Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Naruto en el maravilloso mundo de los Sasus por Fenix de chocolate

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-¡NARUTO!-gritó Tsunade en su oficina, rebuscando en su secretaría…más precisamente en la gaveta del Sake, para después ver como su asistente entraba afligida en el despacho.

-¿Qué le ocurre Tsunade-sama?-preguntó preocupada Shizune viendo como su jefe destrozaba la mesa del despacho y se dirigía a los estantes.

-¡VE A BUSCAR A AQUEL NIÑO!-ordenó más roja que un tomate y con una mirada que daría miedo a cualquiera.

-¿P-por qué T-Tsunade-sama-a?-preguntó realmente asustada la morena, encogiéndose para enseguida agacharse. Esquivando una silla voladora.- ¿Tsunade-sama?-volvió a preguntar a la rubia que se encontraba completamente loca.

-¡¿QUÉ?!-preguntó mirando a la morena, petrificada.

-¿Q-qué l-le ocurre T-Tsunade-sama-a?-volvió a inquirir.

-¿DONDÉ ESTÁ MI SAKE?-cuestionó rabiosa viendo con sus endemoniados ojos miel a la pobre morena que sólo quería salir de allí corriendo.

-E-En su mano-o T-Tsunade-sama-a.-tartamudeó, apuntando a la mano de la rubia, quien muy enfada miró a su propia mano viendo como su fuente de felicidad se encontraba intacta en su mano.

-Estás aquí mi amor…-dijo la viejo borracha abrazándose a su botellita como si fuera su más grande amor.

_-_-_-_

Por su parte nuestro rubio protagonista se encontraba durmiendo bajo la sombra de un grande árbol.

-Mmmm ramen…te quiero tanto…-dijo entre sueños, mientras besaba el aire, y se abrazaba a quien sabe que.-… ¿me amas?...-preguntó sorprendido.-….pues yo también te amo mi amor...-concluyó haciendo boquita de pescado y abrazándose a algo…

-¡¡SHANNAROOO!!-gritó una pellirosada furiosa, viendo como el rubio empezaba a abrazar y besar su pierna, para después darle un soberano golpe en la cabeza, haciendo que un gran chichón  apareciera en esta y que el pobre rubio despertara lagrimeando por el dolor.

-Sakura-chan…eres mala…-dijo sobándose el golpe que echaba hasta humo. Mientras que la de ojos verdes le daba la espalda con los brazos cruzados y con la cara sonrojada, pensando.

-¿Cuándo se puso tan bueno el maldito?-preguntó internamente viendo de reojo al rubio que se alzaba sin dejar de frotarse el golpe.-Dios…mira que trasero…-pensó viendo como el rubio limpiaba las hierbas de este.-…cielos que haría con un trasero de aquellos en mis manos…-dijo para sí misma, dejando que su imaginación fluyera.

-Sakura-chan…-llamó el rubio, haciendo que esta lo mirara, viendo que apenas se encontraba a escasos centímetro de su cara.

-¿QUÉ TE PASA BAKA?-gritó sumamente avergonzada golpeando la barbilla del rubio y haciendo que este cayera diez metros para atrás.

-Sólo quería…-inició sentándose y frotando la zona afectada y haciendo un tierno mohín.-…preguntar lo que querías-dattebayo.-concluyó mirando a la muchacha que aún se encontraba sonrojada.

-S-Sólo...-tartamudeó mirando a otro lado avergonzada.-...tu abuela te está llamando.-dijo cruzándose de brazos y yéndose de allí dejando al rubio solo.

Ahh!-dijo rascándose la cabeza desesperado.- ¿Quién entiende a las mujeres?-se preguntó a sí mismo tratando inútilmente de entender a la ojiverde pero después de unos segundos pensando llegó a la conclusión que no valía la pena.

-Qué más da ni ellas mismas se entienden…-afirmó encogiéndose de hombros, para después irse con su vieja sin percibir que unos ojos negros lo miraban fijamente.

_-_-_-_

-Es él…-dijo para sí mismo el misterioso dueño de la negra mirada, seguido salir de allí corriendo, para adelantarse al rubio.-...Tengo que llevarlo…

_-_-_-_

-¿Qué es eso?-preguntó volteándose, oyendo como la hierba se movía tras él.

-¿Quién está ahí?-preguntó ligeramente asustado…si como no él estaba que se meaba del susto, rogando internamente.-Que no sea un fantasma…que no sea un fantasma…

Para de seguida ver como algo negro y blanco le pasaba a frente muy rápidamente, llamando a su atención y haciendo que el miedo se fuera…un poquito, y luego, como ser curioso que era, perseguir aquella extraña criatura, hasta llegar a un bonito claro.

-WOW…-dijo para sí mismo impresionado, rodando sobre si mismo viendo las hermosas flores, el cielo azul y las grandes árboles, para después conectar su mirada con un hermoso doncel que se encontraba en el medio del claro, era simplemente hermoso con los ojos negros y brillantes como el cielo nocturno, piel blanca como la luna y lo más lindo de todo eran las encantadoras orejitas de conejo de este sin contar con la pequeña colita blanca.

-Hola…-saludó, aun impresionado con la belleza del doncel, haciendo que este sonriera de medio lado, cosa que no fue notado por el rubio.

