan hijo de puta


-Como digas…- Malfoy decidió callarlo con un beso, gentil, lento y totalmente entregado; diferente al primero que se había dado entre los dos; porque ahora no habían dudas, porque sabían que de verdad se deseaban y ya no tenían esa presión encima que les hacia la vida imposible. Era un beso real, y necesitado, Draco de verdad necesitaba que Harry cerrara la boca; o por lo menos necesitaba enseñarle nuevos insultos además de Hijo de Puta.


 


Fin

Notas finales:

Gracias por leer, ojala les guste.

 

Tengo mas historias *susurra suplicante* 

 

PD: No me gusta decir cumpleaños, para mi es el recordatorio del dia en que uno nace. 


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