Cuando llegué a casa esa noche, mientras Draco me servía la cena, le tome su mano y le dije,
-Tengo algo que decirte...
El se sentó y comió callado... Lo observe y vi el dolor en sus ojos... De pronto, no sabía cómo abrir mi boca, pero tenía que decirle lo que estaba pensando:
-Quiero el divorcio
El no parecía estar disgustado por mis palabras y me preguntó suavemente
- ¿Por qué?
Esa noche no hablamos, y el lloraba... Yo sabía que el quería saber que estaba pasando con nuestro matrimonio, pero no pude contestarle... Sucedió que el había perdido mi corazón a causa de otro hombre llamado Kevin. Yo ya no amaba a Draco,
Solamente le tenía lástima!
Con un gran sentido de culpabilidad, escribí un acuerdo de divorcio y en este acuerdo el se quedaba con la casa, el carro y el 30% de nuestro negocio. El miró el acuerdo y lo rompió en pedazos!
El pasó 10 años de su vida conmigo y éramos como extraños! Yo le tenía lástima, por todo su tiempo perdido, su energía, pero ya no podía cambiar,
¡Yo amaba a Kevin!
De pronto empezó a gritar y a llorar, como para desahogarse.
La idea del divorcio ahora era aún más clara para mí...
El próximo día llegué a casa y lo encontré escribiendo en la mesa... No cené y me fui a dormir, estaba muy cansado de haber pasado el día con Kevin... Cuando desperté, todavía estaba Draco escribiendo en la mesa... No me importó, me viré y seguí durmiendo... Por la mañana, Draco me presentó sus condiciones para el divorcio: no quería nada de mí, pero necesitaba un mes de aviso antes del divorcio... Me pedía en el divorcio que por un mes tendríamos que vivir como si nada hubiera pasado y llevarnos normal.
Su razón era simple: nuestro hijo Alexander tenía todo ese mes exámenes y no quería molestarlo con nuestro matrimonio quebrantado.
Yo estuve de acuerdo, pero el tenía otra petición: que me acordara cuando yo lo cargue a nuestro cuarto el día que nos casamos.
¡Me pidió que, por ese mes, todos los días lo cargara del cuarto hasta la puerta de salida de la casa!
Pensé que se estaba volviendo loco. Pero para que la fiesta fuera en paz, acepté. Le conté a Kevin lo que Draco me pidió y se reía en voz alta y dijo que era absurda esa petición, que no importaba que truco usara Draco, tendría que darle la cara al divorcio.
Draco y yo no teníamos contacto físico desde que expresé mis intensiones de divorcio, así que cuando lo cargue el primer día, hasta la puerta del frente, los dos nos sentimos mal...
Alexander caminaba detrás aplaudiéndonos y diciendo
-Papá está cargando a mi papi en sus brazos! .
Sus palabras me dolieron mucho... Caminé los 10 metros con Draco en mis brazos. El cerró los ojos, y me dijo, en voz baja
-No le digas a Alexander del divorcio, por favor .
Asentí con el cabeza, un poco disgustado, y lo bajé cuando llegué a la puerta, ... El se fue a esperar el transporte para ir al trabajo. Yo manejé solo al mio...
El segundo día, los dos estábamos más relajados, el se apoyó en mi pecho y pude sentir su fragancia en su camisa.
Me di cuenta que hacía tiempo que no lo miraba detenidamente. Me di cuenta que ya no era tan joven, tenía algunas arrugas, algunas canas.
! Era notable el daño de nuestro matrimonio! Por un momento pensé y me pregunté:
-¿Que fue lo que le hice?
El cuarto día, lo cargué, sentí que la intimidad estaba regresando entre ambos ... Este era el hombre que me dio 10 años de su vida, de su juventud.
En el quinto y sexto día, seguía creciendo nuestra intimidad.
No le dije nada a Kevin al respecto. Cada día era más fácil cargar a Draco y el mes se iba corriendo.
Pensé que me estaba acostumbrando a cargarlo, y que tal vez era por eso que se me hacía cada vez menos notable el cargar el peso de su cuerpo.
Un mañana el estaba mirando que ponerse,
Se había probado muchos atuendos, pero no le servían Quejándose dijo:
- Toda mi ropa me queda grande
Y fue ahí que me di cuenta que estaba muy delgado Y era esa en verdadera la razón por la que yo ya no sentía su peso al cargarlo. De pronto me di cuenta que se había enterrado mucho en el dolor y la amargura. Sin darme cuenta, le toque su cabello. Alexander entró al cuarto y dijo
-Papá llegó el momento de que cargues a papi hasta la puerta.
Para mi hijo, ver a su padre, día tras día, cargar a su papi hasta la puerta, se había convertido en una parte esencial de su vida.
Draco lo abrazó, yo viré mi cara. Sentí un gran temor que cambiaría mi forma de pensar sobre el divorcio. Ya cargar a Draco en mis brazos hasta la puerta, se sentía igual que el primer día, el día de nuestra boda.
El acariciaba mi cuello natural y suavemente. Yo lo abrazaba fuertemente, igual que nuestra noche de bodas. Lo abracé y no me moví, pero lo sentí tan livianito y delgado que me dio tristeza.
El último día igual lo abracé y no quería moverme.
Le dije
-No me di cuenta que ya no teníamos intimidad.
Mi hijo iba para la escuela y yo manejé para la oficina,...
Salí del carro, sin cerrar la puerta, subí la escalera hata el departamento de Kevin me abrió la puerta, y le dije
-Discúlpame, lo siento, no quiero divorciarme de Draco.
Kevin me miró y me preguntó si yo tenía fiebre ?! Y yo le dije:
- Draco y yo nos amamos,... Solo era que entramos en rutina y estábamos aburridos,... Hasta ahora, no valoramos los detalles de nuestra vida, pero desde que empecé a cargarlo, nuevamente, todos los días, del cuarto a la puerta, me doy cuenta que debo cargarlo por el resto de nuestras vidas... Hasta la muerte
Kevin empezó a llorar, me dio una bofetada y cerro la puerta en mi cara.
Bajé las escaleras, me monté en el auto, llegué a la floristería y le compre flores a Draco,... La joven en la floristería me preguntó:
-¿Que le escribo en la tarjeta, Sr?
-Te cargaré todas las mañanas, hasta que la muerte nos separe-Le dije
Llegué a mi casa, con flores en las manos y una sonrisa, solo para el.
Corrí y subí las escaleras, entré en la habitación y lo encontré en la cama muerto.
Draco estaba batallando con la terrible enfermedad del cáncer y yo, estaba tan ocupado con Kevin, que no me di cuenta...
Draco sabía que se estaba muriendo y por eso me pidió un mes de aviso antes del divorcio, para que a Alexander no le quedara un mal recuerdo de un divorcio. Para que no tuviera una reacción negativa.
Para que, por lo menos a mi hijo, le quedara grabado en sus ojos y sus recuerdos, que su padre era un hombre maravilloso, un esposo que amaba a su papi.
Estos pequeños detalles son lo que importa en la vida, en una relación. No la casa, el carro, el dinero en el banco. Esto solo parece crear un ambiente que crees podría llevarte a la felicidad, pero en realidad no es así.
Desde ese día me arrepentí de no tratar de llevar un matrimonio feliz y lamentablemente me di cuenta de que esos pequeños detalles era los que me faltaban para tener la felicididad que alguna vez le prometí a Draco.
A MI Draco