-

 -… ¿Cómo te llamas?-preguntó, aproximándose del pequeño, haciendo que este retrocediera y moviera su naricita como un conejito de verdad.

Pero el niño simplemente saco de un reloj de sus pequeños calzoncillos, para después decir.-Llego tarde…llego tarde…tengo prisa…llego tarde…-sin dejar de mirar a su reloj, para después irse de allí salteando con despacio para que el rubio le pudiera seguir, cosa que hiso.

-¡Oye espera!-gritó corriendo tras el conejito, para después ver como un este entraba en un grande agujero.

-Y ahora…-pensó, mirando al oscuro agujero.-…tengo dos opciones…-continuó con su raciocinio.-…primera opción entro y continuo persiguiendo al lindo conejito…-pensó con una sonrisa pervertida en su rosto.-…segunda opción entro y continuo persiguiendo al lindo conejito…-concluyó su raciocinio con una sonrisa aun mayor, para después entrar en el agujero.

-¡¿PERO QUE SE PASA?!-preguntó cayendo dando voltas sobre sí mismo, viendo como él era el único cayendo, mientras que las otras cosas como las mesas y las sillas flotaban en el air, terminando por chocar contra una estantería, haciendo que los libros de esta cayeran con él.

-¡QUE ALGUIEN ME AYUDÉ!-pidió sin dejar de caer, al rato que se aferraba a la raíz de una planta, cosa que no le serbio de mucho, ya que esta se partió haciendo que el rubio continuar cayendo.

-¡ITE!-gritó adolorido, cuando su cuerpo golpeó un piano, haciendo que este cayera con él, cosa que asustó mucho al pobre rubio.

-¡NOOOOOO!-gritó aterrado cubriéndose el rostro con sus brazos, viendo como el piano volvía a flotar, haciendo que el rubio se relajara, para después chocarse contra una cama, lo que hiso que el rubio se sobresaltara, ya que esta lo hiso saltar de nuevo, conduciéndolo a otro agujero.

-¡NOOOOOOOOO!-gritó con más fuerza, encogiéndose sobre sí mismo y tapando su rostro con los brazos, al ver como se aproximaba al fin del agujero.

-PUUUMMMM-este es el ruido que hiso el cuerpo del rubio partiendo el techo y cayendo en el suelo de uno extraño salón donde el techo era el suelo y el suelo era el techo.

-Dios que dolor-dettebayo…-reclamó levantándose con despacio, sintiendo como su espalda tronaba, viendo como su pelo flotaba en el air, cosa que le pareció extremamente extraña al rubio, ya que estaba desafiando a la ley de la gravedad.

-¿Pero qué mierda?-preguntó tratando de poner su cabello en el sitio para después volver a caer, esta vez en el suelo, el real.

-¡ITE!-volvió a reclamar de dolor, volviendo a levantarse, para ver como su conejito se iba por una puerta súper pequeña, tanto que el rubio tuvo que arrodillarse para conseguir que su ojo viera, lo que estaba del otro lado.

-¿Dónde vas?-preguntó viendo como este se apartaba a toda la velocidad. Por eso apartó tratando de encontrar otra manera de salir de allí, encontrándose con otras puertas, las cuales trató de abrir sin éxito, las corrió todas pero estaban todas cerradas con llave.

-Esta no abre…esta tan poco…no está también no lo hace…-se decía desesperado, tratando de abrir las puertas, hasta que llegó a la ultima, que se abrió…no ni por eso.

-¿Y ahora-dettebayo?-preguntó algo perdido, mirando al redor viendo que en el centro se encontraba una mesita con una pequeña llave.

-¿Será que?-se preguntó con los ojos brillantes, para de seguida volver a correr las puertas tratando de abrirlas con la llave.

-Esta no da…Esta tan poco…y esta también no-dettebayo…-se decía conforme iba experimentando la llave en las cerraduras, hasta que se le acabaron las puertas, menos la pequeña por donde el pequeño conejito había salido.

-¿Será?-preguntó arrodillándose en el suelo, para después por la llave en la cerradora, consiguiendo abrir la pequeña portita.

-¡Viva!-dijo saltando alegre, para después darse cuenta de un “pequeño” pormenor.

-Pero… ¿cómo entro por allí?-se preguntó mirando por todos los lados tratado de encontrar una solución, hasta que encima de la mesita apareció una extraña botellita roja.

-¿Qué es aquello?-se preguntó aproximándose a la mesita para pegar en la botellita viendo que en ella estaba escrito.

-Bébeme.-leyó, para después abrir la botellita para oler el contenido.

-HEEE…Es jugo de tomate…-se dijo haciendo cara fea, aparatando su naricita de la horrible botella.

-Mmmm...Creo que tengo que mismo que beberte ¿no?-cuestionó a la botella, para después cerrar los ojos con fuerza y beber un poquito del contenido.

Pero lo que nuestro rubio no sabía era que al beber aquello empezaría a encoger.

-¿QUÉ ES ESTO?-se preguntó viendo como todo a su redor quedaba mayor, el techo quedaba más alto y su ropa más larga, hasta que se quedo en la oscuridad.- ¿QUIÉN CERRO LA LUZ?-preguntó moviendo los brazos como un condenado, sintiendo como si estuviera en una tienda.

