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Dioses Griegos por Mero_Luz

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Notas del capitulo:

Espero que les guste y comenten n.n

PROLOGO

 

Pasó los dedos por su pelo rubio pálido mientras inspeccionaba la tierra desde los cielos, era primavera en el lugar que visualizaba y las flores de cerezo florecían en abundancia.

 

Sabía que había llegado el momento de enfrentar su destino a pesar de sus deseos.

 

-Majestad-. La voz musical de Morpheus llamó su atención y se volvió para mirar al dios de los sueños de ojos negros y pelo ámbar. Vestía su armadura al igual que sus tres hermanos que lo acompañaban.


-No habrá mas guerras- recalco y a pesar de no querer mostrarse duro, sus palabras salieron fuertes y secas

 

–No tiene objeto que se encuentran aquí- dijo, su cuerpo estaba en tensión, la túnica blanco con hilos dorados se tensó contra su musculoso toras.

 

-Eso no es lo único que se necesita para que haya paz-canturreo uno de las cuatro personas que estaban frente a él, era el que tenía una apariencia más infantil, como si recién cumpliera unos quince años, cosa imposible pues tenía la misma edad que los otros tres, pues eran hermanos cuatrillizos.

 

-Somos los Dioses de los Sueños, su majestad y venimos a cumplir nuestra misión- Morpheus hablo de nuevo, de cabello castaño largo portador de un cuerpo esbelto que mostraba apenas sus dieciocho años recién cumplidos, no parecía peligroso, ni muchos menos el líder de esos dioses, solo a través de sus mágicos y profundos ojos se podía ver los millones de realidades que se encargaban de supervisar esos seres.

 

Claro que sabía a qué venían, no por nada era el Dios de los dioses, Zeus Dios del cielo y los Truenos, pero ni a él, ni a sus hermanos, ni su hijo le gustaría saber de su llegada.

 

Recién habían reencarnado hace veinticinco años, con una diferencia de poco años, más o menos, con sus hermanos y otros Dioses; y parte de esa vida, hasta sus dieciocho años la había pasado creyendo ser un simple humano, había interactuado con ellos.

 

El creía que eran criaturas interesantes que necesitan guía y protección, para que no se terminaran destruyendo entre si y cuando descubrió que era un Dios decidió que haría lo que estuviera en sus manos para cumplir esa responsabilidad.

 

Pero lo que representaba la llegada de esos Dioses no le agradaba mucho aunque estuviera resignado a hacerlo a diferencia de sus los otros dioses.

 

Entendía que era una forma de garantizar la paz con los humanos,  tanto el cómo sus hermanos y su hijo habían tratados de dominarlos, castigarlos, reivindicarlos y se habían terminado aprovechando de los humanos más de una vez, con intención o sin ella.

 

Muchas peleas en tiempos pasados, mas reencarnaciones de las que podía recordar, sangre, dolor y ningún resultado por el que haya valido la penas hacer esas cosa, es por eso que la fuerza superior que había creado a todos los Dioses, sello el destino por primera vez de los dioses superiores con una profecía.

 

 

Esta profecía se había hecho en su reencarnación pasada, justo antes que los dioses murieran en otra de sus guerras, así que en su actual reencarnación sería la primera vez que se cumpliría.

 

Las siguientes parejas de los Dioses del Olimpo serian humanos.

 

-Buscare a mis hermanos- anuncio Zeus, una ráfaga de su poder se expandió y seguro llegaría hasta ellos.

 

-¿Qué pasa su majestad? ¿Cree estar en una pesadilla?- comento irónicamente Icelos mientras sonreía con una mueca que más que humana parecía animal por sus largos y afilados dientes, el brillo amarillo de sus ojos se tornó misterioso como si detectara su inconformidad a pesar de lo mucho que trataba de ocultarla.

 

-Cumplo con mi deber- no fingiría, a pesar de no detestar a los humanos como lo hacían algunos de sus hermanos, no le agradaba que su destino se uniera sin que él pudiera hacer algo a uno de esos seres. Era un Dios, el más poderosos de todos y sin embargo tenía que aceptar sin poder hacer nada al respecto, como un simple humano, todo por una promesa incierta de que eso los llevaría a la paz, la cual ya de por si amenazaba en crear una guerra por la renuencia de alguno de sus hermanos y su hijo a cumplirla.

