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You're my Sky, my Sun and my Moon por Gaara_Uchiha

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Notas del capitulo:

Ahora sí, este fic casi termina, me costará desprenderme de él(?) pero las cosas no duran para siempre u.u si no, serías importales como Ace oppa (véase exo) 

 

8D Mis agradecimientos a mi pasiva Key favorita y a Mikan por ayudarme a escribir algunas partes del capítulo y por corregirme :D 

 

Sin más, disfruten~

Ya tenía dos meses de embarazo, había pasado alrededor de un mes desde que se había enterado de aquello. Dos meses, si lo ves en retrospectiva, no es mucho, pero ese era el tiempo que llevaba embarazada, un mes desde que la noticia le cayó como bomba, por eso, en aquel momento se encontraba recostada en su cama mirando el techo de su habitación, como si fuese lo más interesante en ese lugar, no tenía idea de que hacer, acarició su vientre instintivamente, sonriendo melancólicamente, Seung Ri le había dicho que se haría responsable y la ayudaría. Giró a su costado y fijó su vista en la pequeña mesita de noche que se encontraba al lado de su cama. Tomó un dulce que había sacado de uno de los cajones de la mesita y se lo metió en la boca, simplemente, estar embarazada le hacía tener mucha hambre, suspiró, tal vez, no era tan malo. Su familia era rica, solucionarían su problema y además, sabía que ni Seung Ri ni Minzy le darían la espalda, mucho menos sus demás amigas, de verdad, aquello no era tan malo.

 

— ¿Cómo serás? —Preguntó, como si la criatura pudiese responderle, mientras se sentaba en la cama y acariciaba su vientre.

 

6 meses pasaron, dándole paso a un caluroso Julio. Ya había pasado los exámenes finales, su vientre había crecido mucho, y ¿Cómo no? Ya tenía 8 meses de gestación, le dolían los pies, estar embarazada traía consigo muchas cosas entre ellas, pies hinchados ¿Y qué decir de su espalda? El dolor en ésta era insoportable. Aquel calor no debía de ser natural, lo pensaba de forma insistente, era incómodo, era desesperante y para el manojo de hormonas que era en ese momento, las cosas definitivamente no eran lo mejor, colocó la mano en su abultado y ya muy incómodo vientre sintiéndose desesperada, ese era el motivo de su mal humor, ese era el porqué de que su irritación se mantuviera al máximo. No era que no le gustara el clima cálido o que no le gustara aquel pequeño airecito que se colaba por las rendijas de su ventana, no, lo que le molestaba era que el clima no era cálido, era bochornoso y aquel aire caliente podría volver loco a cualquiera, como a ella en ese preciso instante. Se llevó su mano a su voluminoso vientre, moviendo de manera frenética su mano, como si el pequeño que habitaba en su interior le gritara que tenía calor y quisiera de esa forma brindarle algo de frescura, ella y sus 8 meses, ella y su desesperación de no encontrar la forma de apaciguar aquello.

 

Se hallaba recostada sobre su cama, cuando volvió a su casa, después de las vacaciones en la isla, no dudó ni un segundo en contarle todo a su familia, había tenido miedo, y mucho, pero al final la reacción de ellos no fue tan mala, su madre incluso de alegró, en ese momento se dio cuenta de que era una chica con suerte.

 

La rubia había acordado que no abandonaría los estudios, no dejaría que el estar embarazada le impidiera terminar la universidad, sabía que aún le quedaba un largo camino, es decir, apenas se encontraba en su primer año y ahora estaba embarazada, agradecía inmensamente que ya las clases terminarían, así su bebé nacería en las vacaciones de verano y no tendría que perder clases por estarlo cuidando.

 

Por otro lado, no muy lejos de ahí, dentro del baño de una de las habitaciones de los chicos, se encontraba Seung Ri, sus negros cabellos eran empapados por la cristalina agua que caía sobre él, confundiéndose con las finas lágrimas que brotaban furiosamente de sus ojos, acallando el intenso llanto que salía de su garganta. 8 meses, llevaba 8 largos y tortuosos meses sumido en la oscuridad, en la fatídica y dolorosa soledad que lo embargaba día a día.

 

—Seung Ri, apresúrate—Dijo Ji Yong desde el otro lado de la puerta, el pelinegro suspiró pesadamente y cerró el grifo de la ducha, saliendo de ésta para después, totalmente desganado, secar su cuerpo con la toalla blanca que había traído consigo.

 

—Ya...—Musitó al salir del baño, el pelirrosa asintió y se movió a un lado, permitiéndole así, poder ir hasta su armario para vestirse.

 

A paso lento, luego de que el menor se alistara, ambos salieron de la habitación, topándose con una escena un tanto incómoda: Frente a ellos, fuera del cuarto, estaban un par de chicos, un de cabellos grises y otro de cabellos negros, peinados en forma de cresta, se besaban intensamente, recorriendo con la lengua la boca contraría insistentemente, jadeando por lo bajo, sin percatarse de los dos pares de ojos que los miraban con asombro.