-¿PERO QUÉ MIERDA ES ESTA?-se cuestionó indignado, saliendo de la tienda, dándose cuenta que efectivamente.- ¡ES MI ROPA!-si…su ropa.

-Entonces eso quiere decir que…-dijo mirando a su cuerpo que, por obra de alguien que no lo quería para nada, estaba únicamente cubierto por unos muy justos vaqueros naranja, dejando su esculpido torso, a la vista del travieso conejito, quien estaba mirando al rubio del otro lado de la puerta.

­-¡¿COMO ES FUE ESTO POSIBLE-DETTEBAYO?!-se preguntó alarmado, para después relajarse al pensara.-Bueno…así ya puedo pasar por la puerta.-contento yendo en dirección a la pequeña puertita, viendo que esta estaba…

-¡ESTA CERRADA-DETTEBAYO!-bramó ya harto de tanta confusión, para después empezar a procurar la puta llave.

-No puedo creérmelo…-dijo viendo como esta se encontraba encima de la puta mesa.-…y ahora ¿Qué hago?-se preguntó aproximándose de nuevo la mesita, para tropezarse en algo que estaba en el suelo, haciendo que nuestro rubio cayera de cara.

-¿PERO QUÉ MIERDA? –preguntó, levantando el rostro, viendo como a sus pies se encontraba uno pequeño bolito, el cual fue devorado por el rubio, quien no se preocupo con la etiqueta.

-¡HEEEE QUE HORROR ERA UN BOLLITO DE TOMATE!-grito con la lengua de fuera escupiendo, tratando de sacar aquel horrible saber de su boca, sin notar como su cuerpo crecía y crecía…hasta que su cabeza choco contra el techo.

-¡ITE!-se quejo de dolor, poniendo sus manos en su cabeza, cerrando con fuerza sus hermosos ojos azueles, para después abrirlos notando como todo a su redor encogió.

-No por favor no…-rogó, mirando al techo con los ojos cerrados, para después bajarlos viendo que efectivamente no era el espacio que había encogido sino el que se había puesto demasiado grande y que ahora sus pantalones más se parecían a una pequeña tanguita que mal servía para cubrir su...herramienta, que estaba siendo albo de la fija mirada de cierto conejito, que estaba más rojo que uno de sus queridos tomatitos.

-¿Y AHORA?-preguntó, agarrando la llavecita con sus grandes manos, para después como una luz venida del nada ilumina de nuevo la botellita.-No…-se quejo infantilmente el rubio sabiendo que tenía que volver a beber aquel horrible suco.

-¡BEBE!-oyó el rubio, haciendo que este se encogiera asustado, para después empezar a mirar en todas las direcciones, tratando de descubrir la origen de aquella extraña, pero hermosa voz.

-…se parece a la voz del conejito.-murmuró para sí mismo, para después beber más un trago, haciendo que su cuerpo volviera a encoger.

-Bien ahora vámonos…-dijo sonriente, viendo que su tanguita se había transformado en unos pequeños calzoncillos, para de seguida correr en dirección a la puta puerta, abriéndola para salir de aquel extraño espacio.

-¡Finalmente libre-dettebayo!-gritó con una sonrisa “derrite bombones” y con los brazos estirados, haciendo que todos los que le estuvieran viendo se sonrojaran.

-Y ahora… ¿Dónde está mi conejito?-preguntó poniendo su mano encima de su cejas, para empezar a mirar todo el lugar.-Pues huir conejito, pero no puedes esconderte.-dijo, bajando las escaleras, que estaba enfrente a la puerta, de un salto, viendo como todo a su redor era verde y florido, de cierto era un lugar bastante bonito.

Pero no paró para mirar a plantas o arboles, nuestro rubio se centro en seguir camino, procurando su conejito, hasta que llegó a un GRANDE portón de hierro que estaba abierto, el cual pasó sin grandes preocupaciones o miramientos, para continuar a andar viendo como extrañas creaturas, como caballos de brincar voladores luchaban con una extraña ave.

-¡CONEJITO!-gritó viendo su conejito saltando por allí, para después comenzar a correr tras este.- ¡CONEJITO ESPERA!-volvió a gritar, aumentando su velocidad aproximándose de su conejito. Estaba casi a apañarlo cuando este de repente vuelve a su tamaño normal, si porque también había encogido para pasar por la puerta, haciendo que nuestro rubio perdiera todo el avance que había gaño.

-Ohh…-dijo el rubio con  su boca en un “O” y los ojos completamente abiertos, los cuales no se despegaban de la, ahora gigante figura de su conejito. Y por eso no se dio cuenta que no había dejado de correr…y bien no es necesario ser un genio para saber que nuestro rubio se choco con algo.

 -¡ITE!-reclamó nuestro rubio de dolor, cayendo de culo después de chocar con algo duro fresco y rojo.- ¿Pero qué mierda…?-el pobre no pudo terminar su cuestión, al ver que frente a él se alzaba un enorme tomate.

-Deja de gritar dobe…-oyó el rubio, haciendo que este alzara su cabeza para ver como un chico igual a su conejito se encontraba sentado sobre el puto tomate, con las piernas abiertas, pero eso no era importante.

