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Los desgarbados e irremediables días de Sasuke Uchiha. por All19valentain

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Notas del fanfic:

     Espero les guste este Fanfic.  

 

Los personajes no  me pertencen ( en esta oportunidad)  Son propiedad de su autor: Masashi Kishimoto. 

 

 

      Fue bastante curioso empezar a escribir este Fanfic, realmente no tenía una idea clara en mente. Solo queria intentar que el personaje hablara, y no que fuese yo, quien hablar por él. No se si estopy cerca de esa idea, peor haré lo posible que sea así.   Espero loes guste mucho y medejen sus comentarios. Me gustaria saber que les parecio y si tienen algo que aportar. Seria muy lindo de su parte.  Bueno, sin mas preambulos. Disfruten la historia.  

 

Atte: Alejandra

Notas del capitulo:

Espero les guste un montón. Es mi primer Historia sobre Naruto, y mas expresamente sobre Sasuke.  Espero sinceramente sea de su agrado y no decepcionarles.  

Bueno eso es todo. Feliz día. 

Capítulo 1: Un maravilloso encuentro.  El nuevo año escolar de Sasuke.

 

         Contrariado, las mañanas pueden ser poco amigables desde la perspectiva de un adolescente, pero la verdad clara e innegable es que, simplemente son una reverenda patada a mis partes bajas. Molesta patada, es lunes y mi primer encuentro con algo que antes no creí posible, la escuela secundaria, mi 4 ° año  de curso en este modesto pero extenso colegio, supone un sentimiento tenue en colores  para mi día pero  alegre si se quiere. Vuelvo a la secundaria, al reencuentro con los amigos.

 

        El transcurso de la mañana sucedió tan monótono y  mundano como  cualquier  otro día de mi vida. Un desayuno nutritivo y acompañado de la insípida muestra de amor de mi hermano mayor, ese tan mañanero y desagradable vaso de avena con leche, desde mi punto, podría aseverar que casi cualquier jugo o batido, por muy misterioso que fuese, tenía arreglo con algunas buenas cucharadas  de leche; pero la avena, es un caso de extrema rareza. Justo como un bicho muerto en el desierto; no hay salvación para éste.

 

        Las cándidas mañana junto a mi pequeña y taciturna familia son por mucho, un aglomerante para los fragmentarios trozos de buena fe que intento mantener en la vida. La escuela, se torna tranquila e inhóspita algunas veces, el resto del  día en está, se describe solo con la palabra: Hostil.  Por otro lado, no me vanaglorio de mi atractivo y,  del aparente poder de atención que ejerzo sobre gran parte de la población femenina del recinto estudiantil de 3ro y 4to año de clases, pero debo ser remotamente sincero, conmigo al menos. Las chicas de este lugar están mal de la cabeza, dicen amarme y no me conocen. Más allá de esa disparidad de criterios entre su auto proclamado amor “obsesivo” debo decir,  y su afecto desmedido cargado de claras e inmediatas insinuaciones,  poco decorosas para chicas de su edad; me queda claro que estas mujeres, no van a amarme tanto como alegan, el día en que alguna de ellas por mera curiosidad  u osadía, se plantee realmente conocerme, como la gente medianamente corriente suele hacer: Una conversación, amigable y pacífica.   Ese día, se caerá su falsa impresión de mí. 

 

        Mi hermano, Itachi Uchiha. Suele darme consejos al respecto, algunos relativamente útiles y otros, bueno, simplemente impronunciables. Cómo: “acércate a ellas y se tú mismo. Seguro verán que eres sensacional” claro, acercarme a esa puñado de hormonas sin control, que revolotean de aquí para allá  como mariposas encerradas. No soy tan poco racional, no pondría un pie cerca de semejantes remedos de féminas.    No tengo particularmente algo en contra de las chicas, o lo chicos, simplemente son intensamente punzantes. Punzan, punzan, y punzan, como si fuera placido que te palpite la cabeza todo el día. Lo dije, es un lugar hostil, por sus habitantes; el espacio en sí mismo, es agradable.

