Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No siempre ganan los Buenos por Fenix de chocolate

[Reviews - 91]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Me desperté de nuevo, gracias a los miserables truenos que no me dejaban dormir tranquilamente, así que abrí mis ojos viendo el blanco techo de mi grande habitación, suspirando y pensando en lo que estaría haciendo mi rubio, si estaría con alguien, si algún aprovechado se había acercado a él, y con esos pensamientos atormentando mi cabeza me levante de mi cama, vestí mi bata y salí de mi habitación, corriendo por los pasillos de mi mansión hasta llegar al sótano, un local oscuro, húmedo y casi vacío, como lo que restaba de mi mansión, solo tenía un viejo espejo mágico, que se encontraba cubierto por una polvorienta capa negra, y unas cuantas velas que alumbraban el frio local.

Me acerque al espejo, sacando aquella vieja capa, dejándola caer en el suelo, haciendo que un ruido sordo inundara el espacio, pode ver como mi reflejo brillaba misteriosamente en aquel espejo que parecía tan normal, por lo menos hasta que proferí las palabras que libertaban el hechizo.

-Mirror, Mirror on the wall who is the fairs of them all.

-¡Soy yo! ¡Soy yo! Uchiha-bastardo.-me respondió la muy…copia barata, pareciendo frente a mí con una de sus típicas sonrisas falsas, que ya me traían harto.

-Sai…-llamé con una venita en mi frente y con un grande tic en mi ceja derecha, cosa que haría una persona normal tremer de miedo, pero mi copia barata no es normal, ni siquiera es una persona.-… ¿Cuántas veces te dije para no me llamares así?

-Mmmm…-expresó colocando una de sus manos en la barbilla, al mismo tiempo que movía los dedos de la otra contando bajito.-…creo que 12266866.-respondió, su típica sonrisa.

Dios, es en momentos como este que deseo quebrar este puto espejo, pero no puedo desperdiciar lo dinero que gaste en el, sin contar que es muy difícil encontrar un espejo mágico, pero ha días que solo deseo apretar el cuello de mi copia barata para después torcerlo y dejarlo muerto.

-Bastardo, tu cara da miedo.-me dijo el idiota, haciendo que yo saliera de mis dulces sueño homicidas, para lo mirar asesinamente, cosa que ni lo alteró, mucho.-Pero… ¿Qué es lo que quieres de mi?

-Quiero saber del dobe.-respondí con obviedad, haciendo que la copia se quejara.

-Acaso no ¿quieres mudar de objetivo? No sé, ver lo que traman tus “oponentes”, lo que tu rubio hará con ellos, ¿si él se encontrara con alguna de los príncipes?-inquirió, haciendo que yo lo mirara con interese, lo que un Uchiha como yo podría mostrar.

-¿Puedes hacer eso?-pregunté, tratando de no sonar interesado, pero al ver la sonrisa socarrona en los labios de mi reflejo pode ver que soné de lo más desesperado.

-Claro que si bastardo.-respondió de lo más relajado, cruzando sus brazos tras su cabeza, con una sonrisa en su rostro, que era tan terriblemente parecido con el mío.

-Entonces ¿Por qué nunca me lo dijiste?-cuestioné furioso, aferrándome a la madera del espejo, pegando mi rostro al vidrio, sintiendo como el frio de este acariciaba mi piel.

-Nunca lo preguntaste.-dijo con una grande sonrisa, para después desaparecer, antes de que yo pudiera reclamar algo más, dejándome con la imagen de un bello palacio en el medio de la de una grade planicie, donde se podría observar la figura de un joven y, tengo que admitirlo, bonito doncel.

-El es Yuki Haku, príncipe del reino de la nieve y uno de tus oponentes.-dijo la horrible voz de mi copia barata, haciendo que el bonito doncel se tornara una bestia horrible.-Vaya bastardo si te quedas así solo con verlo, ni quiero saber cómo te quedaras cuando descubriros lo que se pasará si ellos si encuentran.

Dijo, haciendo que mi rabia aumentara, y mucho, tanto que ya sentía como mis ojos  se tornaban rojos y como mis manos se cerraban sobre la madera, marcándola con mis dedos, para después ver como las imágenes pasaban muy rápido, haciendo que me mareara un poco, pude ver como u tipo musculoso se llevaba al Yuki a una floresta, donde este se perdí para después encontrar una cabaña, en la cual entra sin consideración, y con eso haciéndome pensar que no pasaba de un niñito mimado, pero lo mejor vino un rato después, cuando apareció el padrastro de este, un doncel cualquiera que no me importaba ni un poquito, disfrazado de viejecita, y le entrega al doncellito una manzana claramente envenenada. Dios me sentí tan satisfecho al ver como aquel doncellito caya inconsciente en el suelo, estaba tan feliz que hasta quería brincar.

