Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Esta noche por sugar-blood

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 Esta es la historia de Paula que habia subido una vez pero no se que paso y se elimino :/ asi que la volvi a subir.

Notas del capitulo:

ñam ñam mañana subire el segundo y ultimo :I

Sabía que él lo había olvidado. ¿Por qué tendría que recordar algo tan tonto como eso? Solo eran seis meses, seis hermosos meses que paso con su hermoso novio de ocho años mayor que él. Es cierto que su pareja  era frio y un poco distante, pero así como tenía sus cosas malas tenía sus momentos buenos.

 

Noches llena de pasión que le ofrecía los siete días de la semana y no olvidemos las flores, chocolates, salidas al cine o al parque. Si señores y señoras, porque no solo de sexo se vive, pero al rubio no le molestaría vivir solo de ese deseo carnal.

 

Pero no era el hecho de que haya olvidado su aniversario de meses, el sabía que su amante tenía una empresa que liderar, si no lo que paso cuando él fue a la compañía de su amado a llevarle su obsequio.

 

*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*//Flash Back//*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*

Un rubio de ojos azules entraba a una gran empresa; estaba extasiado por ver la cara de su novio al ver el hermoso regalo que le había comprado, se dirigió rápidamente hacía la recepción con el regalo en mano y sonriendo enormemente.

 

-buenos días Lizzy, querida, ¿sabes  si Claude está en su despacho?-le pregunto a la rubia recepcionista.

 

-si está a punto de ir a comer, ¿quieres que te anuncie?-le contesto la peli rizada.

 

-no hace falta-dijo este regalándole una sonrisa-nos vemos Lizzy-se despidió.

 

Después de que la rubia se despidiera de igual forma, y prometieran salir otro día con más calma se dirigió al elevador aun con la sonrisa en su rostro, el piso de su amante era el quinto hacia que faltaba un buen tramo. Al llegar al tercer piso un azabache de ojos carmín subió al elevador.

 

-Sebastian pero que bueno verte, cuánto tiempo, ¿Cómo has estado Ciel y tú?- pregunto con curioso el ojiazul.

 

-me alegro de verte hermanito, los dos nos encontramos muy bien pero deberías pasarte mas seguido por la casa, Ciel se siente muy solo a veces-dijo mientras abrazaba al pequeño rubio.

-si consideraré…-

 

No termino la frase pues al abrirse las puertas del elevador y volteara instintivamente se encontró con Claude en una forma muy comprometedora con su secretaria. El ojimiel sentado en el escritorio y la zorra de la empleada con una rodilla entre las piernas del mayor jalándolo de la corbata.

 

Sebastian abrió los ojos de sobremanera, pero enseguida se repuso y volteo a ver de reojo a su hermano, tenía los ojos y la boca entere abierta, sus bellas cuencas azules tenían una pisca de tristeza y coraje.

 

Rápidamente Alois dejo caer la bolsa de regalo y corrió hacia las escaleras de forma silenciosas.

 

*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*//Fin Flash Back//*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*

 

Después de aquello regreso a la casa, aventó las llaves y cerró la puerta con seguro. Subió corriendo al cuarto y se tiro a la cama.

 

“seguramente fue un malentendido, Alois, no te preocupes el recordó el aniversario. Tal vez irte de repente no fue lo mejor”, se auto ayudó. Saco su celular y busco el numero de su pareja, al encontrarlo solo presiono el botón verde y espero un momento.

 

-bueno…-contestaron desde la otra línea.

 

-Claude, amor, ¿sabes qué día es hoy?- pregunto con nervosismo el rubio.

 

Pasaron unos minutos y nada.

 

-hablamos cuando llegue a casa…-fue todo lo que contesto.

 

Crack. El pobre celular fue a parar a la pared.

 

Se echo a llorar desconsoladamente, el lo sabía desde un principio, ¿Quién quisiera estar con alguien tan inmaduro? Tal vez si fuera otra persona y se conociera, voltaria su cara y sentiría lastima. Después de un rato no aguanto y durmió sollozando entre sueños.

 

*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*//en la empresa//*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*

 

Al retirarse su hermanito, Sebastian tosió levemente y eso basto para que la secretaria recuperara la compostura de trabajadora sumisa. Claude voltio su cabeza hacia Sebastian y miro de reojo a la secretaria.

 

-ahora recoge tus cosas y cuando salgas pasa a recursos humanos por tu cheque, por favor sígueme  Michells-dijo esto con una mirada de desprecio hacia la secretaria.

 

Sebastian lo siguió sin rechistar. Al cerrar la puerta pudo observar a la secretaria llorando amargamente en el escritorio.

 

-dile a Sutcliff, que si me sigue mandando secretarias con mas pechos que cerebro el próximo que despediré será él.-dijo sentándose atrás de su gran escritorio.

 

-como digas Claude; vine a traerte el reporte mensual y…- dejo los papeles y luego la bolsa de regalo- esto que se le cayó a mi hermanito cuando estábamos en el elevador.

 

Claude estaba firmando unos papeles y subió la mirada, pero no la cabeza, para ver el regalo, era una bolsa color dorada con unos cuantos círculos color morado.

 

-Hm…-pronuncio pensativo.

 

Si pelinegro de ojos carmín  no hubiera conocido al de ojos dorados desde hace muchos años hubiera pensado que lo estaba ignorando completamente, pero el mas que nadie, sabía que no era ajeno a lo que le pasaba  a su hermano Alois.

 

-mira Claude sé que estos temas no se toman en las horas de trabajo, pero espero que no te hallas olvidado del…- fue interrumpido

 

-…aniversario- termino Claude.

