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Zeal of a kitten in love por Gaara_Uchiha

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Notas del fanfic:

Hola a todos *O* hoy les traigo un 2Min, espero que les guste :3

Notas del capitulo:

Espero que les guste este one-shot *--* a mi me encantó escribirlo(?)

En esa cálida tarde de julio, admirando desde la amplia ventana de su habitación el hermoso paisaje que se mostraba ante él, se encontraba Lee Tae Min, un chico de mediana estatura, delgado y de cabellos un poco largos, sedosos y de color castaño claro. Su mirada se paseaba de un punto a otro, pero realmente no estaba prestando atención a lo que sus oscuros ojos lograban  visualizar, estaba demasiado contento, estaba a un día de cumplir los veinte años, por fin sería mayor de edad, por fin sería un adulto. Una sonrisa se dibujó en sus labios y un sonoro suspiro salió de su boca.

 

—Mañana es el día...—El pequeño Tae Min se exaltó de sobremanera ante aquella inesperada presencia, dejando ver sus suaves orejas, que en ese instante se pararon en forma de alerta, y su larga y esponjosa cola, que ahora se encontraba encrespada debido a la sorpresa, al mismo tiempo que soltaba un sonoro gruñido expresando molestia y sobresalto—Calma, no seas arisco—Musitó el chico que acaba de entrar al cuarto, su sonrisa prepotente y su mirada desafiante lograban que el castaño se exaspera—Ya, quita esa cara ¿Estás en tus días? —Se rio sonoramente y pasó una de sus manos por sus rubios cabellos, acomodando algunos mechones que caían sobre su rostro.

 

— ¡Key! —Exclamó entrecerrando sus ojos y frunciendo levemente sus labios, mientras inflaba sus cachetes, adoptando un aspecto infantil.

 

— ¡Taemin! —El rubio imitó al de cabellos más oscuros, haciendo que luego de unos segundos, ambos comenzaran a reír escandalosamente.

 

—Tonto—Balbuceó el castaño haciendo un pucherito.

 

—Respeta a tus mayores—Bromeó Key fingiendo enojo.

 

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó el menor con curiosidad tanto en su voz como en su semblante.

 

— ¿Qué no es obvio? Mañana es tú cumpleaños, idiota—Informó el más alto, como si aquello no fuese ya muy obvio.

 

—Ya lo sé, Ki Bum—En sus labios reapareció una hermosa y amplía sonrisa—Veinte años—Susurró con emoción muy mal disimulada en su voz.

 

— ¡Mi Taeminnie ya es un hombre! —Chilló el alto apretando las mejillas del aludido.

 

— ¡Ya! ¡Hyung! —Exclamó Tae Min alejándose un poco del mayor, quien rio a carcajada limpia.

 

—Tae, sabes lo que eso significa ¿Cierto? —Cuestionó Ki Bum sentándose en la orilla de la cómoda cama del menor, poniéndose serio de repente.

 

—Sí...—Afirmó el más bajo sintiendo sus mejillas arder intensamente.

 

—Prométeme que no saldrás hasta que todo esto pase—En vez de una petición, aquello parecía una orden—Estas al tanto de lo que podría suceder si tus hormonas se alborotan... ¿Verdad? —Inquirió Key mirando fijamente a un avergonzado castaño.

 

—Sí, ya sé, no saldré—Musitó Taemin completamente apenado, esa conversación le incomodaba de sobremanera.

 

—Después no quiero verte con una barriga ¿Me oyes? Eres muy joven pa...—Pudo haber continuado pero el castaño le interrumpió.

 

—Hyung, no iré a ningún lado, no me calentaré como puta urgida, nadie me follará y por ende, no saldré embarazado—Aclaró frunciendo levemente el entrecejo.

 

—Eso espero—Murmuró el rubio cruzando los brazos sobre su pecho, dedicándole una mirada severa a su primo, no quería tener un sobrinito tan pronto, bueno, no antes de que él tuviese su propio hijo.

 

Si había algo que Lee Tae Min nunca en toda su corta vida hubiese hecho, eso era desobedecer a su primo, Ki Bum, pero como dicen por ahí "Siempre hay una primera vez para todo" ¿Cierto?

