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Blanco Corazon por RAMSIN

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Notas del fanfic:

este fic es un Nezumi x Sion, Yaoi (como no serlo si en el manga, anime, novela, eso es más que obvio XD ), Mpreg ( si soy la primera en esto, perfecto, si no, avísenme quien tuvo esta genial idea primero para leerla ja ja ja ), otra cosa, medio universo alterno, entenderán mientras leen a que se refiere eso, muchas cosas, si saben cómo es mi modo de llevar las tramas, se divertirán un mundo, sufrirán otro más y los dejare en vilo de vez en vez. No digo más, solo disfrútenlo que esto es algo que vale la pena leer.

Notas del capitulo:

cumplir 16 no es nada nuevo, pero uno no sabe que cosas extrañas pueden ocurrir en un simple dia.

Bienvenidos, creo que esto era algo que esperaba hacer con mucho cariño, mi segundo intento con No 6, ahora lo de siempre, este fic es un Nezumi x Sion, Yaoi (como no serlo si en el manga, anime, novela, eso es más que obvio XD ), Mpreg ( si soy la primera en esto, perfecto, si no, avísenme quien tuvo esta genial idea primero para leerla ja ja ja ), otra cosa, medio universo alterno, entenderán mientras leen a que se refiere eso, muchas cosas, si saben cómo es mi modo de llevar las tramas, se divertirán un mundo, sufrirán otro más y los dejare en vilo de vez en vez. No digo más, solo disfrútenlo que esto es algo que vale la pena leer.


Blanco Corazón


Capítulo 1


Tu genética


No se creía tan especial, estaba de pie mirándose frente al espejo cuerpo completo que había al fondo del amplio baño gris insípido donde vivía, sus orbes rubíes detallaban aquel cuerpo delgado, de complexión normal, ni gordo ni flaco, solo una piel sana, tonificada, de un blanco que envidiaría la novia más virginal de No. 6. Sonrió con debilidad, hoy cumplía 16 años, un año más, una vela más sobre el pastel de cerezas que su madre siempre le hacía con total cariño solo para él, este cumpleaños no sería diferente a los otros, solo ellos dos en la casa, conversando sobre sus estudios, sus clases preferidas, sobre mucho pero a la vez sobre nada, era aburrido a veces ser solo dos en un sitio tan grande como esa casa moderna.


dio un pequeño suspiro y termino de abotonar su camisa blanca, no sabía porque de la insistencia de su madre por estar presentable para comer pastel esa noche, daba igual, la complacería y después podría volver a su habitación a estudiar, 16 años no eran nada verdaderamente en su lineal modo de vida.


Hmmm… - detuvo su arreglo metódico por culpa de un pequeño retorcijón de estómago – otra vez, algo debió caerme mal.


El incómodo malestar no se fue, pero no le dio interés, ya pasaría, sin prisas se retoco un poco su cabellera blanca como la nieve que le recordaba una y otra vez los líos y las bromas que le jugaron desde chico, era un color ciertamente poco usual, pero había nacido así, con un enorme copo de nieve por cabello. su madre siempre lo halagaba, incontables veces le repetía que era una bendición su color, su forma, el solo hecho de tenerlo ya representaba que era diferente a los demás, único en su clase y debía llevarlo con orgullo, un orgullo que le pesaba como una tonelada y que siempre lo metía en problemas.


¿Sion, estás listo? – escucho la voz de su madre por el intercomunicador de su habitación –


Ya voy mamá. – respondió aburrido y rumbo a la salida –


Bajo las escaleras sin ánimos, esperaba la típica felicitación y el pastel, pero para su asombro había algo más en la sala, precisamente algo que él conocía y que estaba muy cómodo en uno de los sofás del lugar.


¡Feliz cumpleaños Sion!


Safu.


Te sorprendí, ¿verdad? – deshizo el abrazo que le había dado a su amigo de la infancia –


Creí que aún no volverías de casa de tu abuela.


Me escape. – le guiño un ojo con coquetería – como no venir a tu fiesta de cumpleaños, 16 años Sion, ya tienes permiso para conducir y salir de la ciudad.


Chicos.


