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Sólo por una noche por Helsic

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Capítulo 2

Hangeng no siempre había sido valiente y decidido, había pasado la mayor parte de su juventud escondiendo sus sentimientos y dejando que otros tomaran decisiones por él. Sólo existía una palabra para describir los amargos recuerdos de aquellas épocas en las que dependía completamente de los demás: Patético.
Al principio la rabia era una pequeña semilla que se había implantado en lo más profundo de su cabeza, inofensiva y diminuta. Años habían pasado sin que esta fuera notada, pero con el tiempo fue creciendo lentamente, con cada experiencia humillante, con cada momento en el que tuvo que callar y bajar la cabeza, con cada situación que le recordaba lo lejos que estaba de casa y las pocas posibilidades que tenía de volver. La semilla había ido creciendo paulatinamente, de ella salieron retoños de ira e inclusive odio que fueron penetrando su cerebro hasta lo más profundo, haciendo imposible de soportar la presión.

Y era en aquellas noches en las que no podía dormir a pesar del cansancio, en las que se quedaba horas mirando el techo de su habitación en los dormitorios de SM, era en esas noches en las que el suicidio le resultaba de lo más tentador. Si, acabar con todo era la solución más fácil y rápida.

Pero entonces al día siguiente estaba su sonrisa, la calidez de su voz y su mirada, lo que lo devolvía a la cordura, era su mano tibia que le daba palmaditas en la espalda cuando se veía abatido, era Choi Siwon su mástil, le sostenía con seguridad a pesar de la tormenta que nunca amainaba.

Ser el único miembro Chino no era fácil, debía llevar el shock cultural de vivir en un país que no era el suyo, sobrellevar el hecho de que no podía comprender al cien por ciento lo que sucedía a su alrededor debido a su pobre nivel de Coreano, ser siempre el que se quedaba atrás y no entendía las bromas o juegos de palabras. Ser siempre el diferente, el que no pertenecía allí. Hangeng sabía que los miembros hacían todo lo posible para hacerlo sentir como en casa, LeeTeuk con regularidad le invitaba a comer comida China, Yesung le preguntaba sobre datos curiosos de su país y DongHae le mostraba videos que mostraba en la internet. Todos hacían un gran esfuerzo en hacerle sentir cómodo y Hangeng lo agradecía infinitamente, aún así el se sentía vacío, esa sensación de vacuidad le llenaba el pecho y le desgarraba por dentro, por eso fue que cuando se lanzó Super Junior M como grupo con Henry y ZhouMi que Hangeng comprendió ese sentimiento.

ZhouMi y Henry habían sido rechazados desde el comienzo sin darles una oportunidad de florecer como artistas y todo ese rechazo (aunque no era dirigido a él) cayó sobre sus hombros, lo sentía tan personal como una agresión física, él era Hangeng un ciudadano Chino antes de ser HangKyung el miembro de Super Junior. Sentía que el compromiso con su patria y con su familia iban más allá que la opinión de las fans Coreanas. Él quería tener fans Chinas, fans que comprendieran su sentimiento de pertenencia y llenarán el vacío. Por años la semilla había estado creciendo hasta llegar a consumirlo todo y entonces supo que no habría marcha atrás.

Se encontró dejándolo todo atrás, huyendo sin mediar palabra. Escapando de su vida en Corea con cientos de dedos acusadores como si él hubiese cometido un crimen de lesa humanidad.

Había regresado a China y había continuado con la frente en alto a pesar de todo y aunque el éxito en sus proyectos le trajo una felicidad y estabilidad económica que nunca antes poseyó, con el tiempo se dio cuenta de que esa felicidad era efímera y que en el fondo seguía tan vacío como cuando había dejado Corea. ¿Por qué? Se había preguntado incontables veces en las que intentaba comprender esa sensación de vacuidad, ¿Por qué el dinero y el éxito profesional no lo llenan todo?

La respuesta le llegó de una manera inesperada. Y entonces supo que, si no volvía a hablar con Siwon, nunca tendría paz.

-De la tierra a Marte ¿Está Hangeng ahí? Hola – La voz de HeeChul lo sacó de sus pensamientos, sostenía un vaso de vidrio con un líquido amarillo que olía fuertemente a alcohol – He hecho un cóctel con jugo de naranja – Le anunció con voz orgullosa – Para calentar motores – Agregó, Hangeng sonrió y se quedó mirando el vaso recordando la última vez que HeeChul le había ofrecido una bebida para “calentar motores”, habían terminado muy ebrios y semi desnudos, lo que realmente había pasado se había mantenido en secreto y habían decidido que nunca volvería a pasar. No estaba bien y era un error, además del hecho de que le atribuían al alcohol toda sus acciones.