 

Al día siguiente, en la noche, después de pasar un rato con su familia, celebrando alegremente su cumpleaños, el ya no tan pequeño Taemin se escabulló por la gran ventana de su cuarto, cayendo sobre el verde césped igual que un ágil gato, aunque realmente eso era, Min Ho, su mejor amigo, un joven alto de cabellos negros, lo esperaba sonriendo ampliamente.

 

— ¿Nos vamos? —Preguntó el más bajo en un susurro cuando estuvo frente al pelinegro, no quería que nadie se enterara de lo que estaba a punto de hacer.

 

—Minnie, sigo pensando que esto no es buena idea...—Dijo el alto en voz extremadamente baja.

 

—Hyung, cálmate, es 18 de julio, estoy de cumpleaños y hay que festejar—Alegó haciendo un puchero, intentando convencer al mayor de que siguieran con el plan.

 

—Tienes razón—Musitó el de cabellos oscuros acariciando suavemente los cabellos del menor.

 

— ¿Trajiste las cosas? —Interrogó, el otro asintió.

 

—Están en el auto—Dijo Min Ho señalando el vehículo— Vayámonos ya, antes de que nos descubran—Sin esperar más, ambos chicos se adentraron al automóvil del mayor, que estaba estacionado a un par de casas de la de Taemin.

 

Fueron a casi todos los locales nocturnos que encontraron en la ciudad, importándoles poco la hora que era, aquella se había convertido en la mejor noche para el castaño, que por primera vez en toda su corta vida, sentía que estaba haciendo algo malo, desobedeciendo las reglas, y esa sensación le gustaba.

 

—Taemin, es tarde, sí no nos apresuramos, no nos dará tiempo de ir y volver sin meternos en problemas—Esa noche, el mayor se había portado más aguafiestas de lo normal, es decir ¿Por qué él si podía divertirse hasta altas horas de la madrugada pero el castaño no? Tae Min no lograba comprenderlo, y dando un sonoro resoplido, se separó del pelinegro, puesto que se encontraban bailando en medio de la pista de baile de la discoteca en la que estaban.

 

Como quien no quiere la cosa, el más bajo se fue detrás del otro, saliendo por fin de aquel lugar inundado de humo, ruido, olor a licor y a sexo.

 

Otra vez estaban en el auto de Min Ho, recorriendo las desiertas calles, rumbo a lo que sería el último lugar que visitarían, un hermoso lago a las afueras de la ciudad, aquel sitio que Taemin siempre quiso visitar, pero nunca pudo hacerlo, hasta ahora.

 

Era realmente hermoso, el agua clarita reflejando la brillante y redonda luna llena, que esa noche brillaban con mucha intensidad; los árboles al rededor del lago, moviendo sus verdes hojas al compás del frío viento; todo era simplemente perfecto.

 

Se sentaron en el suelo, sobre una gran manta de color azul cielo, acomodando en ésta la comida y bebidas previamente preparas por el alto, tendrían una especie de picnic nocturno y luego regresarían a sus casas, sin que nadie se enterara de que no habían estado en sus hogares en toda la noche.

 

Conversaron por largos minutos, mientras comían un poco de cada cosa, desde los sándwiches hasta los macarrones con queso, sí, definitivamente Min Ho no era bueno para cocinar. Rieron a más no poder por las ocurrencias del más joven, atragantándose en uno que otro momento con la comida que estaban consumiendo.

 

 —Deja de reír tanto o te atragantarás de nuevo—Dijo el chico de cabellos oscuros riendo un poco.

 

—Tú también lo hiciste—Se defendió el menor riendo también.

 

—Fue sólo una vez—Musitó Min Ho sonriendo ladinamente, causando un extraña sensación en el cuerpo del castaño, quien sintió de repente como la temperatura aumentaba y su cuerpo comenzaba a arder— ¿Sucede algo? —Preguntó preocupado, puesto que el semblante del castaño había cambiado drásticamente en tan solo unos segundos. Taemin negó con la cabeza, sus mejillas estaban sonrojadas y su respiración se había vuelto agitada— ¿Seguro? —Cuestionó bebiendo un poco de jugo, derramando algunas gotas de éste por las comisuras de sus gruesos labios, las cuales se deslizaron por su barbilla, pasando por su cuello, perdiendo dentro del cuello de su holgada camiseta.