Con delicadeza Karan, la madre de Sion coloca un hermoso pastel de cerezas sobre la mesa del comedor, en el mismo se podían ver 16 velitas azules colocadas en círculo, todas encendidas con la precisión que solo una madre tiene para con su hijo.


Sopla las velas y pide un deseo hijo. – con ternura llevo su mano para rodearle en un abrazo –


Un deseo… - susurro algo para sí, una tontería que ya no debería desear alguien de su edad, tenía lo que quería, más de lo que imaginaba y muchas cosas más estaban por venir, pero tanta seguridad y ventajas solo le traían monotonía –


El rato siguiente fue un ir y venir de conversaciones vánales, nada del otro mundo hasta que se hizo bastante tarde, Safu partió de la casa luego de llamar un servicio de taxi, al final otra vez dos.


Vete a la cama Sion, mañana debes ir a estudiar. – Karan recogía lo que quedaba de pastel para guardarlo en el refrigerador -


Tienes razón. – sin prisas llevo los platos sucios al fregador –


Sion.


Dime, mamá.


¿Qué pediste de deseo? – sonrió con picardía, había visto como su retoño cerro sus ojos en un acto de pura inocencia –


Los deseos no se dicen hasta que se cumplen.


Cierto.


Buenas noches. – camino hasta su madre dejándole un suave beso en la mejilla, después de ello desapareció escaleras arriba rumbo a su habitación –


Una pequeña angustia seguía muy metida en la mente de Karan, eran ya 16 años, recordaba muy bien el día en que Sion nació, en una de las bien vigiladas clínicas, controladas y regidas por No. 6.


Un domingo de madrugada, estaba sola, su esposo hacia el papel de siempre, borracho y pendenciero desaparecido, ella sola tuvo que ir y hacer amaino de su fortaleza en esas circunstancias. en la clínica todo fue tan controlado, estaba impresionada de la tecnología y la eficiencia de los médicos, las enfermeras y todo el personal, pero la felicidad se opacó cuando luego de un duro parto escucho el llanto de su bebe, su hijo había nacido pero nadie en la sala de partos se tomó la llegada de Sion con normalidad.


Doctor… - Karan susurro letárgica, el agotamiento la tenía confundida, podía oír a su bebe llorar pero ninguno de los médicos presentes le decía nada, solo noto como el obstetra que la atendía le susurro algo al oído de la enfermera en jefe. - ¿Qué sucede con mi bebe?


Nada señora, cálmese, todo está bien con él. – el hombre pareció sonreírle bajo la mascarilla blanca que cargaba pero sus ojos decían lo contrario – pronto vera a su bebe.


Karan no pudo ver a Sion, un nuevo grupo de desconocidos con batas ya no verdes si no blancas entraron a la sala de partos, tomaron al recién nacido que seguía llorando inclemente y lo sacaron del lugar sin más.


¿A… a donde lo llevan?, ¡quiero verlo! – gimió agotada pero pronto una enfermera tras ella le puso una marcara de oxígeno, allí perdió todo conocimiento de lo que sucedía –


Cuando despertó estaba en una habitación pequeña, cómoda, tibia y silenciosa, le dolía el cuerpo y no recordaba cuanto tiempo había pasado desde que fue separada de su bebe, entre esfuerzos alcanzo el control para llamar a las enfermeras de piso, no paso más de unos segundos cuando la puerta de su habitación se abrió trayendo dentro de una pequeña cunita de acrílico transparente a su bebe, envuelto entre mantas azul cielo.


Felicitaciones. – la enfermera se detuvo cerca de la cama y saco al recién nacido para dejarlo en brazos de su madre – cualquier duda llámenos.


Gracias… - susurro impresionada, al fin tenía a su pequeño en brazos, la angustia que la despertó se borró en segundos –


Con cuidado detallo al pequeño niño que estaba envueltos en las mantas, era tan tierno, con sus mejillas rosas, su rostro redondo y pequeño, unos labios diminutos y su ojitos cerrados, Karan no podía estar más feliz, su pequeño era perfecto, entre la curiosidad de toda madre primeriza comenzó a desenvolver a Sion de sus mantas, con torpeza logro quitarle el cumulo de telas dejándolo casi desnudo, un simple monito blanco y su pañal le abrigaban, sonrió otra vez, era como se lo imaginaba, con sus 10 deditos de las manos y sus 10 de los pies, Sion dio algunos débiles quejidos de protesta, seguramente el frio repentino lo incómodo.


