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You're my Sky, my Sun and my Moon por Gaara_Uchiha

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Notas del capitulo:

Hola chicas, yo de nuevo jaja xD bueno, no tengo nada que decir hoy, disfruten :3 

Dentro de aquel cuarto se encontraban solo tres personas, una mujer de largos cabellos rubios, quien vestía un traje blanco de enfermera, un chico de cabellos platinados y por último, reposando sobre una camilla, estando inconsciente, un  muchacho de cabellos rubios.

 

—No hay nada de que preocuparse, el joven Minki despertara en poco tiempo—Informó la enfermera Ji Yeon a Dong Ho, este asintió—Tengo que ir a buscar algunas cosas, volveré en un momento—Dijo la mujer dirigiéndose a la puerta—Si sucede algo no dudes en llamarme—Al terminar de decir eso, salió de la habitación dejando a Ren al cuidado de Baekho.

 

Poco a poco Minki comenzó a abrir sus oscuros ojos, al notarlo, Dong Ho se acercó a él, el blondo estaba algo confundido, lo único que recordaba era que su hyung había entrado a la habitación y se le había declarado.

 

— ¿Por qué no podemos? —Fue lo primero que escuchó.

 

—…—El rubio se mantuvo en silencio, como si no hubiese escuchado la voz del otro chico.

 

—Dijiste eso cuando estábamos en la habitación—El de cabellos platinados volvió a hablar centrando su mirada en él menor que seguía callado—Dime, Ren…—Dijo bajito, sus miradas se conectaron por apenas una milésima de segundo ya que el rubio apartó la suya lo más rápido que pudo.

 

— ¿Es que acaso no te das cuenta…? —Preguntó en un susurro casi inaudible, sus ojos estaban fijos en la pared, como si fuese lo más interesante en ese lugar.

 

— ¿De qué debo darme cuenta? —Atacó con otra pregunta, ante ese interrogatorio, Minki giró su rostro dejando ver un par de ojos húmedos, debido a las lágrimas que amenazaban con salir de ellos, más no lo hacían.

 

—Voy a morir…—Musitó con desgano y un deje de tristeza, sentándose en la camilla.

 

— ¿Qué…?—Tal vez no había escuchado bien, por lo que se vio obligado a hacer que el rubio repitiera lo que había dicho.

 

— ¡Que voy a morir! —Sus ojos no pudieron retener más sus lágrimas, un par de estas salieron de ellos deslizándose por sus mejillas—En cualquier momento yo…—Con cada palabra, iban cayendo más gotas cristalinas—Esto…esto no tiene cura… Voy a morir…—Ahora era Baekho quien no sabía que decir, solo estaba callado, observando como el rubio rompía en llanto—Dong Ho…—Llamó secando en vano sus ojos, ya que de nuevo volvían a salir lágrimas. Baekho lo miró a la cara, dándole a entender que lo estaba escuchando—No quiero que sufras por mi culpa—Esas palabras apenas pudieron ser escuchadas por el chico de la mohicana.

 

—Si tanto te preocupa…—Dijo aproximándose al menor— ¿No crees que…? —Agarró el mentón del más bajo acercando sus rostros, Ren se sonrojó ligeramente— ¿Deberías disfrutar cada momento como si fuese el último…? Todos vamos a morir en algún momento…—Después de pronunciar esas palabras, con suma delicadeza unió sus labios con los de Minki, como la vez anterior, el de cabellos blondos correspondió el beso, dejándose llevar por los movimientos del mayor. Baekho llevó una de sus manos al rostro de Ren, mientras que este llevó una de las suyas a la nuca del chico de cabellos platinados, logrando así profundizar más el beso. Tuvieron que separarse por culpa del tan vital oxígeno, quedando uno frente al otro, mirándose fijamente a los ojos, sin ninguna intención de apartar sus ojos de los del otro.  Baekho continuaba sujetando el rostro del menor, ahora con ambas manos.

 

—Minki…—Susurró—Déjame estar a tu lado…—Pasó sus pulgares por los sonrojados pómulos del aludido, limpiando los restos de sus lágrimas.

 

—Hyung…—En ese momento se sentía la persona más feliz del mundo, no sabía ni que decir—Yo... Tú…—Igual a una chiquilla enamorada, así se sentía, el mayor le sonrió, perfecto, eso ayudaba mucho—También me gustas…—Murmuró muy bajito. No le había dado tiempo ni de parpadear cuando los labios de Dong Ho se posaron de nuevo en los suyos, está vez besándolo con más brevedad.