-Dios…-susurró el rubio, aun sentado en el suelo, viendo como aquella bella piel blanca brillaba a la luz del sol y como contrastaba con la larga falda negra semi transparente con dos grandes aberturas en los lados, al mismo tiempo que fumaba de su pipa.

-¿El ratón te comió la lengua dobe?-preguntó maliciosamente, haciendo que dos grandes anillos de humo pasaran por el rostro del rubio, al mismo tiempo que deslizaba por el tomate, aproximándose del rubio.

-…-parece que sí.

-Mmmmm…para dobe eres muy guapo…-elogió pasando su mano por las marquitas del rubio.

-…-no es necesario decir que nuestro rubio se quedo más…caliente con aquello ¿cierto?

-…y sexy.-concluyó bajando del tomate para colocarse de rodillas entre las piernas del rubio, pasando su otra mano por el torso del rubio, comprobando la dureza de sus músculos, para después subirla hasta el hombro del rubio, al mismo tiempo que bajaba la otra, hasta colocarla en el otro hombro y así abrazarlo.

-¿Q-Qué estás-as…ha-haciendo-o?-preguntó el rubio, quien se estaba calentando a niveles insospechados, sintiendo como el delicado torso del pelinegro se colaba al suyo.

-Seduciéndote.-respondió más fresco que una lechuga, aproximando su rostro del rubio, haciendo boquita de pescado, mientras que nuestro rubio, quien estaba más rojo que una manzana trataba de apartarse de este doncel, haciendo que terminara acostado en el suelo.

Mientras que el doncel iba avanzado conforme el rubio retrocedía, hasta quedarse completamente acostado sobre el rubio.

-¿Por qué huyes?-preguntó el azabache disgustado, alzando un poco para ver mejor al rubio.- ¿Acaso no soy de tu agrado?-inquirió de seguida, para después sentarse en las piernas del rubio, dándole la espalda y cruzándose de brazos.

-No es eso…es que…-dijo algo indeciso, ya que él tampoco sabía el porqué de rechazar tamaña belleza.

-¿Entonces?-pregunto mirándolo de medio lado con lágrimas falsas en los ojos.

-…-al ver aquello lindos ojos negro con lagrimas nuestro rubio solo pudo suspirar y cerrar los ojos aproximando su rostro al del doncel.  Por su parte Sasu solo sonrió de medió lado para después volver a abrazar al cuello del rubio y besarlo como dios manda.

-Mmmm…-gimió el azabache de gusto restregándose contra el rubio, sintiendo como la lengua de este corría toda su boca, acariciando su lengua.

-Esto fue muy bueno…-susurró Naru encantado, apartándose del doncel.

-…-Sasuke aun se encontraba con los ojos cerrados, disfrutando del cosquilleo que sentía en sus labios.

-¿Qué se pasa-dettebayo?-preguntó viendo como el lindo doncel en sus brazos empezaba a brillar y a flotar.

-¡Finalmente!-grató feliz, para después explotar en una nube dorada, reapareciendo con unas bellas alas negras, azules y violetas.

-…-Naruto lo miraba pasmado, para después sentir como el azabache pasaba sus bracitos por sus hombros.

-GRACIAS-afirmó, abrazándose al rubio con fuerza.

-…-Naruto…bien el pobre aun no sabía que decir, el doncel que había besado hacia un rato, se había tornado en una mariposa, cosa muy difícil de entender.

-Muy bien…nos vemos dobe…-dijo el azabache pronto para volar de allí, haciendo que el rubio saliera de su mundito.

-ESPERA ¿DÓNDE VAS?-preguntó haciendo que el azabache parara.

-Volar por ahí.-respondió feliz, finalmente había conseguido sus alas.

-¿Y ME VAS A DEJAR AQUÍ?-preguntó exaltado el rubio, saltando tratando inútilmente de agarrar el doncel.

-Si... ¿acaso quieres ir a otro sitio?-inquirió, despreocupado volando de un lado al otro.

-QUIERO IRME DE AQUÍ-respondió, como si estuviera diciendo la cosa más obvia del mundo, meciendo frenéticamente sus brazos.

-No puedes.-dijo, aproximándose del rubio, sin dejar de volar.-Solo puede salir de aquí si la reina te dejar.-afirmó, posando en el suelo.

-¿Cómo voy con ella?-cuestionó para después ver como el doncel volvía a abrazarlo por el cuello.

-Mmmm…solo te respondo si volvieres  a besarme.-y con eso aproximó su boca a la del rubio, quien solo sonrió correspondió al gesto enrollando sus brazos, en la estrecha cintura del doncel.

-Camina todos los caminos van a dar al Castillo de la reina…Nos vemos…-dijo el pelinegro, apartándose del rubio, para irse de allí.

-ESPERA…-gritó llamando a la atención del doncel.-… ¿Cómo vuelvo a mi tamaño normal?

-Como un poco de mi tomate.

-...-ante eso Naruto solo hiso mala cara, para después muy rápidamente morder el puto tomate y volver a lo tamaño normal de la nada…y no es necesario explicar lo que aconteció a su ropa…o lo que quedaba de ella.

-Dios mío…-susurró el doncel al ver el enorme pene de Naruto, que ya de por si era enorme y como él era del tamaño de una mariposa se vía algo monstruoso.

-¿Dónde estás-dettebayo?