 

—S-seguro... Estoy b-bien—Pronunció en apenas un susurro, con la voz entrecortada. El mayor lo miró fijamente, dudando de las palabras del más bajo, Taemin mordió su labio inferior completamente alterado ¿Qué mierda le sucedía? ¿Por qué se sentía así? ¿Era eso a lo que se refería Ki Bum? Un escalofrío recorrió todo su cuerpo en el momento en que el alto se acercó a él, observándolo inquisitivamente.

 

 —Estás caliente...—Afirmó el mayor pasando una de sus manos por la frente del castaño, quien se exaltó de sobremanera, dejando escapar un leve gemido debido al frío tacto de la piel de Min Ho sobre la suya propia, que como había dicho el pelinegro, estaba caliente—Tae...—El alto se sorprendió un poco ¿De verdad eso había sido un gemido? ¿Habría escuchado bien?

 

—Yo...—Suspiró pesadamente y retrocedió un poco, sintiéndose avergonzado por lo que acababa de hacer, no obstante, Min Ho no lograba captar la indirecta, puesto que se había acercado de nuevo al castaño—Hyung...—Una corriente eléctrica descendió desde la boca de su estómago hasta su miembro, haciéndole jadear sin poder evitarlo. Cerró sus ojos fuertemente, tratando de calmarse un poco, cosa que no podía hacer, y de un momento a otro, sin siquiera darse cuenta de lo que estaba haciendo, se dejó llevar por sus instintos y terminó sobre el cuerpo del más alto, devorando sus carnosos labios con ferocidad, profanando sin permiso alguno la boca del pelinegro, quien correspondió segundos después, aún aturdido por lo que estaba pasando.

 

— ¿Tae...? —El mayor parpadeó repetidas veces luego de separarse del beso, el aludido se levantó un poco y relamió su labio inferior sugerentemente, deslizando sus manos lentamente por su pecho, acariciando sus pezones por sobre la tela.

 

—H-hyung...—Gimoteó restregándose descaradamente sobre el cuerpo del mayor—Hyung...—Ronroneó posándose otra vez sobre el pelinegro, colocando los brazos a cada lado de la cabeza de éste, volviendo a juntar sus labios apasionadamente.

 

Cuando el oxígeno les hizo falta y por obvias razones, tuvieron que separarse, el menor se dispuso a quitarse la camiseta, lanzándola sin cuidado a algún lugar no especificado, para después hacer lo mismo con su pantalón, quedando en ropa interior.

 

—Taemin ¿Por qué tú...? —Intentó preguntar, pero fue interrumpido por el castaño, que le dedicó una mirada penetrante y posó uno de sus dedos índices sobre los labios del alto.

 

—Shhh...—Emitió acercándose a una de las orejas de Min Ho, lamiendo juguetonamente el lóbulo de ésta, para después morderlo suavemente, sacando suspiros del de cabellos oscuros—Minho hyung...—Susurró paseando sus manos por dentro de la camisa del mayor—Cógeme—Musitó soltando una risita coqueta, el mayor abrió sus ojos en demasía, realmente sorprendido.

 

— ¿Qué...? —Se atrevió a preguntar, algo muy estúpido de su parte ¿Acaso no era obvio que eso era lo que quería Tae Min? Es decir, cualquiera se da cuenta de eso con tan solo verle la cara.

 

—Ya sabes... Quiero tu polla dentro de mi culo...—Explicó introduciendo su mano dentro del pantalón del alto, apretando su miembro por sobre la tela del bóxer.

 

Sin esperar alguna respuesta de parte un estupefacto Min Ho, el castaño se separó un poco del mayor e inclinándose hacia adelante, quedó frente a la entrepierna de éste, relamió sus labios con sensualidad y bajó los pantalones del pelinegro, junto con su ropa interior, liberando su semierecto miembro.

