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I Remember por Gaara_Uchiha

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Notas del fanfic:

Me propuse a escribir un BangHim porque no hay muchos y bueno, aquí está, espero que les guste.

Notas del capitulo:

Bueno, aquí está el primer capítulo de este fanfic, cabe destacar que mi fuente de inspiración fue la canción "I Remember" de Bang Yong Guk, como se habrán dado cuenta.

Capítulo 1

 

Ser el heredero de una de las mafias más importantes del país no era nada sencillo, mucho menos si tu amante era el hijo del jefe de la familia con la cual la tuya tenía conflictos. Eso Bang Yong Guk lo sabía muy bien, pero no iba a dar marcha atrás, no ahora que lo tenía sólo para él, bajo su cuerpo, completamente desnudo, con los ojos cerrados, las mejillas sonrosadas y una ligera capa de sudor cubriendo su tersa piel, suspirando lánguidamente ante cada roce. 

—Yong Guk...—Le encantaba la forma en que pronunciaba su nombre, aunque si lo meditaba un poco, él adoraba cada palabra que saliera de la boca de aquel chico. Realmente se había enamorado locamente de ese muchacho de cabellos negros y hermosos ojos, con aquella mirada felina que hacía perder la razón.

 

—Him Chan...—Juntó sus labios con los del aludido y se fundieron en un apasionado beso, sus cabellos violetas fueron jalados levemente por los dedos del pelinegro, que al mismo tiempo había enredados sus largas piernas en su cintura.

 

Esa noche había sido especial, se habían entregado en cuerpo y alma, el uno al otro, dejándose llevar por esa pasión que los carcomía poco a poco, demostrándose todo ese amor que sentían, aquel que estaba prohibido para ellos por el simple hecho de haber sido engendrados por esos seres a los que llamaban padres, los mismos que no tenían escrúpulos ni tacto a la hora de matar, aquellos que se odiaban con la misma intensidad que ellos se amaban.

 

— ¡Yong Guk! ¡Abre la maldita puerta! —El nombrado se exaltó al oír esas palabras, recostándose sobre la cama rápidamente, reconocía esa voz en cualquier parte. Miró a su costado y no pudo evitar sonreír ante lo que sus ojos veían, ahí estaba Him Chan, durmiendo plácidamente, con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios y una fina sábana de color blanco cubriendo su desnudo cuerpo— ¡Te digo que abras! —Yong Guk se levantó de mala gana y colocándose sus bóxers, los cuales había tirado al piso la noche anterior, salió del cuarto y se dirigió hacia la puerta principal.

 

— ¿Qué mierda quieres? —Su ceño estaba fruncido, su mandíbula apretada, y si las miradas mataran, aquel chico alto y de cabellos rosados que se encontraba frente a él, ya estuviese muerto.

 

—Idiota, los hombres de tu padre vienen para acá—Dijo el joven entrando al departamento confianzudamente. El más bajo quedó en shock por unos segundos, luego dirigió su mirada a la puerta de su habitación, sintiendo un escalofrío recorrerle todo el cuerpo. Por primera vez en mucho tiempo, Bang Yong Guk tenía miedo.

 

—Hay que sacarlo de aquí—Afirmó el de cabellos rosados aproximándose a la pieza del de cabellos morados.

 

— ¿Qué haces aquí? —Los gritos de Him Chan no se hicieron esperar, Yong Guk entró a la habitación y se encontró a un avergonzado y molesto pelinegro y a un pelirrosa que no se inmutaba en lo absoluto.

 

—Tenemos que irnos—Musitó el alto lanzándole al chico de cabellos negros lo que suponía era su ropa—Vístete ya—Ordenó dándose la vuelta para después salir de allí. Him Chan miró a Yong Guk dubitativamente y éste sólo se limitó a asentir.

 

—Mi padre ha mandado a sus hombres—La boca del de cabellos más oscuros se entreabrió un poco y sin decir nada, se dispuso a vestirse.

 

Cuando Him Chan terminó de colocarse la ropa, ambos salieron de la habitación, dirigiéndose a la sala, en donde los esperaba el pelirrosa, recostado en la pared que estaba al lado de la puerta. 

 

—Una cosa más...—Murmuró el muchacho de alta estatura sacando unos lentes de sol de uno de sus bolsillos—Póntelos—Dijo ofreciéndoselos al pelinegro, que los tomó rápidamente y se los colocó—Bien, ahora nos vamos—Tomó a Him Chan de uno de sus brazos y abrió la puerta, empujándolo consigo como si de una muñeca de trapo se tratase.

 

—Zelo...—El chico se detuvo y miró fijamente al de cabellos violetas—Cuídalo—Susurró, el muchacho asintió con la cabeza.

 

—No necesito que él me cuide...—Him Chan estaba algo indignado ¿Acaso era una niñita a la que debían proteger?

 

—Son sus hombres contra ti, así que cierra la boca y sígueme—El joven de cabellos oscuros hizo una mueca de desagrado, detestaba esa actitud de aquel chico ¿Cómo podía ser así de irrespetuoso? ¡Era mayor que él! Le llevaba cuatro años y aun así lo trataba de esa forma, eso le hacía desesperarse—Ya, muévete—Siseó Zelo jalando el brazo del mayor, quien sin rechistar ni por un segundo, le siguió.

