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NO ENTREN AL BOSQUE por XIVA

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A mediados de la década de los 70´s, Andrea que provenía de una familia de clase media alta, y que tenia 14 años llegaba a estudiar a un internado, sus padres en vista de que querían que su hija se relacionara bien y que a la vez le dieran una excelente educación como señorita, decidieron ponerla en este internado exclusivo que quedaba a 2 horas de la ciudad, ubicada en cercanías de un pueblo colonial y en medio del campo; Andrea sabia que eso era una excusa para no lidiar mas con sus rebeldías, no le gustaba la idea de estar siendo supervisada por monjas ya que era un internado católico para señoritas y más cuando se dejaba llevar por los ideales hippies que estaban en furor durante esa época.

 

La jovencita ante la intransigencia de sus padres tuvo que preparar maletas y en cuanto fue llevada al internado, donde después de un amargo adiós vio a sus padres alejarse en el auto para ver luego la antigua construcción donde viviría seguramente el resto de su época escolar; la habitación donde dormiría era oscura y húmeda pues el internado se encontraba en clima frío y muy grande pues la compartía con las niñas que formaban su curso, alguna ya llevaban mas años cursados en esa institución, otras eran recién llegadas como ella. La jovencita no cruzo palabra con las otras internas, solo se dedico a escribir en su diario su inconformidad y su tristeza de ver que sus padres solo querían deshacerse de ella, como su única forma de desahogarse.

 

A la hora de ir a cenar, Andrea se sentó junto con otra jovencita llamada María José, la cual tenia una experiencia similar, ambas congeniaron y con eso relajó el animo de la muchacha; María José ya llevaba un año en el internado y la introdujo en el ambiente que ya había allí, las niñas que estudiaban con ellas eran elitistas y solo buscaban agradar a las muchachas que pertenecían a familias de alcurnia que tuvieran miembros en el gobierno o fueran respetados abogados o médicos, Andrea no encajaba en ese perfil por eso era generalmente ignorada, pero María José le presento a sus amigas de las cuales solo Lorna, una joven un año mayor mostro amabilidad y entusiasmo por conocerla. En un corto tiempo una gran amistad se formo entre las tres (especialmente entre Andrea y Lorna), y en sus ratos libres, cuando no tenían que ir a estudiar o ir a rezar a la capilla del internado se escabullían por los limites de las casas antiguas que conformaban el instituto, previendo que no las vieran ni las monjas ni un celador que cuidaba los linderos del bosque que colindaba con la propiedad.

 

Un día las tres encontraron el muro en medio del bosque que marcaba el limite del internado, era de piedra y había un portón con unas inscripciones extrañas, entonces Lorna menciono que unas niñas del ultimo grado escolar le habían contado que en ese bosque había vivido una bruja hacia 100 años y que un día el diablo se la había llevado y que su casa había quedado maldita, las personas habían dicho que durante las noches en los alrededores de la casa se oían risas diabólicas, gritos lastimeros pues decía la leyenda que la bruja había llevado a jóvenes vírgenes a su casa por medio de engaños para luego torturarlas y luego sacrificarlas al demonio, esa casa y esa tierra transmitían podredumbre por lo que, desde que desapareció la bruja, los alcaldes que han quedado a cargo del pueblo a través de los años han preferido dejar esa casa tranquila y el bosque que la rodeaba intacto, temían que si la derrumbaban, todas las maldiciones que contenía la casa caerían sobre el pueblo y lo dejarían maldito… Tal vez por eso el ingreso al bosque era restringido, pero la vigilancia no había sido la mejor, en el pueblo surgían rumores de jóvenes que se habían arriesgado a ir al bosque y los que regresaban, volvían locos, trastornados alegando que habían visto los horrores del infierno y al diablo en persona, por lo que eran encerrados en un manicomio que también había en las afueras del pueblo.