-Aquí…-respondió quietecito, sin despegar sus ojos de la herramienta del rubio.

-AHHH-gritó el rubio avergonzado tapando su entrepierna con sus dos manos.- ¿QUÉ CREES QUE ESTÁ HACIENDO-DATTEBAYO?

-Nada.-respondió, volando para arriba hasta llegar al rostro del rubio.-…pero con aquello que tienes haría mucha cosa…-dijo sensualmente, guinchando un ojo al rubio, para después irse de allí.

-¿Y ahora?-se preguntó viendo su desnudo cuerpo.

-PUFF-oyó el rubio de la nada, para después como en una bolla de una aparecía unos pantalones naranja.

-…

-…

-Creo que alguien debe estar divirtiéndose mucho con esto…-susurró bajito para sí mismo, al mismo tiempo que vestía los pantalanes, para después oír una risita macabra, que hiso que nuestro pobre rubio se tensara por completo del medio, para de seguida…

-¡AHHHHHH!-gritar y salir de allí corriendo, como si su vida dependiera de eso.

Nuestro rubio continuó corriendo y corriendo  y corriendo, y corrió más un poquito hasta llegar a un lindo prado, donde había una larga mesa con varios tipos de comida en ella, pero lo más importante era un bello doncel, que poseía un grande y extraño. Al contrario de su conejito y de su mariposita, que eran igual de lindos, pero no utilizaban tales cosas, que se encontraba sentado en la cabecilla de la mesa, tomando tranquilamente su té…con su conejito al lado…

-¡CONEJITO!-gritó el rubio saltando sobre el conejito, abrazándolo como si fuera un osito…conejito de felpa, haciendo que este se sonrojara.

-…-el pobre ni conseguía hablar, solo se dejo hacer por el rubio, quien continuó estrujándolo con fuerza, haciendo que el pobre se pusiera azul.

-Mmmm…se siente tan bien…-pensó el pobrecito, dejándose hacer por el rubio.

-HAHAHA…lo estás ahorcando...HAHAHA-dijo el otro riéndose con lágrimas en los ojos y agarrándose a su barriga mucho, viendo como el Sasu bunny se ponía azul por la falta de air, pero aun así no se quejaba….y terminado por despertar cierto Sasu, que se encontraba durmiendo en el azucarero.

-¡CONEJITO!-gritó apartándose un poco de su animalito, para verlo a la cara, viendo como este si estaba más azul que sus ojos.

-@.@

-Tengo que ayudarlo…-dijo acostándolo en la mesa, en frente al otro que miraba a la escena con los ojos muy abiertos, para después besarlo…no Naruto estaba haciéndole respiración boca a boca…pero alguien debía decirle que no era necesario meter la lengua en la boca del que debía ser reanimado.

-Uhhhhh…yo también no tengo air…-reclamó falsamente el otro acostándose sobre la mesa, al lado del bunny, haciendo que su grande sombrero cayera, y con eso que sus largos mechones azabaches se esparcieran por la mesa.

-…Por…por favor…rubio sexy….ayúdame…-imploró abriéndose los brazos, cerrando los ojos y haciendo boquita de pescado, esperando que el rubio lo ayudara.

-No…ayúdame a mí…-dijo lastimeramente el conejito, abriéndose de brazos, mirando con los ojos entrecerrados y con la boca roja del fogoso beso que el rubio le dedicó.

-¡No ayúdame a mí!-dijo otra vez, igual a las dos primeras, haciendo que el rubio mirara al tercero Sasu, allí presente.

Bien…se podía decir que nuestro rubio estaba metido en un GRANDE problema, así que él decidió hacer el punto de la situación…

-primero….estoy en un claro, muy luminoso…lo que es bueno para ver todo lo que se va a pasar…segundo tengo una mesa muy, pero muy larga…con tres bellos donceles acostados sobre ella…y lo mejor de todo…están rogándome por ayuda…-pensó nuestro rubio con una sonrisa depredadoramente sexy, haciendo que nuestros lindos Sasu se sonrojaran.

-Y ahora el problema… ¿Quién ayudo primero?-se preguntó, para después empezar a examinar a los bellos donceles.

A su izquierda se encontraba un bello Sasu pelilargo, con uno rostro igual que hermoso que los otros dos, pero más alto vestido con una camisa negra semi-trasparente, con unos pantalones negros extremamente justos a sus largas piernas, una chaqueta formal lila y con una botas altas, que le llegaban arriba de la rodilla.

A su lado su lindo conejito con unos calzoncillos negros cortitos, una camisa blanca y una chaqueta combinando con sus calzones y una botitas que llegaban hasta su rodilla, esto sin contar con sus lindas orejitas blancas.

Y por fin, de su lado derecho, uno lindo Sasu el más pequeño de todos con unas lindas orejitas de ratón y que solo llevaba una camisa de dormir azul.

-…-nuestro rubio, continuaba mirándolos y examinándolos

-…-el Sasu sombrero lo miraba de vuelta con los ojos llenos de deseo.

-…-Sasu bunny, rogaba internarte que el rubio lo escogiera a él

-…-y el Sasu ratón…hacía lo mismo que los otros dos.

-Ayúdame Naru…-rogaron lastimeramente los tres al mismo tiempo…y ante una visión tan bella creo que no es necesario decir lo que aconteció al rubio.