        Para mí, que soy tremendamente quisquilloso, es un corto pero afable momento, sentirme solo en las instalaciones del colegio.  Pero como antes no aclaré, solo ocurre en las mañanas y particularmente los lunes. Todos están tan noqueados que no hacen mucho ajetreo  en las primeras horas de la mañana; el resto del día, un árbol caería en el bosque y ellos lo escucharían, su nivel de energía, tenacidad e increíble estado de alerta, causarían en cualquiera un tremendo susto y si, un irremediable dolor de culo.   

 

         Por otro lado, 8am.  Inicio de clases, se me dificulta pensar mucho a estas horas de la mañana, todos los días de la semana pero, cabe decir que el chiflado que allá propuesto clases tan temprano en la mañana, durante un lumínico y armónico   lunes escolar;  tiene mi más inmutable desprecio.  

 

         Primera clase: Artes- lección primera  Artes Gráficas.   Como si me interesase ser grabador, el internet tiene su punto de apogeo en esta era, los métodos arraigadamente tradicionales, son tediosos en sí mismo como lo son en su ejecución.    Esta clase, pone de lleno mi capacidad para ser indiferente sin estropicio alguno a mí alrededor.  Simplemente no amo esta materia o, esta especialidad artística pero, seamos concretos en el asunto,  andar por ahí con buril o gubia en mano a bien tempranas horas de la mañana, en lunes, luego del himno matutinamente largo del presente día y,  la perenne pero no menos interesante declaración de “seamos buenos con el ambiente. Sí, viva el altruismo. Cuidemos nuestros jardines” y cuanta más tonterías se tomó el tiempo de redactar y proclamar con semejante alegría nuestra delegada estudiantil de 4to año, durante el anuncio matutino.  Marca el límite; el escaso y por demás reducido límite de mi humor y afabilidad para con la humanidad.  Entonces ¿De verdad pretenden darme esta clase tan temprano? Mal nacido, profesores que inventan cursos extraños en horas extrañas del día. 

 

         En fin, claramente voy menguando en mi cantaleta especial del día, las pataletas y despotrico comentarios sobre y por mis congéneres, pero ¡Joder! Esta gente aturde; mi estilo de vida aturde.

 

         Volviendo a la realidad que conlleva salir de muy elaboradas, hasta ahora cavilaciones, creo que por unos momentos, puede que me llegue a sorprender muchísimo. Al subir la mirada y toparme con;  ojos azules, melena rubia, piel  durazno, alto y sonriente.  El delegado de 5° año, está en la clase. Es el asistente de taller ¿Cómo carajos no me enteré?  En retrospectiva, creo que ni su nombre se.  Rubio ojos azules, el planteamiento de hombre ideal, como los dioses, todo un Heleno.  Que no conozco y más allá del ahora agradable cosquilleo que siento en la comisura de mis labios, y  del claro amago de sonrisa que se intenta dar lugar en mi impávido e inexpresivo pero usual rostro; yo, más allá de esta curiosa situación y de su mirada de burla por mí  ligera metedura de pata. No siento ningún otro interés por ese hombre, de nombre. Desconocido.

 

       Escucho a mi costado izquierdo.  Una voz profunda y cálida. Me llama, con cautela, le miro interrogante.  _ ¿Necesitas ayuda? _ Me comenta despreocupadamente.

 

       Altanero y cortante, respondí, con cierta cautela mientras la sonrisilla traviesa, tiene ganas de auto invitarse _  ¡Estoy bien! _  Más tajante no he podido ser. Ni aunque me paguen por ello.   

