The Two Beginnings
Caminó descalzo hacia el gran ventanal de su habitación. Descorrió cuidadosamente las largas cortinas que rozaban el piso y agradeció que las nubes que se apelotonaban en el cielo se interpusieran a la luz del día e impidieran que ésta entrara en la oscura habitación.
Miró distraído el paisaje frente a sus ojos . La ciudad despertaba perezosa para recibir aquel frío domingo de invierno.
Sus labios se curvaron en una sonrisa. Recordó que una mañana muy parecida a esa, hace muchísimos años, se mudó a una residencia muy parecida a la que en esos momentos habitaba.
Su padre había decidido comprar una casa más grande y apropiada para su familia en crecimiento. El tenía siente años recién cumplidos y su hermana era apenas una bebé.
A su corta edad, se había sentido indudablemente triste al tener que abandonar a sus amigos en su antigua calle y escuela, pero también sentía esa emoción por conocer un lugar nuevo y personas nuevas también.
Se sintió decepcionado al principio, pues las casas en aquella área de la ciudad estaban muy separadas entre ellas. La única casa que estaba cerca era la que se encontraba frente a la suya. La residencia de los Cho.
Después de tres horas agotadoras, por fin la casa ya había sido completamente amueblada. El camión de la mudanza ya había abandonado la vivienda y la familia Choi se dedicaron a disfrutar su nueva casa.
Aproximadamente a mitad del día, el timbre de la gran residencia sonó anunciando la llegada de alguien.
Los habitantes de dicha casa se acercaron a la puerta para recibir a los inesperados visitantes. Fue el señor Choi quien abrió la puerta con una sonrisa cordial. Junto a él su esposa con su pequeña hija en brazos y Siwon a lado de su madre.
Las personas detrás de la puerta eran una pareja con sus dos pequeños hijos. Una niña de diez años aproximadamente y un pequeño de apenas cinco. Los cuatro tenían algo que los hacía especiales de una manera particular.
No era precisamente la juventud de sus rostros, inusual en una pareja de su edad, o la piel blanca traslúcida que poseían. Quizás fueron los protuberantes colmillos en los adultos. Pero bien, los Choi no estaban tan sorprendidos, ellos mismos eran una familia de vampiros.
Siwon sonreía emocionado ante la idea de hacerse amigo de aquellos niños, más que nada del pequeño vampiro que se encontraba frente a él.
Miraba fascinado lo suave que se veía el cabello ondulado del pequeño, sus enormes ojos de borrego y sus regordetas mejillas que estaban decoradas por un intenso carmín que significaba que había sido alimentado apenas una hora atrás. Su cuerpo era igual de regordete debido a su edad. Vestía un overol azul marino, una camisa azul pastel y unos converse del mismo color.
Las familias se presentaron entre sí y cuando fue el turno para presentarse del pequeño de los Cho, todos en la habitación emitieron un suspiro enternecido.
- Mi nombre ess Kyuhyun, musso gussto- Su voz era aguda y aniñada. Arrastraba las palabras haciendo énfasis en la s que era la que más problemas le daba al pronunciar. Al percibir que él era el causante de tanta conmoción, el sonrojo en sus mejillas se hizo más potente hasta alcanzar sus pequeñas mejillas.
- Hace varias semanas se cayeron sus colmillos de leche y los permanentes aún se le hacen incómodos.- Anunció la señora Cho. Los Choi asintieron, Siwon también había pasado por aquello, pero sin tantas dificultades.
Siwon por otro lado parecía maravillado ante lo adorable que lucía ese pequeño. Sus palabras arrastradas, los pequeños colmillos atorándose con su lengua y ese sonrojo.
A partir de ese día, Siwon se prometió a si mismo que seria el mejor hyung que el pequeño Kyuhyun podría tener.
- Suwon, el gusto es mío.- Los adultos sonrieron y dejaron al par de niños solos para que pudieran jugar.
La amistad entre ambas familias fue duradera, en especial la de los dos varones. Siwon era siempre sobreprotector con Kyuhyun y éste, en cambio, siempre miraba a Siwon con gran admiración. A pesar de sus travesuras.
El pequeño siguió hablando de esa manera tan suya, arrastrando las palabras a pesar de que sus colmillos ya estaban totalmente crecidos de acuerdo a su edad y ya tampoco le molestaban. Quizá lo hacía inconscientemente para complacer a su hyung,
Kyuhyun también era muy celoso. Cuando ambos comenzaron a asistir a la misma escuela al pequeño no le gustaba que se acercaran demasiado a su hyung y siempre era reprendido por amenazar con sus inofensivos colmillos a las compañeras de Siwon.
"Ninguna merece a Siwon hyung" decía siempre que le preguntaban por su comportamiento indebido.
También hubieron ocasiones en las que Kyuhyun se ponía especialmente sensible por sus celos y sólo bastaba con que Siwon acariciara sus cabellos y le dijera que no había nadie a quien quisiera más que al pequeño Kyuhyun. Así, el pequeño vampiro estaría de nuevo animado y alegaría que él también quería a su hyung, pero no más que al helado por supuesto, ganándose un gimoteo decepcionado de Siwon.
Desafortunadamente los Choi debieron abandonar la ciudad por cuestiones de trabajo. Su separación fue inevitable. Kyuhyun lloró por días enteros encerrado en su habitación. Siwon se mantuvo fuerte e impasible.
El día que los Cho partieron, le prometió que se volverían a ver,
Caso veinte años después, Siwon se encontraba mirando hacia la ventana. Se maldecía a si mismo por no no haberle buscado esos veinte años. Por esperar que el pequeño le buscase a él.
- ¿Que haces despierto tan temprano?- la voz provenía de la cama. Giró sobre sus pasos para mirar al joven enredado entre las sábanas con su cabello castaño revuelto, su piel tan pálida como el marfil, sus enormes ojos castaños y sus labios rellenos, tras los cuales relucían unos perlados y puntiagudos colmillos.
- Nada. Sólo recordaba mi infancia.- Se alejó del ventanal y caminó un par de pasos hacia la cama- Recordé a un pequeño vampiro que conocí hace muchos años.- su sonrisa y su rostro se suavizaron considerablemente.- Era pálido, regordete y tenía unos preciosos ojos chocolate.- la mirada del chico en la cama lucía sorprendida.- Pero lo que más me cautivó fue la manera tan adorable en la que arrastraba las palabras.- caminó unos pasos más hasta estar a medio metro de la cama.
- Me recordaste- susurró Kyuhyun sorprendido y completamente apenado.
- Desde el primer instante. Aunque debo admitir que me sentí un poco decepcionado cuando noté que ya no arrastrabas la s, pero esa voz con la que maduraste.- su mirada se tornó hambrienta y no precisamente de sangre.- Simplemente exquisita.
Kyuhyun le regaló una sonrisa seductora antes de que sus labios formaran una o- ahh, Ssi? No sssabía que te gussstaba tanto mi asssento.
Siwon permaneció mudo unos segundos antes de lanzarse hambriento sobre su presa y retomar lo que habían hecho la noche anterior.
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