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Marionetas por Cucuxumusu

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Notas del capitulo:

Bueno ahora empieza la trama real a ver que tal.

 

 


 


———————Dos años después———————


Kid tumbado en el enorme sofá de la enorme sala suspiro por decimoctava vez, mientras, un grupo de sirvientes a su espalda preparaban un enorme banquete en la aun más grande mesa. Estaba en uno de los restaurantes más caros e inaccesibles de la ciudad y debería sentirse el rey del mundo, pero no hacía más que suspirar y gruñir aterrorizando a los sirvientes de la sala.


¿Y a que se debía todo aquello? Al idiota de Trafalgar Law como no.


Ya no podía negarlo más se le estaban acabando las escusas y aquello estaba llegando demasiado lejos. Tenía que reconocerlo de una puñetera vez.


Se había enamorado del cirujano de la muerte.


Gruño de nuevo y uno de los sirvientes soltó un gritito y sus ojos se pusieron en blanco.


 Aquello había empezado con el encuentro que tuvieron en Sabondy con el altercado del almirante. La actitud arrogante y burlona en cada uno de los gestos del moreno, junto con esa sonrisa torcida y la inteligencia tras sus ojos grises, le habían provocado un ligero interés por el otro.


Luego había ocurrido la guerra, había salvado a Mugiwara y entonces crearon la alianza.


 Frunció el ceño al recordarlo, todavía no había olvidado el tono brusco con el que Trafalgar le había colgado aquella vez y todavía le molestaba que no confiase en él lo suficiente como para contarle lo que había ocurrido.


Pero ahí no había empezado el problema. La cosa había empezado cuando habían ido quedando para acordar los objetivos de la alianza. Recordó la vez en la que habían quedado en una isla desierta y mientras sus compañeros se bañaban alegremente en el transparente mar ellos, como usuarios de frutas, se quedaron marginados en la arena hablando sobre que iban a hacer.


Recordó la piel morena del otro apenas tapada por el bañador, cubierta de los extraños tatuajes y sudando ligeramente por el calor y las ganas que había tenido en recorrerla con sus manos. También recordó como después de pensar eso se había querido de dar de cabezazos contra la palmera más cercana.


Después de aquello había empezado a ser cada vez más consciente del otro, de la sonrisa torcida y divertida cuando consiguió que Killer borracho bailase desnudo delante de un grupo de chicas, de la cara enfadada y molesta que había puesto cuando había estado media hora riéndose en su cara por haberse convertido en Shichibukai…


Pero lo peor era, que el menor no parecía darse cuenta de lo que provocaba. Siempre que iban a un pueblo toda la gente se lo comía con la mirada para desagrado de Kid y el moreno ni se enteraba y les sonreía amablemente con su sonrisa ladeada. Ya les había partido a algunos la cara más de una vez por mirarle más de lo que debían.


Si, la cosa era grave. Muy grave.


Ambos eran hombres y ambos eran enemigos. Además sabia que el moreno se reiría, se burlaría y se aprovecharía de el por el resto de la historia y eso, como hombre orgulloso que era, y futuro rey de los piratas, no podía permitirlo.


Sabía que era imposible y por eso había intentado olvidarse del moreno acostándose con todo hombre o mujer que se pareciese mínimamente al otro en un intento de quitarse el capricho. No había funcionado, es mas había sido peor, llegando a obsesionarse con el otro como nunca lo había hecho con nadie.


¿Qué cara pondría cuando…?¿Reaccionaria así si él…?


Mientras él pensaba en todo esto y se torturaba mentalmente, los sirvientes acabaron de poner la mesa y uno de los chicos se acerco a él.


—Disculpe señor, ya hemos acabado— murmuro temblando de terror— si necesita algo mas, por favor, háganoslo saber—


—Mnn— contesto el sin prestarle atención.


Y al cabo de un rato volvió a estar solo en la habitación al haber huido los sirvientes en bandada. Se levanto del sofá y pasándose una mano por su pelo rojo fuego empezó a andar en círculos por la habitación buscando una manera de acabar con aquello sin perder su dignidad y su orgullo.


De repente comenzó a escuchar unos pasos en el pasillo y adivinando quien era se acerco a la puerta a esperarle. Llevaba tres meses sin verle ocupado como había estado con el plan. Los pasos se detuvieron momentáneamente al otro lado de la puerta, luego se oyó una risilla y el pomo comenzó a girar.