 

_ ¡Lo haces mal! _ ¿Acaso parece que me importa? Mi indiferencia es prácticamente palpable, incluso el huraño  profesor que  tengo, reconoce que no debe ni reparase un poco en mí.  Y, no es por ser déspota, no soy el rey del instituto. Pero mi energía me delata. No me gusta la gente ¿Hasta cuándo lo tengo que hacer notar?  Soy así por naturaleza, pero hay gente que irremediablemente debo ilustrarles la situación. Su sentido común claramente esta atrofiado.   Y, este rubio espécimen a mi  costado, parece ser un claro ejemplo de ellos.  Bello pero impertinente.  No creo sea hueco, es asistente de taller de artes gráfica, el muchacho seguro es ‘un duro’ en lo suyo. 

 

_ No me interesa hacerlo perfecto.  No lo hago mal. Sigo las instrucciones, tal cual en la guía se especifica. Es Xilografía, es básico.  _ Forme una escueta sonrisa de lado, no pudo verse. Pero espero entienda la indirecta que he enviado.

 

_ ¡Está mal! Estas tallando de forma incorrecta, o bueno, poco provechosa para el resultado final de la imagen.  A contra fibra en esta madera contra enchapada, el resultado será un garrafal desperdicio de energía.  _ Me dice altivo y decido ¿lo ven? Claramente el muchacho conoce de su trabajo, por algo es el asistente del taller y por ello mismo.  No me engañare pero,  se sintió a regaño. Quien se creé, a mí nadie me trata como chiquillo.  Soy lo bastante alto como para golpearlo.  Estúpido rubio de ojos bonitos.  Qué más; solo término mirándole con cierto recelo e  ira. Y, el tipo realmente ¡No lo capta!

 

_ ¿Quién te dio esta madera? Aparte _ Se detiene un momento y escruta un poco mi cuerpo, luego su mirada solo se mantiene en mis manos. _ Esas gubias. Les hace falta filo ¿De dónde las tomaste?  “Jummm” _casi musitado pero audible para mí, ese asentimiento molesto. Un prolongado Gemido de ¿Indignación o molestia?

 

_ Aparte de tu desdeñosa forma de hablarles a tus superiores, el uso poco adecuado del material y la matriz de la imagen; estas en una posición terrible. ¿Tienes problemas visuales?  No deberías encorvarte tanto. Podrías resultar herido por la fuerza al momento de socavar la madera con la gubia. Es peligroso. ¿Realmente leíste la guía?

 

_  Por supuesto, puedo asegúrate soy el único en este mal parido salón que leyó la dichosa guía y sus  incansables pero aborrecibles 45 páginas.     _ Debo admitirlo, no fue mi mejor respuesta. Puede haberme relajado, respirar hondo y pensar en algo simpático por unos minutos. Pero no, elegí el camino difícil, un intrincado encuentro verbal y casi físico entre el desconocido, alto y carismático rubio, superior y asistente de taller y, bueno clarísimo está; yo.  Uchiha Sasuke. Buen estudiante, pero un sujeto claramente inadaptado para todos y un tipo muy mal hablado cuando lo requiere.  “Quien sea me lo cargo”   Así suele rumorearse en los pasillos, sobre mí. No muy alejados de la realidad. Pero no tan cerca como para darle importancia.

 

_ ¡No seas cretino Uchiha! No eres el único en clase. Habla por ti mismo, pero lo que a mí respecta, si hice mi tarea. _ Que mujer tan bocona. Hasta en momentos de hastió, salta al ataque.  Ino Yamanaka  ¡Como jodes mujer! Por otro lado, la expresión de mi rostro debió turbarle un poco el sentido, porque, carajo, es la primera vez que me devuelve la mirada sin  chistar o ir cabizbaja al suelo.  Yo la aprecio, más o menos, pero que metiche es  a veces. 

 

_ ¡Cierra la boca,  Ino! _ Fui, lo más despreciable que pude ser,  en un mal momento. El encontronazo de ahora va a pasarme factura; al rato, yo lo sé. Siempre es así. Las relaciones afectivas… hablemos de algo más.

