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El rodaje de Gravitation por Eowyn

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Notas del fanfic:

Espero que se diviertan con este pequeño invento que se me ocurriò, si bien los retrato como si fueran actores de la vida real, mantiene sus caracterìsticas de los personajes de Gravitation obviamente, aunque puede que cambien un poco solo en pequeños detalles. Màs adelante habra un cambio inesperado -O no tanto- de parejas.

 

¡A leer!

 

Gravitation no me pertenece, su autora es Maki Murakami.

El rodaje de Gravitation

Capítulo 1: Con un pie en el escenario

 

 

En el set de filmación de Gravitation la rutina no variaba demasiado.

 

Los actores, según la cantidad de escenas que debían filmar en el día acudían al estudio y estaban, desde la mañana hasta muy entrada la noche grabando, aprendiendo sus guiones en los camerinos, discutiendo entre ellos o dedicándose al ocio antes de ingresar al trabajo. Allí las actividades eran variadas y el tiempo a veces no resultaba suficiente.

 

Hacía varios años que se conocían. Para ser más exactos, desde el inicio del proyecto que consistía en llevar a la pantalla un manga muy popular por ese entonces en Japón escrito por la reconocida autora, Maki Murakami. Desde los camarógrafos hasta los actores, tanto principales como secundarios eran de suma importancia para llevar a cabo un objetivo de semejante magnitud. Es por eso que se consideraban luego de varios años trabajando en conjunto, como integrantes de una gran familia. En donde la locura, la diversión, los conflictos y a veces la tristeza eran condimentos de todos los días.

 

Era la semana número 15 de filmación. Ese día las cosas estaban tranquilas (hasta ahora).

 

— ¿Listo? ¡Acción! Anunció el director desde su silla predilecta.

 

—Lalala~ — canturreó Sakuma Ryuichi mientras trotaba por el pasillo.

 

— ¡Oh! ¡Esperen! Mis agujetas están desatadas—exclamó agachándose.

 

— ¡Hola Noriko! ¡Mira ahora estoy filmando! ¿No es un buen actor Kumagoro? ¡Di hola kumagoro!— gritó mientras saludaba a la muchacha de cabello lila que pasaba justo por el set en donde el cantante estaba actuando y agitaba la mano del peluche que sostenía en sus brazos.

 

La muchacha lo saludó rápidamente y siguió su camino. En su rostro no mostró interés alguno por el enérgico saludo del peliverde, haciendo que éste se sorprendiera pues estaba algo acostumbrado a la simpatía presente en el personaje que representaba Noriko; sin embargo la momentánea sorpresa fue olvidada con rapidez al escuchar la voz del director con un inconfundible tono de reproche.

 

— ¡Corte! ¿Qué fue eso Sakuma? ¡Se supone que debes permanecer callado! Se quejó el director extendiendo la mano derecha amenazadoramente. —Y no hablar con los actores que no estén filmando.

 

— ¡Oh lo siento! He~ he~ ¿podemos empezar otra vez? Canturreó con voz infantil.

 

El director dio la orden nuevamente. De acuerdo, ese iba a ser uno de esos días Pensaba abatido, mirando la actuación por la pantalla de la cámara. Iba todo bien hasta que Sakuma tropezó y para su desgracia comenzó a llorar a lágrima viva como un niño pequeño, quejándose de un supuesto dolor en el pie izquierdo.

 

Un niño -de verdad pequeño- salido de la nada se acercó corriendo y se agachó para consolarlo.

 

— ¡Dolor! ¡Vete lejos! ¡Vuelve otro día! Cantó agitando sus manos.

 

— ¡Riku, muchas gracias cariño, pero ya te dije que no puedes ingresar a los sets mientras estamos filmando!—señaló pacientemente el director. —Jin ¿puedes llevártelo? —añadió dirigiéndose a un asistente.

 

El aludido se acercó rápidamente y alzándolo por la cintura lo alejó de Ryuichi que había dejado por fin, el llanto exagerado.

 

— ¿Podemos empezar Sakuma o quieres un descanso?

 

— ¡No! ¡Kumagoro y yo estamos listos! Exclamó enérgicamente limpiándose las lágrimas con el dorso de la manga.

