— ¿Qué están haciendo? —Gritó Ki Bum en el momento en que él y Minho se adentraron a la habitación, dejando confundidos y algo alterados a los otros dos chicos que estaban allí. El maknae se encontraba de piernas cruzadas sobre la cama, frente a él estaba Jonghyun, quién sujetaba una de sus manos con cuidado. Ahora eran el más alto y el de mirada felina quienes tenían una expresión llena de desconcierto en sus rostros.
— ¿Pero qué…?—La cara de Minho era un poema, su ceño levemente fruncido, su mandíbula ligeramente apretada y lo que más le destacaba en ese momento, era la expresión de duda que había en su rostro ¿Acaso ellos no estaban…?
—Hyung, umma… ¿Qué sucede? —Preguntó Taemin ladeando la cabeza, Jonghyun por su parte, solo los miraba extrañado por la actitud de esos dos.
— ¿Ustedes no…?—Esta vez fue el Kim menor quién habló.
— ¿Nosotros no qué? —Cuestionó el mayor frunciendo el ceño. Tanto Key como Minho se quedaron callados—Hablen…—Más que una petición, fue una orden.
— ¿Qué…? ¿Qué hacen? ¿Qué eran esos ruidos…?—Inquirió el chico de ojos más grandes mirando primero al maknae y luego al moreno. Como respuesta, el menor levantó su mano, esa que hace unos segundos, sostenía Jonghyun.
—Le sacaba una astilla…—Ante estas palabras, el alto y el de ojos felinos se mostraron avergonzados— ¿Qué creían que hacíamos…?—Preguntó dedicándoles una mirada acusadora a los otros dos jóvenes.
—Pues…—Ki Bum apenas pudo pronunciar esa palabra, ambos estaban tan abochornados por sus pensamientos insanos acerca de lo que estaban haciendo Jonghyun y Taemin, que no sabían en donde meterse.
—…—El mayor entrecerró los ojos, el castaño de cabellos más largos solo se limitaba a mirarlos a todos con una expresión de desorientación. Primero su hyung le sacaba una astilla y luego entraban a la alcoba su umma y Minho, preguntando cosas incoherentes para después, por un motivo que él desconocía, sonrojarse de pies a cabeza—Son unos asquerosos pervertidos—Balbuceó el moreno en un gruñido ¡Ahora Taemin lo entendía todo! Este no pudo evitar, al igual que los otros dos, ruborizarse.
— ¿Qué…? ¡No! —Exclamaron los dos chicos que seguían de pie sonrojados, mientras, negaban repetidas veces con la cabeza.
— ¿De que estás hablando? ¿Pervertidos? ¿Y eso por qué? —Preguntó Key frunciendo el ceño y cruzando los brazos sobre su pecho.
— ¿Cómo que por qué? ¡Ustedes dos pensaron que nosotros…!—Decía Jonghyun, pero fue interrumpido.
—No pensamos nada… ¡Nada! —Chilló Minho tomando la misma postura que Key.
—Claro…—Taemin se mantenía callado—Como ustedes digan. Ahora, por favor retírense, estoy a punto de sacársela a Taemin porqué le duele mucho—Murmuró el mayor con una sonrisa ladeada formándose en su rostro, tanto el maknae, como los otros dos, se ruborizaron notoriamente.
—Eres tan... ¡Idiota! —El chico de mirada felina se dio la vuelta, comenzando a caminar hacia la puerta— ¿Minho? ¿Qué mierda estás esperando? ¿Una invitación? —Al escuchar esas palabras, el aludido lo siguió y así, ambos salieron de la pieza dejando a un Jonghyun sonriente y a un Taemin sonrojado.
Ya era de noche, en una de las habitaciones, cinco chicos se encontraban preparándose para dormir, cada uno colocándose su pijama. Eran dos castaños, un pelinegro, un rubio y un peliplata.
— ¿Quién será el afortunado que dormirá conmigo hoy? —Preguntó Baekho alzando una ceja, JR y Minhyun rieron bajito, Aron rodó los ojos fastidiado y Ren, el solo pudo limitarse a sonrojarse sutilmente.
—Hoy le toca a Ren—Dijo Jonghyun sonriendo ampliamente, una sonrisa perversa se formó en el rostro del chico de la cresta plateada.
—Pero… ¿Hyung…? ¿Por qué sonríes así…?—Inquirió Minki ante la extraña sonrisa de Dong Ho.
—Por nada… Vamos…—Susurró Baekho subiéndose a su cama, por alguna razón, el rubio sintió un escalofrío, sabía que algo no estaba bien, y tenia miedo, pero de igual forma, se subió junto a su hyung.
— “Baekho… ¿En que estás pensando…?”—Se preguntó Minhyun en el momento en que se acomodaba en su cama, debajo de la del chico de la mohicana.
—Buenas noches—Dijo JR del otro lado de la habitación.
—Buenas noches, hyung—Repitieron Minhyun, Minki y Dong Ho al unísono, ya las luces estaban apagadas, toda la habitación estaba en completo silencio.
