Ya estaba atardeciendo y el sol que se escondía comenzaba a reflejarse en las claras aguas del mar, en la orilla de este se encontraba un chico de cabello tricolor, con lágrimas en sus ojos mirando el extenso mar y sintiendo la brisa acariciar su rostro.
En sus manos tenia un botella de cristal que mantenía sobre su pecho en el lado del corazón y dentro de esta un mensaje, un deseo, ya hace mas de 1 año que su amado faraón se había ido de esa tierra.
Pero… el sentía un gran sentimiento hacia este, pero no había tenido el valor de decírselo, nisi quiera aquella noche en el barco antes de que este se fuera al mas allá.
Desde que se había ido no volvió a ser el mismo, el mayor tiempo de su día la pasaba llorando, ya casi nunca reía o sonreía, un día estando en el colegio apareció Joey, este ya no soportaba verlo llorar y sufrir, hacia que le contó una legenda que su madre sola decirle cuando era pequeño.
~~~~~~~Flash Back~~~~~~~
Se encontraba en la terraza de su colegio, quería estar solo, era el único lugar donde casi nadie lo buscaba y si llegaban ahí tenia donde esconderse para que no lo encontraran.
Estaba distraído, de sus ojos caían lágrimas mientras observaba el cielo, no sintió como alguien estaba por la puerta y se sentaba a su lado.
-por favor yugi ya no llores…
El mencionado se asusto, intento huir pero le fue imposible por que el otro lo había abrazado como intentando calmarlo.
-suéltame Joey quiero estar solo!!
-basta por el amor a Dios, si sigues así solo y aislado te ara mal
-no quiero estar con nadie, ya déjenme en paz!!
Dijo soltándose del agarre del rubio, se paro y se puso de espaldas al otro, como intentando ignorarlo.
-te dejare solo, si escuchas lo que te vengo a decir…
Al escuchar eso yugi lo pensó y luego sin mirarlo dijo.
-si te escucho me dejaras solo?
-así es…
-esta bien que vienes a decirme
-alguna vez escuchas la leyenda de los Mil Mares?
-leyenda de los Mil Mares?
Voltio yugi sorprendido, para que venia hasta el solamente para contarle una leyenda.
-es una leyenda que mi madre me cantaba cuando era pequeño, la leyenda cuenta sobre una chica que había perdido a su hermano y este deseando con todo corazón que volviera se dirige hacia el mar y en el suelta una pequeña botella de cristal con su deseo dentro…
-…
-tienes que pedir un deseo, una nueva ilusión, escríbelo en un papel y dentro de una botella de crista aviéntalo sin temor hacia el mar y este te lo ara realidad…
Yugi solamente lo miraba sorprendido, el creía en la magia y en todo relacionado en ella, pero si nisi quiera Ishizu había podido traer a su amado faraón como es posible que una leyenda sobre mar podría traerlo.
-solo te lo digo por yo lo intente y a mi se me concedió mi deseo…
-cual fue tu deseo?
-que Serenity volviera a ver…
Yugi había vuelto a sentarse al lado de Joey, solamente mira el cielo azul sobre ellos.
-eso es todo lo que te quería decir, ahora si te dejare solo
Con esas últimas palabras el chico de ojos color miel se levanto, dejando al pequeño de cabello tricolor sentado pensando, seria posible que su mas anhelado deseo se volviera realidad con solo hacer eso?
~~~~~~~Fin Flash Back~~~~~~~
El sol se estaba escondiendo, el cielo se veía anaranjado y en el agua se reflejaba los últimos rayos del sol antes de que este se escondiera totalmente.
Sin apartar la pequeña botella de cristal de su pecho se quito sus zapatos y se adentro un poco en el agua cristalina, observo por unos minutos el extenso y azulado mar, luego quito la botella de su pecho y la miro, dentro de este había un pequeño papel blanco en el cual decía ‘’Deseo que mi único amor vuelva a mi lado’’.
Sonrío tristemente y beso con delicadeza la botella de cristal, luego la soltó en el agua y comenzó a ver como esta se alejaba de la orilla y de el, llevo sus manos a su corazón y observo como la pequeña botella ahora ya casi no estaba a su vida.
Un par de lágrimas salieron de sus ojos y cayo de rodillas en el agua, el llanto no tarde en comenzó, con sus manos se abrazo a si mismo buscando consuelo.
-que idiota soy…
Decía sin dejar de llorar con una triste sonrisa en su rostro mirando como el sol estaba casi escondido.
