Era una noche como cualquier otra en el apartamento de los integrantes de SHINee, el silenció reinaba en aquel acogedor hogar debido a que todos los chicos que allí vivían, se encontraban en sus respectivas habitaciones, todos ellos a excepción del líder del grupo, Lee Jinki, quien tomaba una larga y relajante ducha.
El joven de cabellos castaños largos, al cual apodaban como “Onew”, acababa de salir de la regadera, paseó su vista por todo el cuarto de baño en busca de una toalla.
— ¡Rayos! —Murmuró enojándose con sí mismo por su torpeza ¿Cómo se le podía olvidar la toalla cuando se iba a bañar? Salió de la ducha empapando cada lugar por el que pasaba, abrió la puerta y asomó su cabeza por esta, percatándose de que no había nadie en la sala de estar— ¡Minho! ¿Puedes traerme una toalla? —Vociferó Onew, al notar que su dongsaeng no le respondía, volvió llamarlo— ¡Minho, tráeme una toalla! —Parecía ser que por más alto que Onew gritara, el chico de mayor estatura no alcanzaba a oírlo— ¿Por qué carajo no me escucha? —Se preguntó— ¡Jonghyun! ¡Ki Bum! ¡Taemin! —Exclamó, esta vez nombrando a sus demás compañeros, pero igual que como pasó con Minho, ninguno podía escucharle— ¿Qué diablos pasa? —Lanzó una pregunta al aire, antes de que pudiera siquiera volver a abrir la boca para dejar salir un fuerte grito, una sombra entre los pasillos llamó su atención— ¿Minho…? ¡Minho! ¿Podrías traer mi toalla? —Aquella sombra al que reconoció como Minho, lo había ignorado por completo dirigiéndose hacia la cocina— ¿Pero que le pasa? —Frunció el ceño notablemente molesto— ¡Minho! ¡Trae mi toalla en este mismo instante! —Ordenó sin recibir alguna respuesta a cambio.
—Hyung ¿Me llamabas? —De repente el chico castaño de alta estatura al que tanto llamó segundos antes, apareció frente a la puerta.
— ¿Por qué me ignoras y te vas a la cocina? —interrogó en un tono de regañó, el menor le miró con una expresión de confusión en su rostro.
— ¿Cocina? Acabo de escuchar que me llamabas— Dijo el de cabellos más cortos sin quitar es mueca de desconcierto.
— ¿Qué…?—Por un momento Jinki se quedó paralizado, su cuerpo comenzó a temblar en demasía.
— ¿Qué pasa, hyung? —Cuestionó Minho preocupado, el mayor seguía estático en el mismo lugar— ¿Onew…?—El menor dio un paso acercándose a la puerta, el otro parecía estar en shock.
—Fantasma…—Fue lo único que salió de su boca.
— ¿Qué? ¿De qué hablas? —No entendía nada ¿A que se refería su hyung?
—Fantasma…—Repitió—En la cocina… ¡Un fantasma! —Al escuchar eso, Minho no pudo evitar soltar una risita— ¡No te rías! ¡Yo lo vi! —Exclamó el chico de cabellos largos.
—Claro hyung… No más películas de terror—Lo último lo dijo en un susurro, Onew frunció el ceño ¿Películas de terror? ¡Él no estaba inventando nada! —Espera aquí…—Musitó, los ojos de Jinki se abrieron de par en par ¿Lo iba a dejar solo cuando un fantasma merodeaba por la casa? No bastaron más de 20 segundos para que Minho regresara con una toalla entre sus manos—Sécate rápido o puede que el fantasma venga por ti—Bromeó con una sonrisa socarrona entregándole el paño al mayor.
—Idiota ¡Es verdad! —Se defendió Jinki secando su cuerpo dentro del baño.
—Si, hyung, como digas—Rio bajito, luego de unos segundos el chico de mayor edad salió del baño cubierto de la cintura para abajo por la toalla antes traída por Minho— ¿Quieres que te acompañe? —Preguntó como si hablara con un niño pequeño, el más bajo gruñó por lo bajo— Tomaré eso como un no—Volvió a reír y comenzó a caminar rumbo a la habitación que compartía con Taemin, el maknae del grupo.
El líder, por su parte, también se dirigió a su alcoba, al estar dentro dejó caer la toalla, buscó su ropa interior y una pijama, se vistió y acto seguido, se metió dentro de su cama.
