Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No... pero... ¿Por qué? por Enea

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Maldito resumen!! Nunca me salen!

Bueno... ¡Hola! ¿Qué tal? ¡Bienvenidos a mi nuevo fic sobre Harry Potter! El segundo de este estilo y espero que no el último.

Sé que tengo que acabar tres fics más, pero bueno, yo no sería yo si dejase de pensar y pensar nuevas historias.

Este fic se me ocurrió viendo la primera película de la saga del niño mágico. 

Va a seguir el orden de las cosas hasta, más o menos el tercer libro. Eso no quiere decir que todo lo que J.K. inventó y escribió en los libros posteriores no vaya a suceder ni mucho menos, pero cambiaré algunas cosas. La muerte de Sirius y todas las demás se quedarán como están. ¿Soy la única que pensó que incluso tendría que haber muerto más personas? Es una guerra, joder, en las guerras mueren mucha gente aunque no queramos y creo que J.K. se quedó corta. Pero bueno.

Por cierto, ODIO a McGonagall por su constante racismo hacia la casa de las serpientes(que diga mucho que no, que es que es verdad, siempre con el rollo de que los Slytherin son los primero que son racistas con los demás, pero es que los otros no se quedan cortos, como bien se ve durante toda la saga de la serie e incluso en las películas, más detacada la última, en la pelea final, cuando dicha profesora manda a toda la casa Slytherin a las mazmorras. ¿Y si algunos querían luchar? ¿Quién coño es ella para decidir eso? Uff me enerva la sangre). Yo decía esto porque a lo mejor se ve un poquito. Intentaré ser lo más parcial que pueda y no influiré en los sentimientos de los personajes pero es que... uff!!

Aunque bueno, si vamos al caso, Draco no le gustaría Harry(ah, si porque es de esa pareja un Draco/Harry/Draco), porque también el niño es un poco panoli.

Bueno, paro de enrollarme xD Que lo más seguro nadie llegue hasta aquí, pero bueno. Y los que han llegado ¡Hola!

También aclarar que me voy a basar en una personalidad de Draco totalmente inventada dado que lo que deja entrever J.K a lo largo de los libros no es más que una fachada para la sociedad, así que seguiré con su frialdad exterior y su superioridad, pero a solas será de una forma que yo creo que Draco Malfoy, el verdadero, sería. No sé si será de su gusto. Espero que sí.

Bueno, todo lo demás ya se me ocurrira y lo diré por ahí.

Notas del capitulo:

Empieza cuando ya han sido castigados por haber ido a ver a Hagrid cuando lo de Norberto, y ahora tienen que cumplir el castigo.

Disfrutad de la lectura!



Capítulo 1: Bosque Prohibido







Vuestro castigo tendrá lugar a las once de la noche. El señor Filch os espera en el vestíbulo de entrada.

Prof M. McGonagall

Draco leyó la pequeña nota, frunció el ceño, arrugó el pergamino y lo tiró al fuego, esperando así que la profesora(si es que se podía llamar así a esa vieja cascarrabias que se había sacado el titulo de maestra en una subasta, cosa que no le sorprendía mucho, sólo hacía falta mirar como vestía...) recibiera así la respuesta a su... indulgencia. ¡Él había sido el que había reportado a los que estaban infringiendo las normas! ¡No tendría porqué estar castigado!

A las once menos diez de aquella noche salió refunfuñando de la mazmorra y se dirigió hacia el vestíbulo donde ya estaba ese... Filch junto con el Gryffindor de pacotilla Longbottom. Se apoyó en la pared más lejana de esos dos y esperó.

Dieron las once y cinco cuando Potter seguido de Granger hizo su aparición. El recién llegado le mando una mirada llena de rencor, pero Draco no expresó nada. Estaba mucho más ocupado pensando qué demonios iba a pasar esa noche como para preocuparse del estúpido del Gryffindor.

—Seguidme —dijo Filch, encendiendo un farol y conduciéndolos hacia fuera—. Seguro que os lo pensaréis dos veces antes de faltar a otra regla de la escuela, ¿verdad? —dijo, mirándolos con aire burlón—. Oh, sí... trabajo duro y dolor son los mejores maestros, si queréis mi opinión... es una lástima que hayan abandonado los viejos castigos... colgaros de las muñecas, del techo, unos pocos días. Yo todavía tengo las cadenas en mi oficina, las mantengo engrasadas por si alguna vez se necesitan... Bien, allá vamos, y no penséis en escapar, porque será peor para vosotros si lo hacéis.