 

Por los pasillos del instituto, un chico de cabellos castaños y estatura alta caminaba a paso lento rumbo a su habitación, tenía un buen rato tratando de localizar a sus amigos mediante mensajes de texto, pero ninguno le contestaba. Dejó escapar un suspiro, apresuró el paso, tal vez todos estaban en la alcoba. Al estar frente a la puerta se percató del silencio que había, además de que estaba cerrada con llave, dudó un momento en entrar, algo no le daba buena espina, negó con la cabeza y por fin se decidió a abrir la puerta lenta y sigilosamente.

 

La luz estaba apagada, el silencio reinaba en el cuarto dándole un aspecto un poco tenebroso, tanteó con su mano la pared en busca del interruptor consiguiéndolo al cabo de unos pocos segundos, pulsó el pequeño botón trayendo luz a aquel lugar. Los ojos de Minho se paseaban por cada zona de la espaciosa alcoba, deteniéndose en una de las camas, lo que vio lo dejó mudo, acostado sobre la cama, apenas con una camiseta algo grande cubriéndolo, estaba Taemin, tenía sus mejillas sonrojadas, sus ojos cerrados y algunos mechones de cabello pegados a su frente, una de sus manos acariciaba su entrepierna mientras que con la otra sostenía algo rosado que aparentemente vibraba, eso dedujo el mayor debido al movimiento de la mano del más bajo. Aquel rosado y alargado objeto rozaba un pequeño y apenas perceptible botón rosa entre las nalgas del chico de cabellos más largos, haciéndole soltar suspiros y gemidos.

 

—Minho hyung…ahh…—Los ojos del aludido se abrieron mucho a causa de la sorpresa—Más…ahh…—Se quedó ahí parado, sin mover ni un solo músculo.

 

—“Él está…”—No podía siquiera cavilar decentemente, su mirada no se apartaba del pequeño cuerpo de Taemin ¿Estaba pensando en él mientras se masturbaba? ¡Por supuesto que lo hacía!

 

—Hyung…ahh—Otro gemido salió de la boca del menor, Minho estaba tan avergonzado, sus mejillas rojas y sus pies pegados al piso, un sinfín de sensaciones comenzaron a esparcirse por su cuerpo, centrándose en su zona baja—Hyung…—La voz de Taemin ya no sonaba igual, se fijó en sus ojos, estaban abiertos y su cara estaba roja— ¡Hyung! —Tan rápido como pudo, se cubrió con las sábanas que estaban extendidas sobre la cama—Pu-edo explicarlo…—Su voz estaba entrecortada y agitada, quería que en ese mismo instante se abriera un agujero en el suelo y se lo tragara.

 

El más alto no dijo nada, apenas tuvo control de su cuerpo,  completamente avergonzado, al igual que él menor, y sin saber que decir, dio media vuelta y se dirigió a la puerta, saliendo de la habitación.

 

Mientras tanto, en el jardín del instituto un chico y una chica mantenían una conversación muy agradable, el muchacho era un castaño alto y bien parecido, la jovencita era una linda pelinegra de largos cabellos.

 

—Aun no entiendo algo…—Dijo Minhyun causando confusión en la chica.

 

— ¿Qué cosa, oppa? —Preguntó Danee con una mueca adorable en su rostro.

 

— ¿Por qué tu…?—El chico trataba de encontrar la frase correcta para decirle a la pelinegra—Emm… ¿Por qué te acercaste a mí? —Interrogó tratando de sonar lo menos tajante posible.

 

—Oh…era eso—Se dijo a si misma la menor—Es que…—En ese momento ella estaba buscando la forma de no sonar tan ¿Cómo decirlo? ¿Pervertida, quizás? —Oppa…—Mordió su labio inferior sonrojándose levemente, Minhyun la miró esperando un respuesta— ¿Sabes que es el yaoi? —Dijo por fin, el muchacho al escuchar la última palabra no pudo evitar sonrojarse igual o más que la chica de cabellos negros ¿Que si sabía? ¡Por supuesto que sabía!

 

—Sí…—Afirmó en un susurro. Aun no entendía que tenía que ver eso con la pregunta que le había hecho—“Un momento…”—Se detuvo a pensar unos segundos—“¡Quiere su propio amigo gay!” —Ante ese pensamiento le dedicó una mirada de asombro a la chica que no hacía más que sonreírle— ¡Quieres tu propio amigo gay! —Exclamó.

 

—Wow, si que nos entendemos—Sonrió ampliamente.

 

—Tú… ¡Pervertida…! —Su sonrojo aumento mucho más— ¡No te contaré mis cosas! —Volvió a gritar.

 

—Oppa, baja la voz—Colocó su dedo índice en los labios del muchacho—Pensarán que soy una depravada—Susurró.

 

— ¡Lo eres! —Soltó totalmente avergonzado.

 

—Sí, pero que quede entre nosotros—Otra vez esa sonrisa tierna ¿Quién podría negarse a una sonrisa como esa?