—“Tal vez Minho tiene razón, estoy imaginando cosas” —Se dijo a sí mismo cerrando los ojos, intentando dormir. Estaba a punto de conciliar el sueño en el momento en que un extraño ruido lo alarmó. Eran pasos, lentos pero a la vez ruidosos— “¿Él…fantasma?” —De solo pensarlo los bellos de su cuerpo se erizaron—“Calma Onew, es solo tu imaginación, no verás más películas de terror” —Repetía esas palabras en su cabeza, cerrando los ojos con fuerza y ocultándose bajo las sábanas de su cama—“Un momento… ¡Esconderse bajo las mantas no ayuda!” —Se regañó mentalmente, se sentía como un niño pequeño y asustado después de haber visto una película de miedo. Intentó calmarse, el ruido había cesado, pretendió dormir por fin, pero un sonido parecido al de una risita traviesa, hizo que sus ojos se abrieran en demasía y que su cuerpo temblara nuevamente— ¿Hay alguien allí? —Claro ¿De verdad pensaba que si un espectro rondaba por su casa, iba a decirle que estaba ahí? ¿Qué sucedería después? ¿Lo invitaría a tomar una taza de té?
—Tock tock—El susto lo hizo saltar sobre su cama—Tock tock tock—Otra vez ese sonido, como si alguien tocara la puerta—Tock tock—Se repetía el mismo patrón nuevamente—Tock tock tock—Si no estuviese tan asustado, estaría gritando o buscando la manera de salir por la ventana de su cuarto.
—“Vamos Jinki…los fantasmas no existen” —Pensó levantándose lentamente de la cama—“Solo ve, abre la puerta y listo” —Ya estaba frente a la puerta de la habitación, dirigió su temblorosa mano al cerrojo, lo giró dudoso, temiéndose lo peor.
—Buuh…—Dijo el “fantasma” aterrorizando a Onew.
— ¡Ahhhhh…!—Gritó más que atemorizado— ¡Minho! ¡Pedazo de idiota! ¡Estúpido! ¡Inútil! ¡Bueno para na…!—Estaba tan molesto, avergonzado y sonrojado, decía palabras al azar, ese tonto se las pagaría. El más alto solo se limitaba a reír a carcajada limpia, su hyung se veía tan adorable así.
— ¿Te asusté? —Preguntó sin dejar de reir.
— ¿Qué si me asustaste? ¡Casi muero de un infarto! —Exclamó el chico de cabellos largos— ¡Idiota! —Iba a lanzar un golpe al menor pero este detuvo su mano, sin previo aviso, acercó el cuerpo del más bajo al suyo propio, haciendo que Onew se sonrojara mucho— ¿Qué crees que…?—Inquirió más fue interrumpido por el más alto.
—Te ves tan lindo así, hyung—Sonrió acercando su rostro al del mayor—Como un niñito asustadizo…—Con esas palabras y la cercanía de sus cuerpos, Jinki no sabía si apenarse o molestarse—Lindo…—Iba a reprochar por no le dio tiempo ni de pestañear, cuando el menor posó sus labios sobre los suyos, besándolos con ferocidad, por su cabeza no pasó en ningún momento la idea de separarse de aquel contacto, puesto que a él le gustaba, oh sí, le encantaba como sus lenguas jugueteaban la una con la otra. De un momento a otro, ambos estaban dentro de la habitación, la ropa sobraba, por lo que decidieron quitarla, quedando totalmente desnudos, Jinki recostado sobre la cama y Minho sobre él, recorriendo su cuerpo como si quisiera memorizarlo.
—Minho…ahh…— ¿A quien iba a engañar? Estaba loco por su dongsaeng desde hace mucho tiempo—Si…ahh—Los gemidos de los dos inundaron la alcoba, sus cuerpos estaban sudorosos y sus respiración eran tan agitadas que podían escucharse.
Fuera de la habitación, por los pasillos del departamento, un chico de cabellos castaños cortos y mirada felina, caminaba a paso lento, estaba algo adormilado, tenía sed, por lo que se había levantado a mitad de la noche para ir a buscar un vaso con agua.
—Ki Bum…—Se escuchó un murmullo apenas perceptible, el aludido se giró encontrándose solo en ese lugar.
—Que raro…—Susurró negando con la cabeza, abrió la nevera, sacó una jarra con agua fría y llenó uno de los vasos de vidrió que allí habían. En el momento en que sus labios sintieron el frio tacto del agua, escuchó como algo se rompía. Dio media vuelta percatándose de que a sus espaldas, los restos de un jarrón de cristal y un par de platos estaban esparcidos por el suelo.
—Ki Bummie…—Otra vez escuchó un murmullo, eso comenzaba a asustarle.