Casi no le dio tiempo al otro a entrar en la sala y de un portazo cerró la puerta a sus espaldas acorralando a su invitado entre la hoja de la puerta y su cuerpo. Trafalgar Law inspiro bruscamente por la repentina acción, pero  se le quedo mirando con cara de curiosidad y diversión.


  —De que te ríes— murmuro con su característica voz grave.


  —De nada— contesto Law pegándose más contra la puerta, pero sonriendo como si la cercanía no le importase lo mas mínimo.


Kid le miro serio, escrutando su cara con detenimiento en busca de alguna señal que le pudiese avisar de lo que estaba pensando. El mayor seguía tan delgado como siempre, aunque sabía que las apariencias engañaban con él y era más fuerte de lo que aparentaba, su sonrisilla burlona seguía surcándole la cara y su inseparable gorro seguía plantado en su cabeza.


—Lo que sea— siseo al no encontrar lo que buscaba, liberándole por fin y dándole la espalda para dirigirse a una de las sillas de la habitación. Tenía que controlarse, si seguía así el otro no saldría vivo del lugar.


La sala era bastante grande, con un imponente ventanal al final de esta desde donde se podía ver el mar. En el centro de la estancia se encontraba la mesa llena de exquisita comida y bebida.


  —Acabemos con esto— el pelirrojo ya sentado en la mesa con una copa llena de vino en su mano le miraba expectante, esperando a que hiciese algo más que quedarse parado contra la puerta.


Law le estudio un momento, había cambiado bastante en aquello dos años, su pecho al descubierto con múltiples cicatrices mostraba la fuerza y peleas por la que había tenido que pasar para llegar a donde estaba ahora. Pero como siempre, lo que más le impactaba del chico eran sus ojos, aquello ojos que no mostraban más que odio y violencia contenida, esos ojos que le seguían poniendo los pelos de punta por muchas veces que los hubiese visto.


—¿Cómo fue el acuerdo?— pregunto ignorando sus propios pensamientos absurdos y dirigiéndose a ocupar el asiento libre enfrente del otro.


—Nos apoyaran siempre y cuando no interfiramos con sus negocios—


—Ja,  ¿de  verdad piensan que van a poder seguir con eso sin la ayuda de Joker?.


—Eso parece—contesto el pelirrojo llevándose la copa a sus labios.


Un incomodo silencio que Law no pudo saber a qué se atribuía lleno la estancia. Había demasiada tensión para una simple conversación.


Intentando ignorarlo Law miró el plato más cercano a él: pato a la naranja con mousse de aceitunas negras. Tenía buena pinta y él llevaba sin comer comida decente varios días, así que cogió un trozo del ave y se lo sirvió junto con un pedazo de pan de calabaza.


  —¿Has leído el periódico?—pregunto el moreno al ver que el otro no sacaba tema.


  —Si ¿por qué?.


 Law trago saliva intentando ignorar como la lengua del otro lamia una gota de vino que había escapado del vaso, mientras los ojos del pelirrojo no dejaban de escrutarle.


—Mugiwara ha vuelto— comentó.  Kid miro por la ventana, su mano tomó distraídamente un chuchillo y comenzó a jugar con él.


—Ya …¿y qué?— pregunto con un tono aburrido.


Law llevaba dos años tratando con aquel hombre y aunque nunca había hecho nada que le desagradase, aun no comprendía nada sobre él. Lo que en aquellas situaciones le irritaba. A simple vista parecía un idiota cualquiera, violento y fácil de manipular, pero luego cuando le conocías era una de las personas más calculadoras e inteligentes que había conocido.


 Aunque eso la verdad no era muy difícil, ya que casi todas la personas que conocía parecía faltarles una parte fundamental del encéfalo.


—Quiero que nos aliemos también con ellos—dijo respondiendo a la pregunta del otro.


Kid le miro frunciendo ligeramente el ceño, deteniendo el cuchillo que giraba en su mano y lanzándole una mirada que no supo interpretar. Parecía enfadado y… ¿Celoso? ¿Por qué?


—Haz lo que quieras— y tan feliz, Kid se levantó de la silla dispuesto a irse.