 

— ¿Podrían esperar al menos a entrar a la pieza? —Preguntó GD con el ceño fruncido.

 

—Oh... Hyung...—Susurró Daesung muy apenado luego de separarse del otro chico.

 

—Lo sentimos—Murmuró Taeyang paseando su vista desde Ji hasta Seung Ri, con una sonrisa cínica en sus labios, ocasionando así que el menor de todos bajara el rostro, intentando de todas las maneras posibles, no quebrarse frente a ellos.

 

Tanto Young Bae como Dae Sung, pasaron entre el pelinegro menor y el pelirrosa, adentrándose a la habitación y cerrando la puerta tras de sí.

 

—Seung Ri ¿Estás bien? —Cuestionó el mayor, a lo que el pelinegro solo se limitó a asentir levemente y comenzar a caminar.

 

—Vamos, hyung, T.O.P nos espera...—Susurró acelerando el paso.

 

Dentro del cuarto, el de cabellos plateados y el pelinegro se mantenían en silencio, el menor esquivaba la mirada del más alto como si le desagradara, mientras que éste no entendía el por qué de la actitud del otro.

 

— ¿Qué? —Preguntó Young Bae frunciendo levemente el entrecejo.

 

— ¿Hasta cuándo seguirás con esto? —Siseó Dae Sung.

 

— ¿A qué te refieres? —El pelinegro estaba más que confundido.

 

— ¡Sabes a lo que me refiero! —Exclamó el menor alzando el tono de voz— ¿No crees que ha pasado suficiente tiempo? Ni siquiera... Ni siquiera lo escuchamos...—Susurró dejándose caer sobre su cama.

 

—Yo...—Suspiró sonoramente y cerró con fuerza sus ojos—Todavía lo amo...—Afirmó sentándose sobre un pequeño sillón que había ahí.

 

— ¿Entonces...? ¿Por qué haces esto? —Interrogó el de cabellos grises apoyando su cuerpo en uno de sus codos.

 

—Por qué...—Frunció el ceño y sonrió con amargura—Él nos traicionó...—Dijo en voz baja.

 

—Nosotros ni siquiera lo escuchamos... ¿Sabes...? Somos realmente crueles...—Alegó sentándose en la cama—No sé tú, pero yo iré a solucionar esto—Habiendo dicho esto, Daesung se levantó y se dirigió hacia la puerta, saliendo de la habitación apresuradamente, dejando atónito al mayor que sinceramente, no sabía qué hacer o cómo actuar.

 

En otro lugar, bajo la sombra de un gran árbol, tres jóvenes conversaban amenamente, o al menos eso intentaban, puesto que le menor entre los tres, parecía estar en su propio mundo.

 

— ¿Seung Ri? ¿Estás escuchando? —Preguntó un castaño frunciendo el entrecejo.

 

— ¿Ah...? Sí...—Musitó un poco ido, ambos mayores negaron con la cabeza lentamente.

 

—Ay... Ri...—Susurró el pelirrosa con tristeza en su voz, le dolía ver a su amigo de esa forma. Sin más, de un momento a otro, rompió en llanto, importándole muy poco que las personas que estaban a su alrededor, lo vieran en ese estado tan deplorable. Ji Yong no tuvo que pensárselo dos veces, solo bastó un par de segundos para que se dispusiera a envolver al pelinegro en un fuerte abrazo, aferrándolo a su pecho protectoramente, acariciando con suavidad sus oscuros cabellos.

 

—Hyung...—Murmuró entre sollozos, bajo la atenta mirada del Seung Hyun mayor, que no sabía qué hacer en una situación así.

 

—Ya... Ya...—Susurró el de cabellos rosados acariciando la temblorosa espalda del menor, al mismo tiempo que le dedicaba una mirada llena de súplica al castaño, quien no hacía más que observar.

 

—Seung Ri...—Aquella voz, con tan solo pronunciar ese par de palabras, había logrado captar la atención de los tres chicos que estaban allí sentados, bajo el frondoso árbol.

 

— ¿Q-qué...? —Logró articular el aludido, separándose al instante de Ji, secando sus lágrimas con el dorso de su mano izquierda.

 

— ¿Podemos hablar? —Cuestionó temiendo a que el pelinegro se negara. El menor miró instintivamente al pelirrosa y al de cabellos castaños, como preguntándoles qué hacer, éstos asintieron levemente.

 

—Está bien—Dijo el pelinegro en apenas un susurro, levantándose de dónde estaba para después irse de ahí junto con chico de cabellos grises.

 

Las horas pasaron con lentitud y el sol se escondió pintando primero el cielo de colores rojizos para después dar paso a un azul muy oscuro e intenso apenas iluminado por una apenas resplandeciente luna y unas estrellas es que pasaban desapercibidas.

