Partículas sueltas
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—¿Cuál crees que es la razón por la que aún no tenemos tiempo libre?
Otra vez…
Tan predecible como cada ocasión, Sunho apenas levantó un poco la cabeza y el rostro de Eric estuvo tan cerca del suyo que ni siquiera se mostró incómodo con aquello. ¿Y cómo estarlo? Si los brazos del mayor lo abrazaban desde hace un buen tiempo y hacían predecible cada movimiento.
Hyesung se removió en su lugar, tan expresivos como siempre. La sonrisa de Moon y los ojos de Lee que parecían brillar mientras el otro le hablaba.
—¿Buena suerte?— Eric rio ante la ceja levantada de Sunho y luego solo lo apretó un poco más contra su cuerpo, su aroma masculino y fresco mientras parpadeaba frente a él —Bueno, no te preocupes. Pronto tendremos un día libre y prometo que saldremos de viaje.
—¿Solo los dos?
—Solo los dos.
Patético.
Simplemente patético, absurdo a morir, mientras se reprochaba así mismo por esas reacciones fortuitas de su estómago ardiendo, apretaba sus puños y desviaba a mirada.
—Al fin…— Choongjae llegó, como un bálsamo para esas imprudentes sensaciones. Paso un brazo por sus hombros y Hyesung sonrió, conforme de tenerlo junto a él en aquel pequeño sillón, alejándolo de esos dos, de sus voces empalagosas y sus risas molestas —Lamento haber demorado, la sesión de fotos duró más allá de lo esperado.
El calor de Junjin era siempre agradable. Gratificante mientras cerraba los ojos y se apoyaba un poco en él —Está bien— Susurró despacio, sin notar la sonrisa conforme del otro mientras acariciaba un poco su espalda —Solo estoy algo cansado.
…
…
Finalmente habían terminado, el proceso largo y tedioso de ser peinados y moldeados al nuevo estilo que llevarían era siempre agotador. Minwoo jugaba con el celular entre sus manos y Dongwan sentado cerca de una de las mesas solo armaba pequeñas formas sin sentido con los palillos de carne que comía y luego quedaban libres.
Parecía que el ambiente dentro era silencioso y calmado. Junjin comentaba un par de cosas con la maquillista y esta parecía interesada en cada una de sus palabras. Hyesung en cambio cerraba sus ojos, fácilmente dormitado ante las extensas horas sentado frente al espejo y su imagen cambiando poco.
Andy sin demasiadas explicaciones solo había salido un rato, pero la rutina y la paz tenían a Dongwan sumergido en sus pensamientos, en los pequeños susurros de una canción que había escuchado en la radio ese día y sus dedos jugando entre los palillos que colocaba sobre la mesa frente a él.
—Siempre ajeno— Eric apareció turbando sus sentidos, regresándolo a la realidad de golpe, aún más cuando el mayor se colocó tras el sillón y lo abrazó con esa fuerza que a veces no solía medir tan bien —¿Quieres ir a tomar algo por ahí? Yo ya me desocupé.
—¿Y Andy?
Dongwan no se molestó demasiado en levantar la mirada o girar, dejó que los brazos del otro lo apresaran, comiendo el último palillo de carne que había.
—Dijo que tenía que ir a la empresa a revisar algo de su grupo.
—¿Teen Top?
—Sí, ¿qué dices?
Suspiró, como si la voz de Eric cerca de su oído marcara órdenes a su cerebro imposibles de evitar. Subió sus manos sin percatarse, cubriendo sin preocupación las del mayor.
—Bueno, ya que soy el reemplazo para que no cenes solo. Supongo que está bien.
—¡Hey!— Eric lo giró de repente y los ojos de Dongwan se abrieron de par en par, ese rostro masculino y serio demasiado cerca de él —No digas eso, eres importante.
