Capítulo 6
Llegada Konoha parte I
Flash back.
Saltaba de árbol en árbol en árbol, de rama en rama, simplemente para llegar a su destino final…Konoha. Si, aquella misma aldea, que aún después de la guerra le seguía haciendo daño directa o indirectamente.
Su destino final era esa aldea que alguna vez había considerado su hogar, que había considerado su aldea, que alguna vez había considerado a sus habitantes como aliados irremplazables, como amigos verdaderos, fieles a la causa, pero al final de todo, habían salido como los mayores hipócritas del mundo. Jamás se hubiera imaginado tal cosa de ellos pero como él lo sabía perfectamente y había aprendido durante todo ese tiempo de que caras vemos corazones no sabemos.
Simplemente saltaba rápidamente observando cada movimiento, en su alrededor pero aun así sin sacar de su cabeza a su objetivo. Seguido de tres figuras más, saltaba apresuradamente cada rama que se encontraba frente a su mirada bruna; bajo las miradas curiosas de su tres acompañantes que aún no sabían del porque se dirigían a Konoha. Ante la atenta mirada, ante la curiosidad palpada en piel de los joven uno con temor en su voz había preguntado.
-¿Por qué nos dirigimos a Konoha, Sasuke-san?- su nerviosismo era notorio en su voz, sus vellos se erizaron al recibir la mirada casi asesina del azabache que tenía frente suyo, ese ambiente tétrico que inundaba el ambiente hacia que la mirada del oji negro fuera más feroz de lo usual; ese cielo que poco a poco se llenaba de nueves negras, los seguía como si fuera la mismísima sombra de la muerte. Sin esperar respuesta de su cuestionamiento aquel joven de mirada lila y cabellos blancos, el más joven opto por reducir un poco la velocidad.
El silencio que invadía al grupo era casi asfixiante, el aire no llegaba a los pulmones de los jóvenes. Ningún vestigio aparecía del azabache sobre si fuera responder la pregunta planteada del menor de todos.
-vamos a recuperar algo- se hizo presente la respuesta de la pregunta del niño, esa voz que denotaba ese dolor, ese odio, esa impaciencia, muy poco vista en su actual líder, los desencajo un poco de su lugar. El niño opto por no hacer más preguntas; los jóvenes habían dejado que el mayor se adelantara varios metros de estos, pero aun así sin perder la velocidad.
-¿Qué crean que vamos a “recuperar”?- murmuro con mucha curiosidad el peli rojo de mirada carmín a su compañeros de “equipo” que se había acercado a este para escuchar mejor lo que este decía.
--no tengo idea Kanon- respondió con poco interés sobre el cuestionamiento de su compañero, aquel joven peli café- pero puedo asegurar que es algo muy importante para que Sasuke se comporte de esa manera- miro de reojo al mayor que se encontraba varios metros delante suyo.
- y también es muy extraño que la pelirroja esa, el peli blanco con complejo de pez y el bipolar…- fue interrumpido por el pequeño peli blanco.
- Karin-san, Suiguetsu-san y Juugo-san- le palpitaba una venita en la frente del pequeño, al mismo tiempo que corregía al mayor peli rojo que se encontraba cerca suyo.
-sí, sí, claro, cómo se llamen los perros fieles de Sasuke- el peli rojo le importaba poco saberse el nombre de aquellos jóvenes que al principio seguían al azabache a todas partes- lo que quiero decir es ¿Qué no se les hace extraño, que esos tres perritos falderos no persiga a su hueso?- apunto a Sasuke, el cual seguía saltando de rama en rama, ajeno a la conversación que tenía los tres menores.
-es verdad, es muy extraño que esos tres no estén aquí, con nosotros-hablaba el peli café de nombre Hao, mientras veía al frente, con su semblante serio frio y calculador.
- es bastante extraño, pero ahora que lo pienso, escuche que tenían…-trataba de recordad lo que había sucedido días antes de su partida. Había recordado de golpe como los tres mayores había estado hablando en aquella cabaña en la cual vivían, cerca del país del te- recuerdo que… tenían que quedarse, ya que Sasuke confiaba plenamente en ellos para dejar a su cargo algo- hablo deteniéndose en cada momento recordando aquella conversación.
-dos cosas que pueden ser importantes para Sasuke, me es imposible hasta imaginarlo- sentía un escalofrió, al tener solo ese pensamiento. Según conocía al azabache que tenía frente suyo, jamás de los jamases había dejado ver su debilidad, su flaqueza, sus sentimientos. Si lo pudiera describir con dos palabras era para él un tempano de hielo.
Un viento frio, acompañado de una mirada que cortaba el alma en mil pedazos se hizo presente en la columna vertebral de cada menor, como electricidad que recorría toda su espalda, al recibir esa mirada sádica que mataba el alma en un instante, de parte del azabache mayor, el cual nunca había estado ajeno a la conversación de sus tres ahora aliados, escuchaba cada palabra salir de esos tres.