Law se quedo a cuadros, ¿qué narices pasaba? Nunca se habían peleado o al menos no de aquella manera, normalmente el otro empezaría a chillarle y el debería pasarse horas convenciéndole de que era lo mejor, pero aquello…


—Espera— grito llamando al otro que ya había salido por la puerta y andaba ya por el pasillo—¿Qué narices te pasa Eustass-ya?—comentó preocupado—¿Te dejo la novia por otro y estas cabreado?¿Es frustración sexual?... ¿O descubriste por fin que los pintalabios son para mujeres?.


—Cállate bastardo— amenazo Kid.


—Mmm… asique tengo razón—continuó alcanzándole en el pasillo—  frustración sexual


Kid gruño y acelero el paso ¿Cuan largo podía ser un pasillo?.


—Sabes yo también ando un poco necesitado últimamente— comentó Law cambiando de tono a uno un poco más insinuante, pero sin abandonar el tono burlón— si quieres podemos…-


La reacción de Kid fue instantánea y en un momento estaba estampado contra la pared del pasillo con la cara del otro a milímetros de la suya y sus ojos mirándole con odio.


—Trafalgar deja de tocarme los cojones— amenazo por lo bajo—no sabes lo que estás diciendo.


—¿Mm? ¿y si, si lo sé?— contesto sin amedrentarse y sonriendo con aquella sonrisa torcida.


Kid ni se movió, simplemente siguió fulminándole con la mirada en un intento frustrado de que se desvaneciese muerto allí mismo.  Y entonces no pudo más. Con un gruñido frustrado se abalanzo sobre la boca del otro famélico.


Law se quedo en shock por un momento incapaz de procesar correctamente lo que estaba pasando. Aquello no tenía sentido. Notó como los labios del otro presionaban demandantes contra los suyos, mientras, su mano subía hasta posarse en su nuca presionándole aun más contra él.


— Mnng— intento llamarle al mundo a duras penas.


Pero Kid había perdido totalmente la cordura al probar los labios del otro. Llevaba meses queriendo degustarlos y ni en sus mejores sueños se los había imaginado así: Tan amargos y suaves que querría estar su vida entera probándolos. Sin embargo había algo que le seguía oprimiendo el pecho, el mayor no le estaba respondiendo.


Apretó aun más el agarre contra el otro clavándole más en la pared y mordisqueando su labio inferior incitándole a abrir la boca y dejarle entrar. Besándole con ganas y desesperación de una forma salvaje y agresiva tan típica suya.


Law no sabía qué hacer. Por mucho que el otro insistiese y por mucho que él mismo quisiese, no podía responderle. Aquello solo les traería problemas, él todavía no tenia libertad, todavía no podía responderle. Con un esfuerzo sobrehumano apoyo sus manos en sus hombros y le empujo lejos de él.


—Kid— le llamo intentando recuperar el aliento—no puedo…—explico mientras sonreía falsamente— lo siento pero no puedo—


Kid le miro frunciendo el ceño ¿Qué quería decir? No entendía nada, pero la mirada patética que le estaba dedicando el otro le cabreaba.


—Me da igual—


Y agarrándolo de nuevo volvió a unir sus bocas. Law abrió los ojos sorprendido por las palabras del otro. Su boca volvía a besarle no dejándole ni un segundo para respirar, lamiendo sus labios y mordiéndole insistente en una súplica muda. Lentamente fue queriendo dejarse llevar y corresponder al menor.


En el fondo el menor tenía razón, daba igual, Doflamingo no estaba allí y era imposible que le descubriera. Aferrando al menor de la nuca apretó sus cuerpos aun más y abrió la boca dándole vía libre. El menor se detuvo un momento y luego se abalanzo sobre él apretándole de nuevo contra la pared llegando a hacerle incluso daño.


—Mng— gimió al sentir una pierna del menor colarse entre las suyas.


Kid sonrió ante la reacción del otro y, sin piedad, recorrió su boca a placer sin dejarle siquiera responder, lamiendo su lengua ávido de su sabor, explorando totalmente la cavidad del otro y deleitándose con cada gemido que conseguía sacarle.


Law no podía mas, la falta de oxigeno estaba pudiendo con su razonamiento y la lengua del otro contra la suya le provocaba escalofríos. Nunca le habían besado así, tan violentamente, tan desesperadamente que parecía querer comerle vivo. Apretó a Kid contra su boca. Quería mas. Necesitaba más.