Esa mala costumbre de Moon por decir las cosas tan fácilmente que lo aturdía, provocó que a pesar de los años, de la confianza y sus apesadumbradas conclusiones, Dongwan se sonrojara sutilmente apenas sintió el dedo índice de Eric golpeteando juguetonamente en la punta de su nariz.
—Sí, como sea…
Y se deshizo del abrazo por su propia seguridad, por la de sus pulsaciones distraídas mientras el mayor caminaba tras él, con su buen humor y pronunciando frases sin sentido antes de abrazarlo otra vez, y que Dongwan sintiera esas mortíferas ganas de suspirar nuevamente entre sus cuerpos.
Eric… Nunca debía entender.
…
…
—Así que le dije a la estilista que sería bueno regresar mi cabello al negro natural ¿qué opinas?
Choongjae comió tranquilamente mientras Hyesung asentía frente a él dándole la razón y sus ojos naturalmente pacíficos sonreían en cada mirada. Como si fuera una costumbre tan suya a pesar del tiempo.
—Estás particularmente feliz hoy, Pilgyo.
—No me digas así— Masculló el otro, con un puchero entre los labios que hizo al otro reír divertido —Como sea, ¿no sabes qué día es hoy?
—¿Día?— Los ojos de Junjin subieron hasta el techo buscando una respuesta antes de que parpadeara sorprendido recordando la fecha en el calendario —Tres años…— Susurró de repente.
Entonces la sonrisa de Hyesung se hizo mayor —Así es. Hoy cumplimos tres años— Sus manos buscaron las del otro, apretándolas suavemente mientras Choongjae le sonreía de una manera un poco más cálida.
—No tenía ni idea, no lo recordaba.
—Yo tampoco— Admitió Hyesung —Pero vi la agenda y estaba anotado. Supongo que tanto trabajo nos tiene un poco locos.
Park apretó sus manos en contestación, con demasiadas cosas sobrevolando por su cabeza y el toque algo suave de esas manos frente a él. Si era un lugar público Junjin apenas lo recordó, jugó con las manos de Hyesung y despertó cuando escuchó su risa baja y aletargada.
—Junjin que la gente se va a dar cuenta.
—Oh, si— Pronunció afectivamente antes de soltar sus manos y sonreír —Lo lamento, me distraje un rato.
Pero Hyesung para ese instante solo peinó un mechón de su cabello y sonrió, mordiendo un poco su labio inferior, costumbre tan suya mientras el pequeño calor en su pecho subía despacio y lo dejaba en medio de sus propias emociones.
—Mañana grabamos tarde, cerca de las once ¿te quedas a dormir?
Junjin levantó la mirada despacio, los ojos de Hyesung otra vez, con esa sutil invitación de sus labios que parecía más bien una pleitesía. Dentro del restaurante las cosas parecían ir en su curso normal y apaciguado. Pero Junjin solo sonrió y asintió, contagiado por la hermosa sonrisa que el mayor le regaló de pronto.
Ese brillo furtivo en los ojos mientras lo contemplaba, con el mismo cariño de años atrás.
Tan impecable, como sus expresiones de alegría y paz.
…
…
—Buen día…
Las palabras entre dichas de Sunho sonaron como dichas con esfuerzo, abriendo la puerta de la sala de reuniones pesadamente y con sus ojos medio cerrados, mientras el sol dentro del lugar le pegaba directo en la cara.
—Vaya, maknae…— La voz de Minwoo le recordó a Sunho lo poco escuchaba aquello desde hace bastante tiempo. Levantó el rostro para encontrarse con el otro sentado en el sillón, piernas arriba y con el celular en las manos —No parece que hayas dormido bien.
—No lo hice, apenas dormí un par de horas.
—¿En serio?— Minwoo se sentó mejor junto a él —Yo en cambio dormí lo necesario. Al menos deberías tratar de poner mejor cara. Las maquillistas tampoco hacen magia.
