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La verdad de Tsuna por Anle Ruma

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Notas del capitulo:

Un nuevo capitulo, espero que les guste n_n.

 

Mukuro y Chrome ya habían encontrado el brazalete, ahora se dirigían a buscar un lugar donde dormir, o eso pensaba Chrome, ya que Mukuro comenzó a guiarla.

 

La sensación que la chica tenia de que su benefactor ya conocía aquel extraño lugar creció al verlo caminar como si fuera su propio Hogar.

 

Ajeno de los pensamientos de su compañero, Mukuro caminaba por los pasillos para llegar al segundo piso, donde irían a descansar, pero se detuvo a medio pasillo.

 

Frente a ellos, había una pared, la pequeña noto como su protector y maestro fruncía el ceño en señal de descontento.

 

Mukuro se sintió confundido el no recordaba esa ilusión, sin saber que pensar ante la pared creada, continuo caminando atravesándola, siendo seguido por la joven que tenia un peinado similar al suyo.

 

Así caminaron por el pasillo que se encontraba detrás de la pared y se detuvo frente a una puerta.

 

La mirada que el experto ilusionista tenía era de nostalgia y culpa, para después continuar su camino tres puertas más y abrirla.

 

Al igual que toda la casa, esa habitación tenía una gran cantidad de polvo, es joven solo golpeo el suelo con su tridente y la habitación regreso a su antiguo esplendor.

 

Las paredes de madera barnizada, la cama de doseles, de colores claros, un tocador, dos pequeños buro, un sillón de cuero café, un ropero y un librero vació.

 

--¿Te gusta Chrome?—pregunto a su acompañante

--Mucho Mukuro-sama—responde la chica con una sonrisa, la habitación es cómoda—etto Mukuro-sama

--Dime

--¿usted ya ha estado aquí con el jefe?

--Kfufufu, ¿Qué te hace pensar eso?

--Su actuar, no dudo en venir a esta habitación, además parece que conociera el lugar, además… no ha dejado de mirar de forma melancólica cada rincón de esta mansión

--Eso mi linda Chrome es un secreto

--Pero… lo esta lastimando—murmura la chica mirándolo—todos lo hemos notado, ese secreto le pesa mucho Mukuro-sama

--Tal vez sea cierto Chrome, pero como ya te dije es un secreto que no revelare

--Mukuro-sama, estoy segura que si lo comparte ya no lo lastimara, por favor permítame conocer su secreto y aligerar el peso que carga

 

Mukuro se quedo en silencio sin ver a su amiga y compañera, era cierto que el secreto le pesaba y también que tal vez si contaba de que se trataba, podría aligerarse, pero, ¿en verdad debía liberarse de ese peso? El no lo creía así, el debía cargar con esa culpa en su conciencia.

 

--Dormirás en la cama, utiliza las dos mantas, yo estaré bien en el sillón—dice sin mirarla—descansa Nagi

 

La chica sabe que no sacara nada del chico que le dio una segunda oportunidad de vivir, así que toma ambas mantas para ponerlas en la cama y así acostarse para poder dormir.

 

El chico la ve acostarse y cerrar su ojo, una sonrisa aparece en sus labios, pero se borra instantáneamente.

 

Recuesta su cabeza en el respaldo del sillón, han sido tantas cosas en el ultimo año, que ya no sabe que pensar…

 

Mientras cierra los ojos con tal de poder descansar un poco comienza rememorar su pasado, un pasado que no tiene un inicio como tal…

 

