Sabes que lo deseas.
Lo admirabas desde pequeño, cuando comenzaste a escuchar de tu padre las historias del grandioso hombre que era Steve Rogers: espíritu inquebrantable, valentía de sobra, lealtad incondicional; En simples palabras, un verdadero hombre.
Tenías desde estampillas hasta figuras de acción decorando tu habitación.
Tiempo después te enteraste de su valerosa hazaña al haber salvado muchísimas vidas hundiendo un vehículo con peligrosos misiles, estando él a bordo de éste. Te entristeció saber que tu héroe había caído en batalla, pero al mismo tiempo estabas orgulloso de ser su seguidor.
Después, lo deseaste.
Desde la primera vez que encontraste algunas fotografías en uno de los viejos maletines de tu padre, aproximadamente a tus 14 años de edad.
Había dos, un delicado y pequeño Steve, "hermoso" pensaste ; y la otra, un hombre grande y fuerte, como aparecía en toda la antigua propaganda. Las dos te agradaban por igual, pues tenían la misma esencia: Sus bellos ojos azules, rubia cabellera y sonrisa impecable, llena de confianza.
Extraño, ¿No? Era normal, siendo un adolescente las hormonas superan al espíritu; Pero ¿ponerte así con tan solo la imagen de un varón? Y, dejando de lado el sexo de este… ¿Un varón que ni siquiera seguía con vida?
Qué más da, eso te dejó de importar hace mucho.
Uno de los días que jamás olvidarás fue cuando supiste que aquel gran héroe, supuestamente caído en batalla, estaba más vivo que nunca. Tomaste un vuelo en tu jet privado para poder verlo con tus propios ojos y si, ahí estaba, justo como en aquella fotografía vieja.
Lo observabas con atención mientras dormía tranquilamente, algunos mechones dorados caían por su frente. Era él, tu más grande fantasía estaba durmiendo frente a ti y tu…bueno, no podías hacer mucho, solamente esbozaste una sonrisa y lloraste de felicidad internamente.
Al verlo frente a ti cuando comenzaron el proyecto “avengers” tu mente se congeló, tus sentidos se volvieron locos y lo único que se te ocurrió hacer fue tomar una actitud a la defensiva, totalmente irritante para él.
Pensar que el único contacto que tenías con tu ídolo era el de desquiciarlo con tus acciones te desesperaba considerablemente. Querías algo más que solo ser quien le sacaba de quicio, algo más que un simple compañero de equipo; Querías que te dirigiera una mirada dulce y te dedicara su sonrisa, que tomara tu rostro con delicadeza para después sucumbir a fogosos ataques de pasión, como en aquellos locos sueños que comenzaron a volverse más y más incesantes cada noche.
Pero vale, eso es mucho pedir. Empezaste con el pie izquierdo y ahora tienes que soportarlo.
Más eso no disminuyó tu obsesión, sino que tuvo el efecto contrario. Las noches de lujuria aumentaron, realzando tu título como playboy; una tras otra mujer, mas estas no lograban llenarte del todo. En el acto simplemente veías sombras oscuras, rostros vacíos, y desde el inicio tenías a tu querido capitán en la mente, mordiéndote los labios para no gritar su nombre en cada arranque de pasión.
Esto no era lo mejor, pero funcionaba al menos para calmar las tortuosas ansias que llenaban tu ser.
Ahora solo basta con un pequeño acercamiento para saciar todos esos deseos reprimidos por 11 largos años.
Está frente a ti, completamente extasiado gracias a una nueva droga que, accidentalmente, inhaló en el laboratorio de la torre stark.
Afortunadamente solo están ustedes dos, el dr.banner estaba trabajando en un proyecto lejos de ahí.
Solamente tú, Steve y esa contienda entre lo que es correcto y lo que se desea.