Sunho apenas le regaló una de sus miradas fijas y destructivas, pero Minwoo solo rio como si aquello fuera lo más gracioso del corto día. —¿Has visto a Eric hyung?— Preguntó al fin y las risas del mayor pararon, destacando una sonrisa burlona todavía.
—No, creo que no ha llegado aún— Así que sin más que preguntar, Sunho se acomodó perfectamente en el sillón, tapando su rostro con el sombrero en su rostro. Alejado de la escrutadora mirada del mayor —Oye, Andy… ¿Cómo van las cosas con Eric?
—Bien.
—¿Solo bien?
—Hyung…— Susurró despacio, presa del cansancio demasiado pronto para su gusto —Sabes que eso de hablar sobre mi relación con hyung me es un poco… Ya sabes.
—Pero llevan muchos años juntos, deberías decir algo más que ‘bien’ cuando te preguntan.
—Es extraño…— Sunho finalmente quitó el sombrero, mirando al mayor directo a la cara —Pero en todo este tiempo, todo está bien. Espléndidamente bien. Hyung es…
—¡Así que ni siquiera lo pienses!
—Pero Dongwan…
—Aish… Moon Junghyuk, que molesto eres.
La imagen de Eric abrazando a Dongwan por la espalda era tan común que cuando ambos ingresaron en la sala no fue sorpresa para ninguno que Kim renegara mientras Eric bromeaba divertido.
—Hyung— Fue la simple voz de Sunho, alzándose en medio de los cuatro sin demasiada dificultad antes de que Eric soltara a Dongwan e inmediatamente se dirigiera al menor que sonrió un poco más en cuanto lo tuvo frente a él —Buen día, hyung.
—Buen día, Andy.
Minwoo bufó divertido ante la escena cursi frente a sus ojos: Eric apenas agachado agarrando al menor por la camisa y levantándolo frente a él para depositar un beso en sus labios, tan corto y preciso como para que pareciera un simple error de visión.
—Deberían tener cuidado— Fue la voz de Pilgyo, seca y poco demostrativa ingresando en el lugar lo que los hizo separarse de inmediato —El staff anda revoloteando por todos lados, y están lo suficientemente grandecitos como para andarlos cuidando.
Junjin unos pasos atrás cerraba la puerta despistado, con una sonrisa en los labios y el cabello alborotado. El espacio que compartían esos dos tan íntimos como la vida misma, los hacía un espejo pequeño de la realidad.
Eric solo sonrió, abrazando a Sunho y tarareando una canción cualquiera, lo suficientemente buena como para hacer al otro sonreír. Y que Hyesung decidiera desviar la mirada y suspirar. Demasiado cansado de repente.
…
…
—…¡Es como si ellos se odiaran!
El comentario efusivo e inocente de Dongwan salió en un tono normal de su boca, pero para Hyesung fue como un grito reproducido en altoparlante, escandaloso y ruidoso cerca de su oído. Trató de aparentar, que la sonrisa apareciera, mientras Eric se empezaba a mover incómodo.
—Eso no es cierto— Rebatió Junjin —Ellos solo se quieren de manera diferente.
Las cámaras grababan cada segundo y Hyesung sentía la presión sobre su espalda, la risa de sus compañeros difícil de copiar mientras Eric lo miraba disimulado y encerrado en su propio mundo Shin prefirió apoyarse en Minwoo a su lado y sacudir su brazo negativamente.
—No nos odiamos— Habló sorpresivamente —Solo...
—Lo que pasa es que a Hyesung no le gustan mis abrazos.
Junghyuk lo volvió a hacer. Uso ese tonito dulce y acaramelado de su voz mientras colocaba un puchero en su cara y se abrazaba a Andy. Siempre a él, y el estómago de Hyesung se revolvía otra vez.
Mentiroso.
Canalla Moon Junghyuk que sabía mentir tan bien.
Rompiendo sus promesas una y otra vez.