—Fu fu fu— susurro aquella voz devolviéndole a ese mundo— Pero mira a quien tenemos aquí ¿Pero si  es Law-chan?


Kid se separo al escuchar aquel nombre y se volvió a ver al idiota que le interrumpía, sin embargo, la sonrisa que le dedicaba el del abrigo rosa apoyado relajadamente contra la pared le congelo en su sitio.


Doflamingo, el Shichibukai, la persona a la que estaban intentando destruir les miraba con cara de diversión.


Law al que todavía seguía apretando firmemente contra la pared le agarro fuertemente clavándole las uñas y Kid sorprendido se giro a mirarle. Su cada de pánico le dejo sin palabras, nunca había visto al mayor perder la calma y el terror que expresaba su mirada no le hacía pensar nada bueno.


Separándose de Law que siguió paralizado, Kid se encaro al rubio que se aproximaba a ellos en un impulso absurdo de defender a Law.


—¿y tu quien eres?— pregunto el rubio mirándole arrogantemente desde su altura  con un tono ligeramente distinto.


Kid empezó a temblar sin saber porque, su instinto le estaba gritando que saliese corriendo de allí, pero él se mantuvo firme sosteniéndole la mirada a aquel hombre, interponiéndose entre él y Law.


— No te interesa—contesto al final con voz firme y enfadada.


El rubio soltó una carcajada al escucharle y delicadamente tomó al pelirrojo de la barbilla alzándosela a su altura y acercando sus caras peligrosamente.


—Tienes razón, no me interesa— su tono ahora era totalmente intimidante.


Law volvió a recuperar sus nervios y previendo lo que iba a pasar se interpuso entre ambos. Su corazón iba a mil por hora y su mente seguía en shock. Le había visto, iba a descubrir el plan, tenía que proteger a Kid, tenía que…


—Law— susurro Doflamingo sonriéndole dulcemente.—¿podemos hablar a solas un momento?


Su tono de voz había vuelto a ser amable, casi una caricia en sus oídos. Law bajo la cabeza sumiso.


—…Claro— su voz no tembló.


Gracias a dios.


Avanzando por el pasillo los dos hombres volvieron a dirigirse a la habitación en la que hacia un rato había estado con el menor.


 Antes de cerrar la puerta le dirigió a Kid, que seguía parado mirándole con sorpresa en el pasillo, una mirada seria.


Tenía que irse de allí, y no preguntar por qué.


La puerta se cerró a sus espaldas y Kid se quedo parado en el pasillo un rato. ¿Qué acababa de pasar? ¿Law temía a ese hombre? Su mente recordó la cara de pánico que había puesto cuando le vio o la pose sumisa que había adquirido al hablar con él.


No le gustaba ver al moreno así, había algo raro con todo aquello y él iba a descubrir el qué aunque el mayor no quisiese decírselo. Sin embargo ahora no era el mejor momento, después de todo no podían verles juntos o iban a sospechar que tramaban algo y los años de trabajo se irían a la mierda.


Después de aquel beso el rubio seguramente pensaría que aquello simplemente era una aventura y no indagaría más. Si, irse ahora era lo mejor, no pasaba nada.


—Joder— caminando salió por fin del edificio dirigiéndose al pueblo.


Su cuerpo hervía de ira a unos niveles preocupantes a pesar de que no entendía el porqué, todo estaba bien, Law le había contestado al beso y no pasaba nada.


La ira aumentó. No podía volver así al barco, Killer le echaría la bronca.


Una silla salió volando por una de las tabernas a su derecha. Bueno, siempre se podía calmar con un poco de violencia callejera.


 Sonriendo se dirigió al edificio de donde provenían los abucheos y gritos, con una sonrisa macabra pintada en la cama.


.


.


.


Doflamingo miro al chico sentado delante suyo al otro lado de la enorme mesa. Su cara estaba pálida, había crecido y cambiado sus ropas ligeramente, pero su mirada seguía siendo la desafiante de siempre.


Debería estar feliz por poder volver verle, ya que el otro nunca se dejaba caer por Dressrosa. Debería sentirse contento por tener a su obsesión delante, al alcance de la mano. Pero no lo estaba. El más una furia irracional y fría le inundaba por dentro.


