Una nueva película comenzaría a grabar dentro de poco, y entonces volvería a encontrarse con aquel antiguo compañero con el que hacia no mucho ya había compartido cámara en la famosa película "Thor". Ciertamente le entristecía el hecho de que ahora ambos personajes fueran a luchar de forma tan "salvaje" diría él, sin embargo, le era enteramente grato el hecho de que lo volvería a ver, y esta vez sería sin tener que inventar alguna banal excusa como "no sé que comprarle a Elsa" o "no sé que regalarle a X amigo".
Su managger había llegado por él y ahora se dirigían al set de grabaciones donde se llevaría acabo el rodaje de la película The Avengers; una vez arribó a aquel sitio, se dedicó a buscar ansiosa y casi deseperadamente con la mirada a aquel actor británico al que tanto anhelaba ver, sin embargo y para su descontento, aún no llegaba y tal vez fuera hasta mañana que arribara al lugar, pues se encontraba en un evento artístico de su país.
El resto del día fue algo que el australiano clasificó como "pesado y aburrido", carecía de importancia el estar con otros que no fuera el actor que él tanto esperaba ver.
- Hey Chris, te notas algo ido ¿Estás bien? -inquirió Scarlett, la actriz que interpretaría de nueva cuenta de la Viuda Negra.
- Oh... Si no pasa nada, estoy bien -le aseguró el rubio, dedicándole una amplia sonrisa.
La pelirroja le miró con suspicacia, sin embargo no dijo más y se marchó. Otros más se acercaron a él para preguntarle respecto a su actitud distante, sin embargo y para todos, era la misma respuesta: No es nada, estoy bien.
No fue sino hasta el tercer día que su humor se vio seriamente afectado, realmente le intrigaba el hecho de que su amigo aún no llegara al Set y era realidad que le enfurecía el hecho de que éste mismo, no le hubiera mandando un mensaje desde hacía mucho tiempo.
Y entonces, el cuarto día llegó... Y nadie quería tener a un Chris molesto rondando por el set, y para alivio de todos, su salvador llegó...
- Necesito que me lleves a mi camerino un café, estoy agotado -le ordenó el rubio a un chico de mantenimiento, mismo que al verse intimidado por la enorme e imponente existencia de Chris, salió disparado en busca de aquella bebida.
El actor australiano se dirigió hacia su remolque y entonces se dio cuenta que la puerta estaba emparejada, él estaba seguro de haberla cerrado bien aun que no con llave, así que seguramente alguien lo esperaba dentro. Entró perezosamente al remolque y sin darle tiempo de entrar al centro del mismo, un efusivo y cálido abrazo lo tomó por sorpresa. No le llevó mucho saber de quién se trataba, pues conocía muy bien aquellos brazos, aquella colonia y aquel delicado y fuerte cuerpo.
- ¡Chris! Que alegría verte de nuevo -saludó su amigo, quien aún se mantenía abrazándolo.
- Me estás asfixiando -bromeó el australiano, haciendo voz de dolor.
- Ehehehe ¡Lo siento! ¿Estás bien? -inquirió el contrario, dedicándole una amplia sonrisa.
"Ahora lo estoy" pensó Chris para sus adentros, observando para su deleite aquella radiante sonrisa que amaba secretamente.