-que idiota y egoísta soy… como voy a creer en una tonta leyenda como esta, estoy seguro que tu estas en donde debes estar, por fin tu alma esta descansando en paz, mientras yo estoy aquí, sufriendo por un amor que nunca será correspondido…
Ahora la pequeña botella no era visible, parecía como el mar se la hubiera tragado, las lágrimas no cesaban.
-Dioses!!
Comenzó a gritar al cielo, no se molestaba en moderarse, en la parte en la que se encontraba casi nadie pasaba, estaba desierta.
-por que, por que!? Por que me hacen amar a alguien que nunca me corresponderá y que no pertenece a este mundo!!
En sus palabras no había odio ni ira, solamente tristeza y dolor, quien fuera que lo escuchara se daría cuenta.
-por que me hacen sufrir de esta manera!! Se los ruego!! Si el me ama igual que yo lo amo, tráiganlo de nuevo a mi lado y si no es posible llévenme a su lado, no me importa morir!!! Solamente quiero estar a su lado…
Con esas ultimas palabras callo en llanto arrodilla en el agua, los rayos tenues del sol daban en su rostro lleno de lagrimas, haciéndolo ver brillante, pero a pesar de eso el sufrimiento se le podía ver.
-no es necesario que des tu vida para estar a mi lado…
Su llanto al igual que sus lágrimas pararon y sus ojos se abrieron par en par, sintió como dos brazos fuertes lo abrazaban, giro su mirada hacia atrás y sus ojos se abrieron aun más, detrás de el, abrazándolo y mirándolo con ternura, esta la persona por la cual era su llanto, la persona por la cual se encontraba en ese lugar y había pedido el deseo.
-Yami… Yami!!
Como pudo giro y se tiro sobre Yami haciendo que cayeran sobre el agua, el mas pequeño de ambos se acurruco sobre el pecho del mayor volviendo a llorar.
-por favor no te vuelvas a ir!! No me vuelvas a dejar solo!!
Yami solamente sonreía ante la actitud de este, parecía un niño pequeño por como se acurrucaba en su pecho y lloraba, como pudo lo abrazo y logro sentarse con yugi sobre el.
-ya no llores… no pienso irme esta vez, me quedara contigo, para siempre…
Decía mientras secaba las lágrimas de yugi, pero se sorprendió, de un movimiento rápido yugi quito sus manos de su rostro y planto un beso torpe en los labios del mayor.
Luego de unos segundos este se separo y miro hacia otro lado escondiendo su rostro en sus cabellos, Yami no salía de su asombro, miraba a yugi y podía ver debajo de sus cabellos el sonrojo de sus mejillas, sonrío, no podía negarlo mas, el también sentía algo por el mas pequeño, delicadamente tomo del mentón al mas pequeño e hizo que lo mirar y lentamente volvieron a unirse en un beso.
Esta vez fue mas largo y se volvió mas apasionante, una lucha de lengua comenzó en el cual ya se había que el ex faraón ganaría, llego el momento en que sus cuerpos rogaban por aire axial que se separaron del beso y se miraron, sus respiraciones eran irregulares, luego se sonrieron y unieron sus frentes.
-no te preocupes mi pequeño ángel, nunca mas pienso irme de tu lado y menos ahora…
-eso significa que…
-claro que si, yo también te amo, los dioses escucharon tu llanto y tus tristes palabras y el mar cumplió tu deseo…
-nunca mas volverás a irte?
-nunca mas…
-te amo Yami…
-y yo a ti yugi…
Así ambos volvieron a unirse en un beso, en este se mostraba el amor que sentían ambos y sus deseos de pasión, sin separarse del beso Yami tomo a yugi en sus brazos y lo saco del agua recostándolo sobre la arena y colocándose sobre el, se separaron del beso y yugi pudo ver la pasión y lujuria en los ojos de su amado
-que te parece si dejamos todas nuestras tristezas atrás y me dejar hacerte mío aquí y ahora mismo?
-eres un pervertido…
-soy y siempre seré tu pervertido…
Volvieron a unirse en un beso, que demostraba la calidez, la confianza y el amor que se tenían ambos, sus manos recorrían sus cuerpos con ansias, ya hacia varios años que ambos deseaban ese momento, el sol se escondió totalmente y la luna hizo su aparición en el cielo, iluminando a ambos amantes que se demostraban su amor mutuamente, los únicos testigos de ese momento de amor era la luna y el extenso mar que había cumplido el tan anhelado deseo de yugi.