La lluvia no cesaba, el olor del césped se incrementaba a cada momento llenando los pulmones de un adolorido Capitán América.
Al abrir sus ojos, solo vio la oscuridad de la noche. Suponía que habían ganado la batalla aunque no estaba del todo seguro, en los últimos momentos había salido disparado de la nave. Trató de levantarse, estaba mareado y muy adolorido aunque el agua de la lluvia lo reconfortaba un poco.
Observó a su alrededor y fue descubriendo poco a poco el lugar donde había caído, era un cementerio.
Había pasado tiempo desde la batalla con Loki y aunque viajo un tiempo para acostumbrarse a la actualidad no lo había conseguido, se sentía extraño a veces hasta obsoleto. Todos tenían una vida hecha, alguien porque o con quien vivir pero él ya no tenía a nadie.
Últimamente había estado recordando mucho a Bucky, lo extrañaba, seguramente si él lo estuviera acompañando en esta nueva aventura no sería nada difícil pero estaba solo y sentía que se volvería loco.
Miró los monumentos a su alrededor, todos eran silenciosos como él ahora. Se había vuelto muy callado, bueno de hecho siempre lo había sido pero ahora era más, había perdido las ganas de hablar. Extrañaba todo lo de antes, las calles, los autos, la música, todo; aunque había encontrado ventajas en la nueva era como los avances de la medicina y la igualdad entre la gente. Sabía que la sociedad había evolucionado buscando ser mejor pero él extrañaba lo pasado, su pasado.
Se acurrucó bajo un árbol donde espero el cese de la lluvia pero se volvió más fuerte. Steve dejó perder su mirada en la lejanía entre gotas y sombras.
No supo cuanto tiempo permaneció así en esa postura, sin pensar en nada pero algo llamó su atención, se escuchaban truenos cada vez más cerca de él y creía saber por qué.
-Te hemos estado buscando Capitán, ¿estás bien?
Steve solo asentó con la cabeza, notó que tenía el cuerpo entumido. Thor caminó hasta él y se sentó a su lado.
-Ganamos – Thor miraba en la misma dirección que Steve, sin un punto fijo. – Trataron de comunicarse contigo pero no obtuvieron respuesta tuya.
- Creo que el impacto fue más fuerte que mi comunicador. – Steve metió las manos entre su traje desgarrado y le mostró unos cuantos cables haciendo que Thor soltara una carcajada pero Steve permanecía serio.
- Dime ya Steve ¿Qué es lo que pasa por tu cabeza? – El Capitán dudó un momento, no eran de los que hablaban de sus sentimientos pero decidió decírselo, necesitaba externarlo.
- Me siento perdido Thor. Extraño mi hogar, mi antigua vida, extraño a Bucky.
-¿Bucky? – Thor no había escuchado sobre él- ¿Quién es Bucky?
- Es… mi mejor amigo- El dios del trueno escuchó la nostalgia en la voz del Capitán.
- ¿Y donde está? – Steve suspiró, sentía un nudo en la garganta, no había hablado con nadie sobre él en mucho tiempo.
- Muerto, él… estábamos juntos en una misión y… lo asesinaron… él me salvó.- A Steve se le quebró la voz.
-Entonces no tienes porqué recordarlo con tristeza mi amigo, él ahora debe estar en los infinitos pasillos del valhalla en una fiesta interminable con todos los héroes de todas las épocas. Murió como un héroe y por eso se ha ganado la celebración infinita.
Steve lo escuchaba atentamente pero sus palabras no le daban consuelo, un sinfín de posibilidades rondaban su cabeza atormentándolo.
-Pero… y si no murió ahí Thor, siento como si me estuviera llamando, siento que me pide ayuda y eso no deja de darme vueltas en la cabeza. Mira me enteré que el doctor Richards de los cuatro fantásticos esta construyendo una maquina capaz de viajar en el tiempo, quiero que me mande de regreso, necesito encontrar a Bucky, debo salvarlo.
-¿Serías capaz de despojar a tu amigo de su glorioso destino solo por tranquilizar tu conciencia? – Thor se escuchaba molesto – ¿Qué es lo que realmente te inquieta Steve, su salvación o tu ego?
Sintió una punzada fuerte en su corazón, las palabras de Thor eran duras pero lo hizo dudar sobre la verdadera intención de su propósito. Sintió que había dejado de respirar y un suspiro profundo se apoderó de sus pulmones.
-Escúchame bien Steve Rogers, tienes que dejarlo ir, es tu misión encontrar una nueva dirección en tu vida. No puedes seguir atado al pasado, te dieron una nueva oportunidad, él te la regaló, aprovéchala.
Thor estaba preocupado, sabía a la perfección lo que Steve sentía y que la resignación no llegaría fácil, recordaba el dolor que pasó cuando creyó muerto a Loki y al parecer este “Bucky” era lo mismo para Steve
-Tengo una idea, sé que puedo darte una razón para quedarte en este tiempo y si te convence desistirás de tu viaje.
- Una es muy poco- replicó Steve- que sean diez.
-¿¡Diez?! son demasiadas, que sean tres.
- Cinco – Steve estaba decidido a hacer desistir a Thor.
- Mira, se me ocurre algo mejor, haremos un viaje, sé que tu no conoces en lo que se ha convertido el mundo, yo tampoco pero lo que descubrí la primera vez que vine a Midgar es que es un buen lugar para tener un nuevo inicio. ¿Qué dices Steve?, ¿lo intentamos?
-Pero yo ya hice un viaje.
-Si pero no es lo mismo ir solo que acompañado, ¡no es divertido mi amigo! – Thor le dio una fuerte palmada en la espalda.
Steve guardo silencio mientras meditaba su respuesta. Richards le había dicho que tenía que esperar por lo menos dos semanas más para que él pudiera darle los últimos detalles a la máquina.
-Está bien- respondió sin ánimos- pero solo una semana ¿de acuerdo?
Thor soltó una carcajada, se puso de pie y extendió una mano hacia el Capitán quien aun se sentía débil y entumido, no tenía ganas de moverse.
-¡Vamos! Tienes que empezar el viaje con una buena actitud o no servirá de nada- Era difícil no contagiarse del buen humor de Thor, Steve sonrió levemente y se levantó tomando la mano de su compañero.
- Mira el cielo Capitán – Ambos levantaron la mirada, ya no llovía, el cielo estaba despejado y se veían algunas estrellas - ¿acaso no son las mismas estrellas que hace setenta años?
Tenía razón, eso no había cambiado y tal vez sea una señal de una segunda oportunidad. Frente a sus ojos el cielo comenzó a tomar brillo para darle paso a un nuevo día, el amanecer le quitaba un poco de frío al corazón del Capitán.