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Man o´ war por sleeping god

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Notas del fanfic:

Bleach le pertenece a Tite Kubo yo sólo tomo los personajes.

Memorando a los muertos durante el Holocausto, sus familias y el mundo que aun resiente esta tragedia.

Notas del capitulo:

Nombre del capítulo de un campo de concentración.

Espero les guste porque me materé buscando de historia para acercarme a la realidad del tiempo.

Continuo.

Son mediados de octubre, el clima es frio y el cielo da todos los indicios de una fuerte tormenta.

Puedo ver a lo lejos los plantíos y uno que otro trabajador mirando las nubes con esperanza de dejar de ir al rio por agua ya sea para los animales o las plantas.

Por mi parte me acerco a la chimenea para calentar mis pies descalzos y me cobijo mejor.

-Yuzu ¿pronto estará la comida?-cuestiono a mi hermana que hace ruido de causuelos en la cocina.

-una media hora, hermano.

 

Empieza llover.

Mi padre llega y se retira a cambiarse de ropa.

Me distraigo con el ruido de las gotas en la ventana, apenas se escucha otra cosa. La tormenta empeora.

-¡a comer!-nos pide mi hermana y tanto yo como la gemela y mi padre cenamos.

Justo antes de acabar alguien golpea fuertemente la puerta.

Me sobresaltó.

-iré a ver quién es-se levanta mi papá y unos segundos después lo escucho abriendo la puerta-¡Ichigo, trae una cobija!-su voz es una orden por lo cual le entregó la que llevaba puesta, viendo en el suelo a un sujeto mojado hasta los interiores, con varios moretones en la cara, con la ropa desasiéndose de sucia, sin zapatos; dejando ver unos pies negros y duros de tanto caminar, unas piernas fuertes, un tórax en los huesos y un cabello negro. No sabía si ese sería su color, la suciedad apenas dejaba reconocerle.

-hay que llevarlo al fuego.

Lo ayudé a ponerlo cerca de la chimenea.

-¿Quién es?-pregunté a mi padre.

-no lo sé. Apenas abrí se desmayó.

-¿dijo algo?

-sí… pero no lo entendí-mi hermana Karin fue la primera en acercarse al desconocido  y tocar su cabello.

-mira, Ichi-nii, es azul-todos nos reunimos alrededor y ver con sorpresa que bajo esa negrura brillaba un azul como el de un día soleado.

Por esa misma curiosidad trajimos un trapo y limpié una de sus manos, dejando al descubierto unas uñas largas, rotas y sucias, pero más interesante esa su piel color casi blanca.

-bueno, suficiente de curiosear aun desconocido. Niñas, a dormir-las guio a su cuarto para dormirlas pero yo me quedé ahí y pasé el trapo el rostro magullado.

Al final su semblante, aun con moretones, era de un joven realmente apuesto.

Me pregunté de dónde vendría pues todo apuntaba a un extranjero posiblemente europeo.

Se giró a la derecha y me hizo retroceder.

No hizo más.

Bajo su rasgada playera se asomó un tatuaje, un 6 en el costado derecho de su espalda de buen tamaño.

-papá-llamé cuando iba bajando-tiene un tatuaje.

-mmm, mañana sabremos quién es.  Por ahora debes dormir, yo lo vigilaré.

Y a pesar de mis negativas no pude quedarme despierto junto al extranjero.

 

Temprano en la mañana bajamos mis hermanas y yo para por si despertó aquel hombre. Así era, o eso pensamos, pues la cobija estaba doblada en el suelo y la andrajosa ropa echada a un lado.

-esperen aquí-les ordené pues había la posibilidad que estuviera desnudo. Así lo hicieron.

Revisé el comedor, la sala y la cocina pero no se encontraba ni el extranjero ni mi padre. Decidí entonces salir al terreno tras la casa, ahí estaban, platicando con mi padre y una botella de sake en mano.

-papá-le vociferé para irme acercándome.

Ahora el extraño se encontraba limpio y relucía su cabellera azulada, su piel, a pesar de mostrarse tostada, daba idea a que era blanca, y ahora usaba un haori blanco de mi padre que siempre le quedó grande.

-Ichigo, él es Grimmjow-fruncí el ceño con el nombre-hijas, vengan-les habló a las que decidieron seguirme a hurtadillas.

Todos mirábamos con extrañeza al sujeto, él nos observaba sin ningún análisis pero no temía nuestros ojos escudriñosos.