 

Bajo la atenta mirada del mayor, engulló aquel pedazo de carne, sintiendo como con el paso del tiempo, luego de lamidas y succiones, el sexo del pelinegro comenzaba a crecer.

´

—Tae... Min...—Pronunció jadeando, el aludido sonrió para sus adentros, dejando lo que estaba haciendo para dedicarse a mirar fijamente el rostro de su hyung, esbozando una enorme sonrisa, satisfecho por lo que estaba causando en el alto.

 

El menor se separó de Minho, sentándose de piernas abiertas, apoyándose sobre sus codos, llevó tres de sus dedos a su boca y comenzó a lamerlos con exagerada lentitud, sin despegar sus ojos de los del mayor, quien tenía un ligero sonrojo adornando sus pómulos.

 

—Ahh...—Gimió en el momento en que introdujo uno de sus dedos, ya lubricados, en su palpitante entrada, a ese le siguió otro, y luego el último, los movió en círculos, los metía y sacaba, suspirando y gimoteando sin pudor alguno, todo eso bajo la mirada del mayor, que se excitaba cada vez más con las acciones del castaño.

 

En un impulso inesperado, Taemin se encontraba nuevamente sobre el de cabellos negros, atacando sus labios con ferocidad, separándose de ellos sólo para despojar al mayor de su camiseta. Besó el cuello contrario, dando leves mordidas y chupetones a la piel de éste, descendió hasta su clavícula y la delineó con su lengua.

 

— ¿Sabes...? No puedo hacerlo todo yo...—Musitó sentándose sobre las piernas del pelinegro, quien después de dichas palabras, tomó con una mano la cintura del castaño, y con la otra su propio miembro, posicionándolo entre las nalgas del menor. Tae Min estaba ansioso, y mucho, por lo que, importándole poco lo doloroso que sería, movió sus caderas hacía abajo, autopenetrándose—Ahhh...—Chilló rodeando el cuello del pelinegro con sus brazos, aferrándose a su cuerpo.

 

— ¿Estás bien? —Cuestionó Min Ho, recibiendo como respuesta un movimiento de caderas y una ligera mordida en su hombro.

 

—Muévete—Exigió en un susurro y el mayor, haciendo caso a lo que el más bajo pedía, tomó fuertemente sus caderas y comenzó a embestirlo con un vaivén lento, sacando suspiros de parte de ambos—Más rápido...—Murmuró dando uno que otro saltito, el pelinegro aumentó la velocidad de las embestidas—Ahh... Ahh...—Gimió Taemin moviendo sus caderas con frenesí, besando con desesperación los labios del mayor, quien correspondió al instante.

 

 Gemidos, jadeos, el sonido de sus cuerpos al chocar, sus cuerpos sudorosos y el gélido viento refrescando aquel lugar, hacían del ambiente algo excitante. El castaño gritó agitadamente, clavando sus uñas en la espalda del alto y este se quejó en voz baja, sin detenerse ni por un segundo.

 

—Ahh... Minho hyung... Ahí... Mmmh—Cerró sus ojos con fuerza a causa del placer que estaba sintiendo en ese momento, para después morder su labio inferior, intentando acallar el sonoro grito que quería salir de su boca— ¡Ahh! Dame ahí... Más... Más...—Dijo entre gemidos, el de cabellos oscuros no se negó a esa petición y continuó embistiéndolo salvajemente, golpeando ese punto que hacía delirar al menor.

 

— ¡Ahhh! —Sin que pudiera evitarlo, a causa de todo el placer que estaba sintiendo, dejó ver sus suaves y puntiagudas orejas, al igual  que su larga cola, exaltando al más alto.

 

—Taemin... ¿Qué demonios...? —Intentó preguntar Min Ho parando sus movimientos, mas no pudo hacerlo ya que las palabras no salían de su boca, estaba demasiado confundido por lo que veía.

 

—Hyung...—Sus ojos estaban cristalinos y sus mejillas sonrojadas—No te detengas...—Musitó, como acto seguido, dejó escapar un ronroneo, juntando sus labios segundos después, con los del mayor.

