Y ahí estas de nuevo, esperándolo, como cada noche.
Muestras tu fastuosa y nívea piel sin algún pudor para así poder saciar la mirada libídine del que ahora se proclama tu amo, tu salvador forzosamente aludido, deslizando lenta y sensualmente la tela que cubría tu fina estructura.
Aún te cuesta trabajo asimilar el hecho de estar ahí, de siquiera seguir con vida después de la falta terrible que cometiste al ir en contra del bien de midgard y tu propia patria; La razón por la cual te obliga a realizar aquellos actos que tú y seguramente los demás considerarían desmesuradamente lascivos e incluso una aberración, pues, excluyendo a Odín, a Frigga y a tu captor, para los 9 mundos aún mantenían el título de hermanos.
Sabes que lo hizo por amor.
Siempre lo haz sabido, has conocido sus sentimientos desde hace ya mucho tiempo. Jamás pensaste que llegaría a tal extremo el corrompido amor cultivado por años hacia ti; no hasta al punto de consumarlo noche tras noche sin descanso, sin el decoro que siempre aparenta ante todos.
No.
Te muestra a un ser lleno de pasión reprimida, un agreste propietario, un amante ilustre. Llena la habitación de roncos gemidos y jadeos entrecortados. Aún no podías convencerte de que fuera real.
[...]
Una puta.
Si, eso es lo que eres ahora. La cortesana personal del hijo predilecto de Odín, aclamado por todos, visto ahora como un héroe en midgard y rey solemne en asgard: Thor.
Lo único que tienes que hacer es esperarlo con los brazos y piernas abiertos, ser amable, hacerlo creer que sus sentimientos son correspondidos y dejar al gorila atiborrarse de tu esencia, llenarte de la suya propia y sufragar su libido animal.
Admites que te agrada de cierta forma, pues es mejor que estar en un calabozo, sufriendo carencias e intentado sobrevivir como un miserable; aunque no deja de ser una condición degradante para un dios.
Tu solo te dejas usar. Aplicas tu coquetería nata junto con tu cuerpo y labia, vasta en experiencia, para así acuñar a tu gusto la masa blanda en la que se convierte tu neandertal amante.
[...]
Ciertas noches parecidas a esta, después de complacer a tu capataz, te preguntas si huirías de aquí si pudieses, si lograras timar a thor como lo has hecho miles de veces sin ningún esfuerzo... y el encontrarle respuesta te deja en vela hasta que caes rendido por tanto deliberar con tu mente.
Siempre sucede lo mismo. Una parte de tí dice que lo hagas, que uses hasta la última gota del amor que te profesa para lograr tus fines, convertirlo en tu esclavo dándole el placer que tanto disfruta y al final humillarlo como siempre quisiste hacerlo, de la forma mas escabrosa y proterva que hay; Pero un fugáz pensamiento invade tu mente antes de hundirte en un profundo sueño:
"Al menos deja de usar tu talento tramposo para contigo mismo. Eres feliz con este amor correspondido."
Ya mañana será otro día para lidiar con tus demonios internos. Por ahora solo quieres dormir entre los fornidos brazos que te rodean la cintura y sentir su cálido aliento en tu nuca.