 

Dentro de una de las piezas de aquel lugar, se encontraban un grupo de chicos, cada uno sumergido en su propio mundo; Jong Hyun veía televisión, Min Hyun leía un libro, Aron y Baek Ho escuchaban música mientras Ren, observaba el paisaje nocturno desde la ventana.

 

—Ahh...—Gimoteó el rubio llevando ambas manos a sus sienes, masajeándolas suavemente.

 

— ¿Ren? ¿Qué pasa? —Preguntó preocupadamente Minhyun quien estaba más cerca del aludido, al hacer la pregunta, los presentes en aquella habitación, fijaron su vista en el menor, quien cerró sus y negó levemente con la cabeza.

 

— ¿Estás seguro? —Esta vez fue Baek Ho el que cuestionó aquello. Lo siguiente que vieron fue como el de cabellos rubios desfallecía sobre el mullido colchón de su cama.

 

— ¡Ren! —Exclamaron los cuatro chicos yendo hacia el inconsciente chico, Dong Ho lo tomó en brazos con ayuda de JR, mientras Aaron y Min Hyun iban a avisar a la enfermería.

 

Eran alrededor de las doce de la noche, cuatro chicos, más el director del instituto, se encontraban en la sala de espera de un hospital, Minki había decaído y según las explicaciones del doctor, su estado era delicado.

 

— ¿Ya le avisaste a su prima? —Preguntó Minhyun a Baek Ho, quien negó rotundamente ante esa interrogativa.

 

—No creo que deba... El director dice que puede ser peligroso para ella si se entera de algo así—Musitó el de cabellos platinados mirando fijamente la puerta de la habitación en la que tenía a Minki.

 

— ¿Crees que no se ha enterado ya? Casi toda la escuela se dio cuenta de lo que sucedía cuando sacamos a Ren del instituto—Esta vez fue Aron quien habló.

 

—Hyung tiene razón—Afirmó Jonghyun.

 

—Entonces ¿Creen que deberí...? —Antes de que pudiera hablar, como si hubiese sido invocada o algo por el estilo, a aquel lugar entró Lee Chae Rin, pero no estaba sola, con ella estaban tres chicas, cinco chicos y una profesora del internado, más una enfermera, la rubia se quejaba y gritaba a más no poder, estaba en pleno proceso de parto.

 

— ¿Qué es lo que sucedió? —Se apresuró a preguntar el director Hyun Suk segundos antes de que a la muchacha la trasladaran a una sala de parto en una silla de ruedas.

 

—Ella se enteró de lo de Minki—Respondió Bom a lo que el mayor negó con la cabeza, dedicándoles una mirada reprobatoria a todos los recién llegados.

 

—No fue nuestra culpa—Murmuró Sandara.

 

—Todo el mundo lo sabía, solo bastó con escucharlo de un par de chicos y ella colapsó, era inevitable—Dijo Min Ji a lo que el hombre asintió, dándole la razón.

 

Las horas pasaron rápidamente, en el hospital solo quedaban Baek Ho, Min Hyun, Min Ji, Seung Ri, Ji Yong, el director, y por supuesto, los padres de CL y los de Ren, los demás habían regresado al instituto, debían ir a clases para luego poner al día a los que se habían quedado allí.

 

Se podía decir que tenían casi doce horas en ese lugar, aún no daban más noticias de Ren mientras que CL estaba dando a luz. Min Hyun descansaba recostado sobre el hombre de Dong Ho, éste no había dormido en toda la noche, por otra parte, Seung Ri, Minzy y Ji Yong estaban igual, a diferencia de que el último si había dormido un poco horas antes.

 

— ¿Los familiares de Choi Minki? —Preguntó un médico a todos los presentes, los padres del rubio, los de Chae Rin, Baek Ho, Min Hyun y el director, prestaron atención a lo que el hombre decía—La salud del joven Choi es muy delicada, si su caso no se trata ahora mismo, el chico podría morir—Informó el doctor dejando atónitos a todos, la madre de Ren rompió en llanto, y Baek Ho, él sintió que todo su mundo de comenzaba a desmoronar sobre él.

 

— ¿Podrá salvarlo? —Cuestionó el padre del rubio con preocupación y temblor en su voz.

 

—Para curar completamente al joven de esta enfermedad, es necesario un trasplante de células madre, además, debemos exponer a Minki a quimioterapia para evitar la reproducción de glóbulos rojos deformes—Comenzó a decir—Lamentablemente, el trasplante solo puede hacerse mediante la sangre del cordón umbilical de un familiar compatible—Terminó de decir.

 

—Chae Rin... El bebé...—Musitó la madre del de cabellos rubios.

 

— ¿Qué quiere decir? —Preguntó el doctor con curiosidad.

 

—Mi hija está dando a luz ahora mismo, ella y Minki son primos—Explicó la madre de CL.

Notas finales:

¿Qué les pareció? Dejenme rws para saber sus opiniones :3

 

Y acosenme en twitter :3

@ChocoGaaDeLimon

@ChocoGaaLimit 

Bye~


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