1. descubrimientos.
Los seis tripulantes del Merry acababan de llegar a Omacahtl*, una preciosa isla tropical muy conocida por sus juergas. Después de un ajetreado viaje cargado de emociones, tuvieron que atravesar una gran tormenta y enfrentarse a un perro marino del que se encaprichó Luffy, a duras penas consiguieron quitarle de la cabeza la idea de llevarselo de mascota, en un barco tan pequeño como el suyo, pero lo consiguieron, y finalmente llegaron a ese paraíso vacacional. Para recompensar y agradecer a los chicos su preocupación y cuidado por haberla salvado la vida hace unos días, Nami decidió alquilar unas habitaciones en ese lugar paradisiaco. Además, Chopper se acababa de unir a la tripulación, tendrían que festejar el tener un verdadero doctor, ya se estaba cansado de ser la única con algunos conocimientos médicos básicos. Por todo esto, se le ocurrió el pasar unos días allí, divertirse y descansar, que resultara que había un gran tesoro escondido no tenía nada que ver con su elección de lugar, eso era un extra añadido que lo hacía aún más atrallente.
El hotel elegido fue Xochipilli**, donde se decía que "para aquellos que lo buscaran, la mayor de la fortuna podría ser con ellos". Era un lugar muy bello, clima cálido, gente agradable, paisaje que mostraba un hermoso mosaico natural con los árboles en flor y los juncos que estaban por todos lados, una piscina, estanques, discoteca y aguas termales para relajarse. Tenían actividades para todos los gustos así nadie se aburriría.
A pesar de que los llevó como premio, no iba a malgastar dinero así que decidió que con tres habitaciones habría suficiente, una claramente para ella que compartiría con Chopper, no era más que un adorable niño, no habría problema; Luffy, Zoro, Usopp y Sanji tendría que echar a suerte las otras dos habitaciones. Al final acabaron durmiendo Zoro, Usopp y Sanji en la misma, Luffy como capitán que era no quería compartir habitación, ordenando a los otros tres que durmieran en la misma.
- Entonces decidido, ¿no, chicos?
- ¡NO QUIERO COMPARTIR CUARTO CON ESTE ERO-C…! / ¡NO QUIERO COMPARTIR CUARTO CON ESTE MARIMO EST…! – Dijeron ambos chicos a la vez, recibiendo sendos golpes en la cabeza de manos de una pelirroja que no los dejó terminar harta de sus tonterías.- ¡¡ah!!
- ¿Decidido? – Sonriendo.
- Sí, bruja.- Gruñó el espadachín.
- Claro Nami-swan. – Soltó el cocinero mirando disimuladamente a Zoro y sin tanta emoción como otras veces.
La navegante tenía listas sus manos para volver a pegar a esa parejita, esperando que pelearan, pero no tuvo que usar sus temibles puños caponeadores. “¿Uhmmmm…? ¿Sanji no ha reaccionado cuando me ha faltado al respeto? Bueno da igual, mejor.”
- O.K. pues aquí tenéis, vuestro cuarto es el 69, ala azteca. Chopper y yo estaremos en el 15 ala griega. Y Luffy, tú tienes el 71 ala azteca también. Dentro de 2 horas nos reuniremos en el restaurante para tomar algo, hasta entonces podéis hacer lo que queráis. ¿De acuerdo?
- ¡CARNEEEEEEEEEEEEEEE… en 2 horas. ¡Entendido!
- Claro Nami pero no creas que estoy feliz por que quieras que durmamos en la misma habitación. – Decía un muy contento y sonrojado renito mientras se balanceaba.
- ¿Y vosotros tres no contestáis? Shishishi…
Tres malhumorados piratas gruñeron por respuesta.
Cada uno se fue a dejar sus equipajes y prepararse.
