Un par de chicos se hallaban, al parecer, muy concentrados en lo que hacían. Eran Onew y JR, el primero mantenía su vista fija en un libro de matemáticas, mientras el segundo realizaba algunos ejercicios de dicha materia en su cuaderno. Se encontraban en la habitación del mayor, sentados cómodamente en un sofá de cuero café, cada uno en una esquina del mueble, frente a este había una mesita auxiliar, en la cual Jonghyun estaba apoyado haciendo sus deberes.
—Hyung… Ya no quiero estudiar más—Musitó el pelinegro dejando caer su lápiz sobre el cuaderno—Además, hoy no me tocaba tutoría—Se quejó infantilmente, el castaño por su parte, mantenía su vista fija en el libro.
—Se acerca la fecha del examen ¿Quieres reprobar? —Preguntó el mayor sin siquiera mirarlo. JR emitió un largo suspiro y prosiguió a realizar los problemas matemáticos impuestos por Jinki.
Era cierto que ese día, por ser viernes, no tenía que estar recibiendo clases del castaño, pero este le había salido con la misma frase de antes “Se acerca la fecha del examen ¿Quieres reprobar?” Onew se recriminó a si mismo por dar esa excusa tan tonta. Pero es que ¡Quería estar cerca del otro! ¿Desde cuando se había sentido así? Francamente, ni el mismo lo sabía, pero daba gracias porque el menor se hubiese creído ese pretexto de tan mala calidad.
— ¡Hyung! —Chilló JR haciendo un puchero—Ya estoy cansado—Otra vez estaba quejándose.
—No llevas ni una hora haciendo eso—Rio bajito al ver la expresión de Jonghyun, se veía realmente adorable, tenía el ceño levemente fruncido y los cachetes inflados. Era tan infantil, y eso, ciertamente, a Jinki le gustaba. Recibió como respuesta un gruñido de parte del menor, quien como hace rato, volvió a concentrarse en los ejercicios.
Por un instante, debido a la falta de concentración y al extraordinario aburrimiento que en ese momento tenía, el pelinegro desvió la vista de su libreta y la dirigió al rostro del chico de cabellos largos, perdiéndose en cada parte de su fisonomía. Sus pequeños ojos, sus perfectos labios, la forma de su nariz, su cabello, su castaño y largo cabello que en este momento estaba peinado hacia atrás, impidiendo que sus finos y brillantes mechones interrumpieran su vista. En ese momento, todo en el rostro del más bajo le parecía simplemente perfecto, único.
—Si sigues mirándome de esa forma, me voy a desgastar—Murmuró Onew pasando la página del libro que tenia entre las manos. Al haber sido descubierto, Jonghyun no pudo evitar que una gama de tonalidades rojas tiñeran sus mejillas, el mayor rio ante eso, podría estar muy concentrado en su lectura, pero eso no impedía que estuviese atento a cada movimiento que su pupilo hiciera. Sin decir nada, el de cabellos negros desvió rápidamente la mirada totalmente apenado.
Pasaron unos cuantos minutos después de eso, fue cuando el castaño aclaró su garganta, que JR lo miró nuevamente ¿Acaso lo estaba provocando? Eso parecía, pues el más bajo le estaba regalando una escena demasiado sugerente. Ahí estaba él, Lee Jin Ki, con su vista fija en el libro, aparentemente muy concentrado en lo que leía, pero Jonghyun sabía que no lo estaba ¡Todo era un engaño! ¿Y por qué era un engaño? Pues la respuesta era simple ¿Qué rayos hacía el lamiendo su labio inferior de esa forma tan provocativa? Paseando su lengua por la rosada zona parsimoniosamente ¡Pero eso no era todo! Después al muy descarado se le ocurrió una mejor idea, morder sus labios con sensualidad, como si estuviera incitando al menor, tentándolo a que se apropiara de esa boca que ahora se encontraba entreabierta.
— ¿Hyung…?—Habló tan bajito que el otro no lo escuchó. Sintió su cuerpo arder ¡Ese desgraciado! ¿Cómo era posible que lo hubiese calentado con tan solo un par de gestos? Ese chico podría aparentar inocencia y torpeza, pero ahora JR lo sabía, muy en el fondo era un ser que desbordaba toneladas de sensualidad—Eres un mal hyung—Fue con esas palabras que Jinki se dio cuenta de que su dongsaeng no estaba realizando los problemas y que, en vez de eso, había estado mirándole por un largo rato. Pero no le dio tiempo de objetar o de decir algo en su defensa contra la acusación que el pelinegro le hacía. Jonghyun había arrebatado aquel libro de matemáticas de las manos del mayor, dejándolo perplejo ante esa acción, y como si de algo inservible se tratase, lo lanzó lejos de allí.