“Tiene vagos recuerdos de un tumba, de donde la fecha y el nombre de quien esta enterrado no existe, solo el apellido Rokuro…sabe que su padre era igual que el un gran ilusionista y que ayudaba a la gente junto a sus amigos, siempre que regresaba de una misión le contaba sobre lo que habían hecho cada uno de ellos, así si la misión era un éxito o no, pero no recordaba el nombre de su padre, ni tampoco como era físicamente, solo el arma que usaba para hacer sus ilusiones que era una guadaña…había abandonado su país por que su padre así lo decidió llego a un lugar donde las personas se vestían de forma y hablaban distinto a el, pero aun así se acoplo, siempre iba a un parque cercano, pero  nadie quería jugar con el por que era diferente, por lo que se consolaba con jugar con la pelota azul que su otro padre le había regalado, en una de sus idas al parque noto aun niño que no había visto anteriormente, era pequeño, castaño y tenia un sonrisa, sus ojos se encontraron y el pequeño niño lo miro de forma curiosa, odiaba cuando hacían eso, por que lo hacían sentir incomodo, debido a eso soltó la pelota que fue dar con el pequeño niño, se acerco a el cuando este la tenia en sus manos, lo que menos quería era pelear con el pequeño, pero cuando el le regreso la pelota le agradeció en su idioma y después salio corriendo en dirección a su padre… al día siguiente se sentó en la banca, no sabia para que había ido al parque si no tenia a nadie con quien jugar, de pronto un chocolate apareció ante su visión y al alzar la vista se hallo con el niño del día anterior.

 

*--grazie
--prego ¿Vuoi giocare con me?
--chiaro*

Se había sorprendido al ver como el pequeño hablaba su idioma, así comenzaron a jugar, pero aunque el pequeño conociera su idioma no lo perfeccionaba y le costaba entenderle algunas cosas, por lo que decidió aprender el idioma de aquel país para poder tener un vinculo mas fuerte con el niño castaño…durante dos semanas jugaron y aprendían el idioma de cada uno, así fue como supo entonces que su padre era italiano y que el había nacido en Japón pero que conocía ambos idiomas, que el no bajaba muy seguido al parque y que tenia un hermano mayor que se había vuelto pesado con el, un tal Yoshimune… después de eso una sorpresa apareció, el padre de su amigo era el antiguo jefe de su padre, así la amistad de ambos se fortaleció en aquel año… pero la tragedia los marco y palabras que lo confundieron a la edad de seis años provoco que se alejara de su amigo un día que toda su vida cambio… su amigo fue secuestrado y murió al mes… todo por su culpa… durante dos años se mantuvo con su padre, Yoshimune y el papa de su amigo, incluso llego a conocer de lejos a los demás compañeros de trabajo, pero todo cambio de nuevo, durante un tiroteo en su hermosa ciudad de Silicia, una bala lo alcanzo, el estaba seguro que morirá en ese momento, lo deseaba así la culpa que lo carcomía desaparecería, pero su idea cambio al ver a su amigo con una pelota mirarlo de forma aterrada, su amigo tenia miedo, por el y vio como negaba con la cabeza, lo entendió como un no, pero nunca supo a que se refería con eso, pero supo que no deseba la muerte por que no quería ver a los que amaba sufrir… su ultimo re cuerdo fue ese…

 

Despertó en el hospital, con solo saber su nombre y que era un ilusionista, también sabia de su pequeño amigo al que por abandonar en un parque había muerto, fue adoptado por un hombre bueno de una familia mafiosa llamada Estraeno, el lo haría su heredero y siempre conto con el apoyo de el hasta que comenzaron a destruir a aquella familia, medio año después de que este fuera adoptado, pero aun así mantuvo su nombre, algunos miembros de la familia asustados, habían tomado a los niños para usarlos en experimentos, el siempre se mantuvo callado ya que lo tomaba como un castigo por lo que había provocado y pensó erróneamente que todos esos niños habían hecho algo igual de malo… no fue si no hasta que en uno de sus tanto “tratamiento” escucho la mención de vongola y un recuerdo fugaz había aparecido ante su mente, pero así como había llegado se había desvanecido, pero comenzó a tomar conciencia de lo que había a su alrededor y vio crueldad y noto las lagrimas de dos niños que siempre le sonreían, se deshizo de la ilusión que había en su ojo y mostro el don que tenia en el…así comenzó su venganza contra la mafia, pero había algo que lo impulsaba a buscar a vongola, pero no a la vongola actual, sino al heredero de la misma, al decimo, su corazón herido por la culpa y la tragedia le pedía buscar a dicho sucesor y como si supiera donde buscarla había ido a Namimori en Japón… algunos de sus recuerdos se hicieron presentes mientras caminaba por la ciudad, pero le eran extraño, así que había decidido instalarse en el viejo centro recreativo junto a sus amigos, donde inicio la búsqueda del heredero…en su primer encuentro no hubo nada extraño, pero mientras caminaba de regreso al edificio donde estaba el niño, su único amigo en aquella ciudad, tomo rostro y nombre y odio al heredero vongola, no iba a matarlo, solo iba a poseerlo para tomar el control de la vongola… pero fue derrotado y condenado a estar en prisión, en aquella terrible prisión, pero se sintió responsable de los dos chicos que había involucrado y fue así que decidió fugarse, sabiendo que solo ellos tenían oportunidad, fue recapturado y puesto en un sueño, que le permitió tener algunos recuerdos de aquella niñez olvidada, además fue así como conoció a la chica que le veía preocupada, la encontró entre la vida y la muerte y decidió ayudarla, lo mas extraño que fue ante un recuerdo de su infancia que le permitió conocerla…

