La guerra había acabado, mis padres estaban en Azkaman y bueno yo...Como la mayoría de todos los que habíamos participado en la guerra ya sea del lado de Voldemort o de pos así decirlo de parte de San Potter. Teníamos que repetir curso. Lo que mas me molestaba era que tenía que volver a ver a esa cara rajada, y lo más probable es que volviera a pasar como el primer año que estuve en Hogwarts, todo el mundo alabando a San Potter. Solté un suspiro mientras todos los de Slytherin, nos subíamos al expreso de Hogwarts, pude ver que por el otro extremo del anden, cierto ojiverde se subía al tren. Supiere recordando la ultima vez que estuve cerca de el si no fuera por el probablemente no estaría en esos momentos subiendo al tren. Sacudí la cabeza vale me había salvado pero nunca se lo agradecería. Como casi siempre me toco ser perfecto ese año, así que me dirigí hacia el vagón de los perfectos, junto con Pansy, entramos al vagón y me quede petrificado al encontrarme cara a cara con unos ojos verdes esmerarla mirando directamente a mis ojos plateados como el mercurio liquido.
-Malfoy, me harías el favor de apartarte.-oí esa voz dirigiéndose a mi.
-¿Por qué debería hacerlo yo?-escupí las palabras con rencor.- OH ya se porque me lo dice San Potter el salvador del mundo.-Le dirigí una mirada cargada de odio.
Pase al vagón empujado a Potter hacia atrás, sin darme cuenta el leve rocé de mi mano en su hombro había provocado que mi corazón se acelerara. Me senté de mala gana pensando que seria por el odio que le tenía. Pero no pude quitarle la vista cuando se iba del vagón junto con Grenger. Me quede extrañado al ver que Weasley se quedaba en el vagón. No pude evitar reír al parecer San Potter le había quitado a la novia. Me quede dormido durante todo el viaje. Note como algo me movía casi tirándome al suelo.
-Draco, Draco, Draco-Pansy me cogía por los hombros moviéndome.
Abrí los ojos lentamente, viendo como Grenger y Weasley aguantaban la risa saliendo del vagón. Me desperece y cogi mis cosas.
-Draco-mi amiga mi miraba de reojo.- ¿Desde cuando hablas en sueños?-pregunto con una sonrisa demasiado grande.
-No hablo en sueños Pansy-dije saliendo del vagón, viendo a ese grupito de leones se reía a mas no poder. Por lo visto los perfectos de Gryffindor ya le habían contado a Potter mi casi caída. Pase por el lado como si no exigieran sin darme cuenta de que había dejado a todos mis compañeros atrás, al adelantarme llegue el primero al Gran Comedor, me senté en la mesa de Slytherin y pensé en que había soñado, lo único que recordaba era unos intensos ojos verdes esmeralda mirándome. Sacudí la cabeza no podían ser esos ojos, los de el no. Seria de cualquier otra persona que habría conocido en el verano, pero los de el estaba seguro de que no eran los de el. Poco a poco entraron todos los estudiantes y como me había imaginado el llego rodeado de una masa de alumnos. Y así continúo asta el final de la cena, cuándo a medida de rescate algunos de los Gryffindor lo sacaron del Gran Comedor para evitar otra vez el barullo de los alumnos. Me levante y fui a la sala común de mi casa donde me senté enfrente del fuego sin poder dejar de pensar en unos ojos esmeradas. Después de pensar un rato y intentar que esos ojos no fueran los de el me entregue a los brazos de Morfeo.