-Vamos bastardo, no te pongas tan feliz ahora…que aun falta el peor

Afirmó mi reflejo con un tonito burlesco, haciendo que yo volviera a fijar mi negra mirada en el espejo, viendo con desagrado como mi rubio aparecía de la nada y besaba los labios del otro, haciendo que este se “despertara”

-¿QUÉ NO ESTABA MUERTO?-inquirí furioso, sintiendo como mi sangre hervía en mis venas.

Me sentía tan furioso,  no podía dejar que aquel doncellito de cuarta me robara mi rubio, eso sí que no, dije para mí mismo,  agarrándome a mi cabeza, tratando de pensar en un plan para que pudiera detener aquella locura, no podía dejar que el rubio cayera en la manos que aquel chiquito…Naruto es mi, solo mío, repetí una y otra vez en mi mente, tratado de controlar mis impulsos asesinos, que fueron calmados por las palabras de Sai, cosa muy rara.

-Tiene calma bastardo esto aun no aconteció, pero acontecerá si tú no te apresares, el tipo de la nieve se queda con el rubio

-Por primera vez en tu vida tienes razón copia barata…-susurre suspirando, tratando de calmarme, para pensar en mi plan, pero me fue imposible porque el muy cabrón empezó a molestarme, haciendo que mis ganas de asesinarlo volvieran a asomar mi cuerpo.

-Vamos bastardo…tú no quieres matarme ¿cierto?-cuestionó tiritando.-Es que…si lo haces ya no sabrás los avances que tus oponentes tendrán con Naruto.-afirmó, haciendo que mis ganas de asesinarlo bajaran un poco, después de todo él tenía razón, y yo también podría deshacerme de él cuando mi rubio fuera mío. Así que suspire pesadamente, para después volver a mirar al espejo, viendo como la imagen de mi “reflejo” se presentaba frente a mí con una manzana en la mano, y eso me dio una idea maravillosa.

-Bastardo, esa sonrisa o trae nada bueno.

Y yo simplemente ignore su afirmación, pegando en mi Kusanagi para teletransportarme para aquel palacio, donde podía toda su riqueza y belleza, pero yo no estaba en una visita turística, yo solo quería llegar e impedir que aquella cosa se acercara a mi rubio. Y con esos pensamientos en mi mente pase por los pasillos de aquel palacio, no sin ates transformarme en una mucama, para no llamar a la atención, pero entre tanto sentí como algo vibraba bolsillo de mi blanco delantal y por eso lleve una de mis manos a él, encontrándome con uno pequeño espejito, donde, de la nada, apareció mi copia barata.

­-¿Qué mierda haces ahí?-pregunté susurrando, incrédulo, mirando a los lados, certificándome que nadie me vía.

-A esto bastardo se llama progreso, ya estoy harto de esta cerrado siempre en aquel viejo espejo, así que ahora me podrás ver donde quieras ¿no estás feliz?-inquirió con una de sus típicas sonrisas, a lo que yo respondí con una mirada que expresaba un muy simples y puro “púdrete”.

Para después seguir mi camino, hasta el laboratorio del padrastro de Haku quien se encontraba hablando con un espejo mágico, como el mío, aunque se vía que era un modelo más antiguo y modesto, así que aprovechando las distracción del otro para robar una de sus manzanas envenenadas, para después salir de allí sin que el otro se apercibiera.

-¿Qué vas hacer con eso bastardo?

-Bien, digamos que la manzana envenenada del padrastro me inspiró…

-Espera… ¿Vas a envenenar al pequeño?

-No, voy aprovechar esto.-digo con una sonrisa ladeada, sacando una pequeña botellita, haciendo que mi copia barata me mirara extrañado, para después preguntar.-¿Afrodisiaco?-a lo que yo respondí con un-Si, Afrodisiaco.-acompañado, de una sonrisa aun mayor, imaginando lo que haría con la manzana impregnada de afrodisiaco

-Sasuke.-me llamó Sai, sacándome de mi imaginación.

-Sí-afirmé lo más cortante que conseguía.

-Si vas envenenar al Yuki te recomiendo que seas rápido, que dentro de diez minutos el leñador ira levarlo a la floresta para “matarlo”.

-Muy bien…-dije, escondiendo la manzana y el afrodisiaco en el bolsillo de mi delantal, para después preguntar.- ¿Dónde está él?

-¿Quién?-cuestionó mi “reflejo”, solo para joderme.

-Al otro.

-¿Quién es el otro?

