Capitulo 1.
- Tenía que pasarme esto justo este día – se quejaba mientras arrastraba las suelas de sus zapatos por el suelo, estaban completamente mojados al igual que su ropa – Ahora que por fin pude tener al menos una oportunidad de hablar con Sakura-chan me tuve que caer a ese maldito lago – lloriqueo llegando hasta su departamento.
El era Naruto Uzumaki, un chico de 20 años que estudiaba en la universidad estatal de Konoha, una muy prestigiada. Era una muchacho rubio con piel trigueña y ojos azules como el mismo cielo, estudiaba medicina ya que deseaba ser una gran medico para salvar vidas y que las demás personas no sufrieran lo que el paso al perder a sus padres hace ya varios años.
Era una persona de buen corazón, muy agradable caía bien al momento de conocerlo y siempre era visto con una gran sonrisa que hacía que la confianza se creara pronto. Pero como cualquiera ser humano tenía sus defectos… y para él era una de los peores que pudiera tener….
Era un torpe con las mujeres… al momento de conquistarlas claro.
Y no. No es porque las mujeres no se acercaran a él, ni lo despreciaban, de hecho era todo lo contrario; podría jurar que varias chicas estaban detrás de él, ya que siendo uno de los más populares de la universidad era muy conocido entre las mujeres. Pero para Naruto solo había una mujer merecedora de toda su atención…. Haruno Sakura…
De hermosos cabellos rosados y sedosos, unos bellos ojos verdes como esmeraldas, su tierna y buena figura era causa de que se llevara varias miradas al pasar por los pasillos, siempre con una linda sonrisa. Una de las más inteligentes, y por sobre todo con una buena personalidad, amigable con todos… a excepción cuando se enfadaba, que sus golpes llegaban a ser armas mortales si le hacían algo que le molestase. Pero a Naruto eso no le importaba, desde que la vio por primera vez se quedo prendido por su presencia que se dispuso a tratar de conquistarla… lo lamentable es que Kami-sama lo hubiera hecho una desastre a la hora de conquistar…
Cada vez que trataba de acercarse a su “mujer de los sueños” siempre sus pies tropezaban y le hacían tambalearse ajustando sus manos sobre una de las partes intimas de la mujer, con un buen golpe y un “pervertido” como consecuencia, y cuando trataba de disculparse sus lengua se enredaba diciendo incorrectamente el orden de las palabras que a simple escucharlo se lograba mal interpretarlo.
Así fue como Sakura lo catalogo como “Un chico torpe y pervertido”…
No quería que pensara de esa manera sobre él… así que intento disculparse, otra vez.
Pero la vida siempre le juegan malas pasadas, repentinamente la vio pasar por una parque donde el paseaba con su bicicleta, creyendo que era el destino quien los hacían encontrarse se dispuso a seguirla para así conversar con ella, y poder tener la oportunidad de invitarle un helado. Bajo por un camino en bajada consiguiendo llamarla y al momento que ella se volteo la cadena de su bicicleta se enredo provocando que perdiera el control y como un rayo paso al lado de ella haciendo que cayera sobre un charco de lodo empapándola por completo de barro. Y a él bueno el sucio lago era más helado de lo que se imaginaba…
Si que estaba maldito….
Suspiro. Tanteando el cerrojo con las llaves, estaba cansado, congelado, avergonzado… y para remate le faltaba un zapato que nunca logro encontrar…
- Al fin llegas, me estaba aburriendo de tanto esperar – no sabía cómo pero estaba completamente seguro que había ingresado a su departamento correcto… o la caída trajo secuelas… - Vas a entrar o ¿Qué? Mira como estas, vaya que eres torpe – Si, de seguro son secuelas. Mejor retirarse antes de que alguien le diga “ladrón”.
- Disculpe, me equivoque de departamento – dijo retirándose pero la voz nuevamente le impuso a quedarse donde estaba.
- Eres Naruto Uzumaki ¿verdad? – Este sin voltearse a verlo asintió débilmente con la cabeza – Entonces este es tu departamento ¿Qué clase de idiota no sabe reconocer su propio hogar? –
Autónomo miro el cuarto donde la voz provenía. Tenía toda la razón, ese era su departamento, reconociéndolo por sus muebles y el color naranja de las paredes. Pero si eso fuese así….
¿Qué hacia un muchacho en medio de su sala que no paraba de verlo como bicho raro mientras le hablaba como si nada?....
- Emm… ¿Quién eres tú? – pregunto desconcertado ya traspasando el umbral de la puerta. Observo como el chico cambiaba de cara de molestia a una más pasiva, como si se hubiera olvidado de algo.
- Así olvide presentarme –hablo el chico suspirando – Me llamo Sasuke y desde ahora seré tu ángel hasta que pueda cumplir tu deseo de conquistar a esa chica de cabellos rosados – lo dijo tan rápido que Naruto apenas capto las primeras palabras… ¿había dicho ángel?
- … ¿Ehh? –
- ¿Qué? ¿No lo entiendes? – Pregunto intentando descifrar el rostro del rubio – Mmm… Creo que esa caída provoco que tus ultimar neuronas colapsaran… - suspiro algo frustrado, porque a él siempre tocaban a los chicos más torpes.
- ¿Ángel? ¿Dijiste ángel? – Pregunto Naruto parpadeando más que desconcertado. Y no es para menos. Entrar a tu departamento después de tener un fatal día encontrándose con un chico que le decía que era su ángel y que le concedería un deseo… eso ya se escuchaba como películas de Disney.
- Prefieres sentarte para que puedas reposar mejor su cerebro… bueno si es que tienes – musito pasando de largo hasta llegar a la puerta de entrada y cerrarla, no podía permitir que alguien más escuchara su conversación. Y ese sonido del portazo fue lo que hizo que Naruto saliera de su trance reclamándole al chico que se detuvo frente a sí.