-¡KYAAA!-gritó desmayándose en el suelo, con una rio de sangre saliendo de su nariz y con una sonrisa de lo más pervertida en su rostro. Al ver como su rubio se desmayaba los tres lindos pelinegros se levantaron de la mesa para ayudarlo

Si, como no

Simplemente se sentaron en ella viendo como el pobre rubio se desangraba en el suelo.

-Ohh…que pena-dijo el Sasu ratón desilusionado, siendo apoyado por los otros dos.-…creo que tengo que irme dormir.-concluyó estirándose, volviendo a su tamaño de ratón, para después adentrarse en su azucarero para seguir durmiendo.

-Cierto…-dijo el conejito levantándose.-…creo que me voy con la reina antes que mande cortar mi cabeza…-afirmó yéndose de allí pisando el rubio, haciendo que más sangre saliera de su naricita.

-Bien… ¿y yo?…-se inquirió el Sasu loco, poniendo su sombrero, viendo como el rubio continuaba en el suelo, el otro se iba y el ratón roncaba en el azucarero...volvió a posar su mirada en el rubio, mientras que una sonrisa perversa aparecía en sus labios.

-Creo que somos solo nosotros… ¿no?-cuestionó acostándose sobre el rubio, notando la soberana erección que este tenía en sus pantalones.

-Mmmmm…creo que me voy a divertir mucho…-dijo para sí mismo, para después sacando fuerza de quien sabe donde alzar el rubio en sus brazos, para llevarlo a su casa.

Caminó un ratito, a que su casa no era así tan lejos de donde estaban, con el rubio en sus brazos, hasta llegar a su casa, la cual era muy bonita y…deliciosa, si deliciosa, ya que era hecha de chocolate.

-Hogar dulce hogar…-se dijo entrando en su domicilio, sintiendo como el rubio se remecía en sus brazos.

 -Mmmm…Sasu-gimió el rubio entre sueños, haciendo que el azabache sonriera mal interpretando lo que el rubio estaba soñando.

Pero para sabernos lo que el rubio estaba soñando, nada mejor que entrar en el sueño…así que en el interior de la rubia cabecita de Naruto.

_-_-_-_

Naruto se encontraba acostado en la césped, en el grande jardín de la mansión de su abuela, quien lo cuido desde la trágica muerte de sus padres, cuando él nació….pero eso era otra historia.

-Mgt…que dolor…-se quejo Naruto sentándose sin abrir los ojos, agarrándose la cabeza sintiendo como esta vibraba, provocándole un dolor enorme. Sin sentir la presencia de la persona que se encontraba allí mirándolo fijamente con sus negros ojos.

-

-Conejito…-llamó el rubio, pensando que aun se encontraba en la agujero, con su conejito.

-Aquí no hay ninguna conejito…dobe.-dijo el otro, haciendo que el rubio se enfadara, después de todo quien se creía para llamarlo dobe. Pero al mirarlo…

-…-no consiguió pronunciar palabra, aquel chico que estaba frente a él a pesar de ser igual a su conejito,  la mariposita, al sombrerero y al ratoncito, era completamente diferente. Era como si tuviera un aura completamente diferente.

-¿Qué? ¿Tengo algo en la cara dobe?-preguntó, frunciendo el ceño para que el sonrojo no apareciera en su cara, pero era demasiado complicado al tener alguien como el rubio mirándolo en fijamente. Cosa que terminó por no le servir de micho, ya que un ligero rosa cubrió sus mejillas al ver como el rubio se alzaba del suelo y se aproximaba lentamente a él.

-…-el rubio se limitaba a mirar fijamente a aquel chico, sin dejar de aproximarse de él, para después colocar su mano en la suave mejilla de este y preguntar.- ¿Cómo te llamas?-sin conseguir control el tonito soñador que le salió sin querer.

-U-Uchiha Sasuke.-respondió, apartándose, sin conseguir acreditar que había tartamudeado…aquel rubio le estaba acabando con sus neuronas.

-Sasu...-susurró arruto, aun con la mano extendida, saboreando cada letra del nombre del chico que en tan poco tiempo había ocupado su corazón.

-¿Qué?-preguntó, con el corazón palpitando como un loco, viendo como el rubio trataba de aproximarse de él de nuevo, haciendo que su cuerpo mecánicamente retrocediera, hasta que quedo acorralado entre el rubio y un arbole.-¿Qué te pasa dobe?-inquirió tratando de no trasparecer su nervosismo.

-…-el rubio continuó callado y sube el hechizo que aquella negra mirada le había lanzado, al mismo tiempo que colocaba cada una de sus manos a un lado del bello rostro del pelinegro y aproximando más su rostro a este, haciendo que el bello pelinegro respingara.

-¿Qué crees que ha…Mgt-su cuestión fue cortada por los labios del rubio, quien profano su virginal cavidad con su caliente lengua, haciendo que el pelinegro, quien trataba de resistir, se estremeciera por completo ferrándose a la espalda del rubio, entregándose por completo al ósculo que lo estaba consumiendo.

-Mmmm…-gimió entre el beso, sintiendo como el rubio apresaba su cintura con sus caliente y grandes manos.