Se llevó el vaso a los labios y se bebió la mitad de un sólo tiro, el sabor dulzón de la naranja se mezcló maravillosamente con el fuerte sabor del Vodka produciéndolo una cálida sensación en la boca del estómago. HeeChul sonrió complacido y se dirigió hacía Siwon que había pasado la última hora sentado en la esquina más alejada del cuarto de KTV (Cómo si Hangeng tuviese alguna enfermedad infecciosa que le pudiese contagiar) con expresión taciturna bebiendo de su vaso en silencio. Hangeng le había prometido que hablarían, pero descubrió que su coraje se disolvía conforme iba pasando la noche, no sabía como ni por donde comenzar la conversación ni como abordar el tema sin recibir otro puño enfurecido del menor.

“En cierta forma lo merezco”, pensó en un suspiro, “de repente luego de tantos años me atrevo a aparecer y hablar, debe sentirse tan frustrado como yo cuando dejé todo atrás”.

HeeChul había comenzado a cantar otra canción y estaba concentrado siguiendo la letra en la pantalla cuando la mirada de Siwon se encontró con la del Chino en la oscuridad. En sus ojos bailaban las luces de colores que centelleaban por toda la habitación y entonces vio los mismos ojos de antaño, la determinación y al mismo tiempo la inocencia, los ojos de un hermano. Hangeng supo que ese era el momento preciso o que de lo contrario nunca existiría otra oportunidad.

Siwon vió como el Chino se levantaba en el otro extremo y caminaba hacía él con lentas pisadas la corta distancia que les separaba, se había quedado unos momentos de pie frente a él como dudándolo por última vez y luego se había sentado a su lado depositando el vaso con lo que quedaba de vodka en la mesa de vidrio. Había un plato con pistachos, semillas de girasol y maní tostado al lado de las cervezas, tomó un pistacho y le destapó la cascara con las uñas para descubrir la semilla verde en su interior. Siwon le siguió con la mirada en silencio.

-No golpeas nada mal – Fue al fin lo que dijo - ¿Has continuado entrenando taekwondo? -

-No, no tengo tiempo para ese tipo de pasatiempos, sabes como es la agenda – Respondió Siwon, parecía abatido, quizás se arrepentía de haberlo golpeado o quizás simplemente estaba cansado de todo. De nuevo un silencio, esta vez bastante largo, tanto que HeeChul alcanzó a terminar la canción.

-Siento haberte golpeado – Dijo al fin, las palabras le salieron atrancadas por la garganta, como si hubiesen estado allí atrapadas, luchando por salir, Siwon debía reconocer que era orgulloso en el fondo, no era fácil ser humilde cuando medio planeta te adoraba – Pero no pude controlar mi rabia -

-Igual que yo – Respondió Hangeng llevándose la semilla del pistacho a la boca, disfrutando de su ácido y particular sabor – Por eso escapé de todo, lo dejé todo atrás porque no pude controlar la presión -

Siwon se sorprendió ante esta revelación ¿Presión había dicho? Sabía que Hangeng pasaba por el estrés de vivir en un país diferente y lejos de su familia, pero eso no justificaba el que se hubiese ido sin medir palabra.

-Creí que eramos amigos – Continuó Siwon bebiendo un sorbo de cerveza – Esperaba una explicación ¿Sabes?, todo este tiempo esperé -

Ante esto Hangeng cerró los ojos y frunció el ceño, Siwon tenía razón, no podía justificar sus actos ¿Que iba a decirle? ¿Que tenía miedo? ¿Que no tuvo el coraje para expresar sus sentimientos? De nuevo el vacío parecía consumirlo por dentro.

-Creo que la explicación ha tardado más de lo que esperábamos – Murmuró observando con ojos tristes el plato con semillas como si estas fueran a darle algún tipo de respuesta – Lo siento si no tuve el coraje antes... yo – Se cortó en medio de la frase, su corazón se había acelerado de tal forma que le dio la impresión de que en cualquier momento le podría salir por la boca, en el fondo una canción en mandarin de Jay Chou sonaba demasiado distante. Siwon giró su rostro para enfrentarlo, mirándole directamente a los ojos.

-¿El coraje para qué? - Preguntó el menor frunciendo las ceñas - ¿Para confiar en mi? -

Hangeng sintió como si le flaquearan las rodillas, un hormigueo inusual subía desde la punta de sus dedos hasta su cadera, se mordió el labio inferior, aquel era el momento que había temido toda su vida. El momento en el que confrontaría a Choi Siwon.