…
…
La ducha luego de las grabaciones había sido refrescante. Poco había conversado con Choongjae luego de eso y supuso que algo le había dicho sobre una entrevista que tenía esa tarde. No había escuchado bien y su cerebro solo lo maltrataba con estragos molestos de palabras entre dichas de los dos.
No había pensado muy bien en sus respuestas, solo tenía su mente en otra cosa mientras buscaba de inmediato ingresar en su departamento y descansar un poco. Las imágenes de Eric abrazándolo durante las grabaciones volvía a su cabeza y se repetía como un efecto martirizador, su nada sutil movimiento para alejarlo y la mirada extrañada de los demás, ellos que aligeraban la situación con bromas tontas y risas absurdas.
—¿Por qué insiste en hacer como si nada ha pasado?
Agrió sus expresiones cuando la puerta no abrió, bufó exasperado, luego cerró los ojos y respiró profundo. La cabeza en alto mientras repasaba una vez más. Los brazos grandes y cálidos Junghyuk encerrándose en él, su cuerpo repeliéndolo como si ya fuera una costumbre, entonces la sonrisa de Eric temblaba y esa imagen incómoda hacia su acto de aparición.
—No eres tú quien tiene el derecho de sentirse así…— Apretó las llaves nuevamente y masculló sin cuidado sus palabras —…Tú, desconsiderado Moon Junghyuk.
Y fue como si lo invocara, el timbre del ascensor no le dejaba duda de alguien más, solo observó de soslayo sus pasos lentos, que por un momento se detuvieron y luego continuaron su camino hasta la puerta contigua.
Hyesung lo odió, fervientemente mientras lo veía abrir la puerta sin problemas, contrario a él, que continuaba estancado en el mismo lugar. Quizá su padecer, era un reflejo absurdo de la vida que le había tocado sobrellevar.
—Hoy fuiste demasiado evidente— Eric habló con su voz apenas en alto, y a pesar de eso su voz grave lo acarició sin cuidado mientras se quedaba parado en el alfeizar de su puerta de ingreso —Parece como si no lo hubieras superado, actúas como si tenerme cerca fuera un suplicio y que te toque…
—Eric— Lo interrumpió, porque de no hacerlo sus manos empezarían a temblar de coraje una vez más —Sabes que no me gusta que me abraces. Si no quieres escenas como las de hoy entonces solo deja de hacerlo.
—Eres mi mejor amigo, yo…
—¡Deja de mentir!
Explotó, tan centellantemente como su rostro rojo por el coraje y sus puños cerrados mientras lo encaraba directamente y el otro abría sus ojos de par en par. El timbre incómodo del ascensor sonando otra vez y el rostro confundido de Sunho mirándolos uno al otro.
—¿Sucede algo?
El menor salió del pequeño espacio sin problemas, como si sus pasos volvieran a traer sonido al espacioso pasillo que compartían los dos. Hyesung solamente cerró los ojos y volvió a respirar.
—No pasa nada, yo voy de salida.
—Pero acabas de llegar.
La inoportuna de voz de Eric lo hizo apretar las llaves entre sus manos, ese movimiento que hundió los dientes de las llaves en las palmas de sus manos, mientras se controlaba por no gritarle otra vez.
—Y ya me voy. Jinnie quedó de salir antes de su entrevista, así que iré a su departamento.
Ni siquiera se tomó la molestia de hablar demás. Sunho asintió ante su paso y cuando las puertas se cerraron, el menor solo rascó un poco su nuca mirando hacía tras cada tanto antes de mirar al mayor y fruncir el ceño.
—¿Se veía extraño, verdad?
Eric apenas sacudió un poco su mano y Sunho sonrió en cuanto sintió la mano del otro en su espalda atrayéndolo contra él. A su cuerpo alto y bien formado. Apenas subió las manos a sus brazos. Dejando el mutismo de Eric pasar lentamente, hasta que el mayor lo creyera necesario.
..:: Fin Episodio Uno ::..