- ¡Oye! ¡Pero qué te pasa! ¿Qué haces aquí? ¿Sabes que te puedo tomar como ladrón por escabullirte dentro de mi departamento? – Exclamo tratando de perturbar al muchacho el cual no se inmutaba, solo lo observaba indiferente como si no le estuviera hablando - ¿¡Es que acaso tus padres no te enseñaron a no meterte en casas ajenas!? ¡¡Fuera de aquí!! –
- ¡Espera! – Advirtió el chico con una mano antes de que el rubio lo tratara de botar de su casa - ¿Es que acaso no eras Naruto Uzumaki? – pregunto extrañado.
- ¡Por supuesto que lo soy! Pero ¿Quién te ha dicho mi nombre? – Estaba molesto, como es mocoso se atrevía a insultarle y mas encima después de haberse colado en su departamento.
Si ahora que lo observaba mejor, no creía que pasara más de los 15 años, de piel pálida y tersa, con sus mechones oscuros cayendo sobre su fino rostro que relucían por sus ojos tan oscuros como la noche. Su figura no estaba mal, tenía una delgada cintura y… ¡¿Pero que estaba diciendo?! ¡A él le gustaban las mujeres!
Perdido en sus pensamiento no se percato que el moreno había sacado una foto desde sus ropas- las cuales eran muy extrañas ahora que lo notaba- comparándolo con su rostro.
- Mmm… si definitivamente eres él, tienes la misma cara de Dobe como en la foto – dijo el chico aun extrañado, pareciera como si el fuese el que no entendiera nada.
- Pero ¿De qué hablas? ¡Qué es esto! – Le arrebato la fotografía de las manos recibiendo una mirada molesta por parte del moreno – Es una foto mía ¿Por qué tienes esto? ¿Acaso eres un acosador? –
El chico solo le miro fríamente para quitarle la foto de sus manos, exhalando un suspiro de enojo.
- Ya te lo dije – musito hastiado de tener que repetirlo – Soy tu ángel que te ayudara a cumplir el deseo que pediste –
- ¡Ja! Y tú me viste la cara de que nací ayer -
- De hecho no, te veo la cara más de un Dobe que un recién nacido al menos ellos sabrían algo más que tu sobre conquistas – dijo ignorando por completo los reclamos y alaridos del rubio, sentándose cómodamente sobre el amplio sofá rojo – Puedes callarte me duele la cabeza de tan solo escuchar tus chillidos –
- ¡Quiero que te largues de mi casa! – Exclamo furioso, ese chiquillo le sacaba de quicio.
- No puedo irme aunque quiera – hablo serio, y era que en verdad quería irse – Bueno no hasta que tu deseo se haya cumplido –
- Oye, ya enserio, deja esos jueguitos de ángeles y deseos ¿de verdad crees que los ángeles existen? –
- ¡Por supuesto que sí! ¡Yo soy uno! – Exclamo indignado – Aunque aun no obtengo mis alas, pero pronto las tendré y seré un autentico ángel –
- Sí, sí, claro y luego ¿Qué? Vendrá el conejo de pascua a pedirme que le ayude a buscar sus huevos – ironizo.
- ¿Conejo de pascua? Es que acaso tienes 8 años –
- Mira será mejor que te vayas antes que llame a la policía – advirtió el rubio, recibiendo una mirada fría del chico.
- Llámalos si quieres pero por ahora nadie puede verme además que tú – menciono el moreno sentándose más recto sobre el sofá, como diciendo que no se iría hasta cumplir con su labor.
- Es en serio, los llamare y ahí si estarás en serios problemas -
- Hazlo si quieres, pero ya te lo advertí –
Iba a seguir replicando pero el sonido del timbre de la puerta le hizo que voltease para abrir.
- Oye Naruto deberías tener más cuidado donde dejas tus cosas – dijo un hombre de pelo castaño, era el portero de su condominio dejándole su bicicleta toda mojada y con las cadenas hecha un enredo dentro de su departamento – se que esta algo mal, pero aun así se puede arreglar –
- Oh muchas gracias por dejármela, se me había olvidado ir a buscarla – se disculpo riendo.
- Mentiroso, la ibas a botar de todos modos – esa vocecita ya comenzaba a cansarle.
- ¡Tu guarda silencio pequeño bastardo! – reprimió al moreno que seguía sentado sin inmutarse por el hombre que paso.
- ¿Me lo dices a mi? – pregunto molesto el hombre.
- ¿Eh? ¡Ah no! Se lo decía a ese mocoso que está sentado allá – señalo al sitio del sofá recibiendo una extraña mirada del portero.
- ¿De qué hablas? Ahí no hay nadie –
- ¿Qué? ¿Es que acaso no ve a ese chico que está sentado? – Pregunto desconcertado observando como el moreno sonreía burlesco - ¿No… no lo ve? –
- A quien veo es solo a ti, Naruto – dijo el hombre palpándole el hombro – Creo que mucho estudia te estresa demasiado deberías tomarte un tiempo para descansar –
- ¡No! ¡En serio! ¡Aquí hay un niño! ¿Por qué no lo ve? – lo sujeto por los hombros sacudiéndolo, no era posible que solo él pudiese ver al moreno.
- ¡Oye ya suéltame! – Dijo soltándose del agarre – Mira descansa si, tal vez solo estas cansado – dejando al rubio que no salía del asombro salió por donde vino cerrando la puerta tras de sí.
- Te lo dije, solo tú puedes verme – repitió el chico alegre de que vieran como lunático al rubio.
- ¿De verdad? ¿Eres un ángel? – pregunto choqueado.
Continuara xD