No podía creer que el muchacho idiota y revoltoso descendiente de nativos de hace unos años atrás se hubiera convertido en el mas fuerte de la manada, aunque sin aprovecharse de eso. Pero por sobre todo, todavía no podía admitir que me sentía atraído por él. Si la humana se daba cuenta le rompería el corazón. “ESPERA… ¿DESDE CUANDO BELLA HABIA PASADO A SER SIMPLEMENE LA HUMANA?”, esto ya era grave, tenía que olvidarme del lobito o me iría mal… Decidí salir de casería, eso limpiaría mi mente y calmaría mi sed que comenzaba a ser mayor. Salí de la mansión y corrí a toda velocidad con sutileza, cuidando de cada paso, dejando que el viento se cuele entre mis ropas, acariciándome. Luego de unos cuantos kilómetros detecte un olor desagradable… era perro mojado, arrugue mi nariz ante la horrible fragancia; con suerte era solo un estúpido lobo, sin suerte seria…
-Edward…- “MIERDA” pensé al escuchar la voz grave de Jacob. “¿Qué hace el aquí?” Oí sus pensamientos
-¿si…?- dije sin dar vuelta… temía que estuviera desnudo; temía por lo que podría llegar a hacer yo.
-¿Qué haces aquí?- pregunto tratando de entablar conversación.
-cazo ¿que parece?- ironice.
-Edward, voltea no seas ridículo…- se burlo. “será idiota”
-¿estás vestido?- pude sentir cómo se aceraba, al tiempo que su corazón aumentaba su ritmo, escuchar la hierba quebrarse bajo el peso de su cuerpo; “que buen trasero tiene…” pensó.
-ah…- escapo de mis labios, casi al instante recordó que yo leía los pensamientos. Gire a ver su rostro, era como si se estuviera por largar a llorar… “QUE TIERNO…” agradecí no tener sangre en el cuerpo, porque si no me habría sonrojado.
-Edward, yo…- intento excusarse “¿qué le digo?”
-nada… solo cállate y déjame pensar…..- le rete… pero sus pensamientos se resonaban en mi cabeza; incertidumbre, miedo, duda- ¡¡Dios!!, ¡Deja de pensar!- grite, casi no oía mis propias ideas.
-pero, déjame explicarte….- rogo- Desde que te vi… yo… no lo sé- paso una mano por su cabello revolviéndolo- tú... me gustas…. – dijo mirando directo a mis ojos con los suyos, oscuros, llenos de un sentimiento que no solo trasmitía con ellos, sino con lo que pensaba también.
El viento soplo en mi dirección, trayendo su aroma hacia mi… era horroroso… pero adictivo… como el olor a gasolina… no te gusta, pero no puedes dejar de respirarlo.
-dime qué piensas, porque voy a volverme loco…- pidió aun sosteniéndome la mirada.
-yo…- dude de rechazarlo, que era lo que hubiera hecho cualquier vampiro cuerdo, porque en parte no quería…- ¿sabes lo que pasara si te acepto…?- me miro esperanzado- no, esto está mal- sentencie con un ápice de cordura que volvió a mí. Salí corriendo, pero me alcanzo en su forma de lobo, salto sobre mí, poniendo sus patas delanteras en mis hombros.
-déjame…- me queje
“Te puedes soltar si quieres”…. pensó
-suéltame Jacob…- exigí.
…”lo que me da a pensar que no quieres que te suelte”… sus palabras resonaban en mi cerebro… ¿Qué quería yo realmente?
-está bien… me rindo… vuelve a ser humano…- pedí viéndome reflejado en sus grandes ojos rojizos. Dio unos paso hacia atrás, gruño, cayó al suelo volviendo a tener la piel morena que tanto me gustaba, del suelo me miro, completamente desnudo… mis ojos se abrieron grandes de asombro. Corrí nuevamente, no llegue muy lejos, una mano me tomo fuerte de la muñeca y me hizo volver la vista… esta vez sí baje mis vista, fijándome en su entrepierna “¡DIOS!”. Sonrió de lado, embobándome, sin darme cuenta el me había tomado por las nalgas, y me apretaba contra su él. –Ah…- escapo un quejido de mis labios, mire a otro lado avergonzado. Volvió a hacer lo mismo –Ah…-
-que linda expresión haces…- se mofo
-cállate… no deberíamos hacer esto…- dije como puede… mi respiración se había acelerado…
-pero, si se siente tan bien…- dijo frotando su miembro casi erecto, contra el mío que rogaba por un toque más directo.
-so…solo cállate- sentencie chocando con fuerza mi boca a la suya. Moví mis labios con parsimonia, pero el parecía querer saltarse todos los pasos previos, introduciendo su lengua con brusquedad, compartiendo su sabor extrañamente dulce. Comenzó a empujarme hacia el suelo, tomándome de la cadera, apretándome más contra él; - Ah…- gemí cuando una de sus manos se coló en bajo mi remera. Su tacto era calienta al igual que su piel… me encantaba, hace casi un siglo que no sentía el toque ardiente de la piel ajena contra la mía. Por su parte podía sentir como le encantaba mi baja temperatura… -¿tanto te gusta el frio?-
-Mmm… si adoro… el frio… tú…tú piel… todo de ti…- explico entre besos que iba dejando esparcidos en mi cuello.- ah!- jadeo con suavidad al sentir como yo succionaba el hueco entre su oreja y su hombro, sintiendo el sabor de su piel, Dejando grandes marcas rojas, me detuve a apreciar mi trabajo, pero parecía que Jacob no estaba interesado; este jalo la camisa azul que llevaba puesta, haciendo que los botones volaran por el lugar, concentrándose así en mis pezones, lamiéndolos y mordiéndolos; cerré los ojos, disfrutando de las descargas eléctricas que sus atenciones me daban.
