Era un día común y corriente en Marukawa. Todos los editores se encontraba agotados por el fin del periodo y ya todo estaba listo.
-¡Onodera!- me llamo de mala gana una voz horriblemente familiar- Ven aquí, ¡ya!
-¿Qué sucede Takano-san?- lo mire con algo de furia. Con lo cansado que me encontraba y el me gritaba, ¿¡Quien se creía que era!?
-Tienes un llamado-
-Un llamado, ¿de quién?
-Es Isaka-san. Dice que quiere hablar contigo, ve a su oficina.
-Emm, okey- acepte algo confundido.
Me dirigí hacia el ascensor y apreté el botón hacia el piso 10, que es donde se encontraba la oficina de Isaka.
El ascensor se detuvo en el piso 5.
-Con permiso- un joven de pelo castaño se metió en el ascensor. El dirigió el dedo hacia el tablero del ascensor y se detuvo en el aire en donde se encontraba el piso 10.
-Ahh, ¿tú también vas a la oficina principal?- pregunte tratando de ser amable.
-Sí- el joven me miro con unos ojos color verde claro.
-¿Acaso trabajas en la sección de contabilidad?- pregunte.
-Emm, ¿cómo sabe eso?- el chico me miro algo confundido.
-Bueno, lo supuse por los papeles que llevas- dirigí mi mirada hacia unos papeles, los cuales tenían los balances de las ventas del mes.
-Bueno, la verdad es que estoy trabajando aquí de medio tiempo- me dijo sonriente- aunque estoy pensando en trabajar fijo en la sección de manga. Shonen en lo posible.
-¿Tan joven trabajaras aquí?- lo mire -¿Qué edad tienes?
-Tengo 22 años
-Ohm, pareces más joven-lo mire sorprendido - Eres demasiado bajo para tu edad- me pause un segundo-Emm, disculpa, no pretendía insultarte.
-Descuida- me dijo con una sonrisa- suelen decirme seguido cosas sobre mi altura- torno una cara que parecía de repudio, hacia alguien diría yo.
El ascensor de detubo y las puertas de este se abrieron.
Me encamine hacia la oficina de Isaka-san. El joven chico caminaba junto a mí pero se detuvo a hablar con alguien más del piso.
Entre en la oficina de Isaka, él se encontraba tendido cómodamente sobre su gran sillón
*Que suerte poder descansar así* pensé.
-Con permiso- dije en voz baja y me dirigí hacia el director- ¿Me llamaba Isaka-san?
-Oh, Onodera- me miro sonriente- justo quería hablar contigo-
-Emm, claro-
-Mira sucede que….- no logro terminar de hablar ya que alguien lo interrumpió al entrar en la oficina.
-Con permiso- Era el chico del ascensor, el ya no tenía los papeles de antes.
-Me dijeron que quería hablar conmigo Isaka-
-Oh, pero si es chibi-tan- Isaka se puso de pie y se dirigio al joven para acariciarle la cabeza.
-Isaka-san- se quejó el joven y se libró de las manos de Isaka- podría por favor llamarme por mi nombre.
-Lo que tú digas chib…- se interrumpió- Misaki.
Asi que el nombre del chico era Misaki, la verdad que no le quedaba nada mal.
-Gracias, ¿para qué me llamaba?- le pregunto.
-Justo necesitaba verlos a ustedes dos- dijo Isaka refiriéndose a mí y a Misaki.
-¿A nosotros?- dije mirando a Misaki. No entendía, ¿Qué tenía que ver yo con un empleado de medio tiempo?
-Si, miren resulta que…
*RING-RING-RING*
-Moshi-moshi- Isaka atendió su teléfono.
-Ohh, si justamente estaba tratando ese tema.
Quedo hablando unos minutos por el teléfono, al parecer era algún tipo de cliente suyo.
-Ten- Isaka tendió el teléfono hacia Misaki- se reúsa a negociar con migo.
