Su majestad, el glorioso Atobe Keigo tenía un problema creciente. Y llevaba el nombre de Echizen Ryoma.
Vaya forma de joder la vida de uno.
Simplemente la diva no sabía qué hacer respecto a ese problema, si acaso era sufrir. No había hora en el día en que Atobe no pensaba en el pelinegro de ojos dorado oscuro.
La forma en que sujetaba la raqueta con gran profesionalidad. La flexión de su brazo izquierdo, la forma elegante en que retornaba la pelota. La camiseta que se le subía por los rápidos movimientos y el aire, enseñando la delicada piel del abdomen. Y qué decir de aquel trasero; era rondo con firmes músculos y cierta suavidad sensual. Como sus shorts le acentuaba su figura…
… Era una belleza y agonía observar a Echizen Ryoma…
Atobe no se sorprendería si sus ‘pelotas’ se tornan azules por toda la eternidad.
El único alivio a su problema que Atobe conociera era el de su mano derecha.
Desde la primera vez que interactuó con Echizen estaba prácticamente casado con su mano derecha.
“Atobe, tu teléfono es visible a media milla.” La voz de Oshitari le trajo de vuelta al mundo real. “Eh?” No había entendido las palabras de su astuto mejor amigo. “Tu ‘teléfono’ está enseñando.” Con el dedo índice le apunto entre sus piernas.
Si mas Atobe recordaba había dejado su teléfono en el aula… Entonces…
“Como te atreves apuntar a Ore-sama’s esplendidos atributos de forma vulgar!” Oshitari no le hiso comentario, escogiendo silencio antes de hablar de los atributos de Atobe. En su opinión era horrible y nunca en su vida quería ni pensar o hablar sobre ellos. Sin embargo estaba seguro de la causa de la ‘inquietud’ de sus atributos.
“Atobe, me eh dado cuenta, siempre que puedes le miras el trasero a Echizen.” Oshitari no era un hombre que se andaba con rodeos. Era muy directo. Atobe, sintiéndose incomodo por todo esta situación cruzo sus piernas. “Ore-sama solo observa traseros de buena calidad. El trasero de Echizen es uno de ellos.” Esa fue su defensa, aunque el aclamado rey tenía el sentimiento de que no le había servido para nada.
“No jodas, te gusta Echizen y lo único que has estado pensando en estos días es hacerle el sexo.” Oshitari ya andaba cansado de ver a su amigo mirando al cielo, en otro mundo pensando en Echizen. Actuando como una chica adolecente enamorada por su primera vez. “La mejor forma de obtener sexo con Echizen es confesándote.”
“Ore-sama no hace confesiones. Son ellos quienes tiene que confesarse a ore-sama.” El chico de los espejuelos exaspero con frustración. “Por el amor al tenis, tú crees que Echizen se va a confesar a ti? A ti de todo las personas que existen en este mundo?!”
“Ore-sama es grandioso eh inspira los corazones de miles.” Oh no, Atobe ya estaba en su elemento. “Cariño, ya es tiempo de que te despiertes. Echizen no se va a confesar a ti.” Le dijo sarcásticamente. Atobe ya le estaba llegando hasta los pelos. “Sabes que, Echizen nunca te va a confesar. El piensa que eres un engreído que se hace pasar por el mejor, un mono para el divertirse al verte. Porqué? Simplemente, en sus ojos eres un rey mono, sin inteligencia que solo sirve para una cosa, para ser un adorno mas en este mundo?”
Los ojos de Atobe cambiaron. “Si eso es lo que él piensa de mí, porque entonces debería yo confesarle?” Después de todo no era tan estúpido. “Si tú te confiesas primero, Echizen cambiara su opinión. SI acaso, puede que pienses que tienes buen cuerpo. Esa es tu única esperanza.”
“Entonces debería confesarme de una forma inolvidable, en donde no pueda decirle no a Ore-sama!”
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[DE: Oshitari
PARA: Fuji
Operación convencer a Atobe confesarle a Echizen COMPLETA!]
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[DE: Fuji
PARA: Oshitari
Excelente. Operación convencer a Echizen admitir sus sentimientos por Atobe COMPLETA!
Operación preparar Echizen para la confesión de Atobe EMPEZAR!]
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[DE: Oshitari
PARA: Fuji
Atobe está listo, nos dirigimos para allá.]
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[DE: Fuji
PARA: Oshitari
Todo listo de mi lado. Operación preparar Echizen para la confesión de Atobe COMPLETA!]
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Era un día precioso. Atobe observo desde la ventanilla de su limosina. Muy pronto llegaría a Seigaku, y se confesaría al objeto de sus sentimientos. Muy pronto sus pasiones se aria realidad. Ya no aguantaba más, necesitaba confesarse ante Echizen…
…Los pantalones le apretaban….