Había pasado alrededor de media hora, ya todos estaban profundamente dormidos, o al menos eso creía Baekho. Este se encontraba con el maknae entre sus brazos, quien tenía la espalda pegada al pecho del más alto.
— ¿Hyung…qué…?—Preguntó Ren en un susurro al sentir una de las manos del mayor metiéndose dentro de la camiseta de su pijama.
—Shhh…—Fue el sonido que emitió el más alto.
— ¿Qué hac…? ¡Ahh…!—Gimió bajito al sentir los fríos dedos del chico de cabellos cortos deslizarse por su nívea piel—Baekho… ¿Qué…?—No pudo terminar de formular la pregunta ya que un incontrolable gemido salió de sus labios.
—Nos van a escuchar…—Susurró el chico de cabellos platinados muy cerca de su oído.
—Ash… ¿Es que acaso no respetan que hay personas durmiendo en esta misma habitación? —Cuestionó Minhyun desde su cama haciendo que Dong Ho gruñera por lo bajo y que, como era de esperarse, Minki se sonrojara—Esperen aunque sea a que yo me vaya…—Murmuró el castaño tomando una almohada y una sábana entre sus brazos—Hasta mañana—Musitó algo molesto ¿Es que no tenían vergüenza? Tomó su teléfono celular junto con sus auriculares que estaban sobre la mesita de noche y se dirigió hacía el otro lado de la habitación, donde estaban JR y Aron, seguramente ya dormidos.
— ¿Y tu que haces aquí? —Inquirió Aron frunciendo el ceño. Tal vez esos dos no estaban tan dormidos como Minhyun pensaba— ¡Oye! ¿Me estás escuchando? —El mayor enfureció al notar como el chico más alto lo ignoraba y subía a la cama de Ren, JR por su parte simplemente se limitó a reír en voz baja.
— ¿Qué pasa Min? —Esta vez fue el pelinegro quien habló, ya el castaño más alto estaba recostado sobre la cama.
—Hyung… Solo te diré que necesitaras unos audífonos y música a todo volumen…—Dijo Minhyun asomándose un poco mientras conectaba sus auriculares blancos a su celular y luego se los colocaba en los oídos. Tanto Aaron como Jonghyun se miraron mutuamente al oír esas palabras del menor, más un sonoro gimoteo les hizo entender el porqué de lo que Minhyun decía.
—Ahh…hyung… ¡Ya…!—Se escuchó desde el otro lado de la alcoba. Los dos mayores se sonrojaron intensamente para después, como unos desesperados, ponerse a buscar sus teléfonos y con ellos, sus auriculares.
Mientras tanto, del otro lado del cuarto, Baekho jugueteaba con los pequeños y rosados botoncitos del rubio, intentando a toda costa, quitarle completamente la camiseta de su pijama. Se encontraban en una posición muy comprometedora, Minki boca arriba gimiendo, y Dong Ho sobre él regalándole suaves caricias por todo su pecho.
—Ahh… Baekho…no—Pidió, tenía sus ojos cerrados y sus mejillas coloreadas de rojo.
— ¿No qué…?—Cuestionó en el momento en que una de sus manos se deslizó desde el plano abdomen del rubio, hasta el elástico de sus pantalones—Mírame…—Dijo en un susurro ronco.
—Hyung…—Abrió sus ojos lentamente para después desviar la mirada avergonzado.
— ¿Quieres que pare…?—Mordió su labio inferior esperando la respuesta del menor.
—…—Sus pómulos adquirieron un color carmesí mucho más intenso, si es que era posible. Estaba tan ruborizando y nervioso, no sabía que hacer o que decir.
—Dime…—Susurró acariciando levemente la entrepierna del más bajo sobre la tela de su pantalón.
—Ah… ¡Hyung…!—Tapó su boca al instante, Baekho sonrió ladeadamente para después aumentar la velocidad de sus caricias—Ahmm…—Mordió su labio inferior tratando de acallar sus gemidos.
—No…—Apartó la mano del más bajo—Quiero oírte…—Musitó—Entonces… ¿Quieres que pare o no? —Lo miró fijamente, incomodándolo un poco—Ren…—Se apartó del cuerpo del aludido, quedando de rodillas sobre la cama.
—Yo…—Sentía su cara arder, y es que, estaba totalmente rojo—Yo no…— ¿Qué iba a decir? No podía mentir, le gustaba estar así con Dong Ho, pero tenía eses estúpido e irracional pánico, se le notaba en cada parte de su rostro. El mayor le sonrió cariñosamente, intentando tranquilizarlo un poco. Ta vez era muy pronto para eso—Hyung…—Llamó bajito, Baekho apenas pudo escucharle—Sigue…—Susurró más que avergonzado, el chico de la cresta plateada sonrió triunfante ¡Lo había conseguido! ¡Ren había cedido! Aproximó su rostro al del chico más delgado, juntando sus labios en un casto beso.