 

Aquel chico que acababa de irse junto a su amado Him Chan, era Choi Jun Hong, su fiel compañero, su mano derecha, su mejor amigo, aquel chico que con tan solo diecisiete años se había convertido en una máquina de matar, un asesino que no tenía miedo a nada ni a nadie, que no dudaba ni un segundo en arrebatarle la vida a alguien si era necesario, un chico sin piedad ni compasión, tan frío como el hielo, tan fuerte como una roca, o al menos eso aparentaba, no por nada Yong Guk confiaba ciegamente en él, era una persona de fiar, aunque tal vez solo era así con él. Zelo admiraba a ese hombre cuyos cabellos estaban teñidos de morado oscuro, lo veía como si fuese su hermano mayor, era por esa razón que le servía sin objetar, y le seguía hasta en sus ideas más descabelladas, como esa: Tener un romance con el heredero del bando enemigo.

 

Yong Guk corrió de un lado a otro ordenando el departamento, tenía que borrar toda evidencia de que había pasado la noche con alguien, si su padre se enteraba, luego vendrían las preguntas, además de que mandaría a alguno de sus hombres a investigar, eso no le convenía para nada. Después de aquella rápida sesión de limpieza, de dirigió hasta el baño, se dio una rápida ducha y justo cuando estaba saliendo de la regadera, tocaron la puerta.

 

—Ya voy—Su gruesa voz retumbó por todo el departamento, secó su cuerpo con una toalla y se colocó una bata de baño, para después ir a recibir a esos hombres que estaba comenzando a aborrecer.

 

— ¿Qué sucede? —Preguntó, fuera del departamento se encontraban un par de hombres de no más de treinta y cinco años, vestidos elegantemente con trajes de color negro.

 

—Su padre quiere verlo, joven Bang—Dijo uno de ellos, el menor chasqueó la lengua en señal de fastidio e hizo una seña con sus manos haciéndole entender a los dos hombres que pasaran a su departamento.

 

—No tardaré—Murmuró dándoles la espalda para dirigirse a su cuarto. Se vistió de manera sencilla, unos jeans de color azul claro, una camiseta negra sin mangas y unas botas de igual color, tomó su teléfono celular, unos lentes oscuros y el arma que guardaba debajo del colchón de su cama para luego irse junto con ese par de hombres hacía la residencia de su padre.

 

Al llegar lo primero que hizo fue ir a donde estaba su padre, no pretendía tomarse la molestia de ser cordial y saludar a personas indeseadas. Lo encontró sentando en el comedor de aquella mansión, junto a unos cuantos hombres y mujeres pertenecientes a esa gran familia de asesinos.

 

—Por fin llegas—Dijo el jefe de la organización, al que llamaba padre, al que alguna vez le tuvo admiración, y ahora solo le tenía asco.

 

— ¿Qué sucede? —Intentó no sonar molesto, pero con tan sólo ver la sonrisa cínica que adornaba el rostro de ese hombre, su sangre comenzaba a hervir y la furia se apoderaba de él.

 

—Cálmate, el desayuno está casi listo ¿Ya comiste? —Yong Guk sonrió con sarcasmo para sus adentros ¿Ahora le salía con instintos paternales?

 

—Padre...—Susurró en un tono de reproche, el mayor sonrió ladinamente y aclaró su garganta.

 

—Tengo un trabajo para ti—Murmuró indicándole a su hijo con una de sus manos que tomara asiento, Yong Guk así lo hizo.

 

— ¿De qué se trata? —Preguntó con serenidad ¿Por qué otra cosa lo querría ver su padre? Siempre era lo mismo.

 

—De Kim Him Chan, acaba con él, bórralo del mapa, quiero su cabeza como trofeo—A Yong Guk casi se le sale el corazón por la boca ¿Había escuchado bien? ¿Su padre quería que matara a Him Chan? Eso no podía estar pasando.

 

El heredero se sorprendió de sobremanera, mas supo disimularlo bien, y bajo la atenta mirada de todos los allí presentes, sonrió con malicia, al mismo tiempo que levantaba una ceja, tenía que fingir para no levantar sospechas.

 

—Cuenta conmigo—Dijo levantándose de la silla, apoyando sus manos sobre la mesa— ¿Para cuándo lo quieres? —Cuestionó, su padre sonrió perversamente.

 

—Sólo hazlo lo más rápido posible—Respondió, Yong Guk asintió e hizo un ademán de despedida.

 

— ¿Te vas tan pronto? Ni siquiera esperaste el desayuno—Murmuró el mayor.

 

—He comido en casa—Musitó el chico de cabellos morados dándose la vuelta para irse.

 

Sabía que algo así iba a pasar, pero nunca esperó que fuese tan rápido, tenía que idear una estrategia lo más pronto posible, no soportaba la idea de perder a Him Chan, y estaba seguro de que si el fallaba en la orden de su padre, alguien más haría el trabajo, de una forma u otra, su pelinegro estaba en peligro.

Notas finales:

Eso fue todo, espero que les haya gustado, dejar un review no mata a nadie y me motiva a seguir escribiendo(?) Dejenme sus comentarios ;3

 

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