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Aquello que sentí por Konosuke

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Notas del fanfic:

Sip, es un VladxDanny. Ese cazafantasmas es ex-qui-si-to y no hay mucho sobre él </3 así que aquí va mi grano de arena. Danny Phantom y todos sus personajes, son propiedad de nickelodeon, yo solo hago mi propio universo con buenas dosis de yaoi.

 

Notas del capitulo:

Tardé demasiado, pero me gustó el resultado.

Ahora si la había armado en grande. Por ir pensando en la inmortalidad de los cangrejos, otra vez hasta el hartazgo, durante el descanso, no se había dado cuenta de que su charola de alimentos iba directa a estamparse en la cara de Dash, su archienemigo escolar y ahora, se hallaba corriendo para salvarse por todos los pasillos. Atropelló un par de profesores, entre ellos al director Lancer, que quedó tirado en el piso, jurando darle una detención de la que se acordaría toda su mugrosa vida. Imprimió más fuerza a sus pies al notar la entrada y giró la cabeza. El rubio le pisaba los talones y parecía un búfalo rabioso. Abrió las puertas y dio los últimos saltos, para caer dentro de un taxi que arrancó apenas tocó el asiento.

—Agradece que no tengo problemas para el dinero Danny, o estarías en la basura.

—Oh Sam no se qué hacer… ¡me va a tratar como saco de boxear hasta la graduación!

—Bueno, tal vez, un poco de maquillaje, algunos piercings, ropa gótica y nueva cabellera, verde y frondosa, lo engañen.

—¡¡No!! — gritaron al unísono Danny y Tucker aterrorizados.

—Al menos estamos por salir de vacaciones, puede olvidarlo para el siguiente curso.

— ¡Ja! Podrá olvidar la tarea, atarse los cordones, y no saber ni siquiera sumar pero… lo que le hice, no lo ignorara hasta que me haya vapuleado por toda la eternidad.

—Ahora hasta sentimental te pusiste. ¿A dónde tienes pensado ir este año?

—Espero que al fin mi familia piense en la playa, siempre me llevan a lugares aburridos… ¿recuerdan el año anterior? Peor, ni siquiera había electrónicos durante nuestra estancia.

—Oh viejo, eso es terrible— exclamó el moreno.

Esperaba divertirse al fin, antes de que su suplicio comenzara en pocos meses. Sin embargo, nada basta con tener buenos deseos y él lo aprendía siempre de la peor manera. Tal y como supuso, sus padres ya habían armado sus maletas y en ningún lado figuraba una mínima señal que gritara “Ahora si te divertirás en serio”.  Arrastró sus pies, resignado hasta su cuarto y tras varios minutos bajó con todo lo que llevaría al viaje.

— ¿Y a dónde iremos esta ocasión? — cuestionó a sus padres.

—Iremos a un lugar nuevo Danny— Su padre lucia una enorme sonrisa— hemos sido invitados a Wisconsin, al parecer es un castillo… ¡habrá un concurso de “come todo el queso que puedas”! al fin han notado el importante papel de un comedor compulsivo como yo.

—Hurra— Su madre agitaba una bandera con tono aburrido.

Sólo unas vacaciones típicas en la típica vida de Danny Fenton. O eso creyó hasta llegar al susodicho lugar. Prefería haberse quedado en su casa, con su cálido sillón y viendo películas sin restricción, o imaginar constantemente al maldito Dashiel con ese cuerpo dominándolo. Si, era gay y sabia que si su némesis lo intentase violar, el no podría resistirse ante tan seductora oferta. Sin embargo, estaba aplastado en la camioneta, con olores desconocidos y la calefacción dañada. Música country sonaba en la radio; parecía algo salido de la dimensión diferente. Y para rematar, el paisaje actual distaba de ser algo aburrido, o apreciable a la vista, de hecho, parecía salido de una historia de terror. Tal vez en Transilvania se apreciara mejor tal arte, pero en la unión americana… simplemente tanto árbol muerto rodeando aquella negra construcción no parecía ser un buen lugar para vivir. Un escalofrío le recorrió la espalda como augurio de malos porvenires. El auto familiar se detuvo justo a la entrada, de enormes puertas de gruesa madera. Bajaron estirándose, cansados y entumidos de estar varias horas metidos ahí sin parar. Caminaron juntos hasta toparse con la aldaba, la cual levanto Jazmine y dejó caer con un gran estruendo como resultado. El eco generado resonó, pareciéndole a Danny, eterno y tenebroso.

— ¡Familia Fenton! — un grito amistoso salió de quien, por su porte y ropaje, parecía ser el dueño.

— ¡Oh que tal, tanto tiempo sin vernos, quien quiera que seas! — Exclamó Jack alegre.

—Vlad, me llamo Vlad Masters— enarcó una ceja— y miren a quien tenemos aquí, que chicos tan adorables.