Tranquilo amor, solo quiero saber que estas bien. – le acaricio la cabecita cubierta con un gorrito azul, se detuvo sobre el jalándolo fuera, quería saber de qué color era el cabello de su bebe. – blan…


Sus ojos se abrieron enormes, los pocos mechones de cabello que tenía Sion en su cabecita eran tan blancos como la nieve, era un color que nunca había visto en toda su vida, había gente rubia, pelirroja, castaña como ella y el padre de Sion, pero su hijo tenía el cabello más blanco que jamás imagino.


Esto no es normal. – sintió una gran opresión en el pecho, ya entendía la reacción del médico cuando lo vio nacer, su hijo era diferente, por alguna razón era muy diferente al resto del mundo que conocía en No.6 –


Señora. – una voz seria y fría lleno la habitación donde estaban madre e hijo –


….. – automáticamente Karan abrazo a su bebe contra su pecho, no sabía quién era el desconocido de bata blanca que entro pero no le agrado su modo de hablar con solo una palabra dicha. –


Cálmese, no tiene que asustarse. – termino de entrar a la habitación y tomo una silla que había por allí rodándola hasta quedar frente a la cama – deseo darle algunos datos importantes de su hijo.


Su… su cabello.


Si, tiene una peculiar condición genética que lo hace ser blanco. – respondió sin asombro y abriendo una carpeta amarilla que recargo sobre sus rodillas –


¿No me lo quitaran? – pregunto sin rodeos, sabia claramente de las leyes estrictas en No. 6 con las anomalías genéticas, casi no existían y eran erradicadas apenas salían a la luz entre la población. –


No somos inhumanos, no vamos a separar a un recién nacido de su madre. Su hijo no tiene ninguna dificultad física o de raciocinio, los test que le hicimos resultaron negativos, más bien, creemos que está por encima del promedio cerebral de un bebe con dos días de nacido. – el hombre acomodo la montura de sus lentes por un segundo – su hijo ha sido admitido en la lista de personas sobresalientes genéticamente en No. 6.


No comprendo… ¿tiene una anomalía genética positiva y ventajosa?


Si lo quiere ver de ese modo, sí.


Y su cabello, ¿cambiara de color?


Improbable, pero quiero que esté tranquila, será un niño como cualquier otro, más inteligente pero crecerá igual que el resto, solo quiero adelantarle los posibles cambios que vea en el mientras crece, su cabello siempre será blanco y también el color de sus ojos es inusual, rojo.


Rojos. – centro su mirada en su bebe que estaba nuevamente profundamente dormido –


Por el momento no vera nada inusual, pero si llegara a ver algún síntoma fuera de lo común tendrá siempre nuestra ayuda, su hijo será monitoreado anualmente por un equipo especializado, véalo como la visita de rutina al médico.


No sé qué decir de todo esto.


No diga nada, solo necesito que firme estos documentos avalando los posteriores exámenes que se le harán a su bebe, también ha obtenido un pase a la elite de la ciudad, su hijo necesita crecer en un ambiente que lo beneficie física y emocionalmente, será trasladada a su nueva residencia cuando sea dada de alta.


Karan no tuvo tiempo de pensarlo y menos aún de negarse a esa idea, su vida no era muy buena con el padre de Sion, solo le daba dolores de cabeza una tras otra vez, quizás esta peculiaridad genética de su bebe le traería la paz que tanto deseaba, sin remordimientos tomo los papeles que le extendía el médico y firmo, sentenciando su futuro y el de su pequeño Sion.


Han pasado 16 años y aún no veo nada anormal en ti, eres un hijo increíble, saludable, inteligente y que nos ha sacado adelante con tus estudios y becas, no puedo pedir más nada de la vida.