Marcharon cruzando el oscuro parque. Draco se preguntó cuál sería el castigo que les esperaba. Después de la perorata del conserje, el rubio estaba más preocupado de lo que había estado a lo largo del día. Debía de ser algo verdaderamente horrible, o Filch no estaría tan contento.

La luna llena brillaba, pero las nubes la tapaban, dejándolos en la oscuridad. Delante, Draco pudo ver las ventanas iluminadas de la cabaña del guardabosques ¿Hagrid? Sí, tenía un vago recuerdo de que se llamaba así. Entonces oyeron un grito lejano.

—¿Eres tú, Filch? Date prisa, quiero empezar de una vez.

El corazón de Draco dio un vuelco. ¡No! Lo que le faltaba. Joder, solamente esperaba que su padre no se enterase de eso o sino... Un escalofrío le recorrió del solo pensarlo.

Al contrario que el rubio, Potter tenía una expresión de alivio la cual también fue vista por el conserje que sonrió con sorna.

—Supongo que crees que vas a divertirte con ese papanatas, ¿no? Bueno, piénsalo mejor, muchacho... es al bosque adonde iréis y mucho me habré equivocado si volvéis todos enteros.

Al oír aquello, Longbottom dejó escapar un gemido y Malfoy se detuvo de golpe.

—¿El bosque? —repitió, olvidándose parecer tan indiferente como de costumbre—. Hay toda clase de cosas allí... dicen que hay hombres lobo.

Longbottom se aferró de la manga de la túnica de Potter y dejó escapar un ruido ahogado.

—Eso es problema vuestro, ¿no? —dijo Filch, con voz radiante—. Tendríais que haber pensado en los hombres lobo antes de meteros en líos.

El guardabosques se acercó hacia ellos, con un perro baboso, que a Draco le entraron ganas de vomitar del asco que le dio,pegado a los talones. Llevaba una gran ballesta y un carcaj con flechas en la espalda.

—Menos mal —dijo—. Estoy esperando hace media hora. ¿Todo bien, Harry, Hermione?

—Yo no sería tan amistoso con ellos, Hagrid —dijo con frialdad Filch—. Después de todo, están aquí por un castigo.

—Por eso llegáis tarde, ¿no? —dijo Hagrid, mirando con rostro ceñudo a Filch—. ¿Has estado dándoles sermones? Eso no es lo que tienes que hacer. A partir de ahora, me hago cargo yo.

—Volveré al amanecer —dijo Filch— para recoger lo que quede de ellos —añadió con malignidad. Se dio la vuelta y se encaminó hacia el castillo, agitando el farol en la oscuridad.

Entonces Malfoy se volvió hacia Hagrid.

—No iré a ese bosque —dijo.

—Lo harás, si quieres quedarte en Hogwarts —contestó el guardabosques con severidad—. Hicisteis algo mal y ahora lo vais a pagar.

—Pero eso es para los empleados, no para los alumnos. Yo pensé que nos harían escribir unas líneas, o algo así. Si mi padre supiera que hago esto, él...

—Te dirá que es así como se hace en Hogwarts —gruñó Hagrid—. ¡Escribir unas líneas! ¿Y a quién le serviría eso? Haréis algo que sea útil, o si no os iréis. Si crees que tu padre prefiere que te expulsen, entonces vuelve al castillo y coge tus cosas. ¡Vete!

Draco no se movió. Miró con ira al asqueroso y repugnante semigigante, pero luego bajó la mirada.

—Bien, entonces —dijo Hagrid—. Escuchad con cuidado, porque lo que vamos a hacer esta noche es peligroso y no quiero que ninguno se arriesgue. Seguidme por aquí, un momento.

Los condujo hasta el límite del bosque. Levantando su farol, señaló hacia un estrecho sendero de tierra, que desaparecía entre los espesos árboles negros. Una suave brisa les levantó el cabello, mientras miraban en dirección al bosque.

—Mirad allí —dijo Hagrid—. ¿Veis eso que brilla en la tierra? ¿Eso plateado? Es sangre de unicornio. Hay por aquí un unicornio que ha sido malherido por alguien. Es la segunda vez en una semana. Encontré uno muerto el último miércoles. Vamos a tratar de encontrar a ese pobrecito herido. Tal vez tengamos que evitar que siga sufriendo.