 

_ ¿Me estas oyendo, Uchiha?_ gritaban. ¿lo hacían? Alguien lo hacía. _ Mira raro ¡Reacciona!

 

_  Desorientada mente respondí, un simple _ ¿Qué?_ Mientras volvía en mí. Y la pérdida,  hasta ahora oscura  mirada mía arremetía con cierto, desconcierto sobre la opaca y azulina mirada de Ino Yamanaka, sí que me saca de quicio.

 

_ Te llama el Uzumaki.  Que vayas al frente del taller._ Mi expresión debió ser muy chistosa, porque la increpante mirada que posaba Ino  sobre mí, se volvía  meditabunda  y hasta juraría ver un claro precipitoso amago de sonrisa traviesa. _ ¿Quién? _ Ahora sí, su expresión fue de risa.

 

_ El muchacho, alto y rubio con quien te gritabas hace un momento, de forma soberbia y poco comprensiva,  como siempre haces con gente. ¿Lo recuerdas?_ Su emotiva y sarcástica voz no pudo ser más  irritable. Que mujer tan detestable.

 

_  Sucedió Hace minutos, mientras cavilabas en balbuceos raros, con la mirada gacha y veías muy fijamente tus gubias. Rayos, Uchiha;  de verdad estas más despistado que antes.  ¡Espabila, hombre!

 

       No conteste a eso, simplemente no lo hice. Solo deje la herramienta en su lugar, en la mesa junto al delantal y los lentes; avanzando como quien claramente no quiere la cosa, hasta la mesa del profesor, justo adelante.  Pero el rubio impertinente no estaba. ¡Qué carajos, se traen! _ ¡Profesor! _ Musite casi al llegar a esté.

 

       Soslayamente me miro. El tipo no reparo mucho en mí, de alguna manera su indiferencia le cayó bien a mí desgarbado sentido de respeto. Pero, no puedo quedarme como un idiota aquí de pie frente al profesor. No hay de otra. _ El chico rubio.  _ Eso ni siquiera sonó a una afirmación o una indiscreta pregunta. Patético.

 

El profesor; pareció apiadarse de mí.

  _ Regresara en un momento. Espéralo junto a las herramientas de la derecha, ahí  junto a la ventana.  _ Que especifico. Jamás lo había sido. SI fuera así de directo cuando debe, sus clases teóricas  no serían aburridas o hastiasen por tanta anécdota inútil que nunca llega al caso. O yo nunca logro entender. _ Y, Uchiha  más respeto para tus superiores. Uzumaki es el delegado de último año. Compórtate. _ Hizo una mueca con sus labios y termino echándome con un movimiento de su mano.

 

      El rubio Uzumaki ¡No vuelve un carajo! Y, se ha llevado la madera que estaba usando para la entrega de la próxima semana. ¿Qué escuela de locos es está? Los institutos  con infranqueables convicciones hacia el arte y su enseñanza, como materias de  desenvolvimiento para mejorar la sensibilidad de los jóvenes estudiantes, son una cachetada en la cara.  Vamos Uzumaki vuelve. Vamos Uzumaki vuelve

 

  _  ¡Uzumaki, vuelve! ¡Uzumaki, vuelve! _ Termine  balbuceando un tanto audible su nombre.

 

_¡Ya volví! _ Susto, fue poco lo que sentí ¿Cuándo se supone llego? Ese sigilo en sus pisadas, en su presencia,  medio perturba, la verdad.

 

_ ¿Sucede algo.  Uchiha? _  El tipo es de lo peor, me deja esperando sin poder avanzar en la clase y muy tranquilamente se aparece de la nada a casi quince minutos de terminar la clase y, solo pregunta ¿qué me pasa?