—Como tú quieras…—Murmuró muy cerca de su oído, haciéndolo estremecer, ante esa acción, el mayor rio. Lo besó nuevamente, está vez con más fogosidad, logrando así que el menor entreabriera sus labios, dándole paso a la lengua del otro.
Pronto sus ropas fueron sobrando, de un momento a otro ya estaban con tan solo unos bóxers cubriéndolos, Kang sobre Choi, el primero besando, chupando y mordiendo el cuello contrario y el segundo, dedicándose a soltar leves gemidos, al mismo tiempo que paseaba sus manos por la ancha espalda del otro.
—Hyung…—Habló Ren girando su rostro un poco, fijando su mirada en la cortina naranja que dividía la habitación, el aludido comprendió lo que él otro quería decir.
—Ellos están dormidos… No escucharán nada…—Dijo suavemente tomando del mentón al menor, este asintió y unieron sus labios otra vez. Dong Ho bajó por su cuello, se detuvo en su clavícula delineándola con la lengua, descendió por su pecho y finalmente, llegó hasta la ropa interior del rubio, sonrió con malicia, bajándola a una lentitud tortuosa, rozando con la tela el ya despierto miembro de Minki, quién jadeo dificultosamente. Tomó su miembro con una de sus manos y comenzó a darle algunas lamidas.
—Ahmm…—Gimió bajito sintiendo como la lengua del mayor se paseaba por toda la longitud de su intimidad.
—Minki…—Llamó, el mencionado lo miró atentamente con sus mejillas rojas, se veía adorable—Lámelos…—Ordenó extendiéndole tres de sus dedos, el menor asintió y se dedico a chupar los dedos del mayor, soltando sonoros gemidos en el proceso, debido a que el más alto seguía practicándole sexo oral.
—Ahh…hyung…voy a…—El chico de cabellos platinados se detuvo, retiró sus dedos de la boca del chico de cabellos más largos para luego abrir sus piernas, dándole mejor acceso a su entrada.
—Dolerá un poco…—Advirtió introduciendo un dedo, Ren asintió quejándose levemente. Dos, tres dedos más, Dong Ho los movía en círculos, ensanchando la entrada del menor, que solamente gemía por lo bajo.
Cuando estuvo bien dilatado, sacó sus dedos de ahí, posicionándose entre las piernas del rubio. Fue introduciéndose lenta y cuidadosamente, no quería hacerle daño.
— ¿Estás bien…? ¿Te duele…?—Preguntó preocupado al ver la expresión que tenia el chico que estaba bajo su cuerpo.
—No…solo un poco…continúa…—Dijo suavemente, el peliplata así lo hizo, se adentró completamente en el más bajo, quedándose quieto, esperando a que el otro se acostumbrara a la intromisión. Lo entretuvo un poco depositándose incontables besos por toda su cara, luego por cuello, después se dedicó a lamer uno de sus pezones, mientras con una de sus manos, pellizcaba con delicadeza el otro, sacando más gemidos de la boca de Minki—Ahh…—Movió, inconscientemente sus caderas—Hyung…—Sus mejillas estaban teñidas de rojo dándole un aspecto realmente encantador. Baekho lo miró atentamente—Muévete…—Pidió desviando la mirada, le daba tanta pena. El mayor asintió tomando las piernas del rubio y colocándolas a cada lado de su cadera.
Dong Ho comenzó un vaivén lento, aun con el pensamiento de poder lastimar aunque sea un poco al menor si se movía muy rápido. Más aquello no duró mucho, puesto que el de menor estatura se inclinó un poco apoyándose en sus codos, deteniendo al chico de la cresta.
—Hyung… No soy una muñeca…—Se colocó de tal forma que quedara sentado sobre el otro, rodeando su cintura con sus piernas, y su cuello con sus brazos, estando ahora sus rostros muy cerca. Besó los labios del mayor sin darle tiempo siquiera de reaccionar, meneó sus caderas de arriba hacia abajo, auto-penetrándose, el de cabellos más cortos tomó sus caderas, ayudándole a moverse con más facilidad. Poco a poco los movimientos de ambos se volvieron más rápidos, más intensos. En la habitación solo se podían escuchar los fuertes gemidos que ambos, sin pudor alguno, dejaban escapar, importándoles muy poco que sus demás compañeros estuviesen del otro lado intentando dormir.
Sus cuerpos estaban sudorosos y sus respiraciones agitadas, sabían que el final estaba cerca así que Baekho aumentó la velocidad de las arremetidas, al mismo tiempo que tomaba entre una de sus manos el miembro del rubio, masturbándolo al ritmo de las embestidas. No faltó mucho tiempo para que Minki se corriera manchando el abdomen del mayor, que segundos después, terminó dentro del más bajo, llenándolo por completo.
—Minki…—Pronunció saliendo del interior del aludido, recostándolo sobre las blancas sábanas de la cama, este lo miro fijamente, con un bello sonrojo adornando sus mejillas—Creo que… No…—Se acercó a su rostro, rosando sus labios con los de Ren—Te amo…—Susurró uniendo sus labios en un casto y delicado beso, el menor se abrazó a su cuerpo, correspondiéndole.