Inspecciona con la mirada el lugar en el que esta mientras de sus ojos comienzan a brotar ríos de lágrimas que alimentan el sollozo que no logra escapar de su boca por el trozo de tela a modo de mordaza que le pusieron. Las manos le duelen por el esfuerzo de haber estado alzadas por tanto tiempo, y siente como las cuerdas que las esposan comienzan a atravesar la piel provocandole un ardor inhumano. Siente pequeños hilos de sangre viajar desde sus muñecas hasta sus codos, de donde gotean hasta el piso, creando un pequeño charco rojizo. Las lágrimas aglomeradas en sus ojos no le permiten ver bien, pero escucha claramente los pasos delicados que se acercan a él, haciendo que su miedo crezca. Sabe quien es, imposible no reconocer ese andar, y solo puede llorar más.
-Realmente te quiero, Min.- le dice.- Pero te has convertido en un problema... y los problemas no me gustan.
Sigue sollozando mientras intenta decir algo coherente a través de la mordaza improvisada que ya comienza a lastimarle.
-Ya sé que estas pensando. ¿Por qué lo hago? Pero ya te lo dije: te convertiste en un problema.- se acerca hasta quedar frente a él y sin delicadeza alguna lo coge de la barbilla.- Ahora voy a eliminar el problema, Min.
El castaño mueve la cabeza de un lado a otro rogándole con la mirada que no le haga nada, pero la sonrisa sádica del rubio le dice que no le hará caso, y que sea lo que sea que haya planeado, no desistirá de la idea. Ve al chico sacar el afilado cuchillo de detrás de sí y un chillido apagado se le escapa de sus rosados labios.
-Puedes hacer esto fácil o difícil, Min, pero a mí me gustaría acabar pronto.- susurra acariciando su mejilla con el filo del cuchillo.
Minhyun vuelve a negar con la cabeza sin dejar de llorar,mientras sigue intentando decir algo. El rubio acaricia su mejilla y el filo de su mandíbula con el arma, casi admirando lo que esta por hacer, y hace un corte profundo a la altura de su hombro que le hace llorar y soltar un grito ahogado.
-Quiero escucharte sufrir, Minhyun, quiero que sufras. Te haré sufrir, y después te mataré.
El castaño continua sollozando, ya no es capaz de pensar en nada que no sea el escocer de su hombro y la sangre caliente que le baña el pecho, todo eso intensificado mil veces por la adrenalina.
-Mereces morir.- le dice antes de quitarle la mordaza y cortar su mejilla, deleitándose por el grito que por fin logra escapar de los labios del más alto.
Se muerde los labios complacido al ver el daño que le ha provocado al castaño y las lágrimas que escapan de sus ojos formando largos ríos que se pierden en su cuello. Siente la necesidad de cortar su blanco y perfecto cuello de una buena vez y admirar como la sangre brotar de su cuerpo; pero recuerda que su objetivo principal es hacerlo sufrir, llevarlo a la locura antes de arrebatarle su vida.
-Eres mi mejor amigo, Min.- susurra casi con ternura agachandose para que su rostro quede a la altura del castaño.- Creeme que tu dolor también me duele a mí, y que el matarte me duele más a mí que a tí. Tú dejarás de sentir en un rato, yo viviré el resto de mi vida cargando con el hecho de que te asesiné.
El más alto levanta la vista topandose con la sonrisa ladeada del rubio menor. Las lágrimas que caen le impiden ver del todo, pero sabe que el otro lo esta disfrutando, que disfruta con lo que esta haciendo y que sus palabras anteriores no son más que mentiras. Mentiras que casi podría creerse por el tono tan dulce e inocente que uso. Pero todo es una mentira, él lo sabe, Ren no es más que una mentira. Podría parecer inocente y hermoso frente a todos, pero él sabe que eso es una mascará que utiliza para ganarse a la gente. Él sabe que Ren, que Choi Minki, en realidad es el ser cruel que ahora esta frente a él, torturandole.
El rubio le jala el cabello para hacerle alzar el rostro, haciendo que Minhyun suelte de nuevo un grito de dolor ante la rudeza con la que el maknae le esta tratando. Ren acaricia el blanquesino cuello con el filo del cuchillo mientras se muerde el labio inferior, deleitado por el sentimiento de estar por asesinar a una persona. Le suelta los cabellos y sin ningún tipo de compasión encaja el arma el la pierna del castaño, quien suelta un agudo grito de dolor que incita al menor a continuar con su tarea. Desentierra el cuchilo de la piel del otro y observa la cantidad sangre que comienza a fluir lentamente de la herida que ha provocado. Observa el cuchillo ahora bañado de sangre y esta vez lo encaja en el costado izquierdo de su vientre.
Minhyun siente su cuerpo flaquear ante el dolor que las puñaladas de Ren le han provocado, siente la sangre caliente humedecer su pecho, viente y piernas. También siente como un hilo de sangre comienza a caer de las comisuras de sus labios, la boca le sabe a metal. Sus ojos ya no lloran, ya no pueden, pero él continua sollozando fuertemente.
El rubio observa el cuerpo ensangrentado de su amigo y una sonrisa sádica se dibuja en su perfecto rostro andrógino. Se levanta de su posición y esta vez dirige el cuchillo a las muñecas aún esposadas que continuan sangrando.
-Me pregunto... ¿Qué tanta fuerza se necesitará para desprender tu mano?- pregunta ejerciendo presión por sobre la cuerda que sirve de esposas. Minhyun levanta el rostro mirandole con los ojos húmedos, casi rogandole con la mirada.
-No lo hagas. Por favor, no lo hagas, Ren.- pide con la voz cortada emitiendo palabra por primera vez desde que la mordaza le fue retirada.
La cara de satisfacción del rubio cambia a una seria y luego a una compasiva, confuniendo a Minhyun.
-Mi querido Minhyun, sabes que aunque implores voy a hacerlo, ¿no es así? Así que no acortes el tiempo que te queda desperdiciando oxigeno al hablar.- dice y acto seguido encaja la punta del cuchillo en la muñeca del más alto.
Un grito dolor aún más agudo y fuerte se escapa de los labios de Minhyun. Siente el río de sangre que baja de su muñeca a su hombro, pero sabe que ésta sigue unida a su cuerpo.
-¿Sabes algo, Min?- pregunta mientras desentierra en cuchillo de la extremidad del más alto.- Me he aburrido, así que terminemos con esto rápido.
Se pone de cunclillas quedando a la altura del castaño de nuevo. Minhyun le mira con el mismo terror en los ojos prediciendo lo que viene a continuación, pero casi sin emociones en el rostro, casi cayendo en la inconsiencia. Ren acerca el cuchillo al pecho del castaño justo en el lugar donde esta su corazón.
-Yo tampoco jamás me perdonaré esto, Minhyun.- le dice con la mirada perdida.- Pero esto te ganas por ser tan perfecto. Las fans te quieren demasiado y eso me molesta.
Sin compasión alguna encaja el cuchillo en el pecho del alto, que esta vez ya no grita, sino que deja salir el aire de sus pulmones y abre los ojos a su máximo. Ren observa la cabeza del que era su mejor amigo caer a un costado con la expresión de terror y dolor en su rostro. Muerto. Se levanta de su posición y observa sus manos y ropas ensangrentadas antes de dar media vuelta y andar fuera del almacen donde todo aquello sucedió.
-Esto lo voy a pagar caro, Minhyun.- dice sin voltear la vista.