 

_ ¡Viste la hora verdad! Faltan quince minutos para terminar la clase, no he tallado nada y a ti parece que eso no te importa. Pero, es mi calificación. A mí sí me importa.  _ Enojo y rabia, es lo único que exuda mi piel, y deja entrever mi tenue mirada ¿Cómo responde él?  Mira a otro lado, dice, aquí está; no sé qué cosa, y  solo termina pasándome el asunto con una algo dura pero extrañamente cálida expresión.

 

_  Lamento la tardanza, fui a buscar material y me entretuve un poco. Aquí tienes, es una lámina de “Saki, Saki,” es mucho más fácil tallarla. Tu trabajo quedara mejor en esta madera. _ Por mi parte, solo me limite a tomarla la madera.  Ni unas gracias le doy.  No me apetece ser bueno.

 

_ Se agradece.   _ voltear y mirar con sorna, también vale como gracias. Y, sigo mi camino.

 

       Como si no fuera ya tanta mala suerte para un día, el amigable asistente Uzumaki  no se qué más, ignoro cuál es su nombre; ya al final de la clase, dice alegremente. Y, cito textual “Harán un trabajo en equipos de dos personas, cualquier técnica gráfica que hayan aprendido desde el semestre pasado al actual. La imagen que ustedes quieran, pero con sentido y sustentada por escrito” Eso fue lo que dijo. La parte grave en realidad se muestra ahora.  “Yamanaka y Uchiha, Harán equipo. Disfruten restableciendo lazos afectivos. Sean amigos” ¿Lo ven? el tipo está claramente loco. ‘Sean amigos’ de alguien… ya es bastante difícil solo conmigo.

 

      Eso fue todo por esa insufrible clase, el resto estuvo normal, justo ahora viene la parte importante del día, el almuerzo.  Llenarse el estómago no está demás. Es una buena medida para sacarme el mal humor. En mi caso es sin duda un Apego bien marcado en mí. El lugar para almorzar en este sitio, cada bendito problemático lunes esta atestado hasta los cielos de personas.   Emparedados, deliciosos emparedados de los lunes por la tarde; si, son un agasajo.  De pollo, tomate, queso, jamón, alfalfa, pepinillos, champiñones, cebolla y aceite oliva, con un toque de mayonesa; es una maravilla del cielo. Lo mejor que el humano ha podido idear. Mis respetos a los creadores de este emparedado, se lo merecen. 

 

      Sí, saliendo de tan grata imagen mental ¿Cómo  esto? ¿Cómo haré hoy para conseguirlo? Debo aclarar que cada semana, jumm, tengo que poner más y más creativo con el asunto. Los trogloditas del equipo de futbol y los gigantes del de baloncesto  acaparan el espacio. El resto de los mortales, solo podemos ver como las bestias salvaje de la actualidad engullen sin miramiento alguno mis preciados emparedados.  Hijos de su…  pues nada, es trato o escabullirse.  Intento hacer contacto con alguno de los fortachones muchachos de la fila. Soy un joven fuerte, no en exceso pero, me defiendo, airosamente.  Pero esta lucha,  requiere más destreza mental que bruta.  Fortachón  n°1  solo he dicho hola, lo más amable que pudo sonar “Cómprame un emparedado del sol y te pagare  10 Ryu  por tu gran Azaña” Cabe decir, que el muchacho solo me vio y se rio de mí. El muy desvergonzado.

 

