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Insania de tí por farfalya

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Notas del fanfic:

Es mi primer fanfic, basado en su mayoria en la película Betty Blue, si alguien no la ha visto la recomiendo ;)

Notas del capitulo:

Este manga no me pertenece sino a Maki Murakami, a la que estare eternamente agradecida por crearlo =)

 

 

 

 

En una habitación, un hombre rubio de cabellos desordenados tecleaba rápidamente en su ordenador al ritmo de aquella canción tic tic tic tic tic tic , la música se mezclaba con ese repiqueteo del teclado, tic tic tic

 Yuki se dejaba arrastrar por el significado de esa canción  y las palabras fluían solas como si se tratara de una actividad tan simple como hablar.

Maudits Manèges de Gabriel Yared , era el título de esa melodía que le ayudaba a sumergirse en otro mundo y de la cual nunca se cansaría , pues ésta formaba parte de la banda sonora de una vida en el que unos de los protagonistas era él.

Con los ojos cerrados, el escritor vaciaba su inspiración en aquel trozo de documento, sus dedos se movían tan rápido como si interpretase un allegretto al piano, creyó y todo que se había convertido de repente en músico.

Y tan enfrascado  en su trabajo estaba ,que cuando cesó la canción continuó tecleando como si la música estuviera sonando imaginariamente en su cabeza.

De repente, se dio cuenta que el ritmo había parado sin que el pudiera percatarse; un poco molesto, se incorporo de su asiento “ mierda “pensó “ juraría que había puesto el botón de repetir”,y para cerciorarse de ese hecho fue al salón girando su cabeza hacia la mesita la cual se encontraba entre aquellos dos viejos sillones  cuando diviso  la grabadora donde la canción sonaba, se acerco a ella y se fijó que  estaba sin batería “ahora donde encuentro el cargador? Joder, no me acuerdo ni donde esta!!”, y dispuesto a que nada le quitaría la inspiración del momento se dirigió al pequeño trastero que se encontraba al fondo del pasillo, justo cuando estaba preparado para la búsqueda del dichoso cargador  oyó pasos acercarse “ ahh , …Shu…llegaste ”

 

 

 

 

 

 

 

Flashback

 

Por las calles de la ciudad de Tokio caminaba a un paso de guepardo  Eiri Uesugui “ mierda,  mierda no llego” repetía mentalmente ,  éste se dirigía a una cafetería, la cual quedaba a 2 calles , donde había quedado con un editor para que evaluara su trabajo y al fin tener la esperanza de que su primer libro se publique.

Tras haberse metido  en una carrera equivocada éste había descubierto  que su verdadera pasión era la escritura y aunque tenía varios cuentos , ensayos , poemas, y una novela que durante su año en la universidad llevaba media escrita,  todavía no se había atrevido a publicar su trabajo,  hasta ahora.

Accidentalmente en un periódico encontró una editorial que no era muy famosa o difundida y dispuesto aunque sea a comenzar desde lo mas básico se atrevió a dar el paso,  pues sus obras no se quedarían en un cajón de escritorio llenándose de polvo .

 

 ‘ Uffff’pensaba ‘por fin llegue’, Eiri encontró al editor sentado en una mesa esperando impacientemente, Eiri se apresuro en sentarse delante suyo ofreciendo una disculpa por el retraso, a pesar de que solo habían sido 10 minutos,

 

- ¿Desea tomar algo señor Urumiya?- pregunto nerviosamente Eiri, pues el señor Urumiya tenía cara de malas pulgas y eso fue lo único que se le ocurrió para romper el hielo ante aquel ambiente tan tenso.

 

- No gracias, señor Uesugui, solo vine a recoger su escrito, y disculpe por haberlo citado aquí pero la editorial tuvo problemas de mantenimiento y necesitaba algunas reconstrucciones.

 

- Bueno…, no se preocupe-vaciló- em…. disculpe mi atrevimiento, pero... para cuánto tiempo aproximadamente  puede estar la aprobación de mi manuscrito?

 

- En una semana le llamaremos señor Uesugui- Urumiya no era un hombre de muchas palabras y supuso que ya había hablado suficiente, no tenía nada que comentar con un completo desconocido que aspiraba a escritor.