“Atobe, estas enseñando el ‘teléfono’ otra vez.” Oshitari le advirtió de su lado izquierdo. Venía con él en el carro lujoso. Atobe cruzo sus piernas. Estúpidas hormonas.
Al fin y al cabo llegaron y Atobe pudo controlarse. Apenas se bajaban se dio cuentas de tres cosas. Numero uno, no había nadie a plena vista. Número dos, las canchas de tenis estaban llenas. Numero tres, había una carpeta roja de donde él se bajo del carro hasta la cancha de tenis.
Justo como él lo había planeado. Sonrió dulcemente a la vez que caminaba asía su destino.
“Seigaku! Siéntase honorados por la presencia maravillosa de Ore-sama!” Emitió un fuerte aplaudido con sus manos elegantes, llamando la atención de la gente. Quienes se encontraban apretados en varios lados, dándole espacio a las nets de tenis.
“Buena suerte.” Oshitari le dijo antes de irse y meterse entre la gente, específicamente por donde Fuji estaba plantado. Este le sonrió y le hablo al oído, claramente esto se convirtió en una conversación privada.
Mientras tanto Atobe no veía a Echizen en ninguna parte. Miro por todos lados. En uno de esos destaco a Nyou asiéndose pasar como Tezuka, hablando con Tezuka. Por otro lado Inui estaba pasando bebidas sospechosas. Shiraishi le andaba chequeando el trasero a Kirihara.
Extraño… Había jugadores de tenis de otras escuelas presente. Atobe había planeado para que toda la escuela estuviera presente, no los jugadores rivales de otras escuelas. Miro hacia Oshitari Fuji quienes estaban moviéndose entre la gente, entrando al locker.
Interesante…
La gente le miraba con ojos raros. Atobe simplemente sonrío, y sonrío mas. Después de todo el era realeza total. Tenía que comportarse como tal. Así que sonrío hasta que le doliera las encías. Diablos, donde estaba Echizen? De alguna forma se había enterado y le dio por huir?
Si eso era así…. Pura vergüenza de su parte.
Entonces…
“No! Déjenme en paz! No voy a salir vestido con esta ropa!”
Al escuchar la voz de Echizen Atobe se giro.
…Dios…
Echizen… Oshitari y Fuji, cada uno andaba agarrando a Echizen por cada brazo arrastrándolo en frente de todos. El pequeño jugador de tenis protestaba, tratándose de zafar. Atobe consolidaba a Echizen. Quien rayos hubiera querido salir vestido en lo que él estaba vestido?
No era ni un vestido, o una ropa súper sexy. Al contrario. A Echizen lo habían vestido de Cupido. En otras palabras lo único que Echizen llevaba puesto era un culero desechable gigante, su cuerpo cubierto en polvo de talco. Los labios fueron pintados de un color rojo, y en las tetillas tenis aretes falsos. Era una combinación extraña. Pero Atobe tenía que admitirse a sí mismo. De cierta forma Echizen se veía sexy. A lo mejor en un forma horrible, pero sexy de todas formas.
Oshitari y Fuji le arrastraron por el piso, ambos con caras de satisfacción.
“Echizen, Atobe-sama a tenido la cortesía de venir a verte. Ándale y salúdalo.” Fuji sonrío dulcemente, dándole a su apariencia un toque de angelical. “Me rehúso.” Le dijo este, algo enojado. “Atobe, no había algo que querías decirle?”
A la maldita confesión.
Atobe sonrío, luego miro a Echizen.
“Echizen…”
Empezó Atobe.
“No… Por lo menos déjame ponerme algo menos humillante!”
Atobe no le escucho y continuo.
“Mi hermoso Echizen, my queridísimo príncipe. No puedo dejar de pensar en tu trasero o tu cuerpo. My alma y cuerpo arden con una pasión insaciable que solo tú puedes abatir. Por eso Ore-sama ha venido a este lugar, en frente de testigos, para confesar su deseo hacia usted. Se mío juntos reinaremos el mundo! Seremos la pareja royal!”
Todo el mundo quedo en completo silencio, mirando a Atobe. Luego, de uno en uno empezaron a aplaudir. Alguien grito “beso!” “beso!” Y luego eran todos gritando lo mismo a la misma vez.
“Maldito rey mono…”
Echizen le dio una mirada fea. A la vez, Oshitari y Fuji le dejaron ir.
“Mada nada dane.”
Fue lo que le dijo Echizen antes de tirársele en sus brazos, besándole en la boca.
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[DE: Fuji
PARA: Oshitari
Quien es la próxima víctima(s)?]