Entre esos pensamientos culmino de recoger y encendió el sistema de seguridad de la casa, estaba cansada y debía levantarse temprano para tenerle el desayuno listo a su hijo, en la habitación de Sion, este aun permanecía despierto, estaba recargado en su escritorio, con un libro de entomología abierto, lo que más le gustaba desde que comenzó a estudiar era la naturaleza, en todas sus expresiones, desde los diminutos insectos hasta el poder del clima, disfrutaba sus pequeños placeres cuando escapaba de la rutina yendo a las orillas de la cuidad, donde aún existía naturaleza sin ser dominada al cien por ciento, se pasaba horas recolectando muestras, trayéndolas escondidas a casa entre los libros y útiles, tenía algunas colecciones ocultas de su madre ya que ella no era muy asidua a tener cosas muertas o disecadas dentro de su hogar pulcro, y ni hablar cuando debía lidiar con la climatización de su habitación, esos sensores lo volverían loco algún día, cuando llovía le bloqueaba las ventanas, solo desactivando el sistema podía tener el simple y mundano espectáculo de ser bañado por la lluvia de invierno, siempre con el clima perfecto, nunca calor, nunca frio, era una molestia sentirse con todo a la mitad, esa sensación desagradable de que nada nuevo va a pasar, ni si quieran dentro de su casa.


Aburrido de la lectura cerro el libro e intento ponerse de pie pero una incómoda punzada en su abdomen se lo impidió, era como si le apretaran las entrañas, dio un pequeño gemido de dolor, nunca había tenido un cólico de esa magnitud, el dolor era molesto, no cesaba y venia en oleadas increíbles que lo ponían frio, estaba seguro que se le había bajado la tensión súbitamente, sus manos le sudaban, su frente y sin embargo moría de calor, con duda miro el termostato de la habitación, 23 grados, la temperatura habitual, con molestia se secó la frente e intento acostarse en la cama, se sentiría mejor así.


Debería llamar a mi mamá… - se pensó la idea un segundo pero después renegó con su cabeza, si eso pasaba era seguro que llamaría a los odiados médicos de cabecera, esos fríos y molestos médicos que venían a chequear su salud año tras año, la última vez que tuvo contacto con ellos no fue con buenos resultados, lo revisaron hasta donde nadie lo había visto jamás en su vida – se me pasara pronto.


Susurro para el como un mantra, estaba seguro que durmiendo se terminaría su suplicio, con molestia se cambió la ropa por su pijama y se metió entre las mantas de la cama, el dolor en su estómago no se detuvo y fue peor aún porque se irradiaba hacia sus riñones y caderas, algo le hacía querer cubrir el área con calor, eso parecía aliviarlo un poco así que tomo una de sus almohadas apretándola contra su vientre, así fue como pudo conciliar el sueño dificultosamente esa noche.


Despertó gracias a una mano tierna que le acariciaba la cabeza, se removió unas cuantas veces hasta que sus ojos se abrieron suavemente, aun le molestaba el cuerpo pero no en el mismo grado de la noche anterior, sonrió al ver a su madre agachada frente a él.


Llegaras tarde a clases, no encendiste la alarma. – se incorporó para dejar que su hijo se levantara de la cama –


Se me olvido. – llevo su mano al rostro tratando de desperezarse al tiempo que lanzo las mantas lejos de el para comenzar su día. –


Sion… - Karan abrió los ojos muy asustada, las mantas y el pijama de su hijo estaban manchados de un color peculiar –


¡Sangre! – el peliblanco se sentó aterrado en la cama, no sabía de donde venía pero estaba seguro que era suya, había una gran mancha en el colchón y las mantas, sin mencionar el pantalón de su pijama –


¡Llamare al doctor!


Una hora después Karan esperaba impaciente en la sala de su hogar, caminaba de un lado a otro restregando sus manos, su hijo estaba enfermo y no sabía de qué, cuando llamo al médico que llevaba los controles anuales de Sion no supo cómo explicarle el altercado, solo tartamudeaba sobre sangre, y más sangre. Entre vuelta y vuelta al fin escucho los pasos de algunas personas, eran tres enfermeras y el doctor en cuestión, las mujeres trajeadas de blanco inmaculado obviaron a Karan y salieron de la casa presurosas, en cambio el hombre de gafas y cabellera negra se detuvo posando su mano sobre el hombro de ella.