La tensión en el ambiente volvió a nacer, ninguno sabía que decir, así que el señor Urumiya dio el paso para concluir de una vez por todas aquellas conversación tan falta de palabras:

-Bueno …. señor Uesugui, con permiso yo debo marcharme, tengo otros asuntos laborales pendientes- concluyó Urumiya

 

- Claro , claro, no se preocupe- respondía Eiri un tanto incomodo por la situación, quería seguir preguntando a aquel hombre que factores tomarían en cuenta para corregir su manuscrito, pero antes de poder abrir la boca, el hombre se le había adelantado y tuvo que aceptar la repentina despedida.

 

Y cogiendo el paquete de papeles que Eiri dejó sobre la mesa , Urumiya salió a gran velocidad de aquella cafetería dejando a Eiri solo,  quien aprovechando que no había desayunado encargó un café cortado acompañado de un trozo de pastel de fresas , su favorito.

De regreso a casa , Eiri sintió que se había quitado un peso de encima, un peso enorme y como recompensa se dio un burbujeante baño en su pequeña  bañera  disfrutando de una copa de vino barato, ya se compraría un gran reserva cuando fuera acaudalado, quería pensar en eso, que todo iría bien, y que su libro sería un gran éxito.

 

Durante el transcurso de esa semana, Eiri estaba tan nervioso que no había tenido la fuerza suficiente para comenzar otro escrito, pues esperaba impaciente la respuesta, quería que le dieran su aprobación , ahora era diferente que hace dos años, en aquel entonces Eiri estaba harto y cansado   , era  siempre regañado y retado por su padre, quien tras enterarse que dejo la carrera de Economía , le montó tal escándalo que Eiri acabo por irse de Kioto y asentarse de manera definitiva en Tokio. El rechazo de su padre fue un gran golpe del que afortunadamente se estaba recomponiendo, y fue  otra de las razones por la cual  no pudo publicar sus escritos, en su mente resonaba constantemente  ‘ tú no vales para esto’,’ dedícate a algo con provecho’, ‘ si te atreves a desobedecerme , no te atrevas a considerarte  mi hijo’, esas y muchas más, unas más que crueles que otras, que palabras eran aquellas? De verdad un padre podía humillar a un hijo a  tal punto?

Finalmente el no se iba a resignar a seguir una vida  que él no quería, no señor!!!!.

 

El lunes por la mañana a las 11:24 recibió esa ansiada llamada, contesto con un ligero tono de esperanza en su voz:

 

-          Señor Urumiya?

 

-          Si, señor Uesugui soy yo, bueno  ya sabe porque le estoy llamando, estuve leyendo su manuscrito, y…- su tono no era muy convincente que digamos-…. Voy a ser lo más sincero posible….- Eiri se estaba predisponiendo para lo peor,… y no se equivocaba-  debería dejar esto..- eso sonó como un golpe en el estómago-… aquí buscamos un trabajo más elaborado, más pulcro ; así que no nos queda otra opción que rechazar su…..- antes de terminar la frase , Eiri interrumpió con la esperanza de poder disuadir ese rechazo,.

 

-          Pero … puedo mejorarlo, es eso lo que quieren? Puedo cambiarlo, que puedo hacer?- ¿que error había cometido? Había puesto todo su esfuerzo en aquel dichoso manuscrito

 

-          Mire, no es eso, es solo que ….. no tiene el talento que buscamos- concluyó Urumiya, a lo que   Eiri se quedo boquiabierto y a la vez un sentimiento de angustia se formó en su interior impidiéndole hablar.

 

-          ….

 

-          Señor Uesugui, le enviaremos en paquete su manuscrito durante estos días. Si me disculpa, tengo que retirarme.

 

Eiri oyó el sonido del teléfono al colgar, entonces varios sentimientos se mezclaron en su interior, el que más predominaba era la rabia, esta le carcomía las entrañas , nublaba su mente, soltaba palabras malsonantes maldiciendo a todo y,  como consecuencia de aquel ataque, la poca vajilla que había en la cocina fue a parar al suelo, sonando tan fuerte que Eiri oyó como los vecinos de abajo se quejaban del escándalo que estaba armando.