Yo ya me estaba quedando furioso y parece que eso fue bastante visible, ya que el idiota de Sai, me mostro en la superficie del espejo la figura del otro en el jardín, viendo como las flores de Sakura flotaban en el air. Y por eso, sin perder más tiempo me dirijo al patio del palacio, viendo como el príncipe se encontraba sentado en un banco, bajo un pino, mirando al cielo, así que me acerque a él, transformando la manzana en un vaso de jugo de manzana, para después echarle todo el afrodisiaco.

-Yuki-sama.-llamé, tratando de no hacer notar mi odio por aquel chico, quien al oír mi voz se volteo a verme, con sus grandes ojos castaños, aunque me costara tenía que admitir que era bonito.

-Si.-dijo con una dulce sonría, que ilumino el local, y eso solo hiso que mi odio por el aumentara.

-Le traje su jugo.-dije con toda la calma y dulzura que conseguía, posando el vaso en sus manos, que eran cubiertas por unos finos guantes de lana blanca, agradeciendo con un suave y delicado movimiento de cabeza, haciendo que sus largos mechones negros como el carbón se movieran con graciosidad, y con eso haciendo que unas tremendas ganas de ahórcalo, es que me vino a la mente la imagen de mi rubio enredando sus dedos en aquella larga cabellera, al mismo tiempo que lo besa y…hacia otras cosas.

-¿Está todo bien?-cuestionó, utilizando un tonito tan dulce que casi me daba un ataque de diabetes.

-Sin Yuki-sama, beba su jugo por favor.-pedí, aunque más pareció una orden, cosa que al parecer el otro no notó, pero aun así bebió todo el jugo, haciéndome sonreír.

Después de eso me entrego el vaso vacio, lo cual yo recibí con una sonrisa aun mayor, ya que a unos metros de aquí pude divisar el leñador, que ahora mismo procuraba al príncipe para llevarlo a la floresta, para “matarlo”, aunque lo mataría, pero de placer, a no ser que él la tuviera pequeña, pero según la copia barata la tenia bien grande. Y por eso, con toda la calma del mundo me fui a mi mansión, esperando que todo corriera como debería.

_-_-_-_

De regreso con Haku, quien ahora se “paseaba” por la floresta acompañado por Zabuza, un hombre bastante extraño pero que le parecía inevitablemente irresistible, sintiendo como uno extraño calor quemaba sus entrañas, cosa que era muy rara, ya que estaban en el inicio primavera y no estaba así tanto calor.

-Zabuza-san…-llamó el pequeño doncel, haciendo que el varón lo mirara, cosa que deseo no hacer, ya que se quedo con una monumental erección, es que ver a un doncel tan bello, como era el joven príncipe, sonrojado, jadeante y con los ojos vidriosos, era una visión que ninguno podía resistir.-…me siento raro.-dijo con tanta inocencia y melosidad, sin contar con el ligero tonito sensual que utilizo sin querer, que acabo por hacer que el mayor tuviera una hemorragia nasal masiva, recordándose de lo que debía hacer al pequeño príncipe.

Flash Back

Zabuza se encontraba caminando por los pasillos del grande palacio, dirigiéndose a los aposentos del rey, ya que este quería darle una misión de lo más importante, y por eso sin grandes problemas llegó a la habitación de su señor, para después llamar recibiendo un simple “entre” como respuesta.

-¿Me mandó llamar alteza?-inquirió el varón con cortesía y respecto, teniendo la visión más desagravie que pudo obtener en su vida.

-Si Zabuza-kun.-respondió el rey, quien se encontraba únicamente vestido con una bata corta, mostrado sus cortas y peludas piernas, bata esa que se encontraba descaradamente abierta, dejando ver su abultado vientre. Tratando de sonar sexy, cosa que le pareció de lo más repugnante al varón, quien solo se preguntaba cómo pudo su rey casarse con un doncel como aquellos.-Y ya te dije para me llamares Gato-chan cuando estamos los dos solos.-protestó acercándose lenta y sensualmente al más alto, quien solo tragó groso asintiendo con la cabeza, y sacando sus gafas, para después invitar al leñador a sentarse, quien lo hiso, muy lentamente.-Zabu-kun…tengo un favorcito que pedirte.-dijo meloso, sentándose MUY cerca del pobre Zabu-chan, casando sus manos por los fuertes brazos de este.

-Si…Gato-chan.-murmuró el leñador con dificultad, tratado de no vomitar allí mismo.

-Necesito que mates a Haku…pero no te preocupes que yo te daré lo que quieras.-susurró con complicidad, sentándose en el regazo del varón, quien solo pensaba que haría todo para verse libre de tal cosa.

-Muy bien.

Respondió, haciendo que el doncel sonriera satisfecho, ya que no había perdido su talento para la “seducción”.