Sasuke quería que esos jóvenes se callaran para que pudiera pensar en un plan para recuperar eso tan importante, por el cual daría hasta su vida misma pero al final no podía, esos susurros le molestaban como mosquitos. Tenía que callarlos de alguna manera, su mirada, si su mirada la que tanto intimidaba, la que tanto hacia querer a cualquiera correr bajo las faldas de su madre, la que mirada que cautivaba. Su mirada había hecho efecto los jóvenes instantáneamente tras recibir esa mirada sádica matadora de Sasuke había detenido sus saltos casi instantáneamente, quedándose como estatuas en una de las ramas de los árboles.
-silencio-pronuncio con frialdad y serena voz, volviendo esa mirada bruna a su camino, ahora Sasuke saltaba como si nada hubiera ocurrido.
-eso dio miedo- pronuncio Chaos de manera pausada, aun no salía del shock que había provocado esa mirada en él, al u ¿igual que los demás mientras que todos solo asentían ante tal afirmación.
Los segundos se convertían en minutos y los minutos en horas. Solo les falta un poco más y llegaban a su objetivo, todo el grupo el cual vestía una capa negra, saltaba velozmente.
-¿Cuánto falta para que lleguemos Hao?- preguntó el pelirrojo mayor, viendo la espalda de su líder que cada vez aumentaba su velocidad.
-Démonos prisa- había interrumpido la respuesta de Kanon y había ordenado que aumentaran más la velocidad.
Los jóvenes ya estaban cansados, habían estado saltando sin descanso durante tres días seguidos. ¿Acaso Sasuke no se cansaba? ¿Por qué hacía todo eso por algo o alguien? Estos eran los cuestionamientos que los jóvenes se hacían.
Su cuerpo ya empezaba a sentir el cansancio, el hambre, el sueño lo empezaban a consumir de a poco. Pero no, no podía detenerse a media camino, debía llegar rápidamente a su objetivo, si a la primera vez que no había ido a la aldea no la destruyo por la petición de ese rubio, ahora no tendría ni la más mínima consideración o piedad, la destruiría hasta solo dejar aquellas cenizas que solamente se las llevaría el viento, destruiría completamente aquella aldea, que le había arrebatado a todo lo que tenía.
Ya no escucharía, ya no haría caso a esas peticiones, ya no, simplemente haría que pagaran por todos los pecados que habían cometido y se llevaría a la fuerza a aquella persona que era su luz en la vida, que había llenado su corazón, su alma con esa calidez que desprendía con ese amor que lo llenaba solo al ver esos ojos que el cielo había dado su color.
-juro que te recuperare- pensó para sí mismo, mientras apretaba los puños junto a sus dientes por la rabia y el dolor que sentía, ahora solo faltaba menos de 10 kilómetros para llegar a su objetivo. ¿Lo odiaría? Eso no le importaban solamente le importaba tenerle junto a él, sin importar a quienes tendría que matar. Sin importar con quien debería utilizar ese poder, que residía dentro suyo, ese poder que había conseguido.
Pov´s Sasuke.
Juro que te recuperare… dobe. Siento como me acerco más a mi destino, un poco más y estaré junto a ti mi dobe., hare pagar a todos, todo el sufrimiento que nos causaron y te sacare de esa cárcel en la cual te tienen.
Fin del pov´s Sasuke.
Se había detenido al ver como su jefe lo había hecho.
Sasuke al quedarse parado en una de las ramas de los árboles, había bajado de un solo salto e igual lo había hecho los otros. Tenía que dar indicaciones a esos jóvenes, a los cuales había salvado de una muerte inminente, sabía que en el momento en los que los salvo, ya tenía asegurados tres valiosos, poderosos y sobretodo peligrosos aliados junto suyo.
Fin del flsh back.
Caminaba por aquella oficina, tan solitaria, tan silenciosa, tan misteriosamente reconfortarle. No sabía desde cuando todo aquello lo hacía sentirse en paz con el mismo. No recordaba cuando había sido la última vez que había disfrutado de su delicioso ramen, tal vez ya había pasado años, desde la última vez que había visto a aquel anciano, el cual ya había muerto hace cinco años atrás. No lo había visto aunque había sido invitado al funeral ese mismo día había tenido realmente mucho trabajo, una reunión con el kazekage para hacer un pacto con una nueva aldea que había sido creada. No recordaba su nombre, solo recordaba aquella tarde en el cual había llegado una invitación, había sido extraño para él pero por respeto al kazekage la había dejado en su mesa. Al leerla unas horas más tarde se había llevado la sorpresa de que el viejo Teguchi había muerto, no sentido nada, ni tristeza por aquel anciano que lo había visto crecer. No recordaba cuando había sido la última vez que había llorado, no, la recordaba perfectamente, recordaba que la última vez que había llorado por alguien fue por la vieja Tsunade y Shizune-onechan. Recordar aquella promesa que había sido sellada con sangre frente a la piedra de los héroes en donde se encontraban los nombres de sus padres y de su querido maestro. Se había prometido a el mismo no volver a soltar una lágrima por nadie más en su vida. Ese día había sido decisivo para el resto de su vida.