Cómo era posible que ese  editorcucho lo haya rechazado? Con lo que le había costado escribir esa novela…. “Mierda , mierda , mierda” se auto decía mientras sollozaba “ Quizás papa tenía razón y esto no es lo mío…., pero…. qué hago? Qué hago?” , ya estaba entrando en histeria , a veces se volvía voluble  “ No me gusta nada más, nada , nada,  nada…….”

Habían pasado ya 4 horas  desde aquella llamada y  la botella de whisky barato  se había acabado en cuestión de minutos, quería olvidar que existía , olvidar el hecho de que quería escribir, luchar por ese sueño, pero la cobardía a enfrentarse a un nuevo rechazo se apoderaba de su ser. Quería llenar su mente de otros asuntos, pero no lo lograba, por muchos interés que intentara poner, acababa adoptando una actitud inmadura que lo dejaba en peor estado de ánimo.

 

A partir de aquel día, ya habían pasado 2 meses , y Eiri sufría de una “depresión “ ( producto de la duda e indecisión )de la cual parecía que  quería salir y no ,  nada le motivaba y quería ser motivado , pero no había nada ni nadie que le generaba nuevas energías, se sentía perdido y pasaba horas y horas mirando a un punto fijo en la pared.

Hasta que , en un intento de pensar , recordó que en una ocasión un compañero suyo de clases, Matsumo, quien comentaba que haría durante las vacaciones  había nombrado algo de  casas bastante baratas en pueblos costero al sur del país.

Pensándolo bien, quizás mudarse era la mejor opción , alejarse a un lugar donde había más mar que gente, era una buena idea , pues la probabilidad de recuperarse en aquel cutre y minúsculo apartamento en la metrópolis era bastante baja. Nuevos aires le vendrían le maravilla, bueno a lo mejor estaba exagerando , pero era algo.  Sin pensárselo demasiado eligió un pueblo cercano a una ciudad, tampoco le convenía  estar tan aislado pues el imaginarse la falta de medios ante una urgencia lo hizo recapacitar en  la parte de “ aislado del mundo”. Finalmente se decantó por uno que era pequeño pero acogedor y decidido averiguó como llegar a aquel destino.

 

Tras informase en la estación se dio cuenta que tampoco era muy difícil llegar, bastaba con un viaje en tren y otro en autobús .

La cuestión económica? el dinero lo había sacado de una cuenta de ahorros que su padre le había abierto y  donde él había ido ingresando dinero poco a poco ( de los regalos por año nuevo, de su cumpleaños, de sus trabajos parciales etc) , no había mucha cantidad pero lo suficiente para el viaje, una casita donde vivir y para subsistir algunos meses antes de encontrar un trabajo.

 

Partió un viernes tomando su equipaje que solo constaba de tres maletas ,contó las horas de viaje  y calculó  aproximadamente su llegada el domingo por la mañana.

El viaje fue tranquilo, y durante su transcurso decidió que se retiraría un tiempo de la literatura hasta que encontrase un motivo que lo empujase de nuevo a escribir , pero y si no lo encontraba? Bueno, ya decidiría , primero tenía que encontrar una vivienda y asentarse de  manera fija. Dado que todavía faltaba trayecto , lo mejor era echarse una cabezadita ( siesta) para matar el tiempo.

 

Cuando llego a la estación , bajó con pereza   y tomo un autobús que estaba a 10 minutos del pequeño pueblo, por la ventana del autobús contemplaba el paisaje rústico, se veía los pastos verdes y el mar de fondo, además de que hacia buen tiempo , el día no podía ser mas perfecto, todo era tan diferente a la ciudad, a la multitud, parecía que estaba en otro planeta.

 

En la primera semana de su nueva vida, Eiri se estuvo alojando en un pequeño hostal que estaba a primera línea de playa, el precio de la habitación le había salido una ganga, no era una habitación ostentosa, más bien pequeña , pero el suelo de madera   y la cama de madera con sabanas y colchas blancas le daba un ambiente de confort único .

También exploró el pueblo, se alivio al saber que no había ido a parar a un “ pueblo desierto”,pues  la gente era amable y le explicaba las costumbres y como era el funcionamiento en aquella comunidad.

En 1 semana y media adquirió una pequeña casita de una planta  cerca de la playa, la cual constaba de 1 cocina, 1 baño, 1 salón comedor , dos dormitorios ( uno seria el dormitorio  y el otro su despacho)y un jardincillo como zona de relax .