       Como veo, será el plan B.  Tatar de ir con sigilo y no quedar aplastado en el intento.  Por la izquierda, intento primero, parece haber menos personas.  Si, solo que dos minutos después sigo intentando cruzar. Por abajo es imposible, mezclándome y dejando que el tumulto me lleve, no resulto.  A los costados: nada. Por arriba;  ni que fuera animadora  o gimnasta para saltar tan alto. Por donde lo veas estoy jodido, y lo peor el receso casi acaba y tengo hambre.  Esto es vergonzoso,  ser  borde no sirve de nada en estos casos, son mastodontes  entrenados para golpear el balón o encestar y demás raros deportistas que andan por ahí en la pelea.  Puedo ser Tajante e insufrible para muchos,  pero que nadie se atreva a decir que Sasuke Uchiha no tiene sentido de conservación;  no soy estúpido, hablar con esa gente solo levara  a mi cólera y un golpe en el trasero por parte de ellos.  Mis días de escuela aún son largos y venideros; planeo que sigan siendo así.   Supongo que no hay más opción, ya me han arrugado bastante el uniforme, el estropicio en mi ropa es suficiente como para un día.   Es hora de emprender la retirada. Como los días siguientes. Creo que tendré que traer  almuerzo de casa o que la siguiente vez, cierto rubio  compañero de grado superior no se aparezca cuando quiera, justo a la hora del almuerzo y me obligue a mostrarle mis bocetos para la xilografía, entrometido delegado. Que evito que saliera antes de clases.  Un trueno sin duda caerá sobre ti, ya lo verás. 

 

      Murmurando por lo bajo y perdiéndome en la nada, cavilaba sobre sin sentidos y a su vez algunos expresivos sentimientos negativos. Lo digo, Por qué, al parecer alguien los notó.   Cuando caí en cuenta de ese último pensamiento. Adiós, dinero.

 

_ ¡He sido robado sin darme cuenta! _ solo eso pude decir. Casi pasmado me quede mirando al tumulto enardecido por el deseo de obtener su almuerzo predilecto de inicio de semana.  Malditos desgraciados. 

_ Ladrones del demonio. “Tsk” _ Resople sonoramente, esta gente.  Ser amable hoy en día es tan complicado. El mundo es verdaderamente hostil. No basta con el sol, el ajetreo de la ciudad, el ruido de la misma, el calor. No, la gente se vuelve el decorado final, las velitas del pastel. 

 

_ ¿De qué hablas? _  Lo que faltaba. El rubio impertinente interrumpiendo mi campo de visión y haciéndome vacilar en mi  constante y musitado despotrico contra la vida en general ¿Qué le pasa a esté, solo se queda como idiota mirándome? ¿Extendiendo su mano y sonriendo con burla? Este es raro, ¡Absolutamente!

 

_ ¿Qué? ¿Resulto encantadoramente irresistible para ti también o qué?  Lo que faltaba, no solo las angustiosas y chillonas chichas del instituto, también los varones, van tras de mí. ¡Enhorabuena, seré acosado el doble de hoy en más! _ No pareció hacerle gracia mi comentario. Solo se limitó a…

 

_Dar las gracias no te matarían. _ Dice con desinterés y altivez el hombre. _ Nadie te robo. Solo Que hay personas que son amables, incluso, con quienes aparentemente no lo merecen. ¡Toma tu sándwich! Deberías dejar de hablar solo, y escuchar más  otros.  _ Solo mire fijamente al chico rubio. Realmente este muchacho no me conoce. Aunque para ser justo  ¿Quién realmente lo hace?

 

_ Y no creo seas tan encantador, lo desagradecido mata por mucho a que tan atractivo puedas ser. _ Con eso, se da vuelta y se va. No me deja argumentar en contra.  Los estudiantes de cursos avanzados, se creen superiores. Bueno, de hecho lo son. Mas no significa que para mí lo sean. Solo es un curso, no eres más sabio o mejor por ello.  De igual forma el chico de ojos azules, se fue. Algo furibundo me parece. Pero podría equivocarme, talvez solo tenían hambre también. La comida y las emociones van de la mano.

 

        AL fin, el emparedado fue devorado gustosamente. He de admitir, que le chico Uzumaki me fue de utilidad, aunque me asusto ya por segunda vez en el día y, yo no le pedí ayuda pero ¡otra vez se dispuso a hacerlo!  Pero que hacer, un metiche siempre será un metiche. Solo puedo aprovechar el momento, o aprovecharme de él; que es es casi lo mismo.  