 

Como rey supremo debía dar el ejemplo, no incitar a otros a crear la discordia.

 

Tres hombres se materializaron

 

El primero poseía una piel morena y una larga cabellera azul, vestía una túnica blanca con hilos de plata, tenía unas hombreras discretas y accesorios en oro que adornaban el cuello de su túnica y sujetaban su capa azul, en su mano sostenía un tridente que no debajo a duda que él era Poseidón, rey de los mares.

 

Hades era sin duda el otro hombre que había aparecido, envuelto en un aura negra y amenazante, tenía los ojos cerrados y una piel blanca como de mármol, sus cabellos eran negros y desafiaban a la gravedad en puntas que apuntaban en diferentes direcciones a pesar de ser un cabello lacio y largo, vestía una túnica negra con una hombreras y cinturón de oro, la capa que lo cubría era igualmente negra.

 

Por ultimo estaba un hombre vestido con una túnica roja, la cual no se distinguía abiertamente pues estaba cubierto totalmente con su capa blanca, sus  ojos azules ardían con una magia única al igual que su cabellos corto de color rojo fuego, su capa era sostenida por una hombreras que eran de oro al igual que la corona que reposaba en su frente, ese era Apolo Dios del Sol, su hijo en otra vida.

 

-Con que el infierno va a empezar para algunos humanos- las palabras pronunciada por Hades, carentes de emoción para muchos, no engañaba a Zeus, él era uno de los que más se oponía a esa profecía seguido de cerca por Apolo.

 

-¿Es una amenaza?- pregunto Morpheus, su rostro no se distinguía entre las sombra que creaba su espeso cabello, que llevaba a ambos lados de su cara

 

-Las palabras de un Dios no son amenazas escoria, son ley- respondió directo el soberano del inframundo.

 

-No se les debe olvidar que la paz que pretenden mantener solo será si de verdad cumplen con la profecía- les recordó el menor de los dioses del oráculo, Oneiros.

 

-Osas dudar de un Dios Superior- levanto la voz Apolo, dejando ver su humor, que de por si era malo en circunstancia normales y que ahora se mostraba mil veces peor.

 

-No- respondió entrecortado Oneiros por sentir el poder del aura del Dios del sol.

 

-Empiecen de una vez- pidió Poseidón, con su poder había hecho que el salón iluminado donde se encontraban cambiara por una habitación, iluminado solo por velas, junto a los dioses del oráculo apareció una cama gigante con sabanas rojas, los dioses estaban a un distancia pero no lo suficientemente lejos todos sentados en sillas de oro cómodas e imponentes.

 

-Quítense las armaduras- ordeno fuertemente Apolo y los cuatro hicieron lo que les ordenaban, mientras se materializaba en su mano su látigo de fuego.

 

-La ropa- indico el dios Zeus con su voz de mando, colocando una mano sobre el hombro de Apolo para que se calmara, si empezaba con su juego de dominio los dioses de los sueños no durarían mucho, Apolo lo miro con disgusto pero desapareció su fusta.

 

Los cuatro dioses de los sueños eran totalmente diferentes en rasgos, pero cuando  empezaron a quitarse las ropas, con más delicadeza que con las armaduras, se pudo notar el parentesco familiar, los cuatro tenían cuerpos exquisitos de una piel hermosamente blanca y sin marcas.

 

Morpheus el mayor de los hermanos y vigilante de todos los sueños. Su cabello era castaño largo, su poder lo mantiene oculto normalmente, viajando en el subconsciente de la gente.

 

Icelos, era el segundo mayor de los cuatrillizos, su cabello era largo y de color verde aceituna, sus rasgos eran feroces como lo de un animal, ojos amarillos y dientes puntiagudos, era el dios de las pesadillas.

 

Phantasos, es el tercer hermano, dios de las alucinaciones, tiene la misma edad que sus hermanos pero por su poder tomar el cuerpo de un adolecente ingenuo, aunque mantiene sus rasgos reales una cabellera larga de color lila, ojos grandes y expresivos celestes.