 

María José despachó la historia como un tonto cuento de terror e insto a sus amigas a aventurarse a pasar el portón, las cuales aun reticentes accedieron y pasaron la compuerta con algo de duda seguidas de su entusiasta amiga, luego para su sorpresa encontraron un camino perfectamente delineado y “reciente” dentro del bosque y lo siguieron brevemente hasta llegar para su total sorpresa a una casita de muros de tapia descoloridos, con un techo casi derrumbado, y una puerta principal que había sufrido el ataque inclemente de la humedad y de los insectos lo cual lo había dejado frágil. Lorna apenas balbuceando por el temor les pedía a sus amigas que se fueran de allí, Andrea parecía proclive a hacerle caso, pero María José, evidentemente la mas audaz de ellas, presa de una curiosidad morbosa y dispuesta a descubrir el corazón de la misteriosa leyenda, obviamente ignorando los detalles sobrenaturales, las acuso de cobardes y que todas habían violado la regla del internado de no ir al bosque por lo que también tendrían problemas, la única solución era regresar juntas y dejarlo como un secreto, a lo que Lorna y Andrea no tuvieron mas remedio que aceptar el chantaje disimulado de María José. Las jovencitas se acercaron y espiaron por entre las rendijas de las ventanas enrejadas pero la oscuridad que había dentro no les dejaba ver que contenía la casa; Lorna empezó a sentir escalofríos, aunque era la mayor, era la mas sensible a los sustos, María José siempre se había burlado de ella por eso, Andrea por su lado era la mas comprensiva, viéndola así, le tomo la mano reconfortándola, Lorna le sonrió dulcemente.

 

María José trato de entrar por la puerta mientras luchaba contra el asco de ver que al romperse la madera al patearla salían gusanos e insectos de adentro, Andrea por su parte guiando a Lorna de la mano dieron la vuelta a la casa, donde encontraron una puerta a altura del suelo, que daba aparentemente a un sótano, las muchachas se acercaron lentamente, la puerta parecía haber sido recientemente violada por que cerca de la puerta estaba un candado antiguo abierto y por las abolladuras fue hecho a los golpes, Lorna se sobresaltó cuando escucho un viento extraño, pero Andrea aparentemente no la había oído, no hizo caso de su amiga y tocó la puerta la cual ante eso se derrumbó dando paso a la entrada del sótano, el ruido asusto a ambas muchachas y atrajo a María José la cual al ver la nueva entrada sonrió y sin perder tiempo, tomo las manos de ambas a la vez y se internaron en la casa. Ya estando dentro caminaban con cuidado mientras sus ojos se acostumbraban a la oscuridad, fue cuando en medio del desorden encontraron una cortina que no daba a una ventana, sino que hacía de puerta improvisada, Andrea y Lorna se miraron con temor pues no sabían que había tras de la cortina y con la historia algo les decía que no iba a ser bueno, pero antes de terminar de pensar, María José había corrido la cortina sin siquiera inmutarse, y fue cuando un cuarto de brujería se descubrió ante ellas.

 

El cuarto definitivamente había sido utilizado para la invocación de demonios y cámara de tortura, pues la habitación tenia todo lo necesario para eso, incluyendo una silla que tenia correas para tener fija a la victima y con unas puntas que sobresalían de los apoya brazos del mueble, vestigios de sangre seca en las paredes, un caldero negro en el centro que aun emitía un hedor de restos de pociones ya podridas, y claro un arsenal de cuchillos y navajas que aun tenían en los mangos manchas café de sangre de victimas de antaño. Pero ante este espectáculo, fue Andrea quien se sintió atraída por una energía que la llamaba hacia un rincón de la habitación, una sensación que solo tuvo hasta que entro en ese sitio, la joven casi sin voluntad y sin que sus amigas se fijaran en ella se acerco a un lugar que curiosamente había pasado desapercibido para María José y Lorna, era un altar dedicado al demonio decorado con sus símbolos, un libro casi carcomido, y en el centro había un cráneo elevado en un trípode rodeado de velas negras, las niñas ahora junto a la joven, se quedaron viéndolo hipnotizadas, pero fue hasta que Andrea toco el cráneo y al hacerlo los frascos de vidrio, las ventanas de la casa, las probetas y demás explotaron al tiempo la puerta principal estalló hacia afuera y eso hizo que las tres niñas corrieran asustadas saliendo de allá y huir hasta llegar al internado donde se enfrentaron a las monjas que se dieron cuenta de que habían salido de los limites, ellas (Mas bien María José hablo por ellas) no lo negaron, pero no mencionaron la casa en el bosque, Lorna y Andrea apenas y asentían a lo que decía su amiga.