— ¿Por qué hi…?—No pudo terminar de formular la pregunta debido a que, sin saber como lo había hecho tan rápido, JR se encontraba sobre él, con las piernas a cada lado de las suyas quedando arrodillado en el sofá, además, sus manos no se mantenían quietas puesto que recorrían sin pudor alguno el pecho contrario. Onew iba a abrir la boca para decir algo, pero esa acción fue impedida por el más alto, quien se apoderó de esos rosados y carnosos labios que hace rato había deseado tanto.
Hubiese sido algo muy estúpido no corresponder el beso ya que él mismo lo había provocado, tal vez fue inconscientemente pero lo había hecho, además ¿A quien iba a engañar? Él también lo deseaba.
Las temperaturas de ambos subieron, mientras el pelinegro paseaba sus manos por los costados del castaño, este se dedicaba a quitar la camiseta negra del menor. Dejaron de besarse ya que necesitaban respirar, fue en ese instante que Onew tuvo la oportunidad de deshacerse de la molesta camiseta del más alto, tirándola a algún lugar desconocido, tal vez el mismo al que había llegado a parar su libro de matemáticas.
Jonghyun recorría con su boca el cuello del mayor, repartiendo besos, lamidas, chupetones y mordidas, dejando marcas que seguramente tardarían un buen rato en desaparecer, causando así, que con dichas acciones, el castaño suspirara repetidas veces. Al mismo tiempo que se dedicaba a saborear cada parte del cuello contrario, el chico de cabellos negro iba desabotonando casi con desesperación, la camisa de color verde pastel que traía Jinki. Por fin podía admirar el torso desnudo de su hyung, una sonrisa ladeada se formó en su rostro, envió una mirada pícara al mayor, quien se sonrojo al instante, para luego dirigirse a su pecho, el cual recorrió con su lengua, deteniéndose en uno de los pezones de este, el cual estimuló con su lengua, dientes y de vez en cuando, dedos, pellizcando ese botoncito tan sensible, lo mismo hizo con el otro segundos después.
—Ahh… JR…mmh—Dijo Onew entre gemidos, mientras deslizaba sus manos con apuro hasta los jeans del pelinegro, intentando a toda costa, desabrochar en botón y bajar la cremallera.
— ¿Estás ansioso? ¿Eh, hyung? —Preguntó Jonghyun apartando las manos del más bajo para bajar sus pantalones por sí mismo. Jinki soltó un gruñido, acompañado de un fuerte gemido causado por el simple hecho de que JR había posado una de sus manos en su ya despierto miembro—Veo que estamos despiertos aquí abajo—Después de haber dicho eso, no pudo evitar soltar una carcajada ¿Dónde había quedado el dongsaeng dulce y tierno de hace unos momentos? El castaño se sonrojó intensamente dándole un golpecito en el pecho al más alto.
—Tonto, deja de ju… ¡Ahh! —Onew no pudo ni siquiera reclamarle ya que el pelinegro había introducido la mano dentro de sus pantalones y su ropa interior, rodeando su palpitante miembro, dándole leves masajes, eso estaba torturando al de cabellos más largos.
—Anmmh…JR, yo…—Y como si leyera sus pensamientos, el aludido retiró el pantalón junto con la ropa interior de su hyung, dejándolo totalmente desnudo. Sonrió maliciosamente, tenía a su hyung ahí, recostado sobre el sofá, sin una sola prenda encima, completamente a su merced. Volvió a juntar sus labios con los del más bajo, fundiéndose esta vez en un beso más pasional. Jinki llevó sus manos al elástico del bóxer azul de Jonghyun, logrando así bajar la prenda, liberando el ya erguido pene. Empujó suavemente el cuerpo del menor haciendo que quedara recostado sobre el mueble, con la cabeza apoyada en el reposa brazos. Tomó el miembro del pelinegro acercándose para comenzar a lamerlo de abajo hacía arriba, a una velocidad demasiado lenta y tortuosa. Estaba volviendo loco a su dongsaeng, y es que, no solo era por el hecho de que realizaba aquel acto tan parsimoniosamente, no, también era porque mientras le hacía la felación, no despegaba su mirada, ahora llena de lascivia, de los oscuros ojos de JR.
—Hyung…ahhh… Ya bast…mmmh—Hubiese terminado de decir la última palabra de no ser porque el mayor había engullido su miembro—Ahh… Hyung… Pa…—Con toda su fuerza de voluntad, se inclinó hacía adelante para apartar al más bajo. Sin dejar siquiera que Onew protestara, lo giró con un poco de brusquedad, quedando así, el castaño apoyado en el espaldar del sofá, dándole la espalda al pelinegro. Sin previo aviso, Jonghyun se introdujo dentro de Jinki, ocasionando que este soltara un sonoro grito debido al dolor causado.
—I-idiota…—Masculló entrecortadamente, eso le había dolido, y mucho ¡JR era un bruto! Un par de cristalinas lágrimas se escaparon de sus ojos.