 

Oneiros el hermano menor, cabello azul hasta los hombros y ojos negros como la noche, era el dios de los sueños proféticos.

 

La hombría de los dioses empezó a reaccionar ante la visión frente a ellos y saber que los cuatro eran vírgenes hizo su sangre calentar de solo imaginar lo que vendría.

 

-¿Qué esperan?- exigió Apolo y ordeno -Oneiros ve con Morpheus y Phantasos con Icelos- los hermanos obedecieron las indicaciones sin dudar.

 

Morpheus recibió en sus brazos a su hermano menor, sus manos recorrían con delicadeza los hombros y pecho del menor hasta llegar a sus pezones, mientras se  estaban besando con un largo y lento beso que los dioses sabían que ambos estarían disfrutando.

 

Icelos fue más directo con su hermano, su mano se movió por el vientre del peli morado directo a su hombría, acariciándola suavemente para luego hacerlo con más fuerza, lo que lo hizo jadear.

 

La expresión de Oneiros era de éxtasis mientras Morpheus comenzaba a succionar uno de sus pezones, con su lengua rodeándolo.

 

El pene de los dioses se endureció al ver a los amantes, cada uno de los dioses de los sueños invoco una carta negra que llego a manos de cada uno de los dioses

 

-Prepárense- indico Poseidón que a pesar de estar excitado aún mantenía una mueca en su rostro, los hermanos no hacían caso de ese gesto, concentrados como estaban en lo suyo pero sí hicieron lo que les ordeno.

 

Cambiando de pareja cada uno hizo un 69 sobre la inmensa cama que estaba en el centro de la habitación, Oneiros jadeaba ante la brusca intromisión de los dedos y lengua de su hermano Icelos y a pesar de que también tenía un par de dedos en la zona virgen del hombre de cabellos verdes, parecía más concentrado en lo que este le hacía sentir.

 

Phantasos gemía sonoramente con el beso negro que su hermano mayor le estaba haciendo pero no dejaba de buscar preparar la entrada del dios de los sueños con sus dedos, uno, dos, tres y cuatro dedos finalmente entraron en la apretada entrada.

 

Era brutalmente sexi ver a esos dioses entre sí, los sonidos de sus gemidos  llegaban a sus oídos

 

Zeus miro a sus hermanos y tras su aprobación tácita se dirigió a los hermanos

 

-Vengan acá- les exigió –de rodillas- con movimientos felinos cada uno de los hermanos se acercó a un dios: Morpheus a Poseidón, Icelos a Apolo, Phantasos a Hades  y Oneiros  a Zeus

 

-Traguen- les ordeno imperativamente Apolo y como si fuera una gran golosina cada uno empezó a acariciar y devorar con sus bocas la erecciones de los dioses que habían dejado visibles entres los pliegues de sus túnicas para ellos.

 

La magia de ese ritual era intensa y los llevaba a los llevaba a los límites de la carne.

 

-Ahora- dijo Hades tomando con rudeza los cabellos largos de Phantasos y haciendo que se colocara encima de el con cada una de sus rodillas a ambos lados de su cuerpo, totalmente abierto a él.

 

Los otros dioses siguieron su ejemplo, algunos convocaron con magia gel con aroma a sándalo y cubrió su pene con el antes de metérselo en el trasero al dios de los sueños que le correspondía.

 

Se escuchaba los gemidos mientras los dioses hacían el acto que iniciara la profecía

 

A medida que iban entrando en esos cuerpos el rostro del humano que iban a ser su pareja se fue formando en su mente, la sola imagen éxito mil veces más a los dioses y sus sexos crecieron al imaginar que sería a ese humano en el que entraban en ese momento, como seria entrar en ellos en su centro caliente y llevarlo al orgasmo. ¿Aceptarían la dominación fácilmente?.

 

El cuerpo de los dioses del sueño tembló por el orgasmo y jadearos sollozantes de placer con  sacudidas de su cuerpo. Los dioses empujaron fuertemente, con la imagen de su respectivo humano en mente, siguió bombeando dentro y fuera del trasero, eclipsados por la magia de la profecía, cada vez más fuerte hasta que estuvieron casi seguros de que era la persona que recién había visto en la premonición  quienes estaban follando. Con el rugido los dioses se corrieron como nunca había llegado al clímax antes.