 

Aquello parecía ilógico puesto que estaba fornicando con su mejor amigo, el cual resultó ser un híbrido de gato y humano ¿Pero que más daba? Luego analizaría la situación, por lo que, de un momento a otro, habían cambiado de posiciones, ahora el menor se hallaba a cuatro patas, gimiendo y jadeando infinidades de incoherencias, mientras el pelinegro seguía penetrándolo con rudeza.

 

Un par de embestidas más y Tae Min terminó por correrse, contrayendo su entrada, apretando el miembro del mayor, logrando así que éste se corriera unos cuantos segundos después, en el interior del castaño.

 

Ambos cayeron exhaustos al suelo, Min Ho sobre Tae Min, éste último ronroneando igual que un gatito cuando recibe un mimo, el pelinegro salió de su interior y se sorprendió al ver como algunas gotas de sangre, mezcladas con su propio semen, resbalaban por los muslos internos del menor, quien seguía en la misma posición de antes, tratando de calmar su respiración.

 

— ¿Estás bien? —Preguntó preocupadamente, el más bajo asintió e impulsándose con sus manos sobre el piso, logró levantarse un poco, para después sentarse.

 

—Hyung... Yo...—Le explicaría todo, el porqué de su aspecto gatuno y su irracional apetito sexual, tal vez el de cabellos oscuros entendería todo.

 

—Es tarde...—Interrumpió al mismo tiempo que se paraba de allí y se disponía a buscar su ropa.

 

Los minutos que tardaron en llegar al hogar de Taemin, les parecieron realmente largos a los dos, ninguno dijo siquiera una sola palabra, y al llegar a la casa del más bajo, se despidieron con un simple gesto de manos.

 

Al entrar a aquella vivienda, Tae Min se aseguró de hacer el menor ruido posible, se coló por la puerta trasera y sigilosamente, consiguió llegar hasta su habitación sin ser descubierto.

 

Abrió la puerta de su cuarto con cuidado para que ésta no sonara, la cerró tras de sí, suspiró pesadamente y cerró sus ojos, mientras encendía la luz, tenía mucho sueño pero debía cambiarse, no quería ser descubierto en la mañana a causa de su ropa.

 

— ¿En dónde estabas? —El castaño de exaltó de sobremanera, abriendo sus ojos al instante, encontrándose a Ki Bum sobre su cama, de piernas y brazos cruzados, mirándolo reprobatoriamente.

 

—Key...— ¿Ahora que iba a hacer? No podría decir como si nada "Te desobedecí, me escapé con Min Ho y terminamos follando porque no pude controlar mis hormonas" ¡Por supuesto que no! Su primo lo mataría si se enterara.

 

—Vamos, habla—Ordenó el rubio levantando una de sus cejas, el menor tragó saliva y aspiró un poco de aire, tenía que inventar algo, y rápido.

 

—Fui a dar una vuelta—Genial, desobedecer a su primo y mentirle en una sola noche ¡Era perfecto! ¿Qué sería lo siguiente? ¿Robar un banco?

 

— ¿Solo? —Cuestionó Key dudando en si creerle o no, Taemin asintió con la cabeza dedicándole una amplia sonrisa— ¿Seguro? —Inquirió entrecerrando un poco sus ojos.

 

—Sí, seguro—Se sentía mal por mentirle al mayor, pero no podía decirle la verdad, se decepcionaría de él si supiera lo que había pasado en realidad.

 

Durante el transcurso de las semanas, Min Ho y Tae Min estuvieron algo distanciados, uno por el temor y el otro por la confusión, y es que uno no se entera todos los días de que al amigo con el que tuviste sexo le salen orejas y cola de gato, aquello era algo aturdidor.

 

Exactamente habían pasado dos semanas, tres días y doce horas ¿Pero quién cuenta esas cosas? Tae Min, por supuesto, las últimas semanas habían sido un martirio para él, cada vez que intentaba, con todo el miedo y nerviosismo del mundo, acercarse al pelinegro, éste lo evitaba o le hablaba secamente, eso realmente le lastima de cierta forma, y para rematar, ese día había pasado toda la tarde vomitando, preocupando a sus padres y a su primo, que todavía no se iba de su casa.