 

       Última hora, filosofía. Universo dame paciencia.  Esto no acaba nunca. Y, vaya que a mi gusta aprender, todo lo que sea conocimiento, bienvenido sea.  De no ser así, no me habría molestado en leer la infamen guía sobre el grabado calcográfico. La infame y poco especifica guía sobre el grabado.   

 

      Solo tres minutos más, la tortura pasara. Solo tres minutos más y el reloj avanzara.  ¡Oh! Por favor, se clemente tiempo, muévete más rápido. Fallezco aquí de pie.  La respuesta es fácil, pero quiero irme ¿Por qué tengo que responder preguntas del semestre pasado en el pizarrón? ¿Acaso el profesor es idiota?  Debo replantearme la  formulación de esa hipótesis, el profesor es muy inteligente. Graduado en Harvard.    

 

      Como si me importara, solo me causa curiosidad. ¿Qué carajos hace aquí, en el fin del mundo? Bueno, que hace en la pequeña y nada pacifica Ciudad de Konohagakure.  Para nada pacífica. Seguro lo engañaron los folletos de viajes. “Un lugar de ensueño, oculto entre las hojas de los árboles” Que estupideces, le venden a la gente. Realmente la sociedad está en decadencia y los adolescentes aún más. Soy de su generación y debo decir; realmente el mundo de ahora, su desenvolvimiento y los chicos de ahora. Me dan pena. La tecnología los ha despojado de… En fin, las artes.  Es el camino… eso también lo dice un folleto, el de la escuela cuando intentan engatusar a los tutores para inscribir “más jóvenes mentes que llenar de sabiduría y sensibilidad, el mundo de ahora necesita de este equilibrio” Más basura mediática. Disfrazada de educación.  “HuH” ese fue mi sonoro suspiro al pensar tales cosas. Por suerte, ya termine  el escrito de la pregunta y justo a tiempo, el tan esperado sonido de la campana escolar suena. Literalmente, la campana de una de las torreas de la escuela suena  enérgicamente.  

 

      ¡Al fin,  libertad!  Ya saliendo de este engorroso día, de esta fastidiosa escuela, de la gente molesta, camino con parsimonia por los pasillos, es cierto, quiero irme ya de aquí. Pero no tengo ganas de correr con la manada. Tengo mi orgullo ¡ No soy uno  más!  

 

      ¡Oh! Salida, gloriosa salida. Al fin fuera.  Hasta que. Un repentino dolor en mi brazo izquierdo me golpea llevándome duramente a la realidad. La salida no es tan gloriosa como pensé. El equipo de futbol me ha golpeado. Para ser precisos, el idiota de su capitán me ha golpeado, me envió de lleno al suelo con su desmedida fuerza de macho alfa ¡Pendejo  sin cerebro!

 

       No dije nada. Sentido de conservación, pero si le mire con odio y recelo.  El infeliz desgarbado no acepta un rechazo. No me interesa meterle mano a sus partes y aprecio bastante mi higiene bucal. Los penes no son lo mío,  y sí, así fuera, él no sería ni siquiera mi última opción. Maldito pervertido. De verdad quiere molerme a golpes.  Debí salir más rápido. Seguir a la manada habría salido mejor.

 

      Por otro lado, me parece que el idiota lee muy bien mis expresiones, se hace a la idea. El desprecio,  es poco comparado con la ira que  llevo dentro. El maldito. Me las pagara algún día.  _ “HUH” Debí quedarme en casa hoy._ resople por lo bajo. Pero, muy a mi desgracia fui interceptado. Y sí, hay viene el golpe de este año. Seguro será justo en la cara.