No tardó mucho en instalarse y como hombre detallista decidió hacer unos pequeños arreglos a su acogedora madriguera: pintó la cocina de un azul oscuro, sacando brillo a cada uno de los electrodomésticos, habilitó un sofá color violeta en la sala y dos sillones que hacían juego a este, pinto los dormitorios de un color beige que hizo juego con las mantas que puso en su cama y finalmente planto algunas gardenias y hortensias en su rincón de relax, osea el jardín .

 

Habilitado a su nueva vida, en pocas semanas había conseguido un trabajo de vendedor en un comercio dedicado a la alimentación,  como un minisupermercado; no era su trabajo soñado pero se había ganado la simpatía de la gente en unos cuantos días, claro, siendo tan guapo pensó Eiri en una ocasión, y no se equivocaba, sus cabellos rubios y sus ojos gatunos eran su principal atractivo aparte de ese cuerpo de adonis perfectamente moldeado que se pegaba a sus sencillas ropas , recordó que en la universidad muchas chicas iban detrás de el, pero ninguna atraía  suficientemente su atención  porque sus principales intereses en aquel entonces no era la vida conyugal sino los libros.

 

Lo que más le gustaba a Eiri eran los paseos vespertinos, que con la llegada del verano se hacían más frecuentes, estando a un paso de la playa no iba a desperdiciar esa oportunidad, el sentir la arena en los pies , la cálida brisa marina, el aire limpio….

Los paseos solían durar 2 horas aproximadamente, desde el atardecer cuando el sol se ocultaba hasta un momento de contemplación de las estrellas. Esto sí es que es vida , pensaba Eiri.

 

Una de las noches, Eiri decidió alargar su paseo, y se alejo un poco del pueblo, pero tampoco tanto para perderse, no era tan idiota como para no tener sentido de la orientación.

Ensimismado en sus pensamientos, oyó como un murmullo, y a medida que se acercaba esto se asemejaba a un tarareo, los sonidos no provenían de muy lejos, así que se dejo llevar hasta llegar al lugar de donde provenía ese melodioso estribillo.

Cuando el tarareo ya se hizo más claro se dio cuenta que era un muchacho cantando por el tono de su voz,  y escondido tras una roca sucumbió   a la curiosidad para encontrar algo que lo dejo tan estupefacto como maravillado: un muchacho bajito  de cuerpo delgado y esbelto se bañaba desnudo en las cálidas aguas del mar a su vez siendo iluminado por la luz de la luna,  Eiri solo lo contemplaba de espaldas , su trasero era perfecto, sus caderas,  sus largas y doradas piernas ,sus…. Un momento en que estaba pensando?? Estaba babeando por un hombree??

Ensimismado en su interrogatorio, Eiri no se dio que el muchachito se había dado la vuelta y lo observaba inquisitivo con sus ojos brillantes, si Eiri no había tenido bastante con verlo de espaldas para quedarse completamente embobado ,  contemplar su cara era como leer un poema de Bécquer:  perfecto en  si mismo; no pudo evitar quedarse hechizado por sus ojos violetas que irradiaban la luz de la luna, su carnosa boca que estaba mojada y le pedía a gritos que la devorara  , su pequeña nariz, todo estos acompañado de su pelo rosado que mojado se pegaba a su frente y lo hacía ver más apetecible que una suculenta tarta de fresas.

Tras salir de la estupefacción, Eiri empezó a tartamudear :

 

-          Dis...dis…disculpa, yo… esto….es….estaba paseando y…. bueno…eh … yo ….. te …te oí cantar y no pude….evitar…- el sonrojo se apoderaba de sus mejillas, como  iba a justificar su conducta de pervertido voyeurista ?, menudo lio en que se había metido. De repente, el muchachito soltó una frase que lo dejo algo desconcertado.

 

-          Te quieres bañar conmigo? El agua está fresca- preguntó como si nada malo hubiera pasado.

 

Eiri no daba crédito a lo que había oído :

 

-          Qué…?

Notas finales:

En próximos capítulos contaré con la colaboración de Amethyst Tilly, autora de Pink Doll =)

 


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