 

Las caras que llegaron a su mente nunca los abandonaron, en ese momento, o en los momentos que siguieron.

 

-Terminemos el ritual- exigió el rey del inframundo.

 

Los cuatro hermanos se bajaron de los dioses y se dirigieron de nuevo a la gran cama, por la semilla derramada en su interior tenían vestigios del aura de los dioses.

 

A pesar de que para los dioses era posible el embarazo entre hombres, en ese caso no era posible porque se requería que existiere un vínculo mental entre los hombres, cosa que no existía entre los dioses supremos y los dioses del sueño, solo mantenían un toque de su aura por la semilla que impregnaba el interior íntimo de los cuerpo de los caballeros.

 

El menor de los hermanos Oneiros se acostó boca abajo en medio de la cama mientras elevaba sus caderas y abría sus glúteos en una descarada invitación, aun por ellos se veía los restos de la semilla de Zeus.

 

Su hermano Phantasos se montó encima de él y llevo su hombría a la entrada de su hermano, gimiendo al enterrarse en él, una vez hecho hizo lo mismo que el menor y abrió sus glúteos como invitación, por ellos escurría la semilla de Hades.

 

Icelos se colocó encima de sus dos hermanos y de un fuerte impulso entro en la entrada cálida del peli morado, gruño y mordió a su hermano mientras se abría al último de los dioses del sueño, Morpheus

 

El mayor de los hermanos subió y penetro la entrada del peli verde que se encontraba dilatada por la semilla de Apolo, era bizarro ver a esos hermanos habiendo un tren, el mayor empezó a moverse, empujando fuertemente para luego retroceder justo lo necesario, haciendo que entraran y salieran del cuerpo del otro.

 

 Era una experiencia intensa, de las nalgas de Morpheus escurría la semilla de Poseidón, las aura de estos se unían en el acto sexual de los dioses de los sueños, que entre gemidos llegaban al éxtasis, todo se fue concentrando en el menor que jadeaba entre los cuerpos de sus hermanos, era el más pasivo de todos, los movimientos se intensificaron y se derramaron hasta el final esperado.

 

Morpheus se retiró de Icelos, este ultimo de Phantasos y el peli morado salió del interior del hermano menor, que brillaba con una luz tenue y propia

 

-Dioses supremos, gobernantes del universo, cumplir mi deseo y encuentren el equilibrio perfecto en sus propias carnes a través de ser que les he designado para que los acompañe

 

Oneiros señaló a los dioses y la luz salió de su cuerpo hasta las cartas que aun sostenían los dioses, que cambiaron y empezaron a brillar y a moverse con luz propia.

 

Cuando la luz se extinguió, el ritual acabo, cada dios tomo la carta que aun brillaba y le dio vuelta.

 

Zeus volteo la carta y en el observo con más detalle el rostro que había vislumbrado en medio del éxtasis, su pene se tensó… era hermoso, tendría uno dieciséis años, con cabello castaño oscuro y los ojos más azules y claros que hubiera visto, tenía la determinación de un guerrero en el rostro

 

Seiya, el nombre le llegó como un susurro en el viento. Sí, su nombre es Seiya.

 

Indeciso, ardiente, o cualquier otra cosa intermedia, Zeus estaba preparado para su compañero. Quería ganárselo, era su obligación pero una que comenzaba a gustarle.

 

Ya voy por ti Seiya gruñó él, todavía sintiendo el calor de su fantasía.

 

"Prepárate".

Notas finales:

Si les soy sincera, no se cuando actualice esta historia, tengo los bocetos de los próximos capítulos, pero después de escribir y revisar el actual capitulo por el fin de semana se me fueron un poco los ánimos, además que tengo que trabajar =/

Sin embargo, espero que les haya gustado y dejen review sobre si les gusto o no el primer capítulo, como creen que seria las actitudes de los dioses con sus parejas y todo lo que se les ocurra, me encanta leer los comentarios n.n

En fin, cuídense y hasta la próxima. Mero Luz

 


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