 

Las jovencitas fueron castigadas a rezar en la capilla y a irse a la cama sin cenar, pero para ellas no se comparaba con el susto que recibieron en la casa del bosque, luego cuando se acercaron a la capilla, Andrea sentía que le faltaba el aire, y se desmayó antes de poner un pie adentro, las hermanas corrieron ante la voz de alarma de Lorna que estaba muy preocupada, la condujeron a la enfermería donde con unas sales lograron que recuperara la conciencia, Andrea no supo como explicar eso, solo sintió que el mundo desaparecía al acercarse a la capilla; la muchacha se sentía bien físicamente así que la dejaron en su habitación, pero su imagen quedo marcada ante las demás alumnas que empezaron a verla como bicho raro. Esa noche Andrea soñó de nuevo con el suceso en la casa del bosque y con ese altar, el cráneo brillaba y palpitaba, rememoró el momento cuando toco la calavera con su mano que se manejaba sola y no por voluntad y al tacto la yema se quemaba mientras el rostro de una mujer espantosa se acercaba a ella con un alarido que helaba la sangre y cuando estaba a punto de llegar a ella, la jovencita despertó gritando despertando a sus compañeras de cuarto, pero ni siquiera María José se acerco para confortarla, tal vez temerosa de que su amiga se estuviera volviendo loca mas al ver a Andrea estaba tan asustada que solo se calmó cuando llegaron las hermanas también despertadas por el grito, con una infusión de valeriana para calmarle los nervios.

 

Los siguientes días fueron extraños para los demás pero infernales para Andrea, ella aseguraba ver sombras en las esquinas que ella veía con el rabillo del ojo, oía voces llamarla, en las noches veía espectros con capas negras pasearse entre los pasillos, y lo peor es que cuando se acercaba a la capilla, sentía que la asfixiaban y le daban convulsiones, ella decía que sentía que algo malo siempre la acompañaba; Lorna era la única que estaba a su lado tratando de confortarla pues María José había vuelto con sus antiguas amigas y se alejo de ellas. Las dos amigas trataron de retomar sus paseos por el internado, Lorna encontraba la manera de encontrarse con Andrea y hablar de sus vidas y planes futuros cuando salieran de vacaciones con sus familias, acompañarla cuando se deprimía, y en esos días, a pesar de la creciente tensión que se desarrollaba entre ellas, no pasaban de tomarse de las manos (Aunque cada una fantaseaba en secreto con hacer y experimentar cosas más apasionadas), lo cual recomponía el acosado corazón de la joven torturada, quien encontraba esos encuentros como sus únicos momentos de paz y tranquilidad, pero un día con una actitud de notable pesimismo, Andrea le mencionó que presentía que no saldría del internado viva.

 

Las monjas vieron que los gritos y las pesadillas de Andrea se volvían a repetir en las noches así que llamaron a un psiquiatra para que buscara las respuestas de esto antes de llamar a los padres de la alumna que estaban fuera del país, y lo hicieron, el especialista después de entrevistarla, y de hacerle exámenes de escritorio, concluyo que a pesar de que estaba lúcida, estaba en un estado post-traumático, algo que le causó una profunda impresión, por lo que las monjas volvieron a interrogar a Andrea, Lorna y María José sobre su escapada en el bosque, esta vez con más intensidad; esta vez Lorna que le guardaba rencor a María José por haberlas instigado a ir allá y que ahora pretendía lavarse las manos de este asunto, empezó la recriminación a lo cual la otra negó y la acusó junto a Andrea de haberla obligado y empezó una discusión que iba en aumento, hasta que Andrea que había estado callada miró a María José y gritó en una voz que parecía de una mujer de avanzada edad –“¡Tu fuiste la culpable maldita perra mentirosa, tu nos llevaste allá y me hiciste esto!”- Y luego se le abalanzó cual animal salvaje golpeándola y arañándola gritándole improperios, mientras María José apenas se podía defender, Lorna trato de detenerla pero una fuerza la lanzó hacia atrás contra la pared, las monjas aterradas llamaron al padre que en esos momentos se preparaba para dar la misa, este al ver la escena murmuró una oración y Andrea se contorsionó de dolor y se echó al suelo convulsionando, al terminar la oración la muchacha se quedó en el suelo inconsciente, María José toda sangrante salió corriendo y sollozando mientras era seguida por una monja, las otras se acercaron al sacerdote el cual les miró y confirmó sus sospechas: Andrea estaba poseída,  Lorna al oír eso lloró mientras se acercaba a Andrea y la abrazó mientras esta al parecer se despertaba preguntando desorientada que había sucedido.