 

—Tae... Dime qué pasó esa noche...—Pidió Key recostándose en el marco de la puerta del baño.

 

— ¿De qué hablas, hyung? —Se hizo el desentendido y se dispuso a enjuagar su boca en el lavabo, esa era la sexta vez que vomitaba ese día.

 

—Lee Tae Min ¿Con quién te acostaste aquella noche en tu cumpleaños? —El aludido se ahogó con el agua y tosió varias veces ¿Por qué su primo tenía que ser siempre tan directo? —Habla ya—Exigió frunciendo el ceño.

 

—Min Ho...—Susurro desviando la mirada, ya no tenía caso mentir.

 

— ¿Lo hiciste con Min Ho? —Preguntó alterado, como si no hubiese escuchado bien— ¡Te embarazó la rana fea! —Exclamó notablemente molesto.

 

— ¡Hyung...! —Chilló el más bajo.

 

— ¡Ya me va a oír! —Dijo apretando sus puños, por suerte los padres de Taemin habían salido, así no se enterarían de la noticia gracias al bullicio por parte de Key.

 

— ¿Qué estás diciendo? —Cuestionó el menor sin entender muy bien lo que su hyung estaba diciendo.

 

— ¡Voy a matarlo! ¡Lo descuartizaré y venderé toda su carne al mercado! ¡Sí, eso haré! —Se decía a sí mismo en voz alta, aterrorizando al menor por cada gesto que hacía con su rostro y sus manos.

 

Tae Min no supo en que momento fue arrastrado a la fuerza hasta la casa de Min Ho quien al parecer no estaba o se encontraba durmiendo, puesto que no aparecía por ningún lado, y Ki Bum ya llevaba más de media hora tocando la puerta como maníaco.

 

— ¡Ya voy! —Se escuchó desde dentro de la casa— ¿Qué es lo que pa...? —Minho había abierto la puerta rápidamente, encontrándose con la mirada fulminante de Key, quien al instante estrelló su puño contra su cara.

 

— ¡Ki Bum! —Gritó el menor frunciendo el entrecejo, mientras, Min Ho se quejaba, acariciando insistentemente su tabique nasal ¿Se habría fracturado? —Hyung ¿Estás bien? —Preguntó al pelinegro mirándolo con preocupación, para después acercarse a él, examinándolo instintivamente, Key rodó los ojos ante esa acción de parte del castaño.

 

— ¿Estás loco? —Vociferó el más alto notablemente molesto, frunciendo el ceño y haciendo una mueca con sus labios, de su nariz salían algunas gotas de sangre.

 

— ¡Tú eres el loco! ¡Abusaste de mi pequeño! —Taemin se sonrojó intensamente, Minho miró al rubio con una expresión de confusión y uno que otro vecino se asomó por la ventana de su casa para ver qué era lo que estaba ocurriendo.

 

— ¿Que yo hice qué? —Gritó el de cabellos oscuros, totalmente desconcertado.

 

—Ya te lo dije ¡Eres un aprovechado! —Habiendo dicho aquellas palabras, se abalanzó sobre el alto, ésta vez planeaba romperle otra cosa.

 

— ¡Basta! —El castaño se interpuso entre los dos mayores, frenando con una de sus manos el puño de Ki Bum, mientras con la otra sostenía una de sus rodillas.

 

—Pero Tae…—Intentó decir el mayor.

 

—Ya, hyung—Murmuró el más bajo lanzándole una mirada reprobatoria a su primo, quien se relajó un poco—Para empezar, todo es mi culpa—Dijo con seriedad en cada una de sus palabras—No debí haberte desobedecido, si no lo hubiese hecho, nada de esto estuviera pasando—Afirmó apenado, sin atreverse a mirar el rostro de Key, Minho por su parte, miraba la escena sin entender nada.

 

— ¿De qué están hablando…? —Se atrevió a preguntar el de cabellos negros.

 

—Idiota, nunca comprendes nada—Murmuró Ki Bum rodando los ojos, Minho frunció el entrecejo.