 

-exacto, solo te pido que entiendas que Alois es un romántico empedernido y estas cosas tienen gran valor para…-

 

Un sonido de un celular sonó interrumpiendo la plática. Era el de Claude, este respiro profundo y contesto.

 

-bueno…-contesto.

 

-Claude, amor, ¿sabes qué día es hoy?- preguntaron del otro lado

 

Pasaron unos minutos, estaba pensando en que decirle, pero definitivamente no se lo diría delante de Sebastian y menos a la hora del trabajo, pero juro en su mente que compensaría a su pequeño amante.

 

-hablamos cuando llegue a casa…-fue todo lo que contesto antes de que el rubio colgara sin despedirse.

 

Sabía que su rubio etaria enojado y triste.

 

-no te preocupes Sebastián, sabes que ante todo amo a tu hermano, y él lo sabe pero a veces es un poco…-trato de decir Claude.

 

-lo sé Claude he estado con él la mayor parte de su vida-termino Sebastián- bueno ya termine mi trabajo así que me iré a mi hogar, hay que reunirnos un día de estos a tomarnos un tarrago- dijo el menor  con un asentimiento de cabeza.

 

-claro Sebastián cuando quieras…como en los viejos tiempos- contesto Claude sonriendo ante el último comentario.

 

Sebastian se fue. “creo que también es hora de que me retire a domar a mi fierecilla rubia”. Dijo este sonriendo de lado dándole un toque casual pero sensual. Entonces vio la bolsa de regalo y decidió abrirla.

 

No podía creer lo que veían sus ojos en la bolsa venia una réplica perfecta de su cuadro favorito “Saturno devorando a sus hijos”*. Definitivamente amaba a su rubio amante.

 

*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*// en la noche//*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*

 

Llego lo más rápido a su casa, la cual compartía con su pareja; bajo de auto e intento abrir la puerta pero no lo logro, nunca llevaba llaves de la casa consigo pues en esos tres meses que llevaba viviendo con Alois nunca lo dejo afuera, siempre lo recibía con una sonrisa y comida de algún restaurante.

 

Lo dejaba afuera, bien, no había problema,  recordando claramente que tenía una terraza con unas enredaderas en su cuarto, así que se dirigió atrás de su hogar y empezó a subir, solo rogaba por que las puertas estuvieran abiertas. Y en efecto las puertas del balcón se encontraban abiertas y se movían al compas del viento, las retiro con cuidado  y pudo ver a la criatura más hermosa que haya existido en su mundo, ni el mismísimo cuadro que aquel personaje magistral le hubo regalado se le comparaba.

 

Su pareja se encontraba dormido con marcas cristalinas que surcaban sus mejillas, sus ojos un poco hinchados y rojos, rastros de delineador corrido también se observaban y sumándole una posición muy provocadora a su parecer, los labios entre abiertos invitándolo a corromper aquella boca tallada por los mismos dioses . Es cierto que era un poco oscuro si se refería al arte o incluso a la hora del sexo, definitivamente lo que más le encanto de Alois fue su forma de hacer el amor, entregaba todo cuando lo hacían y él se sentía completo.

 

Se acerco sigilosamente atrapando  las manos del rubio en el proceso y se posiciono arriba de él a la altura de la cintura del menor. Alois abrió los ojos un poco asustado por la intromisión y pero al sentir aquella mirada llena de amor y ternura.

 

-Clau..-no termino de pronunciar el nombre de su amado.

 

-antes que digas cualquier cosa déjame hablar a mi-dijo con un tono serio pero escondiendo la suplica-tal vez pienses que te engañe pero… ¿en verdad estas seguro?, que te perdería por una simple mujer como esa; si me abandonaras no sé lo que haría, tal vez antes de dejarme deberías acuchillarme, pero nunca perderías mi amor, pues tu más que nadie sabes que eres mi otra mitad. Muchas veces siento que me falta tu mirada, y cuando no te veo extraño tu sonrisa dulce y tu cuerpo al despertar- dijo mirándole a los ojos y sonriendo.

 

Alois lo miro sorprendido, pero no tardo en reaccionar y lo beso lento y con amor, cuál fue su gran sorpresa al verse correspondido más intensamente que otras veces ¡se sentía en el paraíso! Nunca pensó que Claude podría ser así de cursi.

 

¿Cómo podría pensar aquello? ¿Dejarlo? ¡JAMAS! Lo amaba demasiado, no podría vivir sin él, el solo hecho de pensarlo hacia que en su garganta se formara un nudo que le impedía respirar. Se le hacia un poco fuera de lo normal pues todos sabían lo que había pasado con Claude en el tiempo que le costó conseguir que fuera su pareja, aunque era cierto que se acostaron apenas conocerse, de que el rubio quisiera salir con el después de eso era una larga historia. Celos por cualquiera que se acercara al ojiazul y peleas no tan graves (unos cuantos golpecitos por aquí y por allá, y una ida al hospital) con Sebastian le habían costado y valla que sí.

-tonto- dijo sonriendo y sorprendiendo a Claude por lo dicho-te amo Claude Faustus, nunca tendría el valor para dejarte- nuevas lagrimas surcaban sus mejillas, pero no por tristeza.

 

-yo también te amo Alois- le contesto limpiando sus mejillas de aquel liquido salado.

 

Y esa noche no hicieron el amor, pues con las simples palabras dichas lo hicieron de la forma más pura y hermosa posible.

 

 

Notas:

*El cuadro Saturno devorando a un hijo es una de las pinturas al óleo sobre revoco que formó parte de la decoración de los muros de la casa que Francisco de Goya adquirió en 1819, llamada la Quinta del Sordo. Por tanto, la obra pertenece a la serie de las Pinturas negras.

Notas finales:

mañana nos vemos peques ;)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).