 

—… Bien—Musitó tranquilizándose un poco— Pero no te diré nada…—Advirtió recibiendo un pucherito de parte de la de cabellos largos.

 

Dentro de una habitación se encontraban un par de chicos, Daesung, un joven de cabellos plateados oscuros y Taeyang, un muchacho de cabellos negros, ambos estaban concentrados en cosas diferentes, el primero leía un libro, mientras el segundo miraba el cielo nocturno a través de una de las ventanas de la alcoba.

 

—Daesung…—El nombrado se giró—Ayer iba a confesarle mis sentimientos a Seungri—Susurró haciendo que el menor se tensara.

 

—Ah… ¿Si? ¿Y que sucedió? —Se sentía tan masoquista preguntando aquello.

 

—Llegó CL y nos interrumpió—El pelinegro suspiró con pesadez—Estuve a punto de…—Dejó de hablar al notar la expresión que tenia su amigo, su rostro reflejaba algo que no podía descifrar bien ¿Tristeza? ¿Enojo? No estaba seguro de que era— ¿Qué pasa? —Preguntó levantándose de la cama en donde estaba para después dirigirse a la de su compañero, sentándose en la orilla de esta.

 

—Nada—Contestó con simpleza, pero por algo eran los mejores amigos desde el jardín de niños, Young Bae lo conocía muy bien.

 

—No mientas, algo te pasa—Afirmó—Dime, somos amigos ¿Cierto? —Daesung asintió dejando escapar un leve suspiro ¿Debía decirle que le pasaba? ¿Y si arruinaba su amistad? Él no quería que eso pasara.

 

—También me gusta Seungri…—Después de unos incomodos segundos, Daesung por fin dejó escapar esas palabras de su boca, dejando boquiabierto al pelinegro.

 

—“¿Qué…?”—Todavía no asimilaba lo que había escuchado— ¿Por qué no me lo dijiste? —Inquirió, estaba enojado y no sabía si era porque Daesung le oculto aquello, o porque le gustaba el mismo chico que a él.

 

—Porque tú me dijiste que te gustaba—Habló bajito, como si no quisiera seguir con la conversación—Pero tranquilo, no intentaré hacer nada…—Cerró su libro y lo guardó en uno de los cajones de la mesita de noche que estaba al lado de su cama—Solo sentía que tenía que decírtelo, buenas noches—Se acostó sobre la cama y se cubrió con las sábanas dándole la espalda al mayor.

 

 Taeyang no dijo nada, se levantó de ahí y se fue hacia su propia cama, todavía no eran más de las ocho de la noche, pero el pelinegro al igual que el chico de cabellos más claros, se recostó en su cama, miró hacia la pared por un rato hasta que el sueño le ganó. Esa noche Young Bae tuvo un sueño muy extraño, uno que logró confundirlo mucho.

 

Estaban él y Seungri en un prado, recostados sobre la verde hierba, admirando el cielo azul, sus manos estaban entrelazadas y sus cuerpos estaban algo juntos, ambos sonriendo, se notaba que estaban felices. De un momento un par de voces interrumpieron el cómodo silenció que allí había, Taeyang divisó a lo lejos un cuerpo que le parecía muy familiar ¡Claro que le era familiar! ¡Era Daesung!

 

—“¿Quién es esa?” —Se preguntó a sí mismo al notar que es chico estaba con una linda muchacha.

 

—Hyung… ¿Qué miras? —Escuchó la voz de Seungri quien lo miraba interesado—Oh…Ella es la novia de Daesung hyung—Al haber dicho eso el rostro de Young Bae se desfiguró completamente, mostrando una mueca de enfado y rabia— ¿No lo sabías? Dentro de unos meses se casan—Dijo el menor sonriendo ampliamente.

 

— ¿Qué? —Gritó, no sabía por qué pero tenía unas inmensas ganas de levantarse, ir a donde estaba la feliz pareja, tomar del cuello a la muchacha y asfixiarla cruelmente, eso planeaba hacer, se acababa de levantar, se dirigía con suma rapidez hacia Daesung y la chica, con la mirada de Seungri fija en él, sin entender lo que le sucedía a su novio. Cuando estuvo frente a la muchacha, a punto de llevar a cabo su cometido, una voz se escucho lejanamente.

 

—Tae…vamos, Tae, hazte a un lado—Abrió los ojos y se dio la vuelta encontrándose con Ji Yong quien tenia una manta y una almohada sujetas con una de sus manos, mientras que con la otra zarandeaba al pelinegro.

 

— ¿Ah…?—Preguntó confundido.

 

—Muévete, no puedo dormir…—Contestó el pelirrosa, Young Bae asintió dándole un espacio a su amigo para que se acostara.

Notas finales:

Vamos, dejen rw que son gratis :3


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