—Shhh…—Se quedó quieto, pasó una de sus manos por el pecho del más bajo, brindándole placenteras caricias, y se dedicó a besar su cuello, sacando suspiros y jadeos del mayor.
—Muévete…—Un solo movimiento de caderas de parte de Jinki bastó para que Jonghyun comenzara a embestirlo, primero con suavidad y lentitud, pero luego ese ritmo cambió completamente por uno más salvaje. Ahora JR arremetía el cuerpo de Onew contra el sofá de cuero, de una forma tan ruda, haciendo que el de cabellos castaños gimiera repetidas veces, inundando la habitación con esos excitantes sonidos que el pelinegro había comenzado a adorar ¡Le encantaba escuchar a su hyung así!
—Ahhh…hyung…estás tan…apretado…—Susurró Jonghyun extasiado. Poco a poco las embestidas, si es que se podía, se volvieron más aceleradas, ya no se sabía quien era el que gemía más alto. Continuaron así, en esa misma posición, hasta que el menor sintió que no podía más y salió del interior del más bajo ganándose un quejido de su parte— ¿Qué esperabas? Quiero verte…—Dijo con malicia. Habiendo dicho esto, giró el cuerpo del mayor, abrió sus piernas posicionándolas alrededor de su cintura y prosiguió a volver a penetrarlo.
—Ahh…tonto—Musitó el castaño, estaba tan sonrojado, nunca pensó que JR lo volteara de esa forma con la excusa de que quería verlo ¡Quería verlo! ¡Su dongsaeng era tan pervertido! —Ahh…ahh…más…—Pidió entre gemidos sintiendo su cara arder, el más alto acató sus ordenes como si su vida dependiera de ello, golpeando aquel punto que volvía loco al mayor. Pronto sintieron que el final se acercaba, un par de embestidas más fueron suficientes para que Jinki se corriera, manchando ambos vientres, unos segundos después lo hizo Jonghyun, llenando el interior del otro.
—Te dije que no quería estudiar más…—Susurró sobre los labios del castaño, para posteriormente, depositar un casto beso en ellos.
Dentro de una habitación de hospital se encontraba un castaño alto y un pelirrosa, el primero estaba sentando sobre una silla al lado del otro, quien se hallaba acostado sobre una camilla, totalmente inmóvil, inerte. ¿Cuántos días habían pasado ya? Era domingo y Ji Yong todavía seguía en coma, al Seunghyun mayor le aterraba la idea de que nunca despertaría, aunque apenas habían pasado dos días desde eso había sucedido, el simple hecho de que existía la posibilidad de que GD no despertara nunca, lo estaba matando lentamente.
Al igual que el día anterior a ese, T.O.P había ido a visitar al menor, quedándose a su lado sin decir ni una sola palabra. ¿A que le temía? No era como si Ji le estuviera escuchando ¿O sí?
—Ji… ¿Cuándo vas a despertar? —Preguntó. Esas eran las primeras palabras que le había dicho desde que lo internaron en el hospital—Lo siento Ji… Todo es mi culpa…—Musitó como si de verdad estuviese hablando con el más bajo—Solo despierta pronto ¿Si? —Un par de esas gotas salinas llamadas lágrimas, cayeron de sus marrones ojos—Tienes que despertar… No puedes irte… No como ella lo hizo…—Recordó que por su cobardía, había perdido a Sun Kyu, y ahora, por ser tan idiota, podía terminar perdiendo a Ji Yong—Ji…—Tomó una de las frágiles manos del pelirrosa entre las suyas—Ji… Te amo…—Susurró. Por fin lo aceptaba, se había enamorado de G-Dragon. Limpió el rastro de las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas, y fue ahí cuando algo inesperado pasó, sintió que la mano que sostenía la de Ji, era apretada fuertemente, abrió sus ojos en demasía ¿Podía ser eso posible?
—Hyung… ¿Me amas…?— ¿Lo había escuchado? —Hyung…—Una hermosa sonrisa se formó en sus labios, estaba desorientado, acababa de despertar y se encontraba en una habitación con paredes totalmente blancas, pensó que estaba en un hospital, y así era, pero lo único que le importaba en ese momento, era que Seunghyun le había dicho que lo amaba. Estaba tan feliz.
T.O.P no pudo evitar que miles de lagrimas empezaran a brotar de sus ojos ¡Ji Yong había despertado! Su corazón comenzó a latir fuertemente, en ese momento se encontraba tan contento.
—Seunghyun… ¿Qué hago aquí? ¿Por qué lloras? —Inquirió con preocupación sentándose en la cama, apoyando ambos brazos en esta. No recibió respuesta alguna, solo pudo sentir como los brazos del mayor, rodeaban su cuerpo envolviéndolo en un fuerte abrazo, el cual no dudó ni una milésima de segundo en corresponder.