—¿Y qué sucede si el que hirió al unicornio nos encuentra a nosotros primero? — dijo Malfoy, incapaz de ocultar el miedo de su voz. Draco vio por el rabillo del ojo como Potter sonreía con sorna por ello. ¡Maldito!

—No hay ningún ser en el bosque que os pueda herir si estáis conmigo o con Fang —dijo Hagrid—. Y seguid el sendero. Ahora vamos a dividirnos en dos equipos y seguiremos la huella en distintas direcciones. Hay sangre por todo el lugar, debieron herirlo ayer por la noche, por lo menos.

—Yo quiero ir con Fang —dijo rápidamente Malfoy, mirando los largos colmillos del perro.

—Muy bien, pero te informo de que es un cobarde —dijo Hagrid—. Entonces yo, Harry y Hermione iremos por un lado y Draco, Neville y Fang, por el otro. Si alguno encuentra al unicornio, debe enviar chispas verdes, ¿de acuerdo? Sacad vuestras varitas y practicad ahora... está bien... Y si alguno tiene problemas, las chispas serán rojas y nos reuniremos todos... así que tened cuidado... en marcha.

El bosque estaba oscuro y silencioso. Después de andar un poco, vieron que el sendero se bifurcaba. Potter, Granger y el guardabosques fueron hacia la izquierda y Draco, Longbottom y Fang se dirigieron a la derecha.

Anduvieron en silencio, con la vista clavada en el suelo. De vez en cuando, un rayo de luna a través de las ramas iluminaba una mancha de sangre azul plateada entre las hojas caídas.

Longbottom no hacía más que temblar provocando así que se tuvieran que parar innumerable de ocasiones para que se levantase del suelo, ya que constantemente se tropezaba ya sea con su propio pie o con una rama.

Draco, aunque asustado, estaba más divertido viendo los pobres intentos de su compañero por no acabar en el suelo. Obviamente no hacía nada para que esto no fuese así. Se quedaba expectante para después, echarse a reír. Hasta que, en uno de las miles caídas de Longbottom, vio una sombra por el rabillo del ojo.

Asustado, se dio la vuelta con rapidez, intentando averiguar qué era lo que había por ahí. Oscuridad, no había nada más. Entornó los ojos pretendiendo ver algo más a parte de esa densa negrura, pero le fue imposible. Miró a Fang intentando descubrir si el perro había percibido algo, pero estaba igual que siempre. Lleno de babas.

Poniendo ahora más atención a lo que le rodeaba, Draco instó al estúpido del Gryffindor que se movieran de una vez. No tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado desde que se habían separado, pero en todo ese tiempo no se visualizaba ningún charquito de sangre plateada. Algo que alegraba enormemente al Slytherin. Eso significaba que los otros encontrarían al que estaba haciendo eso y a lo mejor salían heridos. Una justa venganza por hacerle pasar esto.

Un ruido le puso de nuevo alerta. Y en esta ocasión no había sido el único que lo había percibido. Fang estaba inquieto lo que asustó mucho más a Draco.

Longbottom, como siempre, estaba tirado en el suelo sin saber absolutamente nada.

Draco lo observó atentamente. Se notaba a leguas que estaba con los nervios a flor de piel y que cualquier cosa le haría lanzar las chispas rojas que Hagrid había dicho que eran para llamar a los demás en caso de que algo ocurriese.

El Slytherin lo meditó durante unos segundos y luego asintió a sí mismo mientras una sonrisa se dejaba asomar en su rostro.

Aún vigilando lo que había a su alrededor, se puso detrás de su acompañante y pasó los brazos por su torso, hundiendo lo máximo posible

Por fin, un ruido de pisadas crujientes les anunció el regreso de Hagrid. Malfoy, Neville y Fang estaban con él. Hagrid estaba furioso. Malfoy se había escondido detrás de Neville y, en broma, lo había cogido. Neville se aterró y envió las chispas mientras gritaba como un bebé.

Draco, satisfecho, lo soltó y trato de poner su pose de superioridad, sin dejar entrever que en el fondo ahora estaba aliviado porque tendrían que venir a por ellos, ¿no? Supuestamente estaban en peligro, aunque el rubio pensaba que estaban en serios problemas.