-ellos son mis hijos, Grimmjow-me tomó mi padre de los hombros y me puso enfrente-es Ichigo, mi hijo mayor-no me moví ante la imponente, ahora notaba, realmente imponente estatura del sujeto al ponerse de pie. Hizo una reverencia y no más-ellas son mis gemelas: esta es Karin y ella Yuzu-mencionó mostrándolas como a mí y haciendo el extranjero la misma reverencia-bueno, será mejor que desayunen-dicho eso empezamos a caminar a la casa pero mi papá me detiene cuando entran mis hermanas-Ichigo, necesito que lleves a Grimmjow a la parcela faltante, él se encargará de ella.

Afirmé y enseguida me dejó sólo con él.

-vamos-le dije y comenzó a seguirme a llegar al camino y de ahí la larga caminata. En total silencio íbamos y no me atrevía a hablar, por un segundo tuve el valor de voltear y ese me miraba con unos brillantes y nada comunes ojos azules, sentí escalofríos, eran como los de los felinos.

-¿falta mucho?-cuestionó el extranjero por primera vez.

-sí, casi la mitad.

-debo sentarme-informó haciéndolo en una roca-dame un minuto-recargó sus codos sobre sus rodillas, agachó la cabeza y respiraba profundo-mierda…

-¿necesitas agua?-pregunté con preocupación.

-no… sólo un minuto.

Permanecí de pie ese minuto hasta que se levantó y señaló que podíamos continuar.

Ahora tenía mayor confianza pues él ya había hablado y entendía el japonés.

-¿Por qué llegaste así a mi casa?

Esperé una respuesta que no dio.

-te habló, extranjero-repetí.

Suspiró.

-porque buscando un tesoro en una isla flotante encontré una princesa que sufría un hechizo que la convertía en dragón cuando se enojaba, aun así me enamoré y nos casamos. Sin embargo un día se presentó la diosa de los cielos pidiendo que la hiciera mía y bajo sus encantos lo hice, luego mi esposa me descubrió y me atacó lanzándome llamas y todo eso, regresándome a este mundo en mitad de un mar tan salado que corroe la ropa y, si te quedas mucho tiempo, la carne. Al salir me mantuve vivo en la selva con una manada de lobos que tuvieron la amabilidad de guiarme a la gente pero cuando notaron que los dejaría me mordieron y dejaron en tu puerta.

No tuve idea de que había escuchado.

-oh, sí, todo eso ocurrió ayer-completó con socarrona sonrisa.

-¿Qué?-pregunté totalmente confundido.

-¿Qué no entendiste? ¿Nunca has visto un dragón? Son como lagartijas.

-¿un dragón?...-lo observé aún más confundido-no entiendo.

-sí, un dragón; son lagartijas enormes, de varios colores, tu sabes; verdes, rojas, anaranjadas, azules, moradas, con puntos, rayas, estrellas y algunas hasta parece que  fue un mal dibujo. Tienen dientes enormes y unos ojos como gatos, alas-abrió sus manos, llamando mi atención por completo-como el triple de lo que yo abro, cuatro patas llenas de garras y están cubiertos de escamas y algunos de plumas, lanzan fuego cuando se les molesta. Ten cuidado porque su comida favorita, además del ganado regordete, son doncellas y jovencitos aun tiernos y vírgenes-me sonrojé con lo último.

-¡no… no estoy entendiendo nada!

-¿Qué no entiendes?

-¿de qué estás hablando? Te pregunté cómo llegaste tan herido a mi hogar.

-¿y que no respondí?

Avanzó más rápido y comprendí que esa fantasía era para evadir mi pregunta. Me costaba admitir que su imaginación era capaz de rodear un cuestionamiento al punto de ya no importar la respuesta.

Llegamos al terreno sin ninguna plantación y al fondo un granero mediano vacío.

-es aquí.

-bien, muchas gracias-se remangó los pantalones y quitó lo de arriba, empezando de inmediato a arrancar mala yerba. Sus costillas aún se notaban cruelmente por su piel-será mejor que regreses o no comerás-afirmó y emprendí trayecto de regreso.

Entré a mi casa y me esperaba mi padre.

-¿Qué le pareció el lugar?-me cuestionó.

-no dijo nada, sólo se puso a trabajar.

-bien.

-¿Quién es?

-sólo un chico con mala suerte-me agarró el hombro y sonríe-y necesita algo de ayuda. Se bueno con él, Ichigo. Te diré que puede necesitar algo de amabilidad en este mundo.

Se va dejándome con más dudas.

Esa misma noche me encomienda mi padre que seré quien reparta comida y revisé los avances de todos los terrenos, eso implica que le daré muchas vueltas a aquel extranjero enigmático.

Notas finales:

Gracias por leer y feliz día de San Valentin!


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