— ¿Jjong…?—Preguntó mirando para todos los lados—Puppy…esto no es gracioso—Dijo frunciendo el ceño.
—Jijiji…—Esa risita lo alarmó dejando caer el vaso con agua que tenia entre las manos. No pudo hacer nada más cuando notó que un ser de contextura delgada y alta estatura, muy parecido a Minho, estaba frente a él, sus ojos eran rojos y una sonrisa malévola estaba dibujada en su rostro—Hola…—Al haber pronunciado esas palabras, en las manos de aquel espectro, aparecieron unas tijeras—Bye…—Río acercándose peligrosamente al chico de mirada felina, este se mantenía quieto, no es que no quisiera moverse, es que sus pies estaban como pegados al suelo, su cuerpo estaba entumecido ¿Qué era esa criatura? ¿Ese sería su fin? Estas y más preguntas rondaban por su ahora perturbada mente.
— ¿Qué er….? ¡Ahh! —El filo de las tijeras habían perforado su brazo izquierdo—No… ¡Ah! —Ahora el derecho, ambos sangraban, le dolía, y mucho, no podía moverse, su cuerpo estaba como congelado, pero sentía todo lo que ese ser le hacía— ¡Jonghyun! —Gritó con fuerza aterrado, ahora era su bajo vientre el que sangraba.
—No lo llames…o terminara como tú—Rio con sorna.
— ¡Ah! ¡Por favor, ya basta! —Pidió, a ese paso todo su cuerpo terminaría mutilado— ¡Jonghyun! —Gritó nuevamente, esta vez no porque quisiera, simplemente el nombre del mayor hacia salido de su boca, como por arte de magia.
—Parece que quieres que muera—Volvió a reír esta vez muy bajito, dándole un aspecto escalofriante.
—Basta…yo no… ¡Jjong! —Mordió su labio inferior tratando de impedir que otra palabra saliera de su boca.
—Lástima…—Musitó el fantasma ladeando su cabeza, Key hizo lo mismo y ahí, en el marco de la puerta se encontraba Jonghyun, completamente pasmado, no temblaba, no se movía, hasta se podría pensar que no respiraba—Voy por él…—De nuevo esa sonrisa, de un movimiento rápido clavó la tijera el la yugular del más bajo, arrebatándole la vida de una vez.
—…—Jonghyun continuaba sin decir nada, estaba tan impresionado, destrozado y aterrorizado ¿De verdad Ki Bum había muerto? Eso tenía que ser una pesadilla, parpadeó un par de veces rogando porque cuando volviera a abrir los ojos, se encontrara recostado en su cama, pero no, eso era real.
—Ahora sigues tú—Como si fuese un rayo, se posicionó frente al de piel más oscura, Jonghyun tragó saliva y abrió sus ojos en exceso debido a la impresión.
Los gritos de agonía se escuchaban desde el cuarto de Taemin, este, aunque estuviese asustado, decidió averiguar que sucedía, se levantó rápidamente de la cama abriendo la puerta, salió de allí como si su vida dependiera de ello y llegó hasta la cocina, encontrándose con lo que creía era la escena más sanguinaria que había visto en toda su corta vida.
— ¿Qu-ien es usted? —Fue lo único que pudo preguntar.
— ¡Siguiente! —La cara de desquiciado que tenia ese sujeto, la risa macabra, las tijeras ensangrentadas y los cuerpos de sus hyung sobre el suelo, mutilados y ensangrentados, bastaron para que el pequeño Taemin buscara la forma de escapar de ese lugar, no moriría ahí, no igual que ellos, estaba tan asustado, cada parte de su cuerpo temblaba—Tu terminaras…—Hizo una pausa—Peor que ellos—Sonrió socarronamente aproximándose al menor.
—No…—Retrocedió unos pasos.
—No podrás huir…—Su voz de repente sonó aniñada, era aterradora.
— ¡Ahh…Minho! —Aquel gemido hizo que el espectro detuviera su paso.
—Cierto… Faltan ellos…—Mordió su labio inferior ladeando su cabeza, haciendo que su cuello crujiera—Quédate aquí…—Susurró mirando fijamente al maknae ¿Ese tipo estaba loco? ¡Él no se iba a quedar ahí! En cuanto pudo, salió corriendo, alejándose del apartamento, tan rápido como sus piernas se lo permitían ¿Que era un cobarde? Sí lo era, tenía mucho miedo como para saber que pasaría con Onew y Minho.