 

Y como si fuera una broma el rodaje se detuvo una vez más…

 

— ¡Corte! Gritó el director exasperado pues era la tercera vez que filmaba la misma escena y ya comenzaba a fastidiarse. — ¿Què sucede ahora Ryuichi? Dijo con tono cansino.

 

— ¡Es que me acabo de dar cuenta que Kumagoro no le pusieron maquillaje! Masculló agitando los brazos de arriba abajo.

 

El director palmeó su frente. ¿Es posible que nuca pudiera tener un día de rodaje normal?

 

Detrás de las cámaras mientras bebía su café matutino, Eiri Uesugi reía por lo bajo.

 

—Está claro que este tipo es un retardado—afirmó.

 

A su lado Shuichi se balanceaba de atrás hacia adelante mientras se concentraba en su guión. Afortunadamente no lo escuchó, pues solía defender a su ídolo a capa y espada.

 

— ¡Mira Yuki! Tenemos una escena luego de Sakuma-san— Y cambiando su expresión por una sonrisa pícara y una mirada lasciva agregó:

 

—Tendrás que besarme apasionadamente Yuki~

 

— ¡Que desgracia! Se burló el rubio.

 

— ¡Yuki!

 

— ¡Ya te dije que no me llames Yuki! ¡Es Eiri! E-i-r-i ¡Uesugi!

 

Shuichi infló los cachetes, en una mueca caprichosa — ¡Ya es costumbre!

 

Eiri puso los ojos en blanco, ignorando a su compañero y volviendo su atención a la actuación de Ryuichi.

 

Una muchacha esparcía polvo en los cachetes del peluche a modo de maquillaje. Para su suerte, el vocalista se contentó solo con eso.

 

— ¡Kumagoro ahora está feliz! ¡Gracias señorita! ¿Empezamos director?

 

— ¡Por favor!— gruñó este — ¿Listo Sakuma-san? ¡Acción!

 

Luego de que la escena fuera grabada finalmente (que solo consistía en caminar alegremente por un pasillo) con una orden del director empezó el primer descanso del día, de solo una hora. El aviso se hizo llegar a todos los set, donde otros miembros del elenco filmaban sus respectivas escenas.

 

Felices, equipo de filmación y el equipo de profesionales se desperdigaron cada uno a sus tareas. El director se arrellanó en su sofá favorito, dispuesto solo para él y no pasó mucho tiempo antes de que se pusiera a roncar. Los que pasaban por su lado no se sorprendían, pues era una escena muy familiar y ni siquiera se atrevían a despertarlo. Estaba absolutamente prohibido despertar al director en sus descansos y nadie se atrevía a enfrentarse a su endemoniado humor cuando eso sucedía.

 

Eiri se levantó de su silla dejó la taza en donde había estado tomado café y se acercó a Kitazawa, quién parecía tener problemas con la lectura de su guión.

 

Al verlo, el castaño le preguntó preocupado

 

— ¿Realmente tengo que hacer esa expresión? << Y entonces Kitazawa observó a Eiri con ojos traviesos, que escondían detrás de esa mueca pícara y juguetona una expresión terrorífica, verdaderamente peligrosa >> leyó, mientras se lo indicaba a su compañero.

 

— ¿Debería interpretarlo así? Agregó mientras lo miraba fijamente, tratando de provocar temor en su colega.

 

—Oh si, así. Hasta el director estará aterrado, Yuki — Eiri rió burlonamente.

 

El de ojos almendrados se enfurruñó — ¡Estoy tan cansado de hacer este tipo de escenas! Estoy seguro que más de la mitad de tus fanáticas deben odiarme Eiri—.

 

— ¿Solo la mitad? En la última firma de autógrafos creo que la mayoría me dijo que te hiciera llegar unos “bonitos saludos”, como bien te conté antes. Eso y lo mismo de siempre: << ¿¡Cómo puedes ser así con Shuichi?! ¡Sé más cariñoso Eiri-kun! O ¡Eres un bastardo hijo de… pero eres taaaan guapo… >> —Añadió imitando la chillona voz de las fanáticas —¡Jesús! ¡Que yo no escribo esos diálogos! Además, si no me conocen, deberían cerrar el pico—declaró tajantemente.