Por un momento, el menor de la familia creyó haber notado una mirada especial de interés por él. Pero prefirió ignorar eso. Curiosidad de adulto, así la llamó. A pesar de tener una apariencia algo joven, el cabello del anfitrión lucia algunas líneas blancas, que destacaba por estar sujetado en una coleta. Adornando su rostro pálido, una pequeña barba bien cuidada le daba el aire aristócrata. Casi podría llamarlo “un sexy madurito ingles”.

Una vez estuvieron adentro, la amplitud de aquel lugar lo dejó boquiabierto. Parecía una catedral, adornada por ricas telas que tapaban las ventanas. La luz artificial predominaba ahí, pero lo consideraron hasta normal, ya que desde que estaban por llegar, las nubes, tapando al cielo con su gris oscuro predominaban y no parecían querer dar tregua. A lo lejos, algunos truenos daban mal augurio del clima.

—Me temo que se viene una tormenta, familia… y no me gustan, por eso preferí aislar la vista del exterior.

¿Era impresión del chico, o al parecer no había nadie más en todo el castillo? Ni una sola persona había acudido a recibirlos aparte de Vlad. Maldecía haber leído Dracula antes de salir, ahora estaba dándose patadas mentales. Hizo acopio de valor, nadie diría que un Fenton se acobardaba. Su hermana, fiel adoradora de la ciencia no veía motivo para temer a un poco de luz entre un montón de ovejas encaprichadas nublando la bóveda celeste.

—Me agradaría ayudarlos con sus pertenencias, sin embargo, soy un tanto ermitaño y no tengo personal— Masters habló mientras caminó un poco y alzó una mano hacia una escalera bellamente tallada, que ascendía en caracol— verán que las habitaciones fueron preparadas para su mayor comodidad.

—Vlad… disculpe, señor Vlad— la impetuosidad del chico siempre destacaba— no quiero incomodar, pero ¿dónde están los demás invitados?

— ¿Cuál es tu nombre, joven?

—Danny Fenton.

—Oh Danny, veras, la emotividad de Jack lo hizo venir sin revisar todos los datos. La fecha del evento sucederá en un mes. Sin embargo, son bienvenidos desde ahora en mi humilde hogar.

No le creyó en lo absoluto, pero no dijo nada mas al notar a su madre, que le dirigió una mirada cómplice. Subieron con sus maletas y se les fueron asignando los lugares donde descansarían. Al menos agradecía que donde él estaba, era cómodo y grande, con un colchón tan mullido que sus sueños no tendrían ningún inconveniente ahí. Después de darse una ducha con la cual se quitó todo el sudor del viaje, se acostó y como supuso, tardo más en apagar las luces que en dormirse.

Durante la madrugada se sintió incomodo, hasta que un ruido cercano lo puso en alerta. Se levantó de golpe y maldijo haberlo hecho, puesto que se mareó inevitablemente. Dirigió la vista hacia su ventana y se quedó congelado al ver que Vlad lo observaba con una mirada tan siniestra como curiosa, ante la cual sólo pudo quedarse estático al sentir como ese par de diabólicos ojos lo atravesaban. Sacudió la cabeza y parpadeó, intentando despejarse, pero tras ese cristal, permanecía la oscuridad de una tranquila noche.

—Ahí no estoy, Danny querido.

Si no entró en una crisis al oírlo, fue por puro milagro. Su rostro sudaba gruesas gotas y un escalofrió perpetuo le recorrió la espalda. Giró hasta toparse cara a cara. Justo cuando iba a soltar un fuerte grito, la poderosa mano del mayor le tapó la boca y fue forzado a recostarse mientras era sujetado de las muñecas.

—Sabia que eras tú, y ahora que te tengo aquí, siento como tu sangre recorre con extraordinaria fuerza tus venas… me produces tantas sensaciones.

— ¿Y-yo soy…?

—No pienses mas, anda, déjate llevar por tu verdadero ser.

No supo a que se refería y no pudo pensar más. Tenerlo tan cerca le hizo aspirar su aroma. No era algo que pudiese definir, nada que conociera, era un olor a “nada” y esa nada, lo estaba hipnotizando. Su mirada se tornó borrosa e indefenso, sentía como Masters subía encima de él y lo observaba acechante. Sentía su rostro acalorarse y tenia dificultad para respirar. La distancia entre los labios de ambos se acortó, hasta que chocaron y comenzaron a devorarse. Los cuerpos también hicieron lo suyo y las hombrías se encontraron impúdicamente. Si hubiera estado completamente consciente, se habría reprochado por haberse excitado tan escandalosamente.

Continuaron procurándose caricias y besos hambrientos, hasta que el adolescente se estremeció y se relajó.

—Oh mi Danny, eres tan obediente… pronto amanecerá, pero nos veremos sin duda. Me encantaría que recordaras este momento, pero por ahora, no es posible.

Sólo fue una pequeña punzada, sin demasiado dolor, el calor en su cuello tenia por compañía un cosquilleo cómodo. Al terminar, fue limpiado con una discreta lamida. Con la perdida de la sangre, también comenzó a quedarse dormido de nuevo, y de esa realidad, pasó a un recuerdo y luego, todo quedó en blanco.

Notas finales:

Los reviews se agradecen ;3


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