I. Una declaración
Después de que todas las cartas Clow se convirtieran en cartas Sakura, la vida en Tomoeda era pacifica, a excepción para un chico con el cabello castaño, uno que se rompía la cabeza pensando en cómo podría declarar su amor a la persona más importante, al que dio todo su poder para evitar que desapareciera, si a Yukito Tsukishiro. Toya quería tenerlo a su lado, una vez casi lo pierde y no estaba dispuesto a perderle de nuevo, en ese momento una voz le obligo a dejar sus pensamientos.
- Hermano, el desayuno ya está listo!- dijo Sakura.
Toya bajo a tomar su desayuno y después se propuso a partir hacia donde se encontraba su amado.
En el lugar de encuentro:
- Yuki! - dijo el peli-castaño
- Toya, buenos días – dijo Yukito con una amplia sonrisa.
El peli-castaño estaba feliz de poder estar con Yukito. Ya en el instituto, las clases prosiguieron normalmente y Toya no podía apartar la vista del peli-plateado y cuando este se dio cuenta solo le sonrió cálidamente, como siempre la hacía.
En la hora del almuerzo, Toya y Yukito se encontraban rodeados de hermosas muchachas como siempre, puesto que eran muy populares. Pero el peli-castaño cuando se dio cuenta de que una chica muy atractiva se colgaba del brazo del joven de cabello plateado, Toya no pudo contener su ira y al instante tomándolo de la mano se lo llevo.
- Q…Que pasa? Toya – dijo peli-plateado desconcertado.
- Nada – comento, mientras seguía agarrándole la mano.
- Te veo enojado, paso algo?
- No es nada, solo no me sentía cómodo
- Ya veo – dijo el joven de cabellera plateada mientras sonreía. Él lo conocía muy bien y dándose cuenta por su actitud se podía decir que estaba ¿celoso? No, eso no podía ser, seguramente lo está imaginan, pensó.
Cuando llegaron al parque Pingüino, Yukito notó que todavía seguía tomado de la mano con el peli-castaño, provocando que se sintiera feliz.
- Que sucede Toya?
- Nada, ¿Por qué lo dices?
- Últimamente has estado actuando extraño
- ¿extraño?
- Sip
- ¿A qué te refieres?
- Es como si algo te preocupara
- … - Toya solo guardo silencio y cuando se dio cuenta de que sus manos seguían unidas, se sintió apenado, provocando que sus mejillas se sonrojaran y saltándolo le dijo – ¿tienes sed? Voy a por algo de tomar - y se fue hacia una máquina expendedora.
Después de unos minutos:
- Aquí tienes
- Gracias ^_^ - dijo Yukito, mientas lo bebía, Toya sin disimular lo observaba embobado y solo pensaba en besar esos labios que tanto anhelaba. Sin darse cuenta ya se encontraba cerca del peli-plateado, el cual se sorprendió:
- To…¿Toya?, que su… - sin poder terminar fue silenciado con un beso, Yukito no podía creerlo, solo giro la cabeza y se puso de pie, listo para marcharse.
- ¡Espera Yuki! – dijo el peli-castaño abrazándolo - lo siento, no era mi intención provocarte esa reacción, es… solo que… n…no pude controlarme, lo siento, ya no puedo sopórtalo, cada vez que estas con alguien, me molesta o cuando estas rodeado de chicas, me irrita y cuando le brindas esa sonrisa a otra persona que no sea a mí, me enfurece. Al principio estaba asustado de no sabes que me sucedía, pero luego lo comprendí, no sé desde cuando empecé a verte de esta manera. ¡TE AMO YUKI! – dijo el peli-castaño abrazándolo fuerte.
El joven de cabellos plateados solo dejo caer unas lagrima, no podía creer que en verdad su mejor amigo le diga algo tan importante, todas esas noches que había soñado con esas palabras, sus pensamientos y esperanzas por fin se hacían realidad. Toya lo había reconocido y no solo eso sino que también era correspondido. Y así el peli-plateado acariciando el rostro de Toya y con los ojos llenos de lagrimas le dio un tierno beso que él también anhelaba.
- También ¡TE AMO TOYA! Todo este tiempo he esperado por estar así contigo - y aferrándose fuertemente a él lo abrazo.
Cuando regresaban de camino a casa tomado de las manos y sonrojados, empezó a llover a cantaros, encontrándose cerca de la casa Tsukishiro:
- Uff… estamos todos empapados ^_^ - dijo Yukito.
- Si, no pensaba que comenzaría a llover tan de repente.
- ¿Quieres pasar? ^///^ te puedes enfermara si te vas así a casa.
- ^///^ gracias.
- Aquí tienes una toalla, ¿Quieres utilizar primero la ducha?
- Ah, gracias. No, está bien que la uses primero Yuki.
- Gracias.
Mientras el joven de cabellera platea se duchaba, Toya no podía dejar de sentirse nervioso, realmente los dos sienten lo mismo y pensando en eso calló dormido.
- Toya, Toya, no puedes dormir así, te vas a resfriar.
- Mmm… ¿Yuki?
- Mira estas todo frio, vam… - guardo silencio cuando el peli-castaño lo jaló hacia sí.
- Entonces caliéntame-le dijo al peli-plateado besándolo.