 

A unos metros de ellos un muchacho de cabello rosa los observaba ceñudo. No le gustaba la cercanía de Eiri hacia Kitazawa. Quizás estuviera influenciado por toda la historia de Gravitation, pero el tipo le daba mala espina. Punto. ¡Y no tenía nada que ver con los celos! ¡Desde luego que no!

 

Sin embargo no les dijo nada, pasó de largo y fue a reunirse con los compañeros que consideraba más cercanos, quienes en ese momento, charlaban tranquilamente cerca de la mesa de bocadillos.

 

— ¡Hiro! ¡Fujisaki! ¿Quieren ir a jugar unos videojuegos? Les preguntó animadamente.

 

— ¿Videojuegos? ¿Ahora? Ah lo lamento Shindou-san, pero tengo un guión que aprender, cosa que tú también podrías hacer.

 

— ¡bah! Fujisaki ¡Para eso está la improvisación! Contestó sonriente y haciendo un ademán con las manos.

 

El tecladista se excusó rápidamente y se retiró a su camerino. A veces Fujisaki era demasiado profesional. Opinaba el pelirrosa para sus adentros.

 

— ¿Y qué me dices tú Hiro?

 

— ¡Claro!

 

Ambos amigos se alejaron casi a la carrera, dirigiéndose al camerino de Shindou Shuichi.

 

—Es tan bueno como Wilde, pero tienes razón. No ha tenido demasiado éxito.

 

—Desde luego. Para tener tan pocas ventas de seguro es porque no tuvo mucha publicidad, eso, o la gente es idiota.

 

—La gente es idiota— aseguró Eiri.

 

Justo en ese momento un pequeño de grandes ojos castaños se acercó corriendo a ambos hombres y se trepó al pantalón del rubio. Interrumpiendo su habitual charla sobre libros y autores.

 

— ¡Papi! Chilló alegremente.

 

Eiri, momentáneamente sorprendido, se giró y miró hacia abajo. El niño de mejillas regordetas le sonrió con ternura.

 

— ¿Cuántas veces tengo que decirte que no te trepes, mocoso? Suspiró Eiri, agachándose, y alzándolo.

 

Riku se acomodó fácilmente en los musculosos brazos y rodeó con sus piernas la cintura del mayor.

 

Kitazawa sonrió ante la imagen frente suyo, era increíble la afinidad que el pequeño había creado con su compañero, afinidad que no le molestaba en absoluto. — ¿Hoy tienes que filmar Riku? Preguntó Yuki.

 

— ¡Sí! Ya leí mi guión ¡Es muy fácil! Además me toca una escena con papá.

 

Eiri carraspeó.

 

—Me alegro, cariño… respondió sonriente el castaño.

 

Mientras ambos volvían a retomar su conversación y Riku rogaba por un poco de atención de su compañero favorito, un grupo peculiar estaba sentado en cuclillas completamente abstraídos en un juego de ficción que se desarrollaba en una gran pantalla frente a ellos.

 

— ¡Muérete imbécil! ¡Ja! ¡Ja! Ahí tienes… ¿eso es lo mejor que puedes hacer? ¿¡Eh?! ¡¿Eh!? — gritaba Shuichi.

 

— ¡No puedes hacer eso! Ladró Hiroshi mientras apretaba afanosamente los botones de su control. — ¿Y, Seguchi-san? ¡Ese zombie acaba de pasar justo delante de usted! Añadió dirigiéndose al rubio platinado que estaba sentado junto a él en el suelo alfombrado.

 

—Se me acabaron las balas, Nakano-san.

 

— ¡Pero puede usar las dagas! Ya le enseñé como hacerlo—agregó Shuichi sin perder de vista la pantalla gigante.

 

—Oh cierto…— susurró, riendo.

 

— ¡Toma! ¡Muere hijo de…!— siguió murmurando el pelirrosa al mismo tiempo que machucaba su control.

 

En ese momento, la puerta se abrió repentinamente haciendo que todos se sobresaltaran y el juego se detuviera repentinamente.