 

El padre entonces arregló una sesión de exorcismo que se llevaría a cabo en una habitación contigua, ayudado de las hermanas, Lorna fue retirada de la habitación, mientras que Andrea aún confundida era sometida en una cama con cuerdas y aunque preguntaba que por qué hacían eso, las hermanas no le respondían, esto fue hasta que el sacerdote se puso frente a ella y con las hermanas rodeando la cama empezaron a iniciar los canticos precedentes de una sesión de extracción de espíritus inmundos, Andrea no comprendía sin embargo cuando iba a protestar algo en su interior la hizo arquear la espalda y una especie de aullido de desato en su garganta, y empezó a gruñir mientras trataba de liberarse de sus cuerdas a la vez que el padre entonaba oraciones en latín que hacían enfurecer al espíritu que habitaba en Andrea, y empezó un diálogo entre el hombre de la Iglesia y la poseída que confesó que era la bruja que residió en la casa, se había entregado en cuerpo y alma a su señor el demonio y que hizo un hechizo para volver a la vida a través del cráneo que utilizaba en sus rituales, allí habito en espera que una joven que fuera virgen pero que albergara rabia en su corazón la despertara, si era tocado por alguien mas enloquecería, eso fue hasta que Andrea apareció y no iba a soltar ese cuerpo después de tanta espera, el padre intento razonar con el alma de la muchacha pero esta parecía dominada por la bruja la cual adquiriendo fuerzas sobrehumanas rompió las cuerdas y atacó a las hermanas.

 

El ruido de cuerpos estrellándose contra las paredes y cosas rompiéndose hizo que Lorna inmediatamente supiera que algo malo sucedía, hasta que la gruesa puerta de madera que encerraba la habitación fue despedazada por el cuerpo de una monja que fue lanzada a través de ella, Lorna se sintió horrorizada, pero el coraje que nació de su corazón al saber que Andrea estaba en peligro hizo que entrara allí y vio que Andrea estaba estrangulando al sacerdote, Lorna no sabia que hacer, pero quería volver a hablar con Andrea, así que intentó llamar al alma de aquella que era su mejor amiga y que con el tiempo se volvería el amor de su vida, Andrea por alguna razón soltó la garganta del padre, y la miró, Lorna se acercaba diciéndole que le devolviera a su Andrea que la quería a ella, una risa tétrica sonó de la poseída, argumentó que ella (la joven) no quería salir pues no soportaba su vida, Lorna le recordó desesperada como ellas habían tenido una amistad tan grande, que ella era lo mas importante para ella, como no soportaba la idea de que Andrea nunca volviera, la poseída se contorsionó y evidenció una lucha interna, que al parecer el alma de la muchacha estaba teniendo con el alma de la bruja esto fue aprovechado por Lorna que tomo las manos de su amiga y las sujeto tratando de llamarla por su nombre, el sacerdote volviendo en sí, recupero las fuerzas de donde no tenia y la ayuda y empezó a entonar las oraciones mas poderosas que sabia, la lucha interna fue mas violenta mientras Andrea se resistía a ceder su cuerpo ante el espíritu maligno, cuando el padre le hizo al señal de la Cruz en la frente, un grito lastimero hizo eco en las paredes, al parecer las oraciones hacían que se debilitara el poder de la bruja. Pero esta no se daba por vencida, necesitaban que Andrea luchara por una razón mas poderosa, y es cuando Lorna le susurra al oído – “Te amo.”- Al parecer eso hizo mucho efecto pues los ojos de Andrea volvieron en sí, aunque sudorosa y desencajada los ojos de ella brillaron con luz propia y en esa lucidez ella apenas murmuro sonriendo con debilidad –“Yo también te amo”- Lorna sonrió con todo su corazón, pero entonces la bruja volvió a surgir y en medio de alaridos dijo que si ese cuerpo no sería de ella no sería de nadie, las convulsiones posteriores alertaron a Lorna, al sacerdote y a las pocas hermanas que pudieron despertar, la joven gritaba horrorizada llamándola entre sollozos, acariciando el sudoroso rostro de su primer amor, pero fue tarde, mientras agarraba su pecho Andrea sentía que su vida se escapaba frente a aquella que amaba y a pesar de eso logró volver a sonreír débilmente, levantó con pesadez su cabeza y junto castamente sus labios con los de Lorna en un beso inmortal, para luego con su agonizante aliento proferir sus últimas palabras dirigidas a exclusivamente a ella- “Te esperare al otro lado donde estaremos juntas para siempre”- y cerró sus ojos blandamente… Y ahora Lorna a pesar de su aflicción sabía que Andrea, su primer gran amor, ahora era libre.