-Sabía que podía contar contigo Zabuza-kun.-dijo levantándose del regazo del otro, cosa que este agradeció, para después dirigirse a su tocador, pegando una cajita que se encontraba sobre este, para después volver con el más alto, sentándose a su lado, abriendo la cajita.-Quiero que arranques su corazón con esta daga y que me lo tragas dentro de esta cajita, como prueba de tus hechos.

-Como desee su alteza.-afirmó el varón, pegando en la daga y en la cajita para después salir de allí, no sin antes besar la mano de su señor, quien se dejo caer en su cama feliz, pensando que sin el otro doncel el volvería a ser el doncel más bello del reino y que por eso tendría una oportunidad con el príncipe rubio dios.

Flash Back End

-Zabuza-san…-volvió a llamar el menor, acercándose un poco al mayor, quien reacción, tirándose sobre el pequeño, besándolo con pación, haciendo que el doncellito gimiera de placer, restregándose contra el mayor gustoso.

_-_-_-_

Por su parte Gato-chan se encontraba en la tina bañándose muy relajadamente, sintiéndose de lo más feliz, ya que se había liberado de su lindo hijastro, o eso pensó hasta que su reflejo, el del agua, empezó a hablar.-Mi lord…-y como una persona normal el padrastro gritó como un loco, saltando fuera de la tina.- ¡AHHH!

-¿Qué haces aquí?-inquirió sintiendo como su corazoncito, lo cual era muy pequeñito, se calmaba después del susto.

-Bien digamos que la nueva tecnología mágica nos deja, salir del espejo mágico.-explicó, como si hablar con el reflejo fuera lo más normal del mundo.

-Ya veo…-murmuró Gato no muy convencido, volviendo a entrar en la tina, viendo como su reflejo, el cual era mucho más sexy que él se acomodaba mejor.-…y ¿Qué quieres?

-Pues informarlo que como brujo que es no puede estar en el agua más de 20 minutos sin derretirse.

-¡¿QUÉ?!-gritó, sintiéndose la criatura más estúpida del mundo, para después tratar de salir de la tina, cosa que le fue imposible ya que sus cortas pernas fueron lo primero a desaparecer.-¡NO!

_-_-_-_

Por otro lado, Sasuke y Sai en la mansión de este disfrutaban de lo ocurrido, uno riéndose como un loco, y el otro soltando monosílabos con una sonrisa diabólica en su bello rosto.

-Bien copia barata ya puedes callarte.-ordenó Sasuke, sentándose en su confortable sillón, viendo como en el espejo aparecía la figura de su copia barata.

-No seas bastardo y celebra tu primera vitoria.-afirmó Sai, sacando a Sasu una de sus típicas sonrisas ladeadas, y un pequeño sonrojo.

-Muy bien, quiero ver a Naruto.

-Ya sabía, lo bueno es que Naru es BUENO.-gimoteó babeando, haciendo que una vena apareciera en la frente del azabache, pero antes que este se vengara el reflejo desapareció, dejando a Sasuke, babeando, con la imagen de su rubio amor, quien se encontraba viajando por los reinos, procurando lo que faltaba en su vida.

-Dobe…-susurró, acercándose al espejo, para colocar su mano sobre la fría superficie de este, anhelando el calor del rubio.-…pronto estaremos juntos.-murmuró acercando sus labios a la boca del rubio, pero sus planes fueron interrumpidos.

-¡SASUKE!-bramó Sai extremamente asustado, viendo como el azabache se acercaba lentamente, haciendo boquita de pescado.-Yo sé que estoy muy bueno pero…no estoy desesperado.-dijo con una sonrisa ladeada, al mismo tiempo que Sasu se apartaba abruptamente con un mega sonrojo en su rostro, y con unas crecientes ganas de matar a Sai.-No bastardo no me vas a matar, por lo menos no sin conocer tu próximo oponente.

Y ante lo dicho el azabache solo pudo calarse y mantener su instinto asesino activado, para lo que venía, pero cuando vio la imagen de su nuevo oponente, no consiguió evitar soltar una risita despectiva.

-Enserio copia barata…pero si es un niño.-dijo viendo como en el espejo, aparecía la imagen de un pequeño niño de no más de 13 años, con cabello rojo y curto acompañado de una piel blanca perfecta y unos embrujadores ojos verdes.

-Si, pero no debes subestimar a los niños, él puede parecer dulce y tierno, pero es un imán de los hombres.

-No importa, solo mandare a Susano comerlo y asunto resuelto.-dijo, restándole importancia al asunto.

-Te vas arrepentir bastardo.

-Si como no.

Y con esto, salió de aquel húmedo local, con una sonrisa socarrona, esperando que su “adorable” mascota terminara con su problema, sin saber lo que esperaba.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).