Tranquilícese, su hijo está bien. – trato de sonreírle a la pobre Karan que solo le miraba angustiada –


¿Qué tiene?, ¿Por qué esa sangre?, ¿de donde era?


Vamos por parte, primero que nada Sion está bien, ya no está sangrando, solo fue un pequeño problema intestinal, nada de que alterarse, le recete un medicamento adecuado a los síntomas, se sentirá mejor en unos días y podrá rehacer su vida normalmente.


Eso… ¿esos síntomas serán de los cambios que me hablo hace tiempo atrás? – intento unir una situación con otra, era la única explicación racional al suceso –


No, en absoluto, no tiene nada que ver, esto fue algo repentino y ajeno a la genética de su hijo.


Comprendo doctor.


Aquí tiene el récipe médico, siga las indicaciones al pie de la letra si no desea que recaiga Sion. – extendió una pequeña tarjeta electrónica, esta era dada en casos especiales con ciertos medicamentos que solo se expedían con una orden –


Gracias. – tomo la tarjeta entre sus manos con rapidez – apenas pueda iré a retirarlos de la farmacia.


Ya le dimos la primera dosis, trate de seguir las tomas, y ya me retiro, tengo otras obligaciones médicas.


Le acompaño a la puerta doctor.


Karan se despidió del grupo de médicos que llego en una ambulancia blanca y regreso dentro de la casa, apenas el vehículo comenzó la marcha el hombre de cabellera negra saco su celular del interior de su bata blanca y marco un número. El repique del teléfono fue cortado por la voz fuerte y gruesa de un hombre, aquel desconocido se obvió los saludos formales para preguntar tajantemente de lo que le interesaba.


¿Qué sucedió?


Exactamente lo que esperábamos… - el medico sonrió con malicia al tiempo que una de las mujeres que lo acompañaba en la ambulancia le entrego una pequeña hoja impresa – esto es más impresionante de lo que sospechábamos.


Se mas especifico, no me agradan los acertijos y lo sabes.


Acabamos de verificar sus niveles hormonales en sangre, es el candidato perfecto.


no cantes victoria, no sabremos las posibilidades reales si no hacemos más exámenes y no precisamente muestras de sangre.


Lo sé, pero tenemos tiempo, acaba de comenzar todo, el chico tiene programada su cita médica anual dentro de 2 meses, ese será el momento idóneo para examinarlo con minuciosidad. – devolvió la hoja de los resultados a la enfermera que se los dio –


No hay peligros, ¿no tiene alguien cercano que pueda arruinarnos las cosas?


No, sus únicos contactos más íntimos son con una mujer de su misma edad, suceda lo que suceda no será relevante para nosotros.


Comprendo, no hay más que buscar por ahora.


Así es, en dos meses estaremos seguros de si nos sirve o no.


Espero que sí, porque tenemos graves problemas ahora, más de los que imaginábamos… - el hombre colgó la llamada súbitamente –


Problemas… sobran problemas cuando juegas a ser dios. – sentencio el medico con una risa sarcástica – pero me encanta ser dios.


En casa de Sion ya pasaba del medio día y aun este estaba en cama, su madre se empecino en que no saliera por el día de hoy, se tomó el tiempo de llamar al instituto para excusar a su hijo por enfermedad y después de prepararle el almuerzo decidió salir a recoger los medicamentos que le indico el medico en la mañana.


Mamá… que me siento bien. – Sion se trató de quitar el termómetro digital que trataba de colocarle su madre en el oído –


Solo prevengo, soy tu madre. – volvió a colocarlo para tener la lectura del mismo después de unos segundos y un pitido agudo que indicaba cuando tenía la medición – no tienes quebranto.


Ya te lo había dicho. – se cruzó de brazos un poco disgustado –


Ahora si me retiro, tengo que ir por tus medicinas, no te salgas de la cama porque lo sabré Sion.


No me siento enfermo.


Deja de ser tan terco y déjate consentir un poco hijo. – acaricio la mejilla de su retoño con su mano – y no te aburrirás, tienes compañía.