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Nami fue rápida dejando sus cosas y duchándose, pensaba dar una vuelta e investigar sobre ese tesoro del que había oído hablar. Si tenía suerte, podría salir con más dinero de lo que gastaría en el lugar, era cuestión de tiempo el encontrar alguna pista de su localización. Estaba segura que la dueña del hotel sabría algo, le preguntaría y saldría de dudas. Cuando intentó hablar con ella, no tuvo demasiada suerte, esa mujer pasó olímpicamente de ella, le dijo textualmente “que estaba muy ocupada para andar contando viejas historias a estúpidas jovencitas”. La pelirroja se cabreó, mucho, haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad se calmó y cuando pensaba decirle tres cositas a esa mujer, vio una posible manera de sacarle información.
- Hola querido, ¿qué puedo hacer por ti?
La mujer era sumamente cariñosa con un atractivo joven que se acercó a preguntarle. En ese momento quiso cargársela pero no, usaría eso a su favor. Necesitaba a un don Juan que le sonsacara lo que quería saber, necesitaba a Sanji.
- Sanji-kun seguro que no me dice que no a este favorcito – Tiró rumbo al hospedaje de los muchachos con berris por ojos de sólo pensar en el tesoro.
Golpeó la puerta que se abrió con su toque, entró dentro, no vio a ninguno de sus compañeros y pensó que habrían ido a dar una vuelta por las instalaciones del hotel. Dio media vuelta para salir por donde había entrado cuando oyó a cierto rubio en la ducha canturreando, era su voz definitivamente, le hizo gracia, pero reconocía que cantaba bien. Decidió que le esperaría allí, sentada, cuanto antes engatusara a Sanji-kun, antes este haría lo mismo con la dueña y antes conseguiría la información que buscaba.
- Chicos tendrían que ser. Menudo rastro que me tienen. – Todo estaba lleno de los macutos de Zoro, Sanji y Usopp, no había un solo hueco donde poder sentarse. Parecía que donde menos cosas había era la cama cercana al balcón. Recogería lo de por encima, no eran muchos trastos, los pondría encima de la mesilla y la silla que estaban allí para poder acomodarse. Recogió una corbata, un encendedor, una camiseta, unos calzoncillos que colocó encima de la silla y una carpeta abierta con dibujos esparcidos, iba a amontonarlos para meterlos dentro de la carpeta cuando vio algo que llamó su atención. Sanji aparecía dibujado con su traje negro fumando y con aire misterioso. - Seguramente se lo hizo en la isla anterior a Drom, todos sus habitantes eran buenos dibujantes y con su ego…- Su curiosidad pudo con ella y ya que estaba ojeó los otros. Sus ojos se desorbitaron y le empezó a sangrar la nariz, “¿¿ESE ERA SANJI??”, del impacto que le causó la imagen le hizo trastabilla y chocar con la silla donde había puesto las cosas llamando la atención de cierto cocinero.
- ¡¿MARIMO-SWANNNNN… HAS VUELTO?! ¿HAS TRAÍDO EL SAKE? ¡ENSEGUIDA SALGO!- Gritó Sanji desde debajo del agua de la ducha. Cerró el grifo y continúo con voz sumamente sensual. – Celebremos la llegada a la isla.
Cuando salió del baño, el rubio se encontró la habitación desierta. - ¿Marimo-swan? – Le llamó - Habrá sido mi imaginación.
Nami mientras tanto corría por el pasillo hacía su cuarto intentando no desangrarse y dándole vueltas a todo lo ocurrido. Sin darse cuenta se había llevado uno de los dibujos que encontró, enrollado en su mano. Llegó a ella se desnudó y soltó todo encima de su cama para meterse deprisa a tomar un baño de agua fría. Al tirar el folio sobre la cama se abrió, y se podía apreciar a un Sanji desnudo, sentado y llamando con su dedo a algún suertudo, su postura irradiaba sexualidad, junto a esa mirada que caldearía y provocaría a cualquiera.
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Dos extraños personajes estaban observando la situación.
- ¡Hora de la diversión!-
-FIN CAPÍTULO UNO-
* Omacahtl (Dos Juncos): Dios azteca de la diversión, la alegría y las fiestas.
** Xochipilli (Príncipe Flor): Dios azteca de la juventud, el baile, el amor, y el juego.