No podía dejar de notar como si algo lo estuviera vigilando, midiendo sus movimientos para pillarle en el momento desprevenido y atacar.

De pronto se escucharon como alguien se acercaba a ellos y una gran sombra se dejaba ver. Hagrid hizo su aparición.

Con las cejas arqueadas pregunto qué había pasado, puesto que los veía muy enteros, incluso tranquilos(quitando el hecho de que Longbottom se estaba meando en los calzoncillos). El Gryffindor intentó explicarse, pero la sonrisa ladina de Malfoy lo decía todo o por lo menos, lo dejaba entrever.

Farfullando, el guardabosques los obligó a seguirle hasta donde había dejado a los demás. Draco pudo respirar tranquilo y ahora su sonrisa si que mostraba una satisfacción real.

Pronto encontraron a los otros en el pequeño claro donde habían sido abandonados.

—Vamos a necesitar mucha suerte para encontrar algo, después del alboroto que habéis hecho. Bueno, ahora voy a cambiar los grupos... Neville, tú te quedas conmigo y Hermione. Harry, tú vas con Fang y este idiota. Lo siento —añadió en un susurro dirigiéndose a Potter— pero a él le va a costar mucho asustarte y tenemos que terminar con esto.

Draco estuvo a punto de protestar. ¡No había provocado que el estúpido del Gryffindor se pusiera a temblar y a llamar a su abuela para tener que ir por ahí solamente con el Niño Que Vivió! ¡Era lo mismo que estar con Longbottom! Incluso ahora podía seguir notando como algo le atravesaba la espalda, acechándolo.

Intentó abrir la boca para decir cualquier cosa que hiciera retractar al guardabosque, pero Potter ya se había adentrado en el corazón del bosque, así que, mordisqueándose el labio, lo siguió con Fang a su lado.Anduvieron cerca de media hora, internándose cada vez más profundamente, hasta que el sendero se volvió casi imposible de seguir, porque los árboles eran muy gruesos. Draco pensó que ahora lo que sea que los estaba persiguiendo(sí, porque aún estaba ahí, lo escuchaba) tendría mucha más zona para esconderse y acercarse mucho más.

De mientras, Potter parecía fijarse en las manchas de sangre que había por el camino, ignorando todo lo que su compañero estaba pasando. Había manchas en las raíces de los árboles, como si la pobre criatura se hubiera arrastrado en su dolor. Potter pudo ver un claro, más adelante, a través de las enmarañadas ramas de un viejo roble.

—Mira... —murmuró, levantando un brazo para detener a Malfoy.

Algo de un blanco brillante relucía en la tierra. Se acercaron más. Sí, era el unicornio y estaba muerto. Harry nunca había visto nada tan hermoso y tan triste. Sus largas patas delgadas estaban dobladas en ángulos extraños por su caída y su melena color blanco perla se desparramaba sobre las hojas oscuras.

Potter había dado un paso hacia el unicornio, cuando un sonido de algo que se deslizaba lo hizo congelarse en donde estaba. Un arbusto que estaba en el borde del claro se agitó... Entonces, de entre las sombras, una figura encapuchada se acercó gateando, como una bestia al acecho. Potter, Draco y Fang permanecieron paralizados. La figura encapuchada llegó hasta el unicornio, bajó la cabeza sobre la herida del animal y comenzó a beber su sangre.

—¡AAAAAAAAAAAAAH!

Malfoy dejó escapar un terrible grito y huyó... lo mismo que Fang.

El rubio intentó seguir el paso del perro intentando escuchar por encima de sus propias pisadas si Potter le seguí. Era lo lógico, ¿no? Pero es que no escuchaba nada y eso, en el fondo, lo estaba preocupando. Vale que pensase que era un imbécil y un estúpido, pero no deseaba la muerte a nadie. Así que, haciendo tripas corazón, se detuvo y miró detrás suyo esperando encontrar al cuatro ojos pero lo único que vio fue a... él.

 

Notas finales:

Seguramente os habréis dado cuenta que los dialogos y hasta algunas cosas están sacadas del mismo libro. En este capítulo ehe intentado ser lo más leal posible al libro, pero desde ahora... bueno, será como me venga en la mente, aunque las conversaciones entre Harry y compañía con Draco y compañía también serán iguales hasta cierto punto.

Espero que os haya gustado y que regreséis cuando vuelva a actualizar.

 

¡Suerte con los exámenes!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).