En un segundo la puerta de su habitación fue abierta por su conocida amiga de la infancia, Safu paso dentro un poco tímida ya que nunca antes había estado en la habitación de Sion, todos sus encuentros habían sido en las áreas comunes de ese hogar o en casa de su abuela cuando él iba a visitarla.


Seré tu niñera por unas horas. – un sonrojo leve inundo sus mejillas –


No tenías que venir Safu.


Igual no tengo más clases, estoy libre, y me preocupe cuando tu madre me llamo para decirme que te enfermaste.


Bueno, les dejo, cuídalo bien Safu.


Por supuesto señora. – se inclinó respetuosamente ante la madre de Sion –


Ellos dos solos, con mucha pena Safu tomo una silla y la puso cerca de la cama donde estaba su amigo, se sentó con las manos en las rodillas y moviendo rítmicamente sus pies, estaba nerviosa y no ayudaba en nada que Sion estuviese en un estado de mutismo agudo, sus típicas desviaciones imaginarias o como le decía ella, los sueños despierto que tenía su amigo a veces.


Eh… ¿exactamente que te sucedió? – rompió el silencio con una pregunta directa, digna de ella –


Un percance estomacal. – sintió un calor enorme recorriendo su cara, no podía decirle a su mejor amiga que había tenido una extraño sangrado por un lugar que normalmente eso no sucede –


¿Cólico estomacal, calambres, gases, acidez, alguna bacteria extraña que no esté controlada por el servicio de sanidad en No. 6?


Safu… Safu, no es nada de eso, deja de preguntarme esas cosas por favor, solo quiero ponerme de pie y salir a hacer mis cosas de siempre, no me siento mal ya. – agacho la cabeza con resignación – pero eso no sucederá, eres mi carcelera.


¿En verdad te sientes mejor?


Completamente bien, ya no san… - hizo silencio súbitamente, soltaría lo que no quería decirle a su curiosa e inteligente amiga –


Sion.


… - bajo la mirada esperando más interrogatorios de parte de Safu –


Hace días que he querido ir a un lugar específico… contigo. – sentencio tomándole la mano al albino –


¿A dónde?


Si prometes acompañarme, te dejare salir.


Eso es paradójico, como me obligas a hacer algo que no debería hacer pero que si no lo hago igual tengo que ha… - fue silenciado súbitamente por el dedo de Safu sobre sus labios –


¿Iras conmigo?


Está bien, iré contigo. – sonrió emocionado, no importaba a donde quisiera llevarlo Safu, lo importante era salir de esa cama que lo estaba poniendo enfermo de algo que él no sabía que era y que sin embargo ya no tenía –


Continuara….


¡Hello a todos el mundo!, empecemos a dar un poco de rumbo a esto que está loco y medio, ji ji ji, bueno, primero que nada, unas simples reglas para este fic, primero: es un semi AU, no sé si eso exista XD, pero quiero decir que será y no será a la vez igual al manga, al anime o a la novela, situaciones parecidas pero no iguales, algunas cosas cambiadas u otras no, como lo del cabello de Sion ( básico para la trama del fic ). Segundo: olvídense de Nezumi Uke, eso está total y confirmadamente borrado de este fic, me gusta seme, sundere pero seme al fin ja ja ja. Tercero: trama científica creíble pero olvídense de ver términos científicos que no existen o que me explaye en explicaciones que no vienen al caso, diré lo necesario cuando convenga, además, así la trama es más divertida. Quinto: diviértanse, que esto es un fic, por ello la imaginación es el límite, como siempre, trato de mantener personalidades, situaciones claves, y mucha acción, drama, angustia y pasión, ya me conocen el modo… y lo más importante en mi estilo, el mpreg!, bendito seas mpreg que tanto odio y roncha que levantas, ahora, ya di las reglas, si les gusta genial, si no, ¿ quién demonios lee esto y no le gusta el yaoi o el mpreg?, estoy a su orden, subiré con regularidad, la que mi trabajo me permita, ya saben semanal o cada 15 días, lo que se pueda. Saluditos, disfrútenlo, y me adelante a subirlo, quería ver como se asienta esta locura por aquí ji ji ji.


Próximo Capítulo:


De Romeos y Julietas.


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