 

Han pasado tantas cosas juntos y no sabe que pensar…”

 

Siente una calida mano moverlo y al abrir los ojos se encuentra con la mirada de su amiga

 

 

Chrome estaba dormida, cuando escucho un quejido, se incorporo y pudo ver a su maestro y amigo moverse en el sillón, fue hasta donde el para ver como unas cristalinas lagrimas, así que decidió despertarlo, por suerte el no tenia el sueño pesado y menos cuando se trataba de sus recuerdos.

 

--¿Qué pasa Chrome?

--Esta llorando Mukuro-sama—dice la chica mirándolo

 

El joven toca su rostro para notarlo y le regala una sonrisa para calmarla

 

--Mukuro-sama, ya no puede mas con ese secreto, si no lo dice terminara muy mal, por favor—suplica la muchacha—le juro que no le diré nada a nadie, pero por favor dígame que le pasa

 

Mukuro la mira y mira el cuarto donde están…

 

-- Mi padre decidió que nos mudáramos a Namimori, por mi bien y unos dos meses en los que estuvimos aquí conocí a un niño cuando yo tenia cinco, su padre había sido el jefe del mío en Italia, pero había decidido venir a vivir aquí meses antes de que su hijo naciera o algo por el estilo, nos convertimos en amigos en un parque… este era mi cuarto cuando venia de visita—dice—la habitación de alado era la de mi padre, las tres anteriores donde me detuve era la de mi amigo, una al principio del pasillo era de su hermano y la que esta frente a la de mi padre la del dueño del lugar, —Chrome asintió ante las palabras del chico dándole a entender que continuara—¿recuerdas las preguntas?—la chica volvió a asentir—ese niño murió cuando yo tenia seis años, era mi único amigo…

--¿Qué le paso?

--No se bien que sucedió—respondió—el fue secuestrado en el parque donde nos conocimos, al mes mi padre me despertó para decirme que el intento de rescate había fallado y el había muerto—la chica se tapo la boca—fue mi culpa Nagi

--¿Por qué dice eso?

--Su hermano había comenzado a fastidiarme, siempre nos insultaba diciéndonos fenómenos y otras cosas, ese día en el parque me habían robado mi pelota, el único recuerdo que tenia de el y la habían pinchado, dijeron que eso me pasaba por juntarme con el,  nos encontramos como habíamos planeado hacerlo, pero… le dije cosas crueles, estaba molesto por haber perdido un recuerdo muy valioso para mis, lo deje solo ese día y ese día lo secuestraron, estuvimos Yoshimune y yo encerrados aquí un mes, un mes donde yo me quedaba en las escaleras esperando a que el apareciera a que me digieran que era un sueño, donde Yoshimune me culpo de lo sucedido.