-Mmm…Sasu…-llamó el rubio extasiado con el dulce sabor de la boca del doncel, apartándose un poco de este, para ver el bello rostro sonrojado de este.

-Si…-respondió abriendo los ojos, ya que los había cerrado durante el beso.

-…-el rubio volvió a quedarse hechizado por aquellas perlas negras.

-Dobe… ¡AHHHH!-gimió, sintiendo como el rubio enterraba su rostro en su cuello, para después empezar a lamer y besar su sensible piel, haciendo que todo su cuerpo se estremeciera, al mismo tiempo que sus manos se crispaban en la espalda del rubio, arrogándole la camisa, tratando de contener los gemidos, cosa que no era digna para un doncel como él.

-…-el rubio por su parte, delicado con los dulces gemidos que el doncel dejaba salir accidentalmente, sintiendo como su garganta vibraba bajo sus labios y lengua.

-Es-Espera dobe…-dijo, tratando de apartar el rubio de su cuerpo, cosa que no estaba consiguiendo, no porque no tuviera fuerza suficiente para hacerlo, sino porque simplemente no lo quería, bien eso hasta que las taradas manos del rubio deslizaron por su caderas hasta llegar a su trasero, gota que llenó el vaso.

-¡PARA DOBE!-gritó empurrándolo con fuerza haciendo que este cayera…

_-_-_-_

-¡PARA DOBE!-gritó levantándose abruptamente, sin creer con lo que había soñado.

-¿Estás bien Sasuke?-oyó el azabache, haciendo que este mirara a su derecha, viendo como su hermano Itachi, lo miraba con preocupación.

-…-pero antes que pudiera responder, las imágenes de su sueño  acudieron su mente de nuevo, haciendo que su rostro se sonrojara y un agradable cosquilleo, apareciera en sus labios.

-Sasuke…-volvió a llamar, poniendo su mano en el hombro de sus hermanito, quien se había cerrado de nuevo en su mundito  peor al ver como un SONROJO aparecía en las pálidas mejillas del menor, es que es ciencia cierta que los Uchihas no se sonrojan.

-¿Qué?-preguntó aun ido, posando una de sus manos sobre sus labios, acción que extraño al mayor, quien se le quedo viendo por un rato.

-

-¿Qué?-volvió a cuestionar el menor, ahora si mirando al mayor, al mismo tiempo que se forzaba a sí mismo a ignorar el dulce cosquilleo que sentía en sus labios.

-Hmp-“expresó” el mayor con una sonrisa ladeada en su rostro.-Nada…solo espero que estés pronto para conocer tu prometido.-dijo volviendo a mirar a su libro, pero sin descuidar al menor, quien al oír la palabra prometido se entristeció, no visiblemente, por lo menos no para una persona normal, pero si para Itachi, quien siempre estuvo pendiente de su hermanito.

-…-Sasuke por su parte se cuestionaba mentalmente el porqué del dolor que sintió al oír la palabra prometido, cuando su hermano le avisó que estaba comprometido con alguien no se había afectado tanto…

Flash Back

Sasuke se encontraba comidamente sentado en uno de los sillones de la biblioteca de su mansión leyendo uno de los muchos libros de esta, cuando oyó su hermano llamarlo.

-Sasuke.

-...-el menor, como ser muy “hablador” que es se limitó a alzar un poco la mirada para ver a su hermano, quien se encontraba frente a él, para después volver sus negros ojos a su libro, como señal que estaba oyendo.

-Solo quiero informarte que nuestro tío Madara te comprometió con…

-No interesa...-cortó el menor tajante, cerrando su libro y mirando a su hermano, sin ninguna expresión en su rostro.-…solo dile que está bien…-dijo, sin darle grande importancia al asunto, para después volver a abrir su libro.

-…-Itachi por su parte de quedo mirando a su hermanito, pensando que la muerte de sus padres realmente lo había afectado, aun que este tratara de hacerlo pensar otra cosa.

Flash Back End

…pero eso no era lo que realmente atormentaba al menor, sino el facto del dolor en el corazón solo haber aparecido después de la imagen de Naruto en su cabeza.

-¿Qué mierda quiere eso decir?-se preguntó internamente, desviando su mirada hacia la ventana del coche donde se encontraban, ya que sería en esa tarde que iría conocer a su “amado” prometido.

_-_-_-_

Por su parte nuestro con nuestro rubio, quien se despertó de su dulce sueño, encontrándose, desnudo en una cama y esposado a la pared, con un doncel igual a su Sasu sentado encima de su vientre, con un pequeño vestido de enfermera, con todo incluido, hasta la jeringa.

-Veo que a despertaste…-ronroneó el Sasu enfermero, deslizando por el vientre del rubio, hasta llegar a la desnuda erección de este, pasando por ella, haciendo que su carnoso trasero la acariciara, para después sentarse en los mulsos del rubio...

-…-quien miraba espantado a la grande jeringa que el doncel tenía en sus manos.

-¿Pronto para tu bacina?-preguntó el azabache, sonriendo sensualmente.

-…-pero para el rubio aquella fue la sonrisa más asustadora que vio en su vida, pues lo único que conseguía ver era una jeringa e triplo del grande que el moreno en realidad tenía en su mano, y una sonrisa súper sádica por parte del ojinoche, motivos suficientes para que nuestro rubio…

-¡AAAHHHHHHHHHHHHHHH!-saliera de allí corriendo, arrancado las esposas de la pared y tirando a Sasu al suelo, y sin importarse con el facto de estar completamente desnudo.