-Hola- Misaki hablo con un tono dulce, pero rápidamente cambio su tono de voz- ¿Qué rayos haces llamando aquí? ¡Deberías de estar trabajando en tu manuscrito!- comenzó a elevar poco a poco su tono de voz, al parecer estaba renegando con quien hablaba. Parecía un padre mandando a su hijo a hacer los deberes.
Pasaron unos minutos en los que se oían a Misaki regañando a la persona con la cual hablaba al teléfono.
Hasta que su paciencia se rompió.
-¡¡¡Usagi-san es mejor que ya mismo sientes tu trasero en esa silla y te pongas a escribir!!!- grito con furia el pequeño castaño.
¿Usagi-san…? ese era el nombre del famoso escritor ganador de cientos de premios. Pero si era el, ¿Qué hacia siendo regañado por un niño?
-Tome Isaka-san, dice que quiere hablar con usted- Misaki tendió el teléfono hacia Isaka. Todavía se notaba algo de rabia en su mirada.
-Creo que te han regañado- dijo Isaka soltando una pequeña risa burlona- así que dime, ¿en qué quedamos?- dijo, y por un segundo creí que me dirigió una mirada.
Isaka colgó su teléfono y lo dejo sobre el escritorio.
-Bueno, primero que todo los presento- Isaka dirigió la mirada hacia el joven castaño parado junto a mi- Misaki, él es Onodera Ritsu. Trabaja en la sección de manga shojo y anteriormente trabajaba como editor de libros en la empresa de su padre.
Onodera- dijo Isaka mirándome- él es Takahashi Misaki. Es un joven estudiante universitario que trabaja aquí de medio tiempo. Es un joven común y corriente, a excepción que es quien vive actualmente con el famoso escritor Usami Akihiko.
-¿Ehh?- quede atónito- Pero, ¿Qué tiene que ver esto con migo?
-Sí eso, ¿y conmigo?- dijo Misaki.
-Sucede que, no sé si recuerdas Onodera que hace un tiempo cuando trabajabas en la empresa de tu padre trabajaste con Usami-san.
-Emm, si- conteste. Era cierto que hace un tiempo trabaje con él en la editorial de mi padre, pero... ¿Qué tenía que ver conmigo ahora?
-Bueno- prosiguió Isaka- Sucede que Aikawa-san se encuentra enferma y por ese motivo no puede encargarse del trabajo que Usami tiene en este momento.
No entendía nada de lo que Isaka decía, y al parecer Misaki tampoco.
-Asi que eh decidido que te encargaras del trabajo Onodera.
¿¡EHHHHHHH!?, ¿a qué venia esto? No tenía sentido, yo ahora estaba en la sección de manga shojo.
-Emm, pero- no sabía que decir- ¿Por qué no mandan a otro editor?
-Sucede que no hay ningún editor disponible por el momento, además es solo por un tiempo- Isaka me miro- por lo que eh oído ya han terminado todas las ediciones de los mangas de este mes- sonrió- así que, te encuentras libre.
Esto no podía ser, justo cuando me estaba adaptando al trabajo en la sección de manga shojo y aprendiendo todo lo necesario me encuentro en esta situación.
-Okey, acepto- acepte muy a mi pesar. La verdad es que me gustaría haber usado este poco tiempo libre para descansar pero, mi fanatismo hacia la lectura, y aún más hacia el gran Usami Akihiko se anteponían ante cualquier tipo de cansancio.
-Entonces, ¿puedes empezar mañana Onodera?
-Claro
-Okey, mañana Misaki te llevara hacia la casa de Usami
Mire hacia Misaki, sus ojos verdes se encontraron con los míos.
-Entonces, buena suerte- me dijo Isaka sonriente.
-Espero que nos podamos llevar mejor- me dijo Misaki alegremente mientras me tendía la mano
-Claro- dije entusiasmado y tomando la mano del castaño.