 

Eiri Uesugi se detuvo en el umbral y miró uno por uno a los presentes sentados en cuclillas frente a la gran pantalla. Era común ver a Shuichi a Nakano e incluso a K, el loco de la mágnum jugando videojuegos. Pero ¿Tohma? ¿Su cuñado? El rubio lo miró enarcando una ceja.

 

—Hay que ver cómo trabajan ustedes.

 

—Oh Eiri-san ¿quieres unirte? Nunca pensé que asesinar zombies fuera tan divertido ¡pero lo es! Dijo el productor mostrándole el control que tenía en sus manos.

 

— ¡No me digas! Exclamó sarcástico y dirigiéndose hacia Shuichi, murmuró: —Mocoso, el director nos llama para discutir la escena siguiente— sin esperar respuesta por parte suya se dio vuelta, para retirarse.

 

— ¡Ya voy! Dijo éste pegando un salto. — ¡Ni se te ocurra hacer trampa Hiro! ¡Tengo los puntos contados!— Añadió girándose y amenazando con el dedo índice al pelirrojo.

 

Hiroshi le dio la espalda e hizo un ademán con las manos por sobre su hombro. Cuando la puerta se cerró, ambos hombres volvieron al juego.

 

— ¿No deberíamos llamar a K? preguntó Tohma—Él dijo que le avisáramos cada vez que juguemos a esto... Eh ¿Cómo se llama? ¿Resident Evil?

 

— ¡Desde luego que no! K se vuelve loco cuando juega con nosotros, además es tan bueno que gana a los 10 minutos ¡No hay competencia justa! Se quejó Hiroshi…

 

 

 

 

 

—Y luego tú te apartas ¿entendido? Explicó el director mientras marcaba en el guión lo que debían hacer.

 

Los actores inclinados por sobre su hombro asentían con la cabeza.

 

— ¿Y luego me voy? ¿Lo dejo ahí? Preguntó Eiri.

 

—Exacto. Recuerda acercarlo a ti durante el beso y no olvides acariciarle la cabeza. Eso vuelve loco al público. — añadió en un susurro.

 

Shuichi a su lado comenzó a sangrar de solo imaginárselo, ganándose un golpe en la coronilla por parte de su compañero.

 

— ¡Se más profesional! Le replicó éste.

 

— ¡Acción! Exclamó el director y dedicó su atención a la pantalla —Más cerca Shindou… míralo… ¡así!

 

En el set, bajo la luz brillante de los reflectores los actores comenzaron con su actuación.

 

Sentados en el sillón de la sala ambos se miraban fijamente, mientras el escritor bebía un sorbo de whisky.

 

—No hablarás en serio—susurró el menor —Tu simplemente no podrías…

 

— ¿Ah no? ¿Y por qué crees eso? ¡Lo he hecho antes!

 

— ¿¡En serio?! Chilló Shuichi, alzando la voz.

 

— ¿Quieres que te lo demuestre? Ronroneó, acercándose lentamente y dejando el vaso en la mesita que tenía delante.

 

Y antes que el cantante pudiera acotar algo, sus labios se vieron atrapados en los de Eiri Yuki en un beso suave que fue tornándose cada vez más apasionado.

 

Literalmente pegados el uno con el otro se besaron ardientemente haciendo que el tiempo desapareciera a su alrededor e incluso la habitación parecía aumentar de temperatura conforme ellos se entretenían con las caricias.

 

— ¡Corte! ¡Excelente muchachos! Anunció el director — ¿Muchachos? Preguntó nuevamente al ver que no se separaban. — ¡Chicos! ¡La escena terminó!

 

Pero ellos no daban señales de haberlo escuchado.

 

El director suspiró, ya había pasado por esto antes.

 

Ignorando las risitas de los camarógrafos llamó a la persona que solía arreglar estas situaciones de la manera más… diplomática.

 

— ¿K? ¿Puedes?

 

— ¡No problem! Respondió el rubio apuntando con un larga pistola justo en medio de ambos amantes…

 

 

 

Notas finales:

Bien, espero que les haya gustado al menos un poquito!

 

Les agradecerìa mucho si dejaran sus reviews dando su opiniòn del cap, siempre son bienvenidos.

 

 

 


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