Miraba a la ventana a su aldea la cual ya estaba oscureciendo, miro al cielo con esos irises fríos que estaba despejado que lo hacía sentir más tranquilo de lo normal. Ahora que lo pensaba en todo aquel día nadie había venido a molestarlo con aquellos molestos y nada necesarios consejos de cómo vivir su vida o de cómo había cambiado. Estupideces para él, era preferible que solamente le dejaran tal y como estaba, ¡¿que acaso no se daban cuenta de que estaba bien así como estaba?! Era fastidioso y como siempre decía Shikamaru, problemático, suspiro y bajo su mirada hacia la calle ya iluminada por las luces de la cuidad, revolviéndose su cabellos rubios. Miro extrañado a un cirulo de niños que se situaban frente a la torre hokage, afilo su vista y se dio cuenta que cada uno de los niños o mejor dicho adolecente de ya 14 años tenían en sus ropas impregnadas los símbolos de su respectivo clan.
-ahora que querrán esos niños- los miro sin expresión alguna al darse cuenta que cada joven estaba intentando entrar a la torre.
Había pasado varios minutos desde que se había reunido a las afueras de aquel castillo del terror (refiriéndose a la torre hokage) no habían estado ahí es de su última misión la cual había sido ahce mushisimo tiempo y esa era la razón por la cual estaban ahi, frente a aquella puerta que los llevaba dentro de la boca del lobo, del más poderoso y líder de los shinobis, el hokage.
-¿crees que está bien hacer esto?- pregunto una joven hermosa de cabellos cafés y ojos azules la cual llevaba el símbolo del clan Nara-
-- no te preocupes Misa-chan, solo hablaremos con el hokage y ya. No creo que sea tan peligroso o ¿sí?-hablo otro joven con el alma en la boca, denotaba su nerviosismo al estar solamente frente a aquella puerta, sentía un gran temor no sabía por qué pero lo sentía, sentía como su piel se erizaba con solo pensar el tener la mirada del hokage sobre sí.
-Inuzuka-kun tiene mucha razón simplemente vamos a hablar con el hokage nada mas- hablo sería una joven de cabellos castaños y con lentes negros cubriéndole sus ojos-
-que no me llames así abúrame!!-grito sonrojado a la joven la cual la hibia llamado por su apellido-
-y que tu no me llames Aburame, mi nombre es Akemi, baka, odio estar en el mismo equipo que está retrasado-suspiro con resignación-
-retrasado mis polainas, y mi nombre es Eiji, después de 2 años de estar en el mismo equipo aun me tratas como un desconocido (no tengo idea porque esta tonta niña me gusta mucho pensó furioso y algo avergonzado.
-shhhtt- no pueden guardar silencio, si no se dan cuenta estamos fuera de la oficina de hokage-sama-hablo respectivamente un joven de cabellera platina y de ojos negros respectivamente con el símbolo del clan Hatake estampado en su ropa.
Kanto-kun tiene razón- hablo Miku la hija de los Hiuuga.
-tenemos que entrar y decirle el por qué no tenemos misiones nada mas no- hablo con la boca llena un gordito con espirales en sus mejillas pero con ojos violetas y con el símbolo del Akimichi en su ropa.
Todos llevaron su vista hacia aquel joven que había hablado por último viéndolo con resignación con una bolsa de papitas en sus manos.
-nunca te cansas de comer no es verdad-hablo con resignación Miku y con una sonrisa de compresión.
Sonrió el aludido ante la aceptación que había hecho aquella oji blanca de provocadora vestimenta.
-y tú nunca te cansaras de vestir de aquella forma no es verdad Miku- sonrió al igual que había sonreído la joven- siempre le das en el clavo mi querido Chiharu- le acaricio la mejilla con suavidad y delicadeza.
Todos se quedaron estáticos ante tal acción era bastante obvio que a Miku le gustaba aquel rellenito joven el gran misterio era por qué siendo tan bella se había fijado en ese inocentón e ingenuo joven. Que nos e daba cuenta de los sentimientos de Miku hacia el.
-¿se podría saber qué es lo que quieren?- abrió la puerta de mal humor se había cansado de esperar qué aquellos niños entren y más se había enojado al escuchar todos aquellos ruidos fuera de su apacible oficina.
CONTINUARA……n.n…!!!!!
AVANCE DEL PROXIMO CAPITULO...
Llegada a Konoha parte II
-solamente digo que es el peor hokage de todos.
-¿por qué tratas de defenderlo Akemi?-
-¡merecía morir!- golpeo sorpresivamente el tronco del árbol fuertemente, los jóvenes solo miraban sin entender aquellas palabras- merecía morir-susurro más suavemente Kanto.
O:O:O:O:O:O:O
-¿Quién eres tú y que haces en la aldea?-
-¿Qué haces aquí? Si no respondes que haces no tendré más opción que capturarte-
Solo sonrió de medio lado al darse cuenta que varios shinobis se había posesionado a su alrededor. Estaba en medio de aquellos shinobis. Miro de un lado al otro como si inspeccionara en lugar de batalla.
-¿Quién sabe? Esto puede ser el destino-
.o.ooooooo
-tu…¿pero co…mo?-
-¿sorprendido? Sensei-