—¿Quién era?—siseo dejándole sentir en su tono, lo enfadado que estaba.


Y es que el pelirrojo estaba muerto desde el momento en que había puesto una mano encima de Law. Recordó con odio como le  había estado besando, y comiéndole la boca de la manera mas obscena y violenta posible y recordó con aun más rabia, como el moreno le había respondido con las mismas ganas.


Tiene que morir


—Un amigo— le respondió el chico con aquel tono calmado.


—Vaya ¿y tus amigos te comer la boca así en medio de un pasillo?—pregunto levantándose bruscamente de la silla y acercándose a él.


Noto como el menor se encogía imperceptiblemente ante su tono, pero su cara no cambiaba ni un ápice. Se detuvo enfrente suyo.


—Te he preguntado quien era, Law— murmuro tomándole de la mejilla y mirándole fijamente a los ojos.


—Nadie por quien debas preocuparte—


Le está protegiendo


Aquello le cabreo aun más. Tomándole del cuello le levantándole de la silla y le estampó contra la mesa tirando los platos al suelo. El menor inspiro ante el golpe y fue en ese momento cuando volvió a besarle.


Fue un beso brusco sin cariño ni pasión, mordiéndole y torturándole hasta que sus pulmones gritaron por ayuda, pero no paró, siguió besándole imparable demostrándole quien mandaba allí y a quien debía de obedecer.


Y entonces, el menor le respondió.


Paso sus manos alrededor de su cuello y pegando aun más sus cuerpos comenzó a mover su lengua contra la suya, volviendo el beso más suave y pasional. Enredando sus manos en su pelo para profundizar más el contacto, restregándose ligeramente contra él...


Esta fingiendo


Sus manos se apretaron a los costados del menor ante la idea, pero correspondió al beso en el mismo tono que el menor: delicadamente, con cariño y necesidad, mientras sus lenguas se recorrían de nuevo mutuamente ansiosas por volver a encontrarse la una con la otra.


Lo había echado de menos, aunque jamás lo reconocería, la calidez e inocencia con que le abrazaba, la forma en que su lengua se resistía en dejarle tomar el control, su firme cuerpo bajo sus manos… Soñaba con aquello cada noche, despertándose con una palpitante erección entre sus piernas y una cama que parecía más grande de lo que en realidad era. Ningún amante había vuelto a complacerle de aquella forma.


Se separaron.


Law le miraba serio, pero sin dejar de abrazarle, como esperando a que hiciese algo más, con una mirada impaciente surcando sus ojos grises.


Esta fingiendo, sabe que estas enfadado y quiere contentarte.


—¿A quién le perteneces?— pregunto con un tono neutro ocultando totalmente sus sentimientos.


—A ti— la respuesta fue instantánea, sin dudas ni vacilaciones.


—Bien— murmuro alejándose de él— que no se te olvide.


Y separándose se dirigió a la puerta dándole la espalda y dejándole tumbado sobre la mesa.


—No quiero que vuelvas a verle, nunca más— siseo antes de cerrar la puerta a sus espaldas.


Law se quedo allí observando el techo. Preguntándose porque había correspondido al beso del mayor tan desesperado, o porque su cuerpo había reaccionado al pensar que harían algo más. Distraídamente se sentó sobre la mesa y miro por la ventana al pacifico mar tras los cristales.


Su mano voló a sus labios, aun con el sabor salado del mayor en ellos y se relamió lentamente intentando volver a degustarlo.


—Kid…—susurro a la sala vacía —… ayúdame —


 


 

Notas finales:

Puff que largo, creo que me enrollo demasiado, lo siento por eso U.U Me esta quedando tambien un poco dramatico y serio tal vez deberia meterle un poco mas de humor y broma, pro bueno, en el proximo saldran los Mugiwara asique no sera tan retorcido y dramatico jajaja y ahora mis preguntitas:

¿Con quien se queda Law?

¿Morira Kid?

¿Porque Doflamingo no confia en Traffy?

¿Quien se esperaba lemon entre Kid y Law? (Vosotros muajajaja sufrid)

Y la mas importante:

¿Quien le deja un review a la autora como soborno? (indirecta, indirecta ¬¬)

Besos wapos gracias por leer n.n


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