-No – Le negó meneando la cabeza suavemente – La confianza no tiene nada que ver – Le explicó tomando de nuevo el vodka y terminándose el vaso rápidamente, esperando que estando ebrio pudiera hablar más sinceramente – Siwon... tu siempre has sido como mi hermano – Dijo al fin luego de una pausa trémula, carraspeó y notó que HeeChul ya no estaba en la habitación, el maldito les había dejado solos a propósito, era ahora o nunca.

-Si... pero ¿Porqué? - Insistió Siwon sin notar la ausencia de HeeChul.

-Por que descubrí que lo que sentía por ti iba más allá – Continuó Hangeng – No te quiero sólo como a un hermano ¿Comprendes? - Y ahí estaba, finalmente había salido de su boca, el enorme peso que se había atrancado dentro de su pecho todo ese tiempo se liberó disolviéndose en el aire, pasara lo que pasara ahora no le importaba porque él había logrado ser sincero por primera vez en la vida, no sólo con Siwon sino consigo mismo.

Siwon se quedó en silencio, nada en el mundo lo habría preparado para algo así, había olvidado donde estaban, había olvidado por que estaba enojado y que planeaba irse de allí cuanto antes, la revelación de Hangeng le había dejado congelado, como si las funciones coherentes de su cerebro se hubieran detenido de repente para dejar un lerdo ruido sordo de fondo.

-¿Qué estás diciendo? - Logró balbucear y Hangeng desvió la mirada hacía el plato con maní, en la oscuridad no alcanzaba a apreciar sus mejillas encendidas.

-Lo se, lo se – Exclamó Hangeng – Es una locura, una estupidez y no debería haber pasado pero pasó, no debería haberte lo dicho, pero no podía guardarlo por más tiempo, no con todo lo que ha pasado – El Chino murmuró algo en su idioma natal y luego volvió su vista a Siwon – Ódiame todo lo que quieras, pero entiende porqué no podía decirte nada, no podía... aceptar este sentimiento, ¡No podía decírtelo! -

Siwon le observó sin dar crédito a lo que escuchaba, las viejas mariposas habían regresado de repente a la boca de su estómago y fue como revivir de golpe todo lo que alguna vez había sentido. Un sentimiento que creyó muerto y enterrado en el momento en el que el Chino había dejado el grupo.

Pero estaba ahí, el sentimiento había estado dormido todo este tiempo pero no había desaparecido, seguía ahí, esperando por un detonante para volver a salir a flote con más fuerza que antes, Siwon no podía creer que ese momento hubiese llegado y de esa forma tan inesperada. No odiaba a Hangeng, no podía, él mismo no habría sido capaz de admitir algo así, él mismo había callado lo que sentía de la misma forma. Eran un par de tontos que habían desperdiciado mucho tiempo sin saber como expresar lo que sentían.

Entonces fue cuando Siwon decidió que, las palabras no podían contener ni expresar todo lo que se arremolinaba en su interior. Tomó el rostro de Hangeng con su mano derecha y lo acercó al suyo, respirandole en la mejilla por unos segundos antes de conectar sus labios con los de él.

Y fue como si de repente todo lo que había estado siempre mal en sus vidas tuviera orden y se arreglara mágicamente, como si una pieza de un complicado rompecabezas finalmente encajara perfectamente dejando ver así la imagen completa. Un beso que cerraba un largo e inconcluso capítulo en sus vidas. El beso que creyeron nunca se haría realidad.

Hangeng correspondió el beso, rodeando a Siwon con sus brazos y atrayendolo contra si mismo, perdiéndose en la sensación de fuego que le abrazaba a través de esa lengua húmeda. Se besaron por lo que pareció una eternidad y cuando la canción en el fondo se acabó y la habitación quedó en silencio, sus labios se separaron, ambos con las mejillas acaloradas por la pasión contenida.

-Oh Dios – Murmuró Siwon llevándose una mano a la boca, lo que acababa de pasar iba en contra de todas las cosas que alguna vez había pensado eran correctas, era como despertar y descubrir que las leyes que regían el universo de repente habían cambiado y que ahora el mundo estaba de cabeza.

Y como si besar a otro hombre fuera poco, HeeChul había aparecido en algún momento en el cuarto, seguramente había ido al baño, pensó Siwon sintiendo que  las mejillas le ardían por el calor, se había olvidado por completo de él, pues todo en lo que podía pensar era Hangeng y lo que acababa de descubrir. Heechul estaba mirándolos con una indefinida expresión en el rostro, Siwon no sabía si era sorpresa o rabia, o quizás las dos, de cualquier forma su mirada no era muy alentadora.

Siwon supo entonces, que había cometido un grave error.

Continuara.


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