 

      Con plena consciencia de que llegaría molido a mi casa. Solo pude cerrar los ojos y esperar la inevitable paliza que me venía, quien diría que rechazar a un muchacho guapo y cotizado como Kohaku, sería algo tan problemático después.  Escuche el golpe, pero no lo sentí, tanteando con cierto temor el asunto, abrí mis ojos y para mi sorpresa. Un pelirrojo de ojos aqua le lanzo un excelente golpe al imbécil de Haku en su cara;  Kohaku, te mereces eso y más.  Luego de eso, otros dos alumnos de grado superior aparecieron, sorpresivamente tras de mí ¿Cómo lo sé?  Gracias a la opresiva que es nuestra escuela. El carnet que colgaba de su cuello lo dice todo. Quinto año. Solo eso leí, solo eso me importo.  No iban a golpearme. Solo eso importaba.

 

_ ¿Estás bien? ¿Te lastimaron o algo? _ EL castaño con olor a perro definitivamente debía ser tonto, pero muy raro en mí, respondí ¿cordialmente? Algo así. _ Estoy bien. Solo me duele un poco el hombro izquierdo. _ Más amable que eso no puedo ser.

 

_ ¡AH! Vale, y ¿A que ha venido este espectáculo? ¿Hiciste algo que los hizo enojar? _ El pelirrojo parecía más perceptivo, pero aún mantenía mis dudas. Solo me molesta que parece que aunque nos diferenciamos por dos insignificantes centímetros, en mi estimado conteo mental, es como si no dejara de sentirse que soy un renacuajo de 10 años. Frente a tan altivos y joviales personas.  ¡UY! Que perturbadora imagen mental. Ya que,  será mejor irme. Contestar no suele ser mi mayor y más eficiente virtud.  

 

_Nada, solo un rechazo, que no fue bien recibido. _ Parece haber entendido, paro en seco el interrogatorio. De hecho dejo de prestarme atención. Alguien parece haberle solicitado. ¿Quién sería? Muy poco propio de mi pero, sentí. “Curiosidad” ¡Rayos! Hasta decirlo, me estremeció  por dentro.

 

_ Bueno, regresa con cuidado. Debemos irnos. Suerte, chico_   Miro fijamente hacia mí atrás, algo me lo dice, debo hacerlo.  Escuchar a las entrañas no siempre me es sencillo, pero ahora parce que me grita que lo haga. En efecto, termine haciendo, y cuál es mi sorpresa, el trio de bobos superiores ¡Eh! mis salvadores por el día de hoy. Van al encuentro con un despreocupado y desenfadado rubio. El delegado parece brillar  desde aquí, debo darle crédito, el tipo es bien parecido. Me pregunto porque mis fans me persiguen a mí, y no a él. Tendría mas sentido que lo persiguieran a él.  En fin, creo que me he quedado absorto mirándole, porque parece por fin reparar en mi presencia. Me saluda con su mano derecha y continua mirándome, hasta que sus amigos llegan hasta él y toda la chispa brillante, el destello del sórdido momento  se desvanece a gran velocidad. Por mi parte, giro hacia el portón de salida. AL hacerlo.

 

_ ¡Maldición!_ Exclamo por lo bajo. _ Como duele; mal nacido Kohaku._ Solo puedo seguir sin mucho escándalo, la vida ya es lo bastante escandalosa como para más penuria _ ¡Ay! Duele. _ Hora de ir a casa.  Ese fue mi penoso día. Sí, mi nuevo año escolar y un terrible maravilloso encuentro, suena contradictorio, pero así fue. Ese rubio estropeo  mi día. En más de una forma.  ¡Que le caiga un rayo! ¡Sí se me acerca otra vez, le va a caer un rayo! Maldición.  Los hombres,  están cada día, más aceptables. Aunque, solo en apariencia. Jumm. Suspire en agonía, en parte al dolor, en parte a lo demás, sea lo que sea.

 

 

_  Fin del día N° 1 – Lunes.

 

 

Notas finales:

Gracias por haber llegado hasta el final de la historia, espero haya sido de su agrado. Ten un excelente día y espero dejen un review. Hasta luego.   En un próximo capitulo : ')


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