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Sí, toda la casa para mi! - Dije emocionado, por que todos los otros miembros del grupo se supone que se habían ido.
Taeyang se había ido con Ji Yong a no sé donde, Daesung con su familia y TOP hyung no tenía ni idea, pero poco me importaba, ya que con él no hablaba casi nada, era un poco incomodo estar a solas. Bueno, la cuestión es que por fin tenía el apartamento para mi, PARTY HARD!
Puse el Master of Puppets a todo volumen y me puse a hacer airguitar. Creo que si nuestras VIP's me vieran así no se lo creerían. Estaba totalmente metido en mi practica cuando sin yo darme cuenta se abrió la puerta del salón y apareció TOP hyung con tan solo una toalla atada a la cintura, enseñando su torso desnudo.
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¿Se puede saber que haces? - Me preguntó mi hyung apoyado en el marco de la puerta con una postura que me hizo sonrojarme.
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eh.. yo... esto... ¿No te habías ido con los demás? - No sabía que decir, estaba muy nervioso.
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¿Yo? No, anoche dije que me quedaría, si no hubieses estado tan embobado con la noona que salía por la TV te hubieses enterado. - Me contesto con su voz ronca y esbozó una media sonrisa que hizo que mi corazón latiese rápidamente, ¿por qué me sentía así?
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Ah.. bu-bueno, ¿entonces te quedas todo el fin de semana? - La simple idea de estar tres días con él, a solas, me incomodaba.
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Sí, ¿tienes algún problema con ello? - Negué con la cabeza – Pues no hagas demasiado ruido, necesito dormir. - Me dijo mientras me daba la espalda y se dirigía a su habitación. En verdad tenía la espalda bastante ancha y bien formada.
Por un momento, al verle de esa manera, pensé que era muy, muy sexy. ¿Pero que clase de cosas estaba pensando? Es mi hyung, joder. Apagué la música, me senté en el sofá cómodamente y me puse a ver la TV. Se ve que me quedé dormido, por que cuando me desperté ya era de noche. El reloj marcaba las 9 así que me puse a hacer la cena. Pensaba hacer algo simple, por que solo eramos hyung y yo.
Cuando acabé de hacer la cena fui a llamar a TOP hyung para que viniese a comer. Me dirigí a su cuarto y toqué. No me contestó así que abrí la puerta. Por la ventana entraba la poca luz que proyectaba la luna pero me permitió ver al hyung tumbado en la cama boca arriba. Tan solo vestía el holgado pantalón del pijama, no llevaba camiseta, lo cual hacía que pudiese ver todo su pecho desnudo. Me volví a sonrojar como en la tarde, cuando le vi únicamente con la toalla. Al notar mi presencia se revolvió en su cama. No me preguntéis por que pero me adentré en la habitación y me situé enfrente de él, sin parar de mirarle. No podía parar de mirar ese rostro perfecto digno de estar en un museo. Llevé mi mano a apartarle el pelo que le caía sobre el rostro pero antes de que pudiese siquiera tocarle me agarró la muñeca, lo cual hizo que me sorprendiese y soltase un pequeño grito. Vi como esbozó una media sonrisa.
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¿Qué quieres SeungRi? - Dijo con una voz mucho más ronca de lo habitual.
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Ve-veras, he hecho la cena, así que... si quieres, ven a comer... - Por alguna razón mi corazón parecía que se iba a salir de mi pecho. Mi voz estaba temblorosa.
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Mmm.. ahora iré, así que fuera de mi cuarto. - Me soltó la muñeca y me dio la espalda.
Me dirigí rápidamente a el salón y puse la mesa. TOP hyung no tardó mucho en aparecer, con la misma pose de hacía unas horas, revolviéndose el pelo. Se sentó en una de las cinco sillas vacías, justo la que está en frente de donde yo siempre me suelo sentar, mientras yo estaba de espaldas con el delantal puesto, sirviendo los platos.
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¿Qué has hecho para cenar, pequeño? - Eso me sorprendió, nunca antes me había llamado de esa manera. Me giré a mirar de reojo lo que hacía el hyung. Me dio la sensación de que me miraba de arriba a bajo, con una media sonrisa.
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He hecho kimichi y arroz, es lo que había en la casa – Dije a riesgo de que no le pareciera bien. Puse los platos encima de la mesa y me senté en mi sitio habitual. - Espero que te guste.
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Me lo comeré con gusto – Se llevó un poco de kimichi a la boca, lo saboreó, como si de un gran manjar se tratase – Esta delicioso, pequeño.
Eso hizo que me sonrojase notoriamente, no podía mirarle a los ojos así que asentí mientras no apartaba la vista de mi plato.