En el interior de la pieza de Jinki, este y el castaño alto descansaban sobre la cama, ambos desnudos, con la piel perlada a causa del sudor, tratando de calmar sus respiraciones. De pronto la puerta comenzó a abrirse lentamente, logrando así que rechinara, a la habitación entró una silueta indistinguible.
—…Minho… ¡El fantasma! —Exclamó Onew aterrorizado.
—Hyung ¿Otra vez? Los fantasmas no existen, es solo el vient…—No pudo terminar de decir la palabra ya que el ser del que tanto hablaba el mayor, estaba a su lado, Minho se incorporó rápidamente en la cama al igual que Onew.
—Siguen ustedes…—Musitó muy bajito.
— ¿Seguir…?—Cuestionó el mayor tragando saliva.
—Son los últimos…bueno casi—Después de decir eso, una sonora carcajada retumbo en el cuarto.
—Minho…—Ese tono meloso por parte de Jinki logró alarmar al más alto.
— ¿Hyung…?—Preguntó mirando detalladamente al su ahora amante, lo que vio lo dejó descolocado, los ojos de Jinki estaban rojos, al igual que los del fantasma.
—Acaba con él de una vez—Ordenó el espectro, y Onew así lo hizo, pero claro, estaba poseído, no sabía lo que hacia. Con una fuerza sobre humana, se posicionó sobre Minho, sujetando su cuello con ambas manos. Lo siguiente que se escucho en la habitación fue el crujido del cuello partido del menor.
—Minho... ¡No…!—Ahora tenia control de su cuerpo— ¿Qué he hecho…?—Miraba sus manos y luego el cuerpo sin vida de su amado, estaba temblando mucho.
—Faltas tú—De la nada, sobre una de las manos del chico de cabellos largos, apareció un revólver de color negro, el muchacho abrió sus ojos con sorpresa, la expresión de espanto que había en su rostro, era indescriptible—Vamos, no tengo todo el día—Como si el cuerpo de Onew estuviese sujetado por hilos, los cuales eran controlados por ese ánima, su mano se movió directo hasta su cien.
—No…—Era lo único que decía, cerró los ojos con fuerza, era su fin, ya lo tenía claro, un simple movimiento de su dedo bastó para apretar el gatillo, disparando directamente a su cabeza.
Han pasado unos cuantos meses, dentro de lo que parecía ser un hospital, un joven de cabellos castaños, ahora largos, estaba sentado en el suelo junto a un par de jóvenes, al igual que él, esos chicos usaban camisas de fuerza.
—Cuando llamé a la policía y les conté lo que había pasado, nadie me creyó, pensaron que estaba loco—Una risita desquiciada salió de sus labios—Ustedes me creen ¿Verdad? —Preguntó a los otros dos chicos frente a él.
—Claro que si Taemin hyung, te creemos—Dijo uno de ellos mientras le dedicaba una sonrisa tierna al castaño.
—Ellos nunca nos creen—Hablo otro muchacho, su mirada estaba ida a algún lugar del techo.
—Yo…yo no los maté…todos creen que lo hice—Susurró el mayor negando con la cabeza— ¡Yo no los maté! —Gritó, luego un par de enfermeros lo iban a ver y lo anestesiaban, siempre era lo mismo—Mis huellas estaban en todas partes pero… ¡Yo no fui! —Vociferó moviéndose de un lado a otro, impidiendo que los hombres pudieran inyectarlo.
—Joven Taemin, por favor, cálmese un poco—Pidió uno de los enfermeros, el aludido negó repetidas veces, en un momento su vista se centró en una de las ventanas que habían allí.
—No…—Un par de lágrimas se escaparon de sus ojos, los dos hombres junto con los otros dos chicos, lo miraron con confusión. Ahí, asomado en la ventana, estaba aquel espectro que había acabado con la vida de sus compañeros, arruinado la carrera de SHINee e inculpado al maknae del grupo en una serie de asesinatos atroces que él no cometió. El fantasma le miraba con burla, haciendo una seña con una mano, saludándolo— ¡No! —Gritó desgarradoramente rompiendo en llanto, sabía que vendría por él algún día, pero no pensó que fuese tan pronto—Por favor… Mátenme…—Pidió con ojos suplicantes a ese par de hombres que lo sostenían pretendiendo, en vanos intentos, inyectarle su dosis diaria de calmantes al castaño.
—Hola, Minnie, nos vemos de nuevo—Dijo el espectro, nadie pudo escucharlo, solo él.
— ¡Nooo! —Chilló nuevamente, alarmando a todos los allí presentes.
Fin.