--No fue su culpa—murmuro Chrome mientras recostaba su cabeza en las piernas de su maestro y este le acaricio el cabello con ternura y una sonrisa triste, el no pensaba igual que su protegida

--Después de eso regresamos a Italia, fueron dos años en los que estuve huyendo de la mirada azul del padre de mi amigo, no me sentía bien con el cerca, en cualquier momento pensaba que me gritaría por abandonar a su hijo, que me culparía de la muerte de su hijo, por lo que siempre me escondía de el; así que un día salí de mi casa sin que nadie lo supiera y termine en medio de un tiroteo, recuerdo haber visto a mi amigo antes de caer en la inconciencia… cuando desperté me hallaba en un hospital y el hombre que me salvo me llevo a su hogar, vivía ahí por medio año hasta que empezaron los experimentos, siempre creí que eran castigos por lo sucedido con mi amigo así que los acepte, pero a la mención de Vongola mi vista a esos sucesos cambio y utilice mis ilusiones para provocar sus muerte, después se inicio mi asunto con Ken, Chizuka y Vongola

 

La chica escucho el relato, pero le entraron algunas dudas, que quiso quitarse

 

--¿Y su padre?

--Cuando desperté en el hospital, solo recordaba mi nombre que era un ilusionista al igual que mi padre, su arma para hacer ilusiones, el color de los ojos del papa de mi amigo y mucho tiempo después el nombre y rostro de amigo—murmuro pero fue lo suficientemente alto para que la chica lo escuchara y lo mirara—Tsunayoshi Sawada

--¿El jefe?

--No lo se... pero hay cosas desde que lo conozco que me indican que es el, pero nunca ha dicho nada de ese pasado en común, así que no estoy seguro

--Tal vez…

 

La chica se levanto e invoco su tridente y así la imagen que Tsuna diera el día atrás

 

--¿Chrome?—pregunto levantándose y ver la imagen

--El jefe no lo recuerda—exclamo la chica mirándolo

 

Entonces Mukuro vio la imagen creada, ahí estaba todos los seres importantes para el heredero Vongola, entre los cuales destacaban dos sombras y el, pero  la mitad de su rostro no aparecía, en esa mitad se podía aprecia una boina café, la misma que el estaba seguro de haber llevado aquel día

 

--No me recuerda—murmuro al entender el punto de su amiga

 

No sabía si ese descubrimiento era bueno o malo.

 

--Debería hablar con el Mukuro-sama

--¿Para que Chrome? Si el no me recuerda es lo mejor, no quiero que me aleje de el, no lo soportaría de nuevo—murmuro con la voz apagada

--Si…—comenzó la chica mordiéndose los labios—si el jefe es su amigo no creo que lo aleje, mas bien creo que querrá recuperarlo, como lo hace ahora con todos nosotros, hable con el, quítese esa espina que ha tenido por años, por favor Mukuro-sama, será lo mejor para ambos, tal vez el jefe lo perdone y pueda dormir tranquilo

 

Exclamo mirándolo a los ojos, Mukuro le regreso una sonrisa triste, antes de responderle

 

--Vete a acostar Nagi, debes descansar

 

La chica asintió para dirigirse a acostar, mientras Mukuro miraba la ilusión y después la desasía, era verdad que el joven vongola era su amigo, además de que este no lo recordaba, pensó en las palabras de su compañera, tal vez, solo tal vez la amistad que ellos habían tenido podría volver, pero no estaba seguro de eso.

 

Con un suspiro cerro los ojos y se dejo guiar al mundo de los sueños y por primera vez, no soñó con su amigo quien lo culpaba de lo sucedido o su secuestro, ni con el tiroteo, soñó que estaba con la décima generación en algún lugar que no reconocía y ahí molestaba Hibari, notaba como todos los miraban, algunos alentando su pelea, otros simplemente mirándola, mientras que Tsuna sonreía ante eso, no había miedo en el castaño, no había algo que indicaba que le culpara de algo, no había nada que lo hiciera sentir mal…

 

Solo aquella sonrisa que le regalo cuando se conocieron, cuando lo acepto como su guardián, aquella sonrisa que  alegraba los corazones de los demás.

Notas finales:

--Gracias

--DE nada ¿quieres jugar conmigo?

--Claro

Nos vemos el proximo lunes. Ciao


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