 

Los siguientes meses fueron escandalosos, los padres de Andrea supieron lo sucedido y demandaron a la institución, por no haber cuidado de su hija, las monjas no mencionaron acerca del exorcismo, la autopsia había mostrado que murió por un paro cardiaco, y a raíz de eso muchas alumnas fueron retiradas del internado, entre ellas María José que se rumoraba que empezó un tratamiento psicológico. Lorna se acercó a los padres de Andrea que estaban mas enojados con la institución que acongojados por la muerte de su hija y les dejó el diario que tenía Andrea y una carta que ella había escrito, en el diario ellos descubren lo infeliz que había sido con ellos, y en la carta Lorna les cuenta lo sucedido y como terminó Andrea. La joven no supo si ellos le creyeron o no, cuando fue retirada de allí por sus padres, vio como algunos trabajadores del pueblo iban con palas y picas y carretillas hacia el bosque, seguramente para destruir lo que quedaba de la casa, ya sin importar si expandían la maldición en su proceso, de alguna forma las antes vehementemente obedecidas creencias religiosas ya se habían difuminado en las oficinas encargadas de las obras del poblado, Lorna asumió que el escándalo hizo que el alcalde tomara el asunto en sus manos y decidió terminar con los rumores y las leyendas que suponía tachaba de ridículas al derribar la casa de la bruja de una buena vez, algo de lo cual no estaba segura que era una buena idea, igual ya no le importaba por que se sentía vacía, y aunque supo que Andrea también la había amado; sus padres encontraron a una joven que había perdido las ganas de vivir y su animo se torno sombrío, ella jamás quiso volver a ese lugar solo hasta que ya adulta y en un intento de enfrentar su pasado, volvió para encontrar que ese lugar no había cambiado del todo, de hecho en esa época aún quedan vestigios del bosque que alguna vez existió, es mas ya no es un bosque entero pero la comunidad religiosa de los alrededores aun persisten en la maldición que aun esparce ese suelo abandonado de Dios.

 

Lo curioso es que, donde Lorna aun reconocía era el lugar donde se alzaba la casa maldita, el suelo se veía infértil y pútrido, donde ni siquiera los perros se asomaban a olfatear y la vegetación estaba totalmente ausente, el intento de la mujer por asimilar lo sucedido aún si había pasado hacía tiempo fue en vano, desde su retorno del internado Lorna se convirtió en una mujer retraída, solitaria que nunca logró o no quiso casarse ni tener familia, ni tener una profesión, solo se dedicaba a trabajar en una biblioteca organizando libros y supervisando las salas de lectura, aun cuando por años trato de reconfortar su alma visitando psiquiatras para que le ayudaran a tratar sus terrores nocturnos y sus horribles pesadillas donde ella continuamente revivía el exorcismo de Andrea y su muerte que nunca lograba evitar, no pudo recuperarse de lo sucedido el resto de su vida.

 

FIN

Notas finales:

Si, lo se es muy pesimiesta, pero es mi primera historia, aunque soy mas dada al yaoi, es curioso que mi primer escrito sea de un yuri muy sutil, pero creo que las historias con lineas sobrenaturales me encantan. Espero que les haya gustado. Espero sus reviews con mucho entusiasmo :)


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