-¡Para Loki! ¡Para!- la alterada voz de Stark resonaba en todo el sitio.- ¡Mierda para!
-No…- la voz de Loki sonaba más sosegada.- ¡Es mi venganza por no haberme dejado ver la película!- alzó la mano antes de dejarla caer sobre el pecho del otro, al lado del imán.
Y sus dedos empezaron a moverse, resiguiendo los costados del joven científico, que empezó a reír a carcajadas entrecortadas. Los gráciles dedos se movían por todo el desnudo torso, cosquilleando.
La escandalosa risa del hombre empezó a inundar todos los rincones de la casa de Loki, que reía por lo bajo al ver la cara que tenía su pareja. Estaban tumbados a la cama de sábanas blancas (uno las quería rojas, el otro verdes), completamente desecha y con las almohadas. Por su parte, ambos iban vestidos con pantalones de pijama: Loki verdes oscuros y Tony negros, desnudos de torso para arriba y con el pelo completamente revuelto.
Habían desterrado al Dios a Midgard, sin poderes y sin posibilidad de que Thor le visitase. Pero el Padre de todo había sido claro: si era capaz de amar a alguien de corazón, sin rencores o perjuicios, sus poderes volverían a él tal y como lo habían hecho cuando Thor había sido desterrado.
Se dejó caer hacia delante y agarró las manos de su novio por encima de su cabeza y empezó a mover sus dedos más rápidamente, aumentando el volumen de las carcajeos del otro moreno.
Suavemente Loki dejó que su nariz rozara el imante, dejando de hacerle cosquillas y aflojando el agarre de sus manos a la vez que cerraba los ojos, dejando que el olor del otro le rodeara.
-¿Baby?- dijo el otro incorporándose y mirándole.- ¿Qué pasa?
-¿Por qué estás conmigo?- preguntó sentándose en su regazo.
-Porque te amo.- contestó como si fuera obvio. Tony sabía que algo andaba mal pues Loki nunca había hecho preguntas de aquel tipo en los ocho meses, veinte días y cinco horas que llevaban de relación.- ¿Por qué lo preguntas?
-Es solo que… os hice tanto daño. A todos.- musitó aferrándose a él.- ¿Cómo me habéis podido perdonar?- preguntó, pegando su rostro al cuello contrario.
-Loki, de eso se trata ser humano.- le acarició el pelo.- Aunque la verdad, Bruce y el Capi son así de naturaleza, Clint… bueno, Clint perdonó a Natasha, así que bueno, no veo porque no debería perdonarte a ti. Y la pelirroja… ella sabe lo que es la redención y todo eso.
-¿Y tú?- murmulló.- ¿Por qué me perdonaste tú?
-Porque te amo. Porque acudiste a mí en lugar de a cualquier otro. Porque me pediste perdón de corazón.- contestó, dejándose caer al colchón y arrastrando al otro consigo.-¿Por qué te enamoraste tú de mí? Me porté como un completo gilipollas cuando viniste a pedirme ayuda.
-Siempre pensé que, si hubieras nacido en Asgard, te habría pedido que salieras conmigo en cuanto hubiésemos tenido los mil años. Pero la respuesta a tu pregunta es… me recuerdas mucho a mí. Haces lo que quieres, te gusta aprender, dices lo que piensas… Pero a la vez, me pudiste perdonar. Y eso, para mí, es lo más importante y valioso que podrías haber hecho por mí.- concluyó antes de unir sus labios.- Te amo.
-Yo también te amo.
Y de repente, Loki empezó a brillar. Literalmente, brillaba con un resplandor entre verde y azul. Se elevó unos metros del suelo, su cabeza se fue para atrás y fue cayendo lentamente al suelo, inconsciente.
Aun no completamente seguro de lo que había terminado de pasar (como el decía: Viendo. Trabajando en creyendo), Tony se levantó y cogió a su novio en brazos acostándole a la cama.
Y fue entonces cuando se dio cuenta: la piel de Loki recobró algo de color seguía siendo pálido, por supuesto, pero no tanto, su pelo creció un poco y se volvió más oscuro, incluso creció un par de centímetros. Se acostó a su lado y le besó.
Y el Dios despertó, abriendo los ojos de golpe. Se levantó más rápido y, con un chasquido de dedos, vio como un sus ropas cambiaban.
-¡Tony!- saltó sobre él y le besó apasionadamente.- Gracias mi amor… Gracias a ti tengo mis poderes de vuelta. Ahora… ahora podrás conocer el verdadero Loki.- le dijo sentándose a horcajadas.- Y espero que estés listo para no salir de la cama por unos cuantos días.- dijo sonriendo.
-Y semanas si es necesario.- contestó antes de tumbarlo a la cama y de sonreír de una forma que el oji-verde solo pudo traducir como peligrosa. Su novio le había que, cuando tuviera sus poderes de vuelta, todo iba a cambiar: desde su vida diaría hasta su apetito. Apetito por cualquier cosa.
En aquel momento pensó que se refería a la comida.
-¿Ya quieres empezar?- dijo sensualmente.
-No… Quiero la revancha.- le arrancó la camiseta y empezó a hacerle cosquillas.
-¡Para Tony! ¡Para!- la alterada voz de Laufeyson resonaba en todo el sitio
-No…- la voz del multimillonario sonaba más sosegada, pero igualmente alegre.- ¡Es mi venganza por no haber parado antes!- se dejó caer para besarle tiernamente, pero sin dejar de hacerle cosquillas.
Porque finalmente, Loki había conocido el amor al lado de alguien que nunca esperó. Y estaba encantado. Tenía a la persona que amaba y volvía a estar entero.
Nada podría ser mejor.