Caminos del Destino.
Capítulo 1: Destierro.
Caminando con la creatura recién nacida entre sus manos, ya que le correspondía a él llevarlo a cabo la sentencia impuesta y sabía que no tenía otra opción el recién nacido debía morir...
Las nubes comenzaron a amontonarse en el cielo y entre ellas, justamente los relámpagos y rayos anunciaban la tormenta que pronto caería a tierra; casi como si se compareciera del horrible acto que se llevaría a cabo...
No tenía otra alternativa, desde el nacimiento de ese bebé la población de su especie fue diezmada a sólo unos cuántos, y habían decidido que eso era lo mejor. Él, sin embargo, sentía pena por el pequeño condenado a muerte, especialmente cuando fuera de la misma familia del infante quién dictara lo que fuese de su vida tras arrojarle una piedra que cayera en su frente...
Lo depositó en un tronco de un árbol caído, contemplándolo por última vez, mientras la lluvia comenzaba a caer empapándolos a ambos. La creatura comenzó a llorar al sentir el agua fría cayendo sobre su frágil cuerpecito, en lo que la sangre corría de su frente. Su llanto era tan desgarrador que lo hacía desear faltar a su palabra, más eso sólo complicaría las cosas...
- Qué los Dioses sean piadosos, y que en su misericordia divina permita que alguna de las bestias le dé una muerte rápida y sin dolor.- Rezó mientras le daba la espalda al pequeño condenado.
No sobreviviría. Aún si de algún modo lograra salvarse, moriría en cuestión de tiempo. Así estaba marcado su destino. Ni siquiera había recibido la Bendición de la Fertilidad, la cuál se otorgaba a cada miembro de su especie, lo que lo condenaba a una vida solitaria y vacía, lejos de sus similares...
En ningún momento volteó a verlo a verlo, sobre su espalda estaba ahora el hacerse cargo de lo que quedaba de su comunidad y no podía hacerlos a un lado por la creatura desterrada. lo quisiera o no, el recién nacido había provocado la catástrofe y no le quedaba más que cumplir las reglas, mismos que los habían regidos por siglos y siglos...
Al haber desaparecido el jefe, varias bestias y animales pusieron sus ojos sobre la víctima, quién seguía llorando en la lluvia cómo si comprendiera que su fin estaba cerca. Numerosos colmillos y gruñidos prevenían de diversas partes del bosque ya que muchas de las fieras estaban dispuestas a luchar por el pequeño pero valioso festín que tenían frente a sus narices...
Más esto no ocurrió, ya que fueron ahuyentados por unas fuertes pisadas que se acercaron con rapidez al sitio de la ejecución del pequeño abandonado, el cuál seguía llorando y logró captar la atención de los llegados...
- ¿Oíste eso? ¡Es un bebé!- Exclamó uno de ellos, una mujer, y se acercó con cautela al recién nacido.- ¿Qué hace un bebé aquí?-
- No tengo la menor idea.- Le respondió su acompañante, y tras que se oyera un estruendo trueno, agregó.- La lluvia está empeorando, tenemos qué encontrar el auto e irnos de aquí.-
La mujer miró al pequeño, y tras un par de segundos, lo tomó entre sus brazos para protegerlo de la lluvia...
- ¿Qué estás haciendo?- Le preguntó el hombre.
- No podemos dejarlo aquí, podría morirse si se sigue mojando.-
- ¿Pero qué estás diciendo, mujer? Ese bebé no es nuestro.-
- Tal vez no lo sea.- Estrechó al bebé contra su pecho.- Pero no tengo el corazón tan frío como para dejar solo a esta creatura, y menos si está herido.- Rozó con la punta de sus dedos la herida que tenía el recién nacido en su frente, la cuál aún sangraba.- Tenemos que llevarlo a un hospital o se va a morir.-
Más truenos y relámpagos surcaban los cielos, el hombre miró a su acompañante, la cuál se veía bastante firme en su decisión...
- En el carro tengo un saco, podríamos cubrirlo con eso en lo que llegamos al hospital.- Él tampoco tenía el corazón tan frío como para dejar al bebé a su suerte.- Vámonos.-
- Sí.- Y aceleraron el paso, llevándose al bebito con ellos.- ¿Quién habrá sido tan insensible como para dejar a este niño solo en el bosque?-
- Sólo alguien que no tiene conciencia ni corazón.-
Pronto encontraron el vehículo, entraron para resguardarse de la lluvia y partieron lo antes posible en busca de un hospital, dejando atrás el bosque...
- Tranquilo, tranquilo.- Meció al bebé envuelto en el saco.- Ahora estás en buenas manos.-