-…-por su parte el Sasu, se encontraba en el suelo de su casa viendo, por su puerta abierta, como el rubio se iba de allí dejando una enorme nube de humo atrás.

-Y yo pensando que a los hombres les gustaban las enfermeras…-se dijo encogiéndose de hombros, desvistiendo  aquel estúpido traje, para vestir el suyo y poner su típico sombrero para volver al claro-…bien para la próxima escojo el de colegiala.-afirmó con una sonrisa súper pervertida.

Por su parte nuestro rubio continuaba corriendo y corriendo y corriendo, tratando de huir de la jeringa  del Sasu maléfico que le quiere espetar tal cosa, y continuó corriendo y corriendo y corriendo, hasta que se sintió seguro, parando en un extraño camino de piedras rojas.

-¿Qué haces aquí dobe?-oyó nuestro rubio arriba de sí, haciendo que él tuviera de alzar la cabeza, para ver con quien estaba hablando, viendo a un Sasu gatito…si era un chico completamente igual al chico de su sueño, pero aun así era demasiado diferente, que se encontraba suspendido en uno de los ramos de un arbole.

-Tengo que encontrarlo…­-se dijo a sí mismo el rubio, recordándose de su maravilloso sueño, sintiendo de nuevo el delicioso cosquilleo que sintió al posar sus labios sobre aquel Sasuke.

-¿Encontrar quien?-preguntó el gato, quien había bajo de un salto, sin que el rubio notara, para colocarse frente a este, excesivamente cerca del desnudo cuerpo del rubio.

-Sasuke…-respondió sin pensar, haciendo que el gato lo mirara con extrañeza.

-El único que aquí se llama Sasuke es la reina…-dijo el gato con una mano en su metan, captando la atención del rubio, quien lo agarró de los hombros, haciendo que el neko alzara su vista encarando los brillantes ojos del rubio.

-¡Tienes que llevarme con ella-dettebayo!-dijo eufórico, abanando al neko, quien empezó a marearse.

-@.@

 -Oye gatito ¿estás bien?-preguntó posando al pobre en el suelo, paro al agacharse reparó en las condiciones en que se encontraba…desnudo.

-¡KYAA!-gritó como una colegiala avergonzada, de nuevo, tapando sus partes, para después mirar al cielo y pedir.

-OYE TU DAME OTROS PANTALONES.-si…no haya duda que la educación es el fuerte de nuestro rubio.

-

Y  al parecer eso no le gusto a quien siempre le ayudaba, por eso el rubio, quien mantenía sus manos sobre su herramienta, tragó su orgullo y agregó bajito.

-Por favor…

-…

Pero aun así no aparecieron pantalones ni nada que se pareciera, y eso hiso que el rubio se enfadara más.

-OYE VOZ DE PACUTILLA SI NO ME DAS MIS PANTALONES TE VOY A…-no pudo concluir, ya que una voz lo interrumpió, haciendo que el rubio se volteara a ver el gatito, quien ya se encontraba en pie con un micrófono en la mano.

-¿Me vas a qué?-preguntó aun un poco mareado, y con una sonrisa de lado viendo como el rubio se ponía cada vez más deliciosamente rojo.

-¿ENTONCES SIEMPRE FUISTE TÚ-DETTEBAYO?-peguntó más rojo que un tomate, cosa que le pareció deliciosa al neko, al mismo tiempo que lo apuntaba con un dedo.

-Claro…-ronroneó, apareciendo de la nada al lado del rubio, quien estaba demasiado enfadado para pensar en cómo aquella imitación barata de su Sasuke había llegado tan rápido a su lado.

-¿Cómo te mueves tan rápido?-ok…tal vez no estaba así tan enfadado, pero aun estaba rojo.

-secreto…-oyó el rubio en una brisa, viendo como el neko ya no estaba a su lado y por eso empezó a procurarlo con la mirada, olvidándose por completo de su desnudes, pero que esperamos es Naruto solo puede pensar en una cosa a la vez.

-¿DÓNDE ESTÁS?-preguntó barriendo el lugar con su azul mirada, viendo a la derecha, a la izquierda, enfrente, atrás. Mientras que el neko se encontraba apoyado en el mismo ramo, del mismo arbole donde el rubio lo había encontrado, mirándolo como un gato mira a su ratito.

-

-¿DÓNDE ESTÁS GATO DE DEMONIO?-volvió a cuestionar, rodando sobre si mismo rápidamente, tratando de ver al minino, haciendo que su pene acompañara al movimiento de su cuerpo y por consecuencia haciendo que los instintos animales de gatito salieran a flote, ya que el movimiento de la herramienta del rubio parecía aquellos juguetes para gatos.

-Miau…-mauló saltando sobre el rubio, quien se volteó a ver el rubio al oírlo, para después sentir como el gato se posaba sobre su cuerpo, haciendo que cayera al suelo de trasero al suelo con un sexy gatito restregándose contra él, apretando su adormecido pene.

-¿Q-QUÉ CREES QUE HACES?

 

Notas finales:

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).