Me encontraba sentado en mi ventana con la vista fija al cielo nocturno, la luna brillaba iluminando el lago y dándole un aspecto mas tenebroso de lo que lo era. Todo estaba en un completo silencio lo único que se escuchaba era a Ron que por como se removia en la cama estaba soñando con arañas pero aparte de eso no se escuchaba nada más aunque así lo prefería ya que asi podía pensar bien en lo caótica que era mi vida.
Perdí a mis padres tiempo después de nacer a manos de un hombre cruel, al cual derroté un año antes pero ni aún con su muerte consigo dejar de sentirme solo y vacío. Siendo Harry Potter, el león dorado de Gryffindor rodeado de sus amigos eso no cambia nada así que he hecho lo que cualquier Slytherin haría me he puesto una máscara de felicidad para que mis amigos no se preocupen, pero en el fondo solo soy una persona que ansia que alguien lo ame.
Amor.
Siempre había creído que en ese aspecto de mi vida sería como mis padres, conocería a alguien de la cual me enamoraria, nos casariamos, tendríamos hijos y seriamos lo que llamarian una familia. Y eso es exactamente lo que pensé la primera vez que vi a Ginny, con su hermoso pelo rojo y sus ojos azules que con tan solo mirarme parecia verme el alma y pense que jamás me enamoraria de nadie más, tiempo después descubri que lo único que sentía por ella era un amor de hermanos.
Jamás he encontrado a esa persona con la que con solo mirarla supiera que es con ella con la que querria pasar el resto de mi vida, ni siquiera me he llegado a sentir atraido por alguien lo que me lleva a pensar que siempre estaré solo. Mis amigos ya tienen personas a las cuales le dedican cada pensamiento que tienes, aunque no se muy bien quienes son, incluso con Ron no tengo ni una pista solo se que con tan siquiera preguntárselo consigo un tono nuevo de rojo entre la cereza y la remolacha y ninguna respuesta por lo que he dejado ya de preguntar.
Mis días son todos iguales, me levanto, desayuno, voy a clases, luego vuelvo al comedor, terminos las clases, por la tarde nos la pasamos en las mazmorras jugando al ajedrez mágico (Ron y yoo!) o leyendo (Obviamente Hermione '¬¬) y si no terminamos los deberes, para luego cenar y volver a mi habietacion a acostarme para al día siguiente hacer lo mismo.
Lo único que cambia en mi vida es el tema por el que discutimos Draco- soy mejor que todos- Malfoy, cada vez que nos cruzamos en los pasillos del castillo nos agredimos con palabras llegando a veces a métodos mas muggles o incluso hechizos. Por más que pase el tiempo nuestra relación jamas cambiará seguiremos siendo siempre los eternos ribales.
Ahora que todo habia acabado creía que mi vida, tanto privada como social sería más fácil.
Nunca pensé que estaría tan equivocado.