-ah… jacke… el pantalón…ah!- me queje, el luchó contra el cinto con una sola mano, por tener la otra ocupada en mi pecho. Tiro de los pantalones, sacándomelos de una sola vez, llevándose junto a ellos los bóxers. Me apoye en mis codos y termine de quitarme la camisa. Nos miramos durante unos segundos.
Gire sobre él, quedando a horcajadas sobre su gran… GRAN miembro. La boca se me hizo agua, no me daba vergüenza admitir que me encantaría tenerlo en mi boca, o incluso dentro de mí. Temblaba solo por la expectativa. Descendí por su pecho besando, pero más que nada arañando con los colmillos, me encantaban los suspiros que salían de su boca, lamí sus abdominales, esos que lo hacían ver tan jodidamente sexy, hasta llegar a su pene, tan duro, tan caliente y… palpitante. Para ser mi primera vez con un hombre era bastante valiente… por no decir pervertido. Me relamí y lo engullí de una sola vez, sintiendo su sabor, su olor, su textura… lo saque lentamente, succionando en la punta, para volver a meterlo, haciendo que golpeara en mi garganta. Pude sentir sus manos en mi nuca marcando el ritmo, me deje guiar, agarrándome a sus nalgas, apretándolas con gusto, debía confesar que siempre quise apretarle ese buen culo que tenia.
-Oh si... Demasiado bueno… - exclamo alagando el trabajo que mi lengua hacia sobre su erección- Mmm… me… vengo…- anuncio, a lo que yo comenzó a sorber con fuerza, esperando por lo que venía. Pude sentir como un liquido caliente y espeso inundaba mi boca, tragándolo todo, sin derramar una gota, dejando un sabor débil a sal. Jacob quedo tendido con sus extremidades laxas y la respiración agitada. Repte hasta quedar cara a cara y Le sonreí ladino – ah… ahora es tu turno- aviso al tiempo que giraba nuevamente, dejándome contra el frio piso de aquel prado. Se dirigió directo a mi miembro, que lamio de arriba-abajo provocando una sinfonía de sonidos que escapaban de mi boca sin control, tampoco es que quisiera evitar que salieran.
-Ah!- gemí con fuerza al sentir sus dientes jalar de la piel de mi pene- dios…- exclame mirando como su lengua hacia maravillas en ESA parte de mi anatomía. Continúo masturbándome mientras ensalivaba tres de sus dedos, que debían valer como cuatro míos con el tamaño que tenían. –ah…- se escapo de mis labios, ni siquiera me había tocado, solo era la expectativa.
-estas demasiado bueno…- susurro con voz gutural, al tiempo que presionaba lentamente, introduciéndose en mi, podía sentir su calor en esa zona, era extaciante.
-¿sabes... qu … ah!... no hace fal... ta que me prepares? Ah…- un pensamiento de reproche alcanzo mi nublada mente.
-no… pero no lo hare… no te quiero lastimar- dijo haciéndome sentir orgulloso de él por el hecho de que él me pertenecía. Perdí todo pensamiento coherente al llegar al tercer dedo, que ya entraba y salía con facilidad, haciendo que arquera la espalda – basta…- demande, lo que el entendió a la perfección colocándose entre mis piernas. Guio su miembro a mi entrada, empujando lentamente, quemando mi interior, provocando que mi vista se nublara y desenfocara.
-¿es…tas bien?- pregunto con dificultad con la respiración entrecortada.
-si… por favor muévete…- rogue
-pero, te lasti...mare-
-no me trates como a un humano…- dije haciéndole recordar que yo era distinto –ah… mas…- pedí cuando comenzó e embestirme, quería mas, y no temía pedirlo, llevaba tiempo esperando esto.
-¿no te des…control..aras?- pregunto preocupado.
-No…- respondí con toda la convicción que pude reunir en ese momento, la verdad era que no me había acostado con bella porque no quería, siempre estuve bajo control –Aaah!! Mmm... Si… mas…- necesitaba más, llevaba tiempo esperando por esto. Jacob no respondió, solo acelero, por mi parte enrosque mis piernas en su cadera, jalándolo para que llegara más profundo en mí –ahí…!!- grite con la voz corroída por el placer, había dado a mi próstata, y siguió golpeándola a medida que arremetía mi interior. Las estocadas se convirtieron en una danza, salvaje, sin un ápice de delicadeza, solo eran dos cuerpos tratando de satisfacerse uno al otro. Llegue a pensar que me partiría cuando sentí como era llenado por su esencia, calentando mi interior. El sentirme lleno hizo que me venga cuando aun lo tenía dentro manchando mi propio pecho.
- eso fue espectacular…- dijo recostándose a mi lado, el sueño comenzó a vencerme cuando volví a oír las dudas que rondaban en su mente.
-Jacob… vayámonos de aquí….- respondí a una de las tantas preguntas de su mente – yo te amo y se que tu también a mi…. –
-¿Pero a donde?- se preocupo
-a noruega... siempre quise ir…-
-¿y Bella?-
-le dejare una carta... escapemos juntos…- propuse poniéndome en pie.
-pero…- trato de quejarse a lo que yo le puse un dedo en los labio, callándolo.
-solo cállate… - tome mi pantalón, la camisa y me vestí. Lo mire de arriba abajo- sigues desnudo…- mis ojos se abrieron por la sorpresa… - no creo que sea una buena idea-
Termine montando en su lomo, nunca me había fijado en lo suave de su pelaje.
En resumen mande una carta explicándole a Bella lo de Jacob y lo mío… como respuesta recibí otra carta, que decía que me había engañado con su mejor amiga desde el primer día… ¿qué loca es la vida? ¿No?