1- “Solo espérame… Hermano”:
- ¡Deja esto! ¡Muévete y déjame pelear! ¡No hagas eso! - Sus ojos estaban cubiertos en lágrimas, trataba desesperadamente mover el cuerpo de su hermano mayor, quien le impedía salir de su habitación.
- West... Escúchame, no puedes venir, pienso hacerlo con o sin tu aprobación, lo hare, si es por tu bien.
- N-no me hagas esto... Hermano, no lo hagas...- el Alemán solo sentía aumentarse su desesperación
- Es la única forma, es por tu seguridad, solo espera, y recuerda... - dijo tomando el rostro del menor en sus manos.- Voy a estar bien, porque soy tu hermano mayor, ¡Siempre estaré para protegerte!
- ¡NO! ¡No permitiré que te sacrifiques! - comenzó a temblar, ¡No lo dejaría irse!
- Soy tu hermano mayor, te protegeré... - el albino empujo a su hermano dentro del cuarto, cerrando la puerta tras de sí, dando un último y casi inaudible- ...Aun si me cuesta la vida...
- ¡NO LO HAGAS! ¡HERMANO! ¡VUELVE!- golpeo la puerta cerrada bajo llave, no iba a salir, y lo sabía.
Un sentimiento de tristeza y desesperación inundo su alma, su hermano estaba dándolo todo por el... ¡Y el no podía hacer nada! Inútil. Se sentía TAN inútil… No dejaba de preguntarse que sucedería con el Prusiano cuando callera en manos de Rusia... ¡NO! ¡Su hermano estaría bien! ¡Lo sabía porque el mismo lo salvaría! Solo debía salir de esa maldita habitación...
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- Así que decidiste rendirte, ¿Da?
- Todo lo que hago tiene un propósito, y aun si mi increíble persona tiene que rendirse...
- Jum... Y yo que pensé que "ese" Prusia estaba siendo dejado de lado.
- Mi orgullo es demasiado grande, incluso para tu "tan vasta y extensa casa". - Menciono con sorna, viendo la tan corta distancia que mantenía con el ruso.
- Pues veras... - Rusia tomo el mentón del prusiano, mientras sonreía con malicia. - Ahora eres mío, Da?
- Ha, no me hagas reír, escoria. - dijo empujándolo bruscamente para alejarlo de sí. - Primero muerto, además... Yo solo pertenezco a una persona...
- Hahaha, que dulce... Es una lástima. - finalmente, tomo al peliblanco bruscamente por el brazo, llevándoselo casi a rastras.
Miro por ultima vez su amado hogar, sabía que no lo volvería ver por un largo tiempo, con un suspiro triste y cansado, siguió caminando junto al ruso, repitiéndose una y otra vez la promesa que hizo a su hermano, antes de marcharse. De pronto y sin ser llamado un pensamiento, casi por instinto, surgió en la mente de ambos hermanos...
"Solo espérame... Hermano"
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2- ¡También te Amo!
No era un buen día para Alemania, estaba molesto, MUY molesto, ¿Para qué negarlo? la sangre le hervía, ¡Por Dios! Estaba ardiendo, su cara estaba completamente roja. Y es que… ¡Su hermano no podía ser tan cabezota! El solo había querido protegerlo, decidió no ir a la reunión cuando recibió la confirmación de la presencia de Rusia. Fue mala decisión decirle a su hermano que no pensaba ir, porque, como no, el prusiano comenzó a insistir para que fuese de todas formas, que no importaba, que el podría quedarse solo en casa…
Se sentía tan molesto, ¡Solo lo hacía por cuidarlo! Y bueno, sabía bastante bien que no era solo un sentimiento protector, hace bastante tiempo se dio cuenta de que AMABA a su hermano, pero este no parecía ni enterado... Pero, si te la pasas todo el día junto a él, lo celas, lo cuidas, lo molestas, lo adoras, lo aprecias, en fin... Lo todo... ¿¡Como mierda no se da cuenta de que le amas!? Es decir hay que ser un poco soso para no verlo (o ciego, lo que te venga peor), pero ese pensamiento no lograba calmar la mente del pobre Alemán que, con los nervios a flor de piel, se dedicaba a hundirse en el trabajo, con el fin de olvidarse del tema.
Y para colmo, un sonido que (a su parecer) fue casi infernal, lo saco de su inestable calma. Acababan de golpear la puerta, era un golpe suave, casi tímido, primero pensó que sería su hiperactivo amigo Italiano, pero descarto esa posibilidad, ya que este hubiese irrumpido en la habitación como un huracán, gritando a viva voz.
- Pase. - Suspiro.
- Emm... ¿West? - Al pobre rubio se le subieron y bajaron los colores en un instante, al oír la voz de su hermano.
- ¿Que sucede? ¿Hay algún problema, hermano? - Soltó con un muy mal disimulado nerviosismo, al ver entrar al albino.
- N-no, no es nada, yo emm solo...- El pobre Prusiano venia COMPLETAMENTE rojo, y traía una expresión que decía que de un momento al otro, se echaría a llorar. - D-discúlpame... No tendría que haberme enojado, se que lo hacías por cuidarme... Y-y...
- Hermano, está bien - El Alemán ahora parecía mas tranquilo, pero no dejaba de lado la preocupación por su hermano. Sin pensar demasiado, se paro y dando rápidamente la vuelta a su escritorio, abrazo al prusiano. - No te preocupes... También fue mi culpa, no debería haberte hablado así...
- W-west... Y-yo... - Prusia no salía de su asombro, ¿Hace cuanto que su hermano no le abrazaba? - Ya no importa, me quedare contigo, si decides ir a la Reunión está bien... Yo podría...
- Se que Ru- y Alemania se detuvo, sintió temblar el cuerpo del mayor en sus brazos, no tendría que haber mencionado el nombre, para protegerlo de sus recuerdos- se que el ira. No pienso ir.
-West... Gracias. - El albino escondió su rostro en el pecho de su hermano. Se sentía tan seguro... - West, yo... sé que me cuidas siempre, aunque yo debería cuidarte a ti, después de todo soy tu hermano mayor… Y aun así, por cuidarme tanto es que… Te amo.
No fue necesario oír absolutamente nada más para el rubio, quien se abalanzo hacia los labios de su hermano, levantando su mentón con delicadeza, y dejando un casto y dulce beso lleno de amor. Porque esas palabras eran la gloria que el necesitaba para poder sentirse seguro, seguro de que todos sus sentimientos eran, correspondidos...
-Hermano, ¡También te amo!