 

—Key…—Taemin suspiró lánguidamente— ¿Podrías dejarnos solos? —Aquella pregunta parecía más una súplica, el rubio asintió de mala gana, chasqueó los dientes y se retiró de ahí, balbuceando un par de maldiciones para Min Ho y una que otra palabra incomprensible para los otros dos.

 

— ¿Qué es lo que está pasando? —Cuestionó haciéndole una seña al castaño para indicarle que entrara a la casa, puesto que seguían en el marco de la puerta de ésta.

 

Cuando estuvieron dentro, ambos tomaron asiento, uno frente al otro, sin decir nada, sin si quiera mirarse, logrando que el ambiente se volviera algo incómodo. Sus ojos se encontraron por primera vez en mucho tiempo y un leve tono rosa se agolpó en sus mejillas, haciendo que se sintieran estúpidos por el mero hecho de sentirse avergonzados al estar tan cerca del contrario.

 

—Hyung…—Minho lo miró fijamente, indicándole que prosiguiera—Sobre lo de la otra noche…—Dijo bajito, su cara comenzó a arder y de pronto tenía los nervios a flor de piel.

 

—Está bien…—Musitó el pelinegro calmadamente, dedicándole una sonrisa al castaño, éste lo miró confundido ¿Estaba bien? ¿Era un gatito en celo y estaba bien? ¡Min Ho estaba loco! —Puedo comprenderlo… Creo—Dijo acercándose peligrosamente al menor.

 

—No… No lo entiendes—Murmuró el castaño echándose para atrás, algo le decía que no soportaría mucho la cercanía del más alto—Yo…—Intentó decir, mas no pudo debido a que el pelinegro se había posicionado sobre su cuerpo, alterándolo en exceso—Hyung... Ahh…—Gimió, no pudo evitarlo, sentir la caliente lengua del mayor pasearse por su cuello lo estaba volviendo loco— ¡Hy-yung! —Exclamó colocando ambas manos sobre el pecho del más alto, tratando de apartarlo de su cuerpo.

 

—Dime…—Murmuró deslizando sus manos por las caderas del menor, no podía abstenerse a tocar aquel cuerpo, desde que lo había hecho suyo, había estado deseando insensatamente volver a poseerlo, esa era la razón por la cual se alejaba del castaño.

 

— ¡Voy a tener un bebé! —Vociferó cerrando sus ojos con fuerza, no se atrevía a mirar al pelinegro después de haber dicho eso.

 

— ¿Qué? —Su expresión era épica, digna de fotografiar, se separó rápidamente del más bajo y lo miró inquisitivamente— ¿Qué has dicho? —Preguntó, como si no hubiese escuchado bien.

 

—Eso…—Susurró abriendo sus ojos—Estoy embarazado…—Afirmó con voz temblorosa.

 

—Pero… ¿Cómo? —Preguntó, sentándose al lado del menor, estaba muy confundido.

 

—Yo… Bueno… Puedo procrear… Es por eso que…—Tenía miedo, apenas podía pronunciar bien las palabras, le atemorizaba la idea de que el mayor se alejara de él al ver la clase de fenómeno que era—Lo que pasó esa noche fue porque yo...—Inhaló y exhaló repetidas veces—Estaba... Estoy... Estoy en celo...—Su rostro se tornó completamente de rosa intenso, casi llegando a rojo, Minho por su parte soltó una risita muy mal disimulada—No te rías... Esto es...—El menor fue callado por los gruesos labios del más alto, que se posaron en los suyos dulcemente, moviéndose a un compás lento, disfrutando de aquel rose, el cual no tardó en corresponder, llevando una de sus manos a la nuca del alto, mientras enredaba los dedos de su otra mano en los largos y negros cabellos de éste.

 

—Te amo...—Susurró el mayor sobre sus labios, dedicándole una hermosa sonrisa, Tae Min sonrió de igual forma.

 

Tal vez la idea de tener a un mini Min Ho corriendo por su casa, no era tan mala después de todo.

Notas finales:

Gracias por leer, dejenme rw para